vuelta completa al mundo.
En 1984 descubre su misión, su real propósito de vida. Vislumbra algo que para él constituye la Suprema Realidad del Universo, un concepto o vivencia que experimenta en un raro momento de expansión de consciencia, el cual será la base de toda su futura obra literaria: El Amor como Fuerza Universal, generadora de todo lo que existe.
A partir de allí considera haber encontrado lo que buscaba, ese elemento o verdad absoluta que buscaba, que no es una creencia sino una realidad que todos pueden percibir y vivenciar, porque todos (o casi todos) pueden experimentar Amor, el Amor que subyace bajo todas las religiones, que está en los fundamentos de todas ellas. Es por eso que todas nos impulsan a seguir los Mandamientos del Amor.
Tal comprensión fue sólo el punto de partida de toda una filosofía espiritual que fue adquiriendo forma y sentido en su alma, y que él registró posteriormente en su primera obra: El Libro de Dios Amor.
Ami vio la luz en Chile, en Marzo de 1986, y fue escrito en sólo 8 días. En esta segunda obra, EB pudo transmitir –entre líneas– los fundamentos del importante y profundo mensaje que antes había expresado en forma de prosa poética en su primera obra.
Ami está escrito en un estilo simple, ameno y divertido, mediante el cual se expresan lecciones de sabiduría universal en medio de viajes espaciales y aventuras diversas.
Enrique Barrios ha escrito hasta el momento un total de doce títulos.
Actualmente vive en Brasil y, aparte de su trabajo literario y otras actividades privadas, se dedica a atender y dirigir el Instituto Ami-Ophir, institución virtual, de corte fundamentalmente educativo, no religioso, orientada a la elevación del nivel de lo que él llama "Consciencia-Amor", de sus alumnos.
La necesidad de crear una institución educativa que respalde, profundice y complemente el contenido de sus obras literarias, nace del hecho de que, así como los libros de gimnasia no fortalecen los músculos, pero los ejercicios sí, lo mismo sucede en el terreno del crecimiento personal, donde el conocimiento que se puede transmitir a través de libros es limitado, teórico, y por mucho que se lea, si no hay ejercicios, práctica, experiencia viva, nada cambia. Es la misma diferencia que existe entre ver el camino en un mapa, y transitarlo realmente. |