El Ho'oponopono es una técnica hawaiana que se dio a conocer por medio de la experiencia del doctor Len Ilheakala que la puso en práctica con pacientes psquiátricos en situación de riesgo. Ellos estaban aislados por resultar peligrosos; y el Dr. Len trabajó en si mismo, en cada caso en particular, sanando su interior, liberando su base de creencias. No necesitó ver a los pacientes para que ellos comenzaran a mejorar y a sanar. Este psiquiatra revisaba los legajos mientras decía : ho oponopono, Lo siento, te amo, gracias.
En mi caso... lo que yo hago, y siento que trabaja en mi base de creencias archivada en "Silvia Freire", es repetir muchísimo estas frases, porque las viejas memorias, las creencias, todo lo aprendido no se toma vacaciones. Por eso yo repito constantemente Ho oponopono.
Así sanamos situaciones, sanamos la energía y nos abrimos a la posibilidad de experiencias diferentes.
Entonces: trabajo con el ho'oponopono ya que cuando alguien "me" dice o "me" hace, la experiencia me ha demostrado que habitualmente es por alguna de estas posibilidades:
* Porque en verdad, el otro está diciendo los parlamentos que yo misma escribí, en el guión que yo misma le dí, para que yo pueda representar la remake de lo aprendido en la infancia. Para que yo pueda sentir esos sentimientos a los que ya soy adicta, de tanto que se han repetido. Así que en verdad, estoy usando al otro; mi trabajo será cambiarle el guión, entregarle nuevos parlamentos para que repita.
* Porque lo que el otro dice o hace refleja una creencia que tengo, incluso puede ser una creencia inconsciente (acerca de mí mismo o de los demás); y uso al otro para que me diga lo que no puedo ver, lo que está en mi inconsciente.
Mi ego está usando a esa persona para confirmar mi sistema de creencias (por ejemplo: Visssste? Yo sabía que todos los altos son intolerantes)
Tuve que trabajar mucho con los signos regentes, y aún lo hago. Cada vez que le digo a alguien una característica de su signo, mentalmente digo "ho oponopono". "El signo de leo araña hasta cuando acaricia (ho oponopono); Tauro es muy testarudo (ho oponopono)"
Quien trabajó muchos años en una zapatería, detecta rápidamente si un pié calza número 36 o 40. La experiencia personal afectará tanto como para achicarle o hacerle crecer el pie al cliente al entrar al local? Yo creo que puedo detectar un pié nro 36 y también cre que puedo detectar una personalidad de tauro, pero igualmente ahora, además, les hago un ho oponopono, por las dudas.
También tengamos siempre presente al niño interior (Unihipili en hawaiano) y su inconmensurable poder. La manera correcta de tratarlo es con Amor, dándole razones para que juegue a cosas diferentes; el niño es inocente y si siempre nos lleva a las mismas situaciones es porque no sabe jugar a otra cosa. Sólo con inmenso Amor podremos enseñarle nuevos juegos.
El niño en nosotros en verdad, no sufre. Lo que hace es jugar. El que sufre y llora es el adulto, que se "CREE" lo que para el niño no es más que un juego.
En una clase, yo estaba imitando a un niño, y representaba los papeles de una mamá y un papá peleando. Estaba presente el hijo de Analía, una alumna (de cinco años aproximadamente) y se moría de risa! Disfrutaba del juego, aunque la "escena" que yo representaba era un drama, una pelea de pareja
O sea que para el niño, no es "malo" causar en nuestra vida lo que nosotros calificamos de destrozos; porque él sólo está jugando.
Por otro lado, como el niño juega a lo que vivió en su infancia, al recrear, con nuevos personajes, nos da cada día una nueva oportunidad para revivir aquello que nos causó daño para poder al fin cerrar esa herida que aún está abierta.
Tené presente que al usar el ho'oponopono y dejar de acusar al otro, es decir, dejar de sentarlo en el banquillo de los acusados... existe cierta tendencia a sentarse uno mismo en el banquillo, lo cual sigue siendo inútil. Mucha gente me dice "Yo ya no me enojo con mi marido; ahora estoy enojada conmigo, por no poder cambiar!" Y eso es más de lo mismo. Lo que ese cuerpito sigue consumiendo, es enojo. Así que será necesario quemar, romper, hacer desaparecer el banquillo de acusados: liberarnos de los juicios. Justamente, es juzgando y condenando como perdimos el paraíso: cuando comimos la bendita manzana y empezamos a calificar: esto me gusta, esto no me gusta; esto es lindo, esto es feo; esto es bueno, esto malo! Esa es la forma en que dejamos de estar en paz: al juzgar y condenar inmediatamente; olvidando que nadie es culpable de nada, que todos estamos haciendo lo mejor que podemos y creando nuestra realidad. El Ho oponopono es una herramienta más que nos lleva a ese lugar de liberación.
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