Reflexiones del
PADRE HUGO PERDOMO
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•Sondeando la Realidad del Hombre
Gacetillas para Pensar II,
por el Pbro. Hugo Perdomo
Cuánto más nos conozcamos, y más consecuentes seamos con ese conocimiento, más nos acercamos a sentir la vida en su plenitud.
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El Creador, el Gran Hacedor, nos ha hecho muy bien. Nuestro Ser, nuestra Persona, no es simple, sino que se desarrolla en tres dimensiones. La primera es la dimensión corporal: tenemos un cuerpo compuesto de materia, la misma que nos circunda, y ello nos permite en tanto vivamos en la tierra tener una permanente interacción. Sin nuestro cuerpo material no podríamos desarrollar nuestra vida terrena.
Pero nuestro cuerpo material por sí solo tiende a convertirse en polvo, como es la esencia de la materia misma. Qué es entonces, lo que mantiene a nuestro cuerpo cohesionado, organizado, vitalizado? Ah! Ahí surge la necesidad de que exista en nosotros la segunda y fundamental dimensión: el espíritu, el hálito vital, que se integra íntimamente al cuerpo dándole organización y vida. El espíritu no se desintegra sino por el contrario es un elemento unitivo: une no divide. Es así que transforma a nuestro cuerpo material con tendencia natural a disgregarse, en algo organizado y con vida, en soma. Soma, palabra derivada del griego antiguo, que significa justamente un cuerpo material organizado y vitalizado.
De aquí podemos deducir esta realidad con un ejemplo sencillo y experimentado por todos: cuando una persona muere, es el momento en que el espíritu abandona al soma, y éste se vuelve un cuerpo material que poco a poco se desintegra, se vuelve polvo.
Y finalmente, de la íntima integración del soma y del espíritu, surge la tercera dimensión de nuestro ser: la psiquis ó siquis; con una parte perteneciente al soma: el sistema nervioso central, y el espíritu.
Si analizamos un orden de precedencia e importancia entre las tres dimensiones, tenemos que afirmar, que en primer lugar está el espíritu indivisible, que le da unidad y organicidad al soma; y al mismo tiempo le da existencia a la psiquis. Y el espíritu es el que nos permite reflexionar y tomar conciencia de nosotros mismos como un todo a través del YO ESPIRITUAL: éste es el que nos permite justamente reflexionar, tomar conciencia, cada uno de sí mismo como un ser único e irrepetible, y tener capacidad para ejercer la libertad. Nuestro YO es netamente espiritual, aún cuando se expresa a través de la psiquis y toma el nombre de YO psicológico, radicalmente es el único YO espiritual, el que le da funcionalidad a todo nuestro ser, a toda nuestra Persona.
Somos una sorprendente obra de ingeniería, que para sentir que funcionamos bien, y a eso le llamamos FELICIDAD, debe haber en nosotros una perfecta sincronización entre las tres dimensiones, respetando el orden de la precedencia más arriba explicada.
Esta reflexión nos lleva a la anterior Gacetilla para Pensar (haga click aquí para leerla), en la que hablábamos de la existencia de las LEYES DE LA NATURALEZA, a las que teníamos que respetar. Nosotros somos parte de esa NATURALEZA, en su nivel superior; y somos regidos asimismo por LEYES, a las que tenemos que aceptar y vivir.
Queremos hacer una vida sana, armoniosa, feliz? Hagamos que nuestro YO ESPIRITUAL sea el que conduzca, con sus valores, todas nuestras conductas. Ocupémonos más por conocer nuestro interior, tomemos conciencia de los valores espirituales que elegimos como los motores de nuestro hacer, aprendamos a conducir nuestra mente y nuestras emociones en ese camino; y tendamos cada día a que entre nuestro soma, nuestra psiquis, y nuestro espíritu exista una armoniosa unidad: dando al soma lo que es del soma, a la psiquis lo que es de la psiquis, a través de un Yo espiritual cada vez más conciente y vigoroso.
Frente a todo lo reflexionado, dónde estoy parado? Cómo llevo mi vida? Comprendo que en ello va la construcción de la propia felicidad, muy interconectada con la de los demás?
Amigos, hasta la próxima…
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