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Silvia
Freire
es argentina y vive en Buenos
Aires, Capital Federal.Escritora,
conferencista conductora de TV, columnista de radio,y guía de
un nutrido grupo de personas a las que acompaña en el camino hacia
la plenitud.
Estas actividades son distintos aspectos de su única
función, que es la de llegar a la gente con un mensaje de cambio
personal, autoeducación y crecimiento
espiritual.
Su
mensaje está orientado hacia el trabajo personal y el cambio a
partir de la auto-observación. Se basa en distintas herramientas de
auto-conocimiento y superación, y el Curso de Milagros como medio
fundamental para el cambio
interior.
Ha escrito varios libros y dado múltiples conferencias
en distintos puntos del país. |
REFLEXIONES DE
SILVIA
FREIRE:
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Lección 157 a 163 - Un curso de Milagros
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Lección 157 (06 de Junio) : "En Su presencia he de estar ahora."
Este día es de silencio y de fe. Es santo, porque anuncia una nueva experiencia: una manera de sentir distinta y una conciencia diferente. Hoy aprenderemos a sentir el júbilo de la vida. Es un punto decisivo en nuestro plan de estudios, que arroja nueva luz sobre todo lo aprendido, concediéndonos un atisbo del Cielo, antes de regresar a la senda del aprendizaje; permitiéndonos adentrarnos en la eternidad por un rato, dejándonos con nuestro Ser por un momento. Él dirije tu práctica hoy, porque lo que estás pidiendo es lo que Su Voluntad dispone. La experiencia de hoy santificará tu mente y tu cuerpo, y eso se trasmitirá a todos aquellos en los que pienses o a los que toques. A medida que esta experiencia se intensifica, y tus otros objetivos dejan de ser importantes, el mundo que ves y al que retornas se acerca a su fin, se asemeja más al Cielo cada vez y se aproxima a su liberación.
Jamás soñamos con este viaje, pero el Dador de los sueños felices y de la Vida, ha soñado por vos esta jornada que da comienzo hoy. En la presencia de Cristo hemos de estar ahora, serenamente inconscientes de todo excepto de Su radiante Faz y de Su Amor perfecto. Sólo puede experimentarse, no hay palabras ni aprendizaje para exlicarlo. Pero lo supiste antes, y lo sabrás de nuevo.
Siguiedo el Esquema de trabajo que establecimos, decite a vos mismo: "En Su presencia he de estar ahora"
Lección 158 (07 de Junio) : "Hoy aprendo a dar tal como recibo."
Se te dió el conocimiento de que sos una mente, de que te encontrás en una Mente y no sos sino mente, por siempre libre de pecado y exento de miedo, por haber sido creado en el Amor. No abandonaste tu Fuente, por lo tanto, seguís siendo como fuiste creado. Este conocimiento ha sido dado por la Creación, y no hay nadie en el mundo que no lo haya recibido. Nada de esto se puede aprender ni enseñar; sólo experimentar y recordar. El momento en que esto suceda ya ha sido fijado, pese a la ilusión de la existencia del tiempo.
El tiempo es un truco, un juego de manos, una ilusión. Tras las apariencias existe un plan, que sólo puede verse desde el final del recorrido, por una cuestión de perspectiva.
Un maestro no puede dar su experiencia, porque no es algo que él aprendió: se le ha revelado. Pero la visión es su regalo; Cristo está dispuesto a otorgarla a todo el que la solicite. La experiencia (que no se puede enseñar, aprender o ver) se encuentra ahí, a tu disposición. Esta visión contempla una luz que se encuentra más allá del cuerpo; una pureza que no se empaña; no ve separación. Esto es lo que se puede enseñar, y para alcanzarlo hay que enseñarlo. Y esto es lo que vamos a dar hoy: no ver a nadie como un cuerpo, saludando a todo el mundo como el Hijo de Dios que es, reconociendo que es uno con vos en santidad. Así es como sus pecados les son perdonados; al ser imperceptibles para el Uno, desaparecen porque la santidad ocupa su lugar. Y sus efectos desaparecen junto con ellos. Así es como aprendés a dar tal como recibís, y así es como la visión de Cristo te contempla a vos también. Esto es fácil de aprender si recordamos que en nuestro hermano nos vemos a nosotros ta
mbién: son nuestro reflejo.
Cada persona con la que te encuentres hoy, te da una oportunidad para dejar que la visión de Cristo brille en vos.
Siguiedo el Esquema de trabajo que establecimos, decite a vos mismo: "Hoy aprendo a dar tal como recibo", y hoy, todo el día, mirá todo con los ojos de Cristo. Así, será Su Visión la que te contemple a vos hoy.
Lección 159 (08 de Junio) : "Doy los milagros que he recibido."
Nadie puede dar lo que no ha recibido; para darlo, es preciso tenerlo antes. En este punto, las leyes del mundo y el Cielo coinciden; pero difieren en creer que, para el mundo, para poseer algo es necesario consrvarlo; mientras que para la salvación es lo contrario: al dar algo es como reconoces haberlo recibido. Es la prueba de que lo que das, es tuyo. La visión de Cristo es un milagro: refleja el Amor eterno; representa al cielo. La Visión de Cristo es el milagro del cual emanan todos los demás; es su fuente, y aunque permanece en cada milagro que das, sigue siendo tuya. Cristo no ve pecados en nadie, y todos son por igual incapaces de pecar. Su Visión es el puente entre estos 2 mundos. Y su poder te sacará de este mundo, llevándote a otro santificado por el perdón. Aquí se repara y renueva al mundo, bajo una nueva luz. En su visión hay un caudal de milagros inagotables desplegados ante vos para que los des. ¿Cómo no serías merecedor de estos regalos, si Dios mismo dispuso
que te sean dados? Cristo soñó el sueño de un mundo perdonado; permitámonos soñar con Él, porque su sueño nos depierta a la Verdad, que nunca perdimos, sino que sólo la olvidamos.
Siguiedo el Esquema de trabajo que establecimos, decite a vos mismo: "Doy los milagros que he recibido."
Lección 160 (09 de Junio) : "Yo estoy en mi hogar. El miedo es el que es un extraño aquí."
El miedo es un extraño en los caminos del amor. Si te identificás con él, te volvés extraño a tus propios ojos, y lo que tu Ser es, sigue siendo ajeno para la parte de vos que creés real. Si alguien viniera a pretender ocupar tu hogar, hablando un idioma que desconocés, no le darías cabida. En tu hogar, que Dios te dio, ¿a quién le corresponde estar, a vos o al miedo? Y el amor y el miedo no pueden coexistir. Si vos sos real, el miedo no puede sino ser una ilusión. Estás perdido, sin hogar al que regresar, a menos que un milagro venga y te muestre quién es el extraño en tu morada, donde sigue viviendo tu Ser, que no se ha confundido. Tu Ser está tan seguro de lo que es suyo, como Dios de Su Hijo. La certeza de Dios es suficiente: a aquel a quien reconoce como Su Hijo, le corresponde estar donde Él lo estableció. Oí Su Voz para asegurarte que vos no sos un extraño para Él. Hoy damos gracias de que Cristo haya venido a buscar al mundo a los Suyos; su visión se une a ellos jubil
osamente. Ellos lo ven como a un extraño, pues no se reconocen a sí mismos, pero a medida que le den la bienvenida, lo recordarán, y Él los conducirá dulcemente a su hogar, donde les corresponde estar.
Cristo no se olvida de nadie. Mas vos no podrás recordarlo a Él hasta que contemples todo tal como Él lo hace: el que niega a su hermano, lo está negando a Él, y se está negando a aceptar el don de la Visión mediante el cual puede recordar a su Ser, recordar su hogar y alcanzar la salvación.
Siguiedo el Esquema de trabajo que establecimos, decite a vos mismo: "Yo estoy en mi hogar. El miedo es el que es un extraño aquí."
Lección 161 (10 de Junio) : "Dame tu bendición, santo Hijo de Dios ."
Hoy practicaremos diferente, pronunciándonos en contra de la ira, para que nuestros temores puedan desaparecer y darle cabida al amor. En las palabras de hoy está la salvación, y la respuesta a toda tentación, porque no deja de darle la bienvenida a Cristo donde imperen la ira y el miedo. Es la respuesta que te da la Voz que habla por Dios.
La condición natural de la mente es abstracción total, pero una parte de ella se volvió antinatural, al no ver todo como si fuese uno solo, sino ver fragmentos del todo, para formar el mundo parcial que vemos. Así surgió lo concreto, y hoy usaremos en nuestra práctica las cosas concretas. Se las entregamos al Espíritu Santo para que Él pueda usarlas para un propósito distinto al que nosotros les dimos, para que podamos ver otro propósito en todo.
Un hermano es todos los hermanos, y en cada mente se hallan todas las mentes. Esta es la Verdad. Pero la mente que se enseñó a si misma a pensar de manera concreta, ya no puede captar esta abstracción. Nos parece que es el cuerpo el que coarta nuestra libertad y nos hace sufrir, pero el cuerpo es sólo un símbolo del miedo, que al ser falso, se aferra a lo concreto. El amor, al ser verdad, no precisa símbolos.
Los cuerpos atacan; las mentes, no. Pero aunque el cuerpo sea el blanco del ataque, es la mente la que odia, y la que ordena al cuerpo atacar. Quien ve a un hermano como un cuerpo, lo está viendo como el símbolo del miedo; y lo atacará porque lo que contempla es su propio miedo proyectado fuera de sí mismo. Esto es lo que contemplan los ojos del cuerpo en uno que Dios creó perfecto; esa es su realidad. Y en la visión de Cristo su hermosura se ve perfecta, tal como la tuya. En las manos de tu enemigo está tu salvación: pídesela y te la dará; atacalo y será el símbolo del miedo.
Hoy volveremos a practicar algo que ya intentamos antes, para intentar alcanzar la visión de Cristo. El Cielo no se olvidó de vos; ¿no te gustaría recordarlo?
Sesión larga: Seleccioná un hermano para que sea el símbolo de los demás y pedile la salvación. Visualizalo tan claramente como puedas, y pedile, para que él pueda liberarte: "Dame tu bendición, santo Hijo de Dios. Quiero contemplarte con los ojos de Cristo y ver en vos mi perfecta impecabilidad" Te responderá, porque oirá en vos la Voz que habla por Dios. Contemplá a aquel que sólo veías como un cuerpo, y reconocé que Cristo vino a vos en él. Esta idea es la forma de escaparte del miedo y la ira.
Sesiones cortas: Repetí la frase inmediatamente si tenés la tentación de atacar a un hermano, y lo verás cambiar de enemigo a salvador, de demonio a Cristo.
Lección 162 (11 de Junio) : "Soy tal como Dios me creó."
Sólo con mantener este pensamiento fijo en la mente, el mundo se salvaría; por ello, lo repetiremos de vez en cuando, al ir alcanzando niveles en el aprendizaje. Y cada vez tendrá más significado para vos. Estas palabras son sagradas, porque son la respuesta de Dios al mundo de ilusiones que creamos. Estas son las palabras mediante las cuales se proclama que el Hijo es la felicidad de su Padre y Su amor. Se proclama la Creación y se la honra tal como es. Santo es el que las hace suyas, y salvará al mundo porque le dá lo mismo que él recibe cada vez que las practica.
Hoy la práctica es simple: Estas palabras son poderosas y no necesitan pensamientos adicionales: Hoy te honramos a VOS. Tenés derecho a la perfecta santidad que ahora aceptás. La perfecta dicha y amor son tuyos, y están a tu alcance.
Práctica: Levantate con estas palabras en tu mente, recordalas durante todo el día, y acostate con ellas al irte a dormir. Estas palabras disipan la oscuridad, y la luz vino hoy a bendecir al mundo.
Lección 163 (12 de Junio) : "La muerte no existe. El Hijo de Dios es libre."
La muerte es un pensamiento que adopta muchas formas, que a menudo no se reconocen: tristeza, miedo, ansiedad, duda, falta de fe, desconfianza, ira, preocupación por el cuerpo, envidia, y todo aquello que implique el deseo de ser como no sos. Todos estos pensamientos no son sino reflejos de la veneración que se le rinde a la muerte como salvadora y portadora de la liberación. Es lo único que inevitablemente llegará; todo lo demás parece incierto, perdiendose a poco de adquirido, sin ofrecer seguridad.
¿Te postrarías ante ídolos como éste? Es imposible venerar a la muerte en cualquiera de las formas que adopta y al mismo tiempo, elegir unas cuantas para no creerlas. La muerte es total: o bien todas las cosas mueren, o viven y no pueden morir. Nos encontramos de nuevo ante algo obvio: lo que contradice totalmente un pensamiento no puede ser verdad, a menos que sea falso su opuesto. Si Dios es verdad ( y al no haberla creado Dios, ya que Dios no puede morir), la muerte tiene que carecer de entidad; ser una ilusión. Esta es la postura que hoy adoptamos, y se nos concede poder mirar allende la muerte, y ver la vida que se encuentra más allá.
Digamos : "Padre nuestro, bendice hoy nuestros ojos. Somos Tus emisarios, y deseamos contemplar el glorioso reflejo de Tu Amor que refulge en todas las cosas. Vivimos y nos movemos únicamente en Tí. No estamos separados de Tu vida eterna. La muerte no existe, pues la muerte no es Tu Voluntad. Y moramos allí donde Tú nos ubicaste, en la vida que compartimos con Vos y con toda cosa viviente, para ser como Vos y parte de Vos para siempre. Aceptamos Tus pensamientos como nuestros, y nuestra voluntad es una con la Tuya eternamente. Amén."
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