La vida de Buda
Por: Lama Ole Nydahl
Nacimiento y Juventud
Una revisión a la vida del Buda nos acercará a sus enseñanzas. Nació en una familia real hace 2.580 años, los textos lo describen como alto, fuerte y de ojos azules. El reino de sus padres se ubicaba al extremo sur de lo que hoy en día es Nepal cerca de un pueblo que entonces se llamaba Kapilavastu. Poco después de su nacimiento tres yoguis le comentaron a sus padres: "Él es verdaderamente especial. Si no es confrontado con el sufrimiento del mundo, él será todo lo que ustedes desean que sea. Un rey fuerte, conquistará todos los territorios vecinos y llenará todas sus expectativas. Sin embargo, si él percibe el sufrimiento inherente a la existencia condicionada, él renunciará a su posición y brindará discernimientos iluminados al mundo."
Sus padres deseaban un heredero del reino y no un poeta, soñador o filósofo, así que decidieron ser muy cuidadosos. Rodearon al joven príncipe con todo lo que un hombre joven y saludable desearía: bellas mujeres (los textos mencionan 500 de ellas), oportunidades deportivas, una vida excitante, y los mejores maestros para su educación. Cualquier deseo que tuviera, era inmediatamente satisfecho. Su subconsciente no contenía impresiones perturbadoras que pudieran surgir, hasta la edad de 29 años conoció sólo el gozo. Sin embargo, entonces todo se derrumbó: en tres días consecutivos observó a alguien muy enfermo, a un anciano y a una persona muerta.
La búsqueda de la verdad
Su reconocimiento de que la vejez, la enfermedad y la muerte es parte de la vida de cualquier persona lo abatieron enormemente, y después de retornar a su palacio tuvo una muy mala noche. Adondequiera que buscaba no encontraba nada en lo que sus amigos y el mismo pudieran confiar. La fama, el placer y las posesiones todas desaparecerían. Adonde viera dentro o afuera, todo era impermanente. No había nada definitivo en alguna parte.
La mañana siguiente observó a un Yogui en profunda meditación, y sus mentes se encontraron. El futuro Buda supo que ese hombre había encontrado un verdadero refugio. Él parecía experimentar algo real y atemporal. Estaba consciente no sólo de sus propios pensamientos y sentimientos y de las condiciones externas, sino de su propia consciencia. El estado mental del Yogui hizo tomar consciencia al príncipe de la verdadera esencia de los seres: el espacio todo-conocedor que hace todo posible, esa radiante claridad que expresa completamente la riqueza de la mente cómo manifestación interna y externa, y su ilimitado amor que no es obstruido por nada. Así que eso era!. De un destello el príncipe realizó que la verdad absoluta que estaba buscando no era más que la mente misma.
Los seis años siguientes fueron muy duros, se internó en los bosques de la India nórdica buscando realizar la naturaleza de la mente. El joven príncipe perfeccionó aún las más extremas practicas que le fueron dadas. Y cómo su motivación algunas veces sobrepasaba su juicio en una ocasión casi se muere de inanición. Aprendió de los mejores maestros de la época, cubriendo las áreas del materialismo, nihilismo, trascendentalismo y existencialismo el rápidamente superó a sus sucesivos maestros, pero sentía que no se aproximaba a su meta, aún cuando ellos podían controlar los eventos que tienen lugar en la mente, nadie conocía la mente misma. Al final de cada camino no había nada permanente en lo que pudiera confiar.
La Iluminación
Después de seis anónimos años en la entonces agradable India nórdica el joven príncipe se dirigió a lo que hoy en día es denominado Bodhgaya. A su llegada decidió sentarse a meditar en un gran árbol cercano a un río hasta alcanzar el pleno desarrollo de su mente. Una semana después, en la luna llena de mayo, él alcanzó su meta. El día que se hizo Buda fue su trigésimo quinto cumpleaños, y cuarenta y cinco años después murió en la misma luna llena.
Al alcanzar la iluminación disolvió los últimos velos que cubrían su mente, la percepción de separación entre espacio y energía tanto interna como externa desaparecieron, logró un despertar atemporal y conocedor de todo. Diferentes tradiciones explican el proceso de manera diferente, pero en el más alto nivel, que es el del Maha Anuttara Yoga Tantra, la verdadera naturaleza que todo lo penetra manifestada como los Budas del pasado, presente y futuro le dieron sus bendiciones. Ellos condensaron su perfecta sabiduría en la forma de Sarva Buda Dakini, un Buda femenino blanco, y a través de la unión con él, sus energías masculinas y femeninas se fundieron en la perfección como lo hicieron todas las otras dualidades.
A través de cada átomo de su cuerpo sabía todo y era todo. Al cruzar el río desde donde alcanzó su meta, el Buda permaneció tres semanas bajo el ahora famoso árbol de Bodhgaya. Entonces dio refugio a varios dioses y entrenó su cuerpo para manejar el intenso flujo de energías iluminadas, pero no enseñó a seres humanos allí.
Las primeras enseñanzas a humanos fueron dadas cuatro semanas después cerca de Sarnath, un poblado entre Delhi y Calcuta. Los primeros buscadores de la verdad que se acercaron al Buda no eran los estudiantes mas atractivos, siendo gruñones por naturaleza, ellos le adoraron mientras practicaba austeridades extremas, pero ahora estaban disgustados por su radiante alegría y salud. Cuando la curiosidad pudo más que sus ideas fijas ellos preguntaron: "¿Por qué brillas así? ¿Que te pasó?" sus respuestas son las famosas "Cuatro Nobles Verdades", las cuales han sido expresadas con diferentes palabras según las diferentes tradiciones. El Buda tiene que haber expresado algo como esto:
"La existencia condicionada es sufrimiento.
"El sufrimiento tiene una causa.
"Este tiene un final y hay un camino que lleva a ese fin.
"Dicho camino es octuple y comprende:
1. Visión Correcta
3. Palabra Correcta
4. Acción Correcta
5. Medio de existencia correcto
6. Esfuerzo Correcto
7. Atención Correcta
8. Meditación Correcta."
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