UN CURSO DE MILAGROS - FRASES DEL DÍA
MARZO
3 DE
MARZO
CapÃtulo
7
LOS REGALOS
DEL REINO
I. El último
paso
1. El poder
creativo de Dios y el de Sus creaciones es ilimitado, pero no existe entre
ellos, una relación recÃproca. 2Te comunicas plenamente con Dios, tal
como Él se comunica contigo. 3Es éste un proceso continuo que
compartes con Él, y por el hecho de que lo compartes, te sientes inspirado a
crear como Él crea. 4En la creación, no obstante, no existe una
relación recÃproca entre tú y Dios, ya que Él te creó a ti, pero tú no lo
creaste a El. 5Ya te dije que tu poder creativo difiere del Suyo
solamente en ese punto. 6Incluso en este mundo existe un paralelo. 7Los padres traen al mundo a sus hijos, pero los hijos no traen al
mundo a sus padres. 8Traen al mundo no obstante, a sus propios hijos,
y, de este modo, procrean tal como sus padres lo hicieran.
2. Si tú hubieses
creado a Dios y Él te hubiese creado a ti, el Reino no podrÃa expandirse
mediante su propio pensamiento creativo. 2La creación estarÃa, por lo
tanto, limitada, y no podrÃas ser cocreador con Dios. 3De la
misma manera en que el Pensamiento creador de Dios procede de Él hacia ti, asÃ
tu pensamiento creador no puede sino proceder de ti hacia tus creaciones. 4Sólo de esta manera puede extenderse todo poder creativo. 5Las obras de Dios no son tus obras, pero tus obras son como las
Suyas. 6Él creó a la Filiación y tú la expandes. 7Tienes
el poder de acrecentar el Reino, aunque no de acrecentar a su Creador. 8Reivindicas ese poder cuando te mantienes alerta sólo en favor de
Dios y de Su Reino. 9Al aceptar que tienes ese poder, aprendes a
recordar lo que eres.
3. A tus
creaciones les corresponde estar en ti del mismo modo en que a ti te corresponde
estar en Dios. 2Tú eres parte de Dios, tal como tus hijos son parte
de Sus Hijos. 3Crear es amar. 4El amor se extiende hacia
afuera simplemente porque no puede ser contenido. 5Nunca deja de
fluir porque es ilimitado. 6El amor crea para siempre, aunque no en
el tiempo. 7Las creaciones de Dios han existido siempre porque Él ha
existido siempre. 8Tus creaciones han existido siempre, porque tú
sólo puedes crear como Dios crea. 9La eternidad es tuya porque Él te
creó eterno.
4. El ego, por
otra parte, siempre exige derechos recÃprocos, ya que es competitivo en vez de
amoroso. 2Está siempre dispuesto a hacer tratos, pero no puede
comprender que ser igual a otro significa que no es posible hacer ningún
trato al respecto. 3Para ganar tienes que dar, no regatear. 4Regatear es imponer lÃmites en lo que se da, y eso no es la Voluntad
de Dios. 5Disponer lo mismo que Dios es crear como Él. 6Dios no limita en modo alguno Sus regalos. 7Tú constituyes Sus regalos, por
consiguiente, tus regalos son necesariamente como los Suyos. 8Los
regalos que le haces al Reino no pueden sino ser como los regalos que El te hace
a ti.
5. Yo le di al
Reino únicamente amor porque creà que eso era lo que yo era. 2Lo que
tú crees ser determina los regalos que haces, y si Dios te creó extendiéndose a
Sà Mismo hasta dar lugar a lo que eres, sólo puedes extenderte a ti mismo tal
como Él lo hizo. 3Sólo la dicha aumenta eternamente, pues la dicha y
la eternidad son inseparables. 4Dios se extiende hacia afuera, más
allá de todo lÃmite y más allá del tiempo, y tú que eres co-creador con Él,
extiendes Su Reino eternamente y más allá de todo lÃmite. 5La
eternidad es el sello indeleble de la creación. 6Los eternos son
felices y viven en paz eternamente.
6. Pensar como
Dios es compartir Su certeza acerca de lo que eres, y crear como Él es compartir
el Amor perfecto que Él comparte contigo. 2Hacia esto te conduce
el EspÃritu Santo, para que tu dicha sea total porque el Reino de Dios es
Ãntegro. 3He dicho que el último paso en el redespertar al
conocimiento lo da Dios. 4Esto es verdad, pero es difÃcil de explicar
con palabras porque las palabras son sÃmbolos, y lo que es verdad no necesita
explicación. 5El EspÃritu Santo, no obstante, tiene la tarea de
traducir lo inútil a lo útil, lo que no tiene significado a lo significativo y
lo temporal a lo eterno. 6El EspÃritu Santo puede, por consiguiente,
decirte algo acerca de este último paso.
7. Dios no da
pasos porque Sus obras no se realizan de forma gradual. 2No enseña,
porque Sus creaciones son inalterables. 3No hace nada al final,
porque El creó primero y para siempre. 4Debe entenderse que la
palabra "primero", cuando se aplica a Dios, no es un concepto temporal. 5Él es el primero en el sentido de que es el Primero en la SantÃsima
Trinidad. 6Es el Creador Principal porque creó a Sus
co-creadores. 7De ahà que el tiempo no le ataña a Él ni a lo que Él
creó. 8Por lo tanto, el "último paso" que Dios dará fue cierto al
principio, es cierto ahora y será cierto eternamente. 9Lo que es
eterno está siempre presente porque su ser es eternamente inmutable. 10No cambia al aumentar porque fue creado para expandirse
eternamente. 11Si no percibes su expansión significa que no
sabes lo que es, 12ni tampoco Quién lo creó. 13Dios no te
revela esto porque nunca estuvo oculto. 14Su luz jamás estuvo velada
porque Su Voluntad es compartirla. 15¿Y cómo iba a ser posible que lo
que se comparte plenamente se hubiese ocultado primero para luego ser
revelado?
LECCIÓN
63
La
luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a través de mi
perdón.
1. ¡Cuán santo eres tú que tienes el poder de brindar
paz a todas las mentes! 2¡Cuán bendito eres que puedes aprender a
reconocer los medios por lo que esto se puede lograr a través de ti! 3¿Qué otro propósito podrÃas tener que pudiese brindarte mayor
felicidad?
2. Ciertamente eres la luz del mundo con semejante
función. 2El Hijo de Dios apela a ti para su redención. 3En tus manos está poder concedérsela porque te pertenece. 4No aceptes en su lugar ningún propósito trivial ni ningún deseo
insensato; o te olvidarás de tu función y dejarás al Hijo de Dios en el
infierno. 5No se te está haciendo una petición vana. 6Se
te está pidiendo que aceptes la salvación, para que asà la puedas
dar.
3. Puesto que reconocemos la importancia de esta
función, estaremos más que dispuestos a recordarla tan a menudo como nos
sea posible a lo largo del dÃa. 2Empezaremos el dÃa reconociendo
nuestra función y lo concluiremos pensando en ella. 3Repetiremos
lo siguiente tantas veces como nos sea posible en el transcurso del
dÃa:
4La luz del mundo
le brinda paz a todas las mentes a través de mi
perdón.
5Yo
soy el instrumento
que Dios ha designado para la salvación del mundo.
4. Si cierras los ojos probablemente te resultará más
fácil dejar que acudan a tu mente pensamientos afines, durante el minuto o dos
que debes dedicar a reflexionar sobre esto. 2No obstante, no esperes
a que se presente tal oportunidad. 3No se debe perder ni una sola
ocasión para reforzar la idea de hoy. 4Recuerda que el Hijo de Dios
apela a ti para su salvación. 5¿Y quién sino tu Ser es el Hijo de
Dios?
4 DE
MARZO
II. La ley del
Reino
1. Curar es el
único tipo de pensamiento en este mundo que se asemeja al Pensamiento de Dios, y
por razón de los elementos que ambos tienen en común, el Pensamiento de Dios
puede transferirse fácilmente a él. 2Cuando un hermano se
percibe a sà mismo enfermo, se está percibiendo como un ser incompleto, y, por
ende, necesitado. 3Si tú también lo percibes asÃ, lo estás viendo
como si realmente no formase parte del Reino y se encontrase separado de él,
.con lo cual el Reino queda velado para ambos. 4La enfermedad y la
separación no son de Dios, pero el Reino sÃ. 5Si enturbias el Reino
estarás percibiendo lo que no es de Dios.
2. Curar es,
por consiguiente, corregir la percepción de tu hermano y la tuya
compartiendo con él el EspÃritu Santo. 2Esto os sitúa a ambos dentro
del Reino y reinstaura la plenitud del mismo en vuestras mentes. 3Es
también un reflejo de la creación porque unifica al aumentar e integra al
extender. 4Lo que proyectas o extiendes es real para ti. 5Esta es una ley inmutable de la mente, tanto en este mundo como en
el Reino. 6El contenido, sin embargo, es diferente en este mundo
porque los pensamientos que dicha ley gobierna aquà son muy diferentes de los
Pensamientos del Reino. 7Las leyes deben adaptarse a las
circunstancias si es que han de mantener el orden. 8La
caracterÃstica más sobresaliente de las leyes de la mente, tal como operan en
este mundo, es que al obedecerlas -y yo te aseguro que tienes que obedecerlas-
puedes obtener resultados diametralmente opuestos. 9Esto se debe
a que dichas leyes han sido adaptadas a las circunstancias de este mundo, en el
que parece posible obtener resultados diametralmente opuestos porque puedes
responder a dos voces que se oponen entre sÃ.
3. La ley que
prevalece dentro del Reino se adapta fuera de él a la premisa: "Crees en lo que
proyectas". 2Ésa es la manera en que enseña porque fuera del Reino es
esencial aprender. 3Dicha manera de enseñar implica que aprenderás lo
que eres de lo que has proyectado sobre los demás, y de lo que, por lo tanto,
crees que ellos son. 4En el Reino ni se enseña ni se aprende porque
en él no hay creencias. 5Tan sólo hay certeza. 6Dios y Sus
Hijos, en la certeza de ser, saben que eres lo que extiendes. 7Esa
expresión de la ley no se puede adaptar a nada porque es la ley de la creación. 8Dios Mismo creó la ley al crear mediante ella, 9y Sus Hijos,
que crean de la misma manera que Él, la acatan de buen grado sabiendo que la
expansión del Reino depende de ella, tal como de ella dependió su propia
creación.
4. Para que
las leyes puedan ser útiles tienen que comunicarse. 2En efecto,
tienen que ser traducidas para aquellos que hablan distintos idiomas. 3Un buen traductor, no obstante, si bien tiene que alterar la forma
de lo que traduce, jamás altera el significado. 4De hecho, su único
propósito es cambiar la forma de modo que la traducción conserve el significado
original. 5El EspÃritu Santo es el traductor de las leyes de Dios
para aquellos que no las entienden. 6Tú no podrÃas hacer eso por tu
cuenta porque una mente en conflicto no puede serle fiel a un solo
significado, y, por lo tanto, altera el significado para conservar la
forma.
5. El
propósito del EspÃritu Santo al traducir es exactamente el opuesto. 2Traduce únicamente para conservar -en todos los idiomas y desde
cualquier punto de vista- el significado original. 3Por consiguiente,
se opone a la idea de que las diferencias en lo relativo a la forma sean
significativas, subrayando siempre que esas diferencias no importan. 4El significado de su mensaje es siempre el mismo: lo único
que importa es el significado. 5La ley de Dios que rige a la creación
no entraña el uso de la verdad para convencer a Sus Hijos de la verdad. 6La extensión de la verdad que es la ley del Reino radica únicamente en
el conocimiento de lo que es la verdad. 7Ésta es tu herencia y no
tiene que aprenderse en absoluto, pero cuando te desheredaste a ti mismo te
convertiste por necesidad en un alumno.
6. Nadie pone
en duda la relación que existe entre el aprendizaje y la memoria. 2Es
imposible aprender sin memoria, ya que lo que se aprende tiene que ser
consistente para que sé pueda recordar. 3Por eso es por lo que la
enseñanza del EspÃritu Santo es una lección que enseña a recordar. 4Dije anteriormente que el EspÃritu Santo enseña a recordar y a
olvidar, pero olvidar sirve únicamente para que recuerdes de manera más
consistente. 5Olvidas para poder recordar mejor. 6No
entenderás Sus traducciones mientras sigas escuchando dos maneras de
interpretarlas. 7Tienes por lo tanto, que olvidar o renunciar a una
para poder entender la otra. 8Ésta es la única manera en que
puedes aprender lo que es la consistencia, para que finalmente tú mismo puedas ser consistente.
7. ¿Qué
significado puede tener la perfecta consistencia del Reino para los que están
confundidos? 2Es evidente que la confusión del alumno interfiere en
su entendimiento de tal significado, y, por lo tanto, le impide apreciarlo. 3En el Reino no hay confusión porque sólo hay un significado. 4Este significado procede de Dios y es Dios. 5Puesto que es
también lo que tú eres, es algo que compartes y extiendes tal como tu Creador lo
hiciera. 6Esto no tiene que ser traducido porque se entiende
perfectamente, pero sà necesita extensión porque significa extensión. 7La comunicación es perfectamente directa y está perfectamente
unificada. 8Es completamente libre porque nada discordante puede
jamás infiltrarse en ella. 9Por eso es por lo que es el Reino de
Dios. 10Le pertenece a Él y es, por lo tanto, como Él. 11Ésa es su realidad, y no hay nada que pueda
afectarla.
No
dejes que me olvide de mi función.
1. La idea de hoy es simplemente otra manera de
decir: "No me dejes caer en la tentación". 2El propósito del mundo
que ves es nublar tu función de perdonar y proveerte de una justificación por
haberte olvidado de ella. 3Es asimismo la tentación de abandonar
a Dios y a Su Hijo adquiriendo una apariencia fÃsica. 4Esto es lo que
los ojos del cuerpo ven.
2.
Nada de lo que los ojos del cuerpo parecen ver puede ser otra cosa que una forma
de tentación, ya que ése fue el propósito del cuerpo en sÃ. 2Hemos
aprendido, no obstante, que el EspÃritu Santo tiene otro uso para todas las
ilusiones que tú has forjado, y, por lo tanto, ve en ellas otro propósito. 3Para el EspÃritu Santo el mundo es un lugar en el que aprendes a
perdonarte a ti mismo lo que consideras son tus pecados. 4De acuerdo
con esta percepción, la apariencia fÃsica de la tentación se convierte en el
reconocimiento espiritual de la salvación.
3.
Al repasar nuestras últimas lecciones, vemos que tu función aquà es ser la luz del mundo, y que es una función
que Dios Mismo te dio. 2La arrogancia del ego es lo único que te hace
poner esto en duda, y el miedo del ego lo único que te induce a
considerarte a ti mismo indigno de la tarea que Dios Mismo te
encomendó. 3La salvación del mundo aguarda tu perdón porque a
través de él el Hijo de Dios se libera de todas las ilusiones y, por ende, de
toda tentación. 4El Hijo de Dios eres
tú.
4. Sólo desempeñando la función que Dios te dio
podrás ser feliz. 2Esto se debe a que tu función es ser feliz
valiéndote de los medios mediante los cuales la felicidad se vuelve inevitable. 3No hay otra manera. 4Por lo tanto, cada vez que eliges
entre si desempeñar o no tu función, estás en realidad eligiendo entre ser feliz
o no serlo.
5. Recordemos esto hoy. 2Tengámoslo
presente por la mañana, por la noche, y también a lo largo del dÃa. 3Prepárate de antemano para todas las decisiones que tengas que tomar
hoy, recordando que todas ellas son en realidad muy simples. 4Cada
una te conducirá ya sea a la felicidad o a la infelicidad. 5¿Puede ser acaso difÃcil tomar una decisión tan simple? 6No permitas que la forma de la decisión te engañe. 7Complejidad en lo relativo a la forma no implica complejidad en lo
relativo al contenido. 8Es imposible que el contenido de cualquier
decisión aquà en la tierra se componga de cualquier otra cosa que no sea esta
simple elección. 9Ésta es la única elección que el EspÃritu Santo ve. 10Por lo tanto, es la única elección que
existe.
6. Practiquemos hoy, pues, con estos
pensamientos:
2No
dejes que me olvide de mi función.
3No
dejes que trate de sustituir la que Dios me dio por la
mÃa.
4Déjame
perdonar y ser feliz.
5Por
lo menos una vez hoy, dedica diez o quince minutos a reflexionar acerca de
esto con los ojos cerrados. 6Pensamientos afines acudirán en tu ayuda
si recuerdas cuán crucial es tu función para ti y para el
mundo.
7. En las aplicaciones frecuentes de la idea de hoy a
lo largo del dÃa, dedica varios minutos a repasar estos pensamientos y luego a
pensar en ellos y en nada más. 2Esto te resultará difÃcil, sobre todo
al principio, ya que aún no tienes la disciplina mental que ello requiere. 3Tal vez necesites repetir: "No dejes que me olvide de mi función"
con bastante frecuencia para que te ayude a
concentrarte.
8. Hoy se requieren dos variaciones de las
sesiones de práctica más cortas. 2Haz los ejercicios con los ojos
cerrados algunas veces, tratando de concentrarte en los pensamientos que estés
usando. 3En otras, mantén los ojos abiertos una vez que hayas
repasado los pensamientos, y luego mira a tu alrededor lenta e imparcialmente,
repitiendo para tus adentros:
4Éste
es el mundo que es mi función salvar.
5 DE
MARZO
III. La
realidad del Reino
1. El EspÃritu
Santo enseña sólo una lección, y la aplica a todo el mundo y en toda
circunstancia. 2Dado que Él está libre de conflictos, aprovecha
al máximo todos los esfuerzos y todos los resultados. 3Al enseñarte
el poder del Reino de Dios, el EspÃritu Santo te enseña que todo poder te
pertenece. 4Su aplicación no importa. 5Es siempre máxima. 6Tu vigilancia no establece que el poder sea tuyo, pero te permite
usarlo siempre y en cualquier forma que sea. 7Cuando dije: "Estoy
siempre con vosotros", lo dije en un sentido muy literal. 8Jamás me
aparto de nadie en ninguna situación. 9Y puesto que estoy siempre
contigo, tú eres el camino, la verdad y la vida. 10Tú no creaste ese
poder, como tampoco lo creé yo. 11Fue creado para ser
compartido, y, por lo tanto, no tiene ningún sentido percibirlo como si fuese el
patrimonio de uno solo a expensas de los demás. 12Tal percepción lo
desproveerÃa de significado al eliminar o pasar por alto su único y
verdadero significado.
2. El significado
de Dios espera en el Reino porque allà es donde Él lo ubicó. 2No espera en el tiempo. 3Simplemente descansa en el Reino porque allà es donde le corresponde
estar, al igual que a ti. 4¿Cómo ibas a percibirte a ti mismo como si
no formases parte del significado de Dios cuando tú mismo eres ese significado? 5Sólo si te consideras irreal puedes percibirte a ti mismo como
separado de tu significado. 6Por esto es por lo que el ego es
demente: te enseña que no eres lo que eres. 7Eso es tan
contradictorio que es claramente imposible. 8Es, por lo tanto, una
lección que no puedes aprender realmente, y que, por consiguiente, no puedes
realmente enseñar. 9Mas siempre estás enseñando. 10Tienes, entonces, que estar enseñando otra cosa, a pesar de que el
ego no sabe lo que es. 11El ego, pues, está siendo des-hecho
continuamente, y sospecha de tus motivos. 12Tu mente no puede
estar unificada cuando le es fiel al ego porque la mente no le pertenece a él. 13Sin embargo, lo que para el ego es "traición", para la paz es
lealtad. 14El "enemigo" del ego es, por lo tanto, tu
amigo.
3. Dije
anteriormente que el amigo del ego no forma parte de ti porque el ego se percibe
a sà mismo en estado de guerra y, por ende, necesitado de aliados. 2Tú, que no estás en guerra, debes ir en
busca de hermanos y reconocer en todo aquel que veas a tu hermano, ya que
únicamente los que son iguales están en paz. 3Puesto que los Hijos de
Dios gozan de perfecta igualdad, no pueden competir porque lo tienen todo. 4Sin embargo, si perciben a cualquiera de sus hermanos de cualquier
otra forma que no sea con perfecta igualdad es que se ha adentrado en sus mentes
la idea de la competencia. 5No subestimes la necesidad que tienes de
mantenerte alerta contra esa idea, ya
que todos tus conflictos proceden de ella. 6Dicha idea es la creencia de que es posible tener
intereses conflictivos, y significa, por lo tanto, que has aceptado que lo
imposible es verdad. 7¿No es eso lo mismo que decir que te percibes a
ti mismo como si fueses irreal?
4. Estar en el
Reino quiere decir que pones toda tu atención en él. 2Mientras sigas
creyendo que puedes prestar atención a lo que no es cierto, estarás eligiendo
aceptar el conflicto. 3Mas ¿es esto realmente una elección? 4Parece serlo, pero las apariencias y la realidad no pueden ser
lo mismo. 5Tú, que eres el
Reino, no tienes nada que ver con las apariencias. 6La realidad es
tuya porque tú eres la realidad. 7De esta manera es como en última
instancia tener y ser se reconcilian
en tu mente, no en el Reino. "El altar que se encuentra allà es la única
realidad. 9El altar es perfectamente inequÃvoco en el pensamiento
porque es un reflejo del Pensamiento perfecto. 10Tu mente recta ve únicamente: hermanos
porque ve únicamente en su propia luz.
5. Dios Mismo
iluminó tu mente, y la mantiene iluminada con Su Luz porque Su Luz es lo que tu
mente es. 2Esto está más allá de cualquier duda, y cuando lo pones en
duda se te da una respuesta. 3La Respuesta simplemente cancela
la pregunta al establecer el hecho de que poner en duda la realidad no
tiene sentido. 4De ahà que el EspÃritu Santo nunca ponga nada en
duda. 5Su única función es eliminar lo cuestionable y, por ende,
conducir a la certeza. 6Los que tienen certeza gozan de perfecta
calma porque no tienen dudas. 7No cuestionan nada porque en sus
mentes no entra nada que sea cuestionable. 8Esto los mantiene en un
estado de perfecta serenidad, ya que al saber lo que son, eso es lo que
comparten.
LECCIÓN
65
Mi
única función es la que Dios me dio.
1. La idea de hoy reafirma tu compromiso con la
salvación. 2También te recuerda que no tienes ninguna otra función
salvo ésa. 3Ambos pensamientos son obviamente necesarios para un
compromiso total. 4La salvación no podrá ser tu único propósito
mientras sigas abrigando otros. 5Aceptar la salvación como tu
única función entraña necesariamente dos fases: el reconocimiento de que la
salvación es tu función, y la renuncia a todas las demás metas que tú mismo has
inventado.
2. Ésta es la única manera en que puedes ocupar el
lugar que te corresponde entre los salvadores del mundo. 2Ésta es la
única manera en que puedes decir, y decirlo en serio: "Mi única función es la
que Dios me dio". 3Y ésta es la única manera en que puedes encontrar
paz.
3. Hoy, y durante los próximos dÃas, reserva diez o
quince minutos para una sesión de práctica más prolongada, en la que trates
de entender y aceptar el verdadero significado de la idea de hoy. 2La
idea de hoy te ofrece el que puedas escapar de todas las dificultades que
percibes. 3Pone en tus manos la llave que abre la puerta de la paz,
la cual tú mismo cerraste. 4Es la respuesta a la incesante búsqueda
en la que has estado enfrascado desde los orÃgenes del
tiempo.
4. Trata, en la medida de lo posible, de llevar a
cabo las sesiones de práctica más largas a la misma hora todos los dÃas. 2Trata asimismo, de fijar esa hora de antemano, y de adherirte
luego al máximo al horario establecido. 3El propósito de esto es organizar tu dÃa de tal
manera que hayas reservado tiempo para Dios, asà como para todos los propósitos
y objetivos triviales que persigues. 4Esto es parte del
entrenamiento a largo plazo que tu mente necesita para adquirir disciplina, de
modo que el EspÃritu Santo pueda valerse de ella de manera consistente para el
propósito que comparte contigo.
5.
En la sesión de práctica más prolongada, comienza repasando la idea de hoy. 2Luego cierra los ojos y repite la idea para tus adentros una vez
más, observando tu mente con gran detenimiento a fin de poder captar
cualquier pensamiento que cruce por ella. 3Al principio, no trates de
concentrarte exclusivamente en aquellos pensamientos que estén relacionados con
la idea de hoy. 4Trata, más bien, de poner al descubierto cada
pensamiento que surja para obstaculizarla. 5Toma nota de cada uno de
ellos con el mayor desapego posible según se presente, y deséchalos uno por uno
a medida que te dices a ti mismo:
6Este
pensamiento refleja un objetivo que me está impidiendo aceptar mi única
función.
6. Después de un rato, te resultará más difÃcil poder
detectar los pensamientos que causan interferencia. 2Sigue tratando,
no obstante, durante un minuto más o menos, intentando detectar
algunos de los pensamientos vanos que previamente eludieron tu atención,
pero sin afanarte o esforzarte innecesariamente en ello. 3Luego
repite para tus adentros:
4Que
en esta tabla rasa quede escrita mi verdadera función.
5No es preciso que uses estas mismas palabras,
pero trata de tener la sensación de que estás dispuesto a que tus propósitos
ilusorios sean reemplazados por la verdad.
7. Finalmente, repite la idea de hoy una vez más y
dedica el resto de la sesión de práctica a reflexionar sobre la importancia que
dicha idea tiene para ti, el alivio que su aceptación te ha de brindar al
resolver todos tus conflictos de una vez por todas, y lo mucho que realmente
deseas la salvación, a pesar de tus absurdas ideas al
contrario.
8. En las sesiones de práctica más cortas, que
deben hacerse por lo menos una vez por hora, usa el siguiente modelo al aplicar
la idea de hoy:
2Mi
única función es la que Dios me dio. 3No
quiero ninguna otra ni tengo ninguna otra.
4Cierra
los ojos en algunas ocasiones al practicar esto, y en otras, manténlos abiertos
mientras miras a tu alrededor. 5Lo que ahora ves será totalmente
diferente cuando aceptes la idea de hoy sin reservas.
6 DE
MARZO
IV. La
curación como reconocimiento de la verdad
1. La verdad
sólo puede ser reconocida y necesita únicamente ser reconocida. 2La inspiración procede del EspÃritu Santo, y la certeza de
Dios, tal como lo estipulan Sus leyes. 3Ambas cosas, por lo tanto,
proceden de la misma Fuente, porque la inspiración procede de la Voz que
habla en favor de Dios, y la certeza, de las leyes de Dios. 4La
curación no procede directamente de Dios, Quien sabe que Sus creaciones gozan de
perfecta plenitud. 5Aun asÃ, la curación sigue siendo parte del
ámbito de Dios porque procede de Su Voz y de Sus leyes. 6Es el
resultado de éstas, en un estado mental que no conoce a Dios. 7Ese
estado le es desconocido a Él, y, por lo tanto, no existe, pero aquellos que
duermen no son conscientes. 8Puesto que no son conscientes, no
saben nada.
2. El EspÃritu
Santo tiene que operar a través de ti
para enseñarte que Él mora en ti. 2Es éste un paso intermedio encaminado al conocimiento de que tú
estás en Dios porque formas parte de Él. 3Los milagros que el
EspÃritu Santo inspira no pueden entrañar grados de dificultad porque todas las
partes de la creación son de un mismo orden. 4Ésa es la Voluntad de
Dios y la tuya. 5Las leyes de Dios asà lo estipulan, y el EspÃritu
Santo te lo recuerda. 6Cuando curas, estás recordando las leyes de
Dios y olvidándote de las del ego. 7Dije anteriormente que olvidar es
simplemente una forma de recordar mejor. 8Olvidar, por lo tanto,
cuando se percibe correctamente, no es lo opuesto a recordar. 9Si se
percibe incorrectamente, da lugar a una percepción que está en conflicto con
alguna otra cosa, como ocurre con toda percepción incorrecta. 10Mas si se percibe correctamente, puede usarse como un medio para
escapar del conflicto, como ocurre con toda percepción
correcta.
3. El ego no
quiere enseñarle a nadie lo que ha aprendido, pues eso serÃa contrario a su
propósito. 2Por lo tanto, no aprende nada en absoluto. 3El
EspÃritu Santo te enseña a usar lo que el ego ha fabricado a fin de enseñarte lo
opuesto a lo que el ego ha "aprendidoâ€. 4Lo que el ego ha
aprendido es tan irrelevante como la facultad particular que utilizó para
aprenderlo. 5Lo único que tienes que hacer es esforzarte por
aprender, pues el EspÃritu Santo tiene un objetivo unificado para tus esfuerzos. 6Si se aplican diferentes facultades a un solo objetivo durante
un perÃodo de tiempo lo suficientemente largo, las facultades en sà se
unifican. 7Esto se debe a que se canalizan en una sola
dirección, o de la misma manera. 8En última instancia, pues, todas
contribuyen a un mismo resultado, y, en virtud de ello, se pone de relieve lo
que tienen en común en vez de sus diferencias.
4. Todas las
capacidades deben entregársele, por lo tanto, al EspÃritu Santo, Quien sabe
cómo usarlas debidamente. 2Las usa exclusivamente para curar
porque únicamente te conoce en tu plenitud. 3Al curar aprendes lo que
es la plenitud, y al aprender lo que es la plenitud, aprendes a recordar a Dios. 4Te has olvidado de Él, pero el EspÃritu Santo entiende que tu olvido
tiene que ser transformado en una forma de recordar.
5. El objetivo
del ego es tan unificado como el del EspÃritu Santo, y por ello sus respectivos
objetivos jamás podrán reconciliarse en modo alguno ni desde ningún punto de
vista. 2El ego siempre trata de dividir y separar. 3El
EspÃritu Santo, de unificar y curar. 4A medida que curas, eres
curado, ya que el EspÃritu Santo no ve grados de dificultad en la curación. 5Curar es la manera de desvanecer la creencia de que existen
diferencias; al ser la única manera de percibir a la Filiación como una sola
entidad. 6Esta percepción, por lo tanto, está en armonÃa con las
leyes de Dios; aun cuando tiene lugar en un estado mental que no está en armonÃa
con el Suyo. 7La fuerza de la percepción correcta es tan grande que
pone a la mente en armonÃa con la Mente de Dios, pues se encuentra al servicio
de Su Voz, la cual mora en todos vosotros.
6. Pensar que
puedes oponerte a la Voluntad de Dios es un verdadero desvarÃo. 2El ego cree que puede hacerlo y que puede ofrecerte su propia
"voluntad" como regalo. 3Mas
esa voluntad no te interesa. 4No es un regalo. 5No es
nada en absoluto. 6Dios te ha dado un regalo que simultáneamente tienes y eres. 7Cuando no lo
usas, te olvidas de que lo tienes. 8Al no recordarlo, no sabes lo que
eres. 9Curar, por consiguiente, es una manera de abordar el
conocimiento pensando de acuerdo con las leyes de Dios y reconociendo su
universalidad. 10Sin este reconocimiento, haces que esas leyes no
signifiquen nada para ti. 11Aun asÃ, Sus leyes siguen teniendo
sentido, ya que encierran todo el significado que existe, el cual está contenido
en ellas.
7. Busca
primero el Reino de los Cielos porque ahà es donde las leyes de Dios operan
verdaderamente, y no pueden sino operar verdaderamente porque son las leyes de
la verdad. 2Pero busca sólo eso, puesto que no puedes encontrar nada
más. 3No hay nada más. 4Dios es el Todo de todo en un
sentido muy literal. 5Todo ser existe en Él, que es todo Ser. 6Por lo tanto, tú existes en Él, ya que tu Ser es el Suyo. 7Curar es una manera de olvidar la sensación de peligro que el ego ha
sembrado en ti, al no reconocer la existencia de éste en tu hermano. 8Esto refuerza al EspÃritu Santo en ambos porque significa
que te has negado a darle validez al miedo. 9El amor sólo necesita
esta invitación. 10El amor llega libremente a toda la Filiación, al
ser lo que la Filiación es. 11Cuando despiertas al amor, estás
simplemente olvidando lo que no eres, 12lo cual te capacita para
recordar lo que sà eres.
LECCIÓN
66
Mi
función y mi felicidad son una.
1. Seguramente habrás notado que en nuestras
lecciones más recientes hemos hecho hincapié en la conexión que existe entre
desempeñar tu función y alcanzar la felicidad. 2Esto ha sido asÃ
porque realmente tú no ves la conexión. 3Sin embargo, se trata de
algo más que una simple conexión: son una misma cosa. 4La manera en
que cada una se manifiesta es distinta, pero el contenido es exactamente el
mismo.
2. El ego está batallando constantemente con el
EspÃritu Santo en torno a la cuestión
fundamental de cuál es tu función. 2También batalla con Él
constantemente con respecto a qué es tu felicidad. 3No es ésta una
batalla que tenga dos contendientes. 4El ego ataca y el EspÃritu
Santo no responde. 5Él sabe cuál es tu función. 6Él sabe
que es tu felicidad.
3. Hoy intentaremos ir más allá de esta batalla
completamente absurda y arribar a la verdad con respecto a tu función. 2No
nos vamos a enfrascar en argumentos fútiles con respecto a lo que es tu función. 3No vamos a tratar inútilmente de definir lo que es la felicidad ni de determinar los medios para
alcanzarla. 4No vamos a gratificar al ego escuchando sus ataques
contra la verdad. 5Sencillamente nos alegraremos de que podemos
descubrir lo que ésta es.
4. El propósito de la sesión de práctica larga de hoy
es que aceptes el hecho de que no sólo existe una conexión muy real entre
la función que Dios te dio y tu felicidad, sino que ambas cosas son, de hecho,
lo mismo. 2Dios te da únicamente felicidad. 3Por lo tanto,
la función que Él te dio tiene que ser la felicidad, aunque parezca ser otra
cosa. 4Los ejercicios de hoy son un intento de ir más allá de estas
diferencias de aspecto y de reconocer un contenido común allà donde en verdad lo
hay.
5. Comienza la sesión de práctica de diez o quince
minutos reflexionando sobre estos
pensamientos:
2Dios me da
únicamente felicidad. 3Él me ha dado mi
función.
4Por lo tanto, mi
función tiene que ser la felicidad.
5Trata
de ver la lógica en esta secuencia, incluso si aún no aceptas la conclusión. 6Únicamente si los dos primeros pensamientos son erróneos, podrÃa ser
falsa la conclusión. 7Reflexionemos, entonces, por un rato sobre
estas premisas según practicamos.
6. La primera premisa es que Dios te da únicamente
felicidad. 2Esto, desde luego, podrÃa ser falso, pero para que fuese
falso serÃa preciso definir a Dios como algo que Él no es. 3El Amor
no puede dispensar maldad, y lo que
no es felicidad es maldad. 4Dios no puede dar lo que no tiene, ni
puede tener lo que Él no es. 5Si Dios no te diese únicamente
felicidad, ciertamente serÃa malvado. 6Y ésa es la definición que crees acerca de Él si no
aceptas la primera premisa.
7. La segunda premisa afirma que Dios te ha dado tu
función. 2Hemos visto que tu mente sólo tiene dos partes. 3Una de ellas la gobierna el ego y se compone de ilusiones. 4La otra es la morada del EspÃritu Santo, donde reside la verdad. 5Sólo puedes escoger entre estos dos guÃas, y los únicos resultados
que pueden proceder de tu elección son el miedo que el ego siempre engendra
o el amor que el EspÃritu Santo siempre ofrece para
reemplazarlo.
8. Asà pues, o bien fue Dios Quien estableció tu
función a través de Su Voz, o bien fue el ego, que tú inventaste para
reemplazarlo a Él. 2¿Cuál de estas posibilidades es verdad? 3A menos que hubiese sido Dios Quien te dio tu función, ésta sólo
podrÃa ser un regalo del ego. 4Mas ¿qué regalos puede dar el ego,
cuando él mismo es una ilusión y lo único que puede ofrecer son regalos
ilusorios?
9. Piensa en esto durante tu sesión de práctica más
larga de hoy. 2Piensa asimismo en las múltiples formas que tu
ilusoria función ha adoptado en tu mente, y en las muchas maneras por las que,
guiado por el ego, trataste de encontrar la salvación. 3¿La
encontraste? 4¿Te sentiste feliz? 5¿Te brindaron paz? 6Hoy necesitamos ser muy honestos. 7Recuerda objetivamente
los resultados que lograste y examina si en algún momento fue razonable pensar
que podÃas encontrar felicidad en nada que el ego jamás propusiera. 8Con todo, la única alternativa para la Voz del EspÃritu Santo es el
ego.
10. Prestarás oÃdos a la locura, o bien oirás la
verdad. 2Trata de hacer tu elección mientras reflexionas sobre las
premisas en las que se basa nuestra conclusión. 3Podemos concurrir
con esta conclusión, pero no con ninguna otra, toda vez que Dios Mismo
concurre con nosotros al respecto. 4La idea de hoy es otro paso
gigantesco hacia la percepción de lo que es lo mismo como lo mismo y de lo que es diferente como diferente. 5A un
lado están las ilusiones. 6Al otro, la verdad. 7Tratemos
hoy de darnos cuenta de que sólo la verdad es
verdad.
11. Para
las sesiones de práctica más cortas, que hoy te resultarán muy beneficiosas si
las llevas a cabo dos veces por hora, sugerimos la siguiente forma de
aplicación:
2Mi función y mi
felicidad son una porque Dios me dio las dos.
3No
te tomará más de un minuto, y probablemente menos, repetir estas palabras
lentamente y pensar en ellas por un rato mientras las
dices.
7 DE
MARZO
V. La curación
y la inmutabilidad de la mente
1. El cuerpo
no es más que un marco para desarrollar capacidades, lo cual no tiene nada
que ver con el uso que se hace de ellas. 2Dicho uso procede de una decisión. 3Los efectos de la decisión del ego al respecto son tan evidentes que
no hay necesidad de hablar más de ello, pero la decisión del EspÃritu Santo de
utilizar el cuerpo únicamente como un medio de comunicación tiene una conexión
tan directa con la curación que sà requiere aclaración. 4El sanador
que no se ha curado obviamente no entiende su propia
vocación.
2. Sólo las
mentes pueden comunicarse. 2Puesto que el ego no puede destruir el
impulso de comunicar porque es también el impulso de crear, sólo puede enseñarte
que el cuerpo puede comunicarse asà como crear, y, por ende, que no tiene
necesidad de la mente. 3El ego, por consiguiente, trata de enseñarte
que el cuerpo puede actuar como la mente y que es, por lo tanto,
autosuficiente. 4Sin embargo, hemos aprendido que ni la
enseñanza ni el aprendizaje tienen lugar en el nivel del comportamiento, toda
vez que puedes actuar de acuerdo con lo que no crees. 5Al hacerlo,
sin embargo, pierdes fuerza como maestro y como estudiante porque, tal como
se ha señalado repetidamente, enseñas lo que crees 6Las lecciones
contradictorias se enseñan mal y se aprenden mal. 7Si enseñas
enfermedad y curación, eres al mismo tiempo un mal maestro y un mal estudiante.
3. La
capacidad de curar es la única capacidad que cada persona puede y debe
desarrollar si es que se ha de curar. 2Curar es el medio de
comunicación del EspÃritu Santo en este mundo, y el único que acepta. 3No reconoce ningún otro porque no acepta la confusión que el ego
tiene entre mente y cuerpo. 4Las mentes se pueden comunicar, pero no
pueden hacer daño. 5El cuerpo, al servicio del ego, puede hacer daño
a otros cuerpos, pero eso no puede ocurrir a no ser que ya se le haya confundido
con la mente. 6Esta situación, no obstante, puede usarse en beneficio
de la curación o de la magia, pero debes recordar que la magia siempre implica
la creencia de que la curación es algo perjudicial. 7Esta creencia
completamente irracional es su premisa y, por consiguiente, no puede sino
proceder irracionalmente.
4. La curación
tan sólo fortalece. 2La magia siempre procura debilitar. 3La curación no percibe nada en el sanador, que todos los demás no
compartan con él. 4La magia ve siempre algo “especial†en el sanador,
que él cree que puede ofrecer como regalo a aquellos que no lo tienen. 5Puede que dicho sanador crea que ese regalo procede de Dios, pero
resulta evidente que no entiende a Dios si cree tener algo que los demás no
tienen. ..
5. El EspÃritu
Santo no actúa al azar, y toda curación que procede de Él es siempre eficaz. 2A menos que el sanador cure siempre por mediación Suya los resultados
variarán. 3Sin embargo, la curación en sà es consistente, puesto que
sólo la consistencia está libre de conflicto, y sólo los que están libres de
conflicto son Ãntegros. 4Cuando el sanador admite que hay
excepciones, y que unas veces puede curar y otras no, está obviamente aceptando
la inconsistencia. 5Está, por lo tanto, en conflicto, y eso es
lo que está enseñando. 6¿SerÃa posible que lo que es de Dios no fuese
para todos y para siempre? 7El amor es incapaz de hacer excepciones. 8Sólo si hay miedo parece tener sentido idea de las excepciones. 9Las excepciones son amedrentadoras porque las engendra el miedo. 10La expresión "sanador temeroso" es una contradicción intrÃnseca y
es, por lo tanto, un concepto que sólo para una mente en conflicto podrÃa tener
sentido.
6. El miedo no
produce alegrÃa. 2La curación sÃ. 3El miedo siempre hace
excepciones. 4La curación nunca las hace. 5EI miedo
produce disociación porque genera separación. 6La curación siempre
produce armonÃa porque procede de la integración. 7Es predecible
porque se puede contar con ella. 8Se puede contar con todo lo que es
de Dios porque todo lo que es de Dios es completamente real. 9Se
puede contar con la curación porque la inspira Su Voz, y procede de acuerdo
con Sus leyes. 10Mas si la curación es consistente tu entendimiento
acerca de ella no puede ser inconsistente. 11El entendimiento
significa consistencia porque Dios significa consistencia. 12Puesto que ése es Su significado, es también el tuyo. 13Tu significado no puede estar en desacuerdo con el Suyo porque todo
lo que significas y lo único que significas procede de Su significado y es
como el Suyo. 14Dios no puede estar en desacuerdo Consigo Mismo,
y tú no puedes estar en desacuerdo con Él. 15No puedes separar tu Ser
de tu Creador, Quien te creó al compartir Su Ser contigo.
7. El sanador
que no ha sanado desea la gratitud de sus hermanos, pero él no les está
agradecido. 2Ello se debe a que cree que les está dando algo y que no
está recibiendo algo igualmente deseable a cambio. 3Lo que enseña se
ve limitado por lo poco que está aprendiendo. 4Su lección de curación
se ve limitada por su propia ingratitud, que es una lección de enfermedad. 5El verdadero aprendizaje es constante, y tan vital en su poder
de producir cambios que un Hijo de Dios puede reconocer su propio poder en un
instante y cambiar el mundo en el siguiente. 6Ello se debe a que al
cambiar de mentalidad, produce un cambio en el instrumento más poderoso que
jamás se le haya dado para cambiar. 7Esto no contradice en
modo alguno la inmutabilidad de la mente tal como Dios la creó, pero mientras
sigas aprendiendo a través del ego creerás que has efectuado un cambio en ella. 8Esto te pone en una situación en la que tienes que aprender una
lección aparentemente contradictoria: tienes que aprender a cambiar de
mentalidad con respecto a tu mente. 9Sólo asà puedes aprender que tu
mente es inmutable.
8. Eso es
exactamente lo que estás aprendiendo cuando llevas a cabo una curación. 2Estás
reconociendo que la mente de tu hermano es inalterable, al darte cuenta de
que es imposible que él hubiese podido efectuar un cambio en ella. 3Asà es como percibes al EspÃritu Santo en él. 4El
EspÃritu Santo en él es el único que nunca cambia Su Mente. 5Tu
hermano tal vez piense que él puede cambiar la suya o, de otro modo, no se
percibirÃa a sà mismo como enfermo. 6No sabe, por lo tanto, lo que es
su Ser. 7Si sólo ves en él lo inalterable en realidad no lo has
cambiado. 8Al cambiar de mentalidad acerca de su mente por él,
le ayudas a anular el cambio que su ego cree haber efectuado en
él.
9. De la misma
forma en que puedes oÃr dos voces, también puedes ver de dos maneras
distintas. 2Una de ellas te muestra una imagen o un Ãdolo al que tal
vez veneres por miedo, pero al que nunca amarás. 3La otra te muestra
sólo la verdad, a la que amarás porque la entenderás. 4Entender es
apreciar porque te puedes identificar con lo que entiendes, y al hacerlo parte
de ti, lo aceptas con amor. 5Asà es como Dios Mismo te creó: con
entendimiento, con aprecio y con amor. 6El ego es absolutamente
incapaz de entender esto porque no entiende lo que fabrica, ni lo aprecia, ni lo
ama. 7El ego incorpora a fin de arrebatar. 8Cree
literalmente que cada vez que priva a alguien de algo, él se engrandece. 9He hablado a menudo de la expansión que se produce en el
Reino mediante tus creaciones, las cuales pueden ser creadas únicamente
como lo fuiste tú. 10El Reino, que no es sino gloria excelsa y júbilo
perfecto, reside en ti para que lo des. 11¿No te gustarÃa
darlo?
10. No puedes
olvidarte del Padre porque yo estoy contigo, y yo no puedo olvidarme de Él. 2 Cuando te olvidas de mÃ, te olvidas de ti mismo y de Aquel que te
creó. 3Nuestros hermanos son olvidadizos. 4Por eso es por
lo que necesitan que te acuerdes de mà y de Aquel que me creó. 5Mediante ese recuerdo puedes cambiar sus mentes con respecto a
ellos mismos, tal como yo puedo cambiar la tuya. 6Tu mente es una luz
tan potente que tú puedes contemplar las mentes de tus hermanos e iluminarlas,
tal como yo puedo iluminar la tuya. 7No quiero compartir mi cuerpo en
el acto de comunión porque no estarÃa compartiendo nada. 8¿Por qué
iba tratar de compartir una ilusión con los santÃsimos Hijos de un santÃsimo
Padre? 9Y sin embargo lo hago. aQuiero
compartir mi mente contigo porque somos de una misma Mente, y ésa Mente es
nuestra. 10Contempla sólo esa Mente en todas partes porque sólo esa
Mente está en todas partes y en todas las cosas. 11Dicha Mente lo es
todo porque abarca a todas las cosas dentro de sÃ. 12Bendito seas tú
que percibes únicamente esto porque estás percibiendo únicamente lo que es
verdad.
11. Ven, por
lo tanto, a mà y descubre la verdad que mora en ti. 2La mente que tú
y yo compartimos la compartimos con todos nuestros hermanos, y a medida que
los vemos tal como verdaderamente son, ellos se curan. 3Deja que
tu mente brille junto con la mÃa en sus mentes, y que mediante el agradecimiento
que sentimos hacia ellos, cobren conciencia de la luz que hay en ellos. 4El resplandor de esta luz retornará a ti y a toda la Filiación
porque ésa es tu perfecta ofrenda a Dios. 5Él la aceptará y se la
dará a la Filiación porque al ser aceptable para Él, lo es también para Sus
Hijos. 6Esto es auténtica comunión con el EspÃritu Santo, Quien ve el
altar de Dios en todos, y al llevarlo a tu conciencia para que lo aprecies, te
exhorta a que ames a Dios y a Su creación. 7Sólo puedes apreciar
a la Filiación como una sola. 8Esto es parte de la ley que rige a la
creación, y, por lo tanto, gobierna todo pensamiento.
LECCIÓN
67
El
Amor me creó a semejanza de Sà Mismo.
1. La
idea de hoy es una afirmación exacta y cabal de lo qué eres. 2Por eso
es por lo que eres la luz del mundo. 3Por eso es por lo que Dios te
designó como el salvador del mundo. 4Por eso es por lo que el Hijo de
Dios apela a ti para su salvación. 5Él se salva por razón de lo que
tú eres. 6Hoy haremos todo lo posible por llegar a esta verdad acerca de ti y por darnos cuenta
plenamente, aunque sólo sea por un momento, de que es
verdad.
2. Durante
la sesión de práctica más larga pensaremos en tu realidad y en su
naturaleza completamente inalterada e inalterable. 2Comenzaremos
repitiendo esta verdad acerca de ti, y luego pasaremos unos minutos
añadiendo algunos pensamientos afines, tales como:
3La Santidad me
creó santo.
4La Bondad me
creó bondadoso.
5La Asistencia me
creó servicial.
6La Perfección me
creó perfecto.
7Cualquier
atributo que esté de acuerdo con la definición que Dios tiene de Sà Mismo es
apropiado. 8Hoy estamos tratando de enmendar tu definición de Dios y
de reemplazarla por la Suya. 9Y también estamos tratando de recalcar
el hecho de que tú formas parte de Su definición de SÃ
Mismo.
3. Una
vez que hayas reflexionado sobre varios de estos pensamientos afines a la
idea de hoy, trata, durante un breve intervalo preparatorio, de vaciar tu mente
de todo pensamiento y de ir más allá de todas las imágenes y conceptos que
tienes de ti mismo hasta llegar a la verdad en ti. 2Si el Amor te
creó a semejanza de Su Propio Ser, ese Ser tiene que estar en ti. 3Y tiene que estar en alguna parte de tu mente
donde tú lo puedas encontrar.
4. Tal
vez te resulte necesario repetir la idea de hoy de vez en cuando a fin de
reemplazar aquellos pensamientos que te distraigan. 2Puede que
también descubras que aun esto no es suficiente y que necesitas seguir añadiendo
otros pensamientos relacionados con la verdad acerca de ti. 3Sin
embargo, tal vez puedas superar todo eso y, valiéndote del intervalo en el
que tu mente está libre
de pensamientos, quizá puedas llegar a la conciencia de una luz resplandeciente
en la cual te reconoces a ti mismo tal como el Amor te creó. 4ConfÃa
en que hoy harás mucho por acercarte a esa conciencia, tanto si sientes que has
tenido éxito como si no.
5. Hoy
te resultará especialmente beneficioso practicar la idea del dÃa tan a menudo
como puedas. 2Necesitas oÃr la verdad acerca de ti tan a menudo como
sea posible, debido a que tu mente está tan ocupada con falsas imágenes de sÃ
misma. 3SerÃa sumamente beneficioso que te recordaras, cuatro o cinco
veces por hora, o incluso más si fuese posible, que el Amor te creó a semejanza
de Si Mismo. 4Oye en esto la verdad acerca de
ti.
6. Trata
de darte cuenta, durante las sesiones de práctica más cortas, de que no es
tu diminuta y solitaria voz la que te dice esto. 2Se trata de la Voz
de Dios, recordándote al Padre y a tu Ser. 3Se trata de la Voz de la
verdad, sustituyendo todo lo que el ego te dice acerca de ti mismo con la simple
verdad acerca del Hijo de Dios. 4El Amor te creó a semejanza de SÃ
Mismo.
LECCIÓN
68
El
amor no abriga resentimientos.
1. Tú,
que fuiste creado por el Amor
a semejanza de SÃ Mismo, no puedes abrigar resentimientos y conocer tu Ser. 2Abrigar resentimientos es olvidarte de quien eres. 3Abrigar resentimientos es verte a ti mismo como un cuerpo. 4Abrigar resentimientos es permitir que el ego gobierne tu mente
y condenar el cuerpo a morir. 5Quizá aún no hayas comprendido del
todo lo que abrigar resentimientos le ocasiona a tu mente. 6Te
hace sentir como si estuvieses enajenado de tu Fuente y fueses diferente de
Él. 7Te hace creer que Él es como aquello en lo que tú piensas que te
has convertido, pues nadie puede concebir que su Creador sea diferente de
sà mismo.
2. Escindido
de tu Ser, el Cual sigue consciente de Su semejanza con Su Creador, tu Ser
parece dormir, mientras que la parte de tu mente que teje ilusiones mientras
duerme, parece estar despierta. 2¿PodrÃa ser todo esto el resultado
de abrigar resentimientos? 3¡Desde luego que sÃ! 4Pues
aquel que abriga resentimientos niega haber sido creado por el Amor, y en su
sueño de odio, su Creador se ha vuelto algo temible. 5¿Quién podrÃa
tener sueños de odio y no temer a Dios?
3. Es
tan cierto que aquellos que abrigan resentimientos forjarán una nueva definición
de Dios de acuerdo con su propia imagen, como que Dios los
creó a Semejanza de Sà Mismo y los definió como parte de Él. 2Es tan
cierto que aquellos que abrigan resentimientos sentirán culpabilidad, como
que los que perdonan hallarán la paz. 3Y es igualmente cierto que aquellos que
abrigan resentimientos se olvidarán de quienes son, como que los que perdonan lo
recordarán.
4. ¿No
estarÃas dispuesto a abandonar tus resentimientos si creyeras que todo esto
es cierto? 2Tal vez crees que no puedes desprenderte de tus
resentimientos. 3Esto, sin embargo, no es sino una cuestión de
motivación. 4Hoy trataremos de ver cómo te sentirÃas sin ellos. 5Si lo
logras, aunque sea brevemente, jamás volverás a tener problemas de
motivación.
5. Comienza
la sesión de práctica más larga de hoy escudriñando tu mente en busca de
aquellas personas que son objeto de lo que según tú son tus mayores
resentimientos. 2Algunas de ellas serán muy fáciles de identificar. 3Piensa luego en los resentimientos aparentemente
insignificantes que abrigas en contra de aquellas personas a quienes
aprecias e incluso crees amar. 4Muy pronto te darás cuenta de que no
hay nadie contra quien no abrigues alguna clase de resentimiento. 5Esto te ha dejado solo en medio de todo el universo tal como te
percibes a ti mismo.
6. Resuélvete ahora a ver a todas esas personas como
amigos. 2Diles a todas ellas, pensando en cada una por
separado:
3Te consideraré
mi amigo, para poder recordar que eres parte de mà y asà poder llegar a
conocerme a mà mismo.
4Pasa
el resto de la sesión tratando de imaginarte a ti mismo completamente en
paz con todo el mundo y con todo, a salvo en un mundo que te protege y te ama, y
al que tú, a tu vez, amas. 5Siente como la seguridad te rodea, te
envuelve y te sustenta. 6Trata de creer, por muy brevemente que sea,
que no hay nada que te pueda causar daño alguno. 7Al final de la
sesión de práctica di para tus adentros:
8El amor no
abriga resentimientos.
9Cuando me
desprenda de mis resentimientos sabré que estoy perfectamente a
salvo.
7. Las sesiones de práctica cortas deben incluir una
rápida aplicación de la idea de hoy tal como se indica a continuación, la
cual deberá hacerse siempre que surja un pensamiento de resentimiento
contra alguien, tanto si esa persona está fÃsicamente presente como si
no:
2El amor no
abriga resentimientos. 3No traicionaré a
mi propio Ser.
4Además
de eso, repite la idea varias veces por hora de la siguiente
manera:
5El amor no
abriga resentimientos. 6QuÃero despertar a la verdad de mi Ser
dejando a un lado todos mis resentimientos y despertando en
Él.
Mis
resentimientos ocultan la luz del mundo en mÃ.
1. Nadie puede ver lo que tus resentimientos ocultan. 2Debido a que tus resentimientos ocultan la luz del mundo en ti, todo
el mundo se halla inmerso en la oscuridad, y tú junto con ellos. 3Pero a medida que el velo de tus resentimientos se descorre, tú te
liberas junto con ellos. 4Comparte tu salvación con aquel que se
encontraba a tu lado cuando estabas en el infierno. 5Él es tu
hermano en la luz del mundo que os salva a
ambos.
2. Intentemos hoy nuevamente llegar a la luz en ti. 2Antes de emprender esto en nuestra sesión de práctica más larga,
dediquemos varios minutos a reflexionar sobre lo que estamos tratando de
hacer. 3Estamos intentando literalmente ponernos en contacto con la
salvación del mundo. 4Estamos tratando de ver más allá del velo de
tinieblas que la mantiene oculta. 5Estamos tratando de descorrer el
velo y de ver las lágrimas del Hijo de Dios desaparecer a la luz del
sol.
3. Hoy daremos comienzo a nuestra sesión de práctica
más larga plenamente conscientes de que esto es asà y armados de una firme
determinación por llegar hasta aquello que nos es más querido que ninguna otra
cosa. 2La salvación es nuestra única necesidad. 3No
tenemos ningún otro propósito aquà ni ninguna otra función que desempeñar. 4Aprender lo que es la salvación es nuestra única meta. 5Pongamos fin a la ancestral búsqueda descubriendo la luz en nosotros
y poniéndola en alto para que todos aquellos que han estado buscando con
nosotros la vean y se regocijen.
4. Y ahora, muy serenamente y con los ojos cerrados,
trata de deshacerte de todo el contenido que generalmente ocupa tu
conciencia. 2Piensa en tu mente como si fuera un cÃrculo
inmenso, rodeado por una densa capa de nubes obscuras. 3Lo único que
puedes ver son las nubes, pues parece como si te hallaras fuera del cÃrculo y a gran distancia
de él.
5. Desde donde te encuentras no ves nada que te
indique que detrás de las nubes hay una luz brillante. 2Las nubes
parecen ser la única realidad. 3Parece como si fueran lo único que se
puede ver. 4Por lo tanto, no tratas de atravesarlas e ir más allá de
ellas, lo cual serÃa la única manera de convencerte realmente de su
insustancialidad. 5Eso es lo que vamos a intentar
hoy.
6. Después de que hayas pensado en cuán importante es
para ti y para el mundo lo que estás intentando hacer, trata de alcanzar un
estado de perfecta quietud, recordando únicamente la intensidad con la que
deseas alcanzar hoy mismo, en este mismo instante, la luz que resplandece en ti. 2Resuélvete a atravesar las nubes. 3Extiende tu mano y, en
tu mente, tócalas. 4Apártalas con la mano, y siente como rozan tus
mejillas, tu frente y tus ojos a medida que las atraviesas. 5Sigue
adelante; las nubes no te pueden detener.
7. Si estás haciendo los ejercicios correctamente,
empezarás a sentir como si estuvieses siendo elevado y transportado hacia
adelante. 2Tus escasos esfuerzos y tu limitada determinación invocan
el poder del universo para que venga en tu ayuda, y el Propio Dios te sacará de
las tinieblas y te llevará a la luz. 3Estás actuando de acuerdo con
Su Voluntad. 4No puedes fracasar porque tu voluntad es la
Suya.
8. Ten confianza en tu Padre hoy y certeza de que Él
te ha oÃdo y te ha contestado. 2Es posible que aún no reconozcas Su
respuesta, pero puedes estar seguro de que se te ha dado y de que la
recibirás. 3Trata de tener presente esta certeza, según intentas
atravesar las nubes en dirección a la luz. 4Trata de recordar que por
fin estás uniendo tu voluntad a la de Dios. 5Trata de mantener claro
en tu mente el pensamiento de que lo que emprendes con Dios no puede sino tener éxito. 6Deja entonces
que el poder de Dios obre en ti y a través de ti, para que se haga Su Voluntad y
la tuya.
9. En las sesiones de práctica más cortas, que te
conviene llevar a cabo tan a menudo como sea posible en vista de la importancia
que la idea de hoy tiene para ti asà como para tu felicidad, recuérdate a
ti mismo que tus resentimientos ocultan la luz del mundo de tu conciencia. 2Recuérdate también que no la estás buscando solo y que sabes dónde
encontrarla. 3Di entonces:
4Mis
resentimientos ocultan la luz del mundo en mÃ.
5No
puedo ver lo que he ocultado.
6Mas
por mi salvación y por la salvación del mundo, deseo que me sea
revelado.
7Asegúrate
asimismo de decir para tus adentros:
8Si
abrigo este resentimiento la luz del mundo quedará velada para
mÃ,
si
sientes hoy la tentación de abrigar algún resentimiento contra
alguien.
10 DE
MARZO
VI. De la
vigilancia a la paz
1. Aunque sólo
puedes amar a la Filiación como una sola, la puedes percibir como
fragmentada. 2Mas es imposible ver algo en alguna parte de ella y no
atribuÃrselo a toda ella. 3Por eso es por lo que los ataques no son
nunca parciales y por lo que hay que renunciar a ellos completamente. 4Si no se renuncia a ellos completamente, no se renuncia a ellos en
absoluto. 5El miedo y el amor fabrican o crean, dependiendo de si es
el ego o el EspÃritu Santo el que los engendra o inspira, pero en cualquier caso retornan a la mente del pensador
y afectan la totalidad de su percepción. 6Eso incluye el
concepto que tiene de Dios, de Sus creaciones y de sà mismo. 7Dicho
pensador no apreciará ni a unos ni a otros si los contempla con miedo. 8Pero los apreciará a todos si los contempla con
amor.
2. La mente
que acepta el ataque es incapaz de amar. 2Ello se debe a que cree que
puede destruir el amor, lo cual quiere decir, por lo tanto, que no comprende lo
que éste es. 3 Si no comprende lo que es el amor, no se puede
percibir a sà misma como amorosa. 4Esto hace que pierda su conciencia
de ser, da lugar a sentimientos de irrealidad y lo que resulta de ello es
una confusión total. 5Tu pensamiento ha dado lugar a esto debido a su
poder, pero puede también salvarte de ello porque su poder no lo creaste tú. 6Tu capacidad para dirigir tu pensamiento de acuerdo con lo que
elijas es parte de ese poder. 7Si no crees que puedes dirigirlo, es
que has negado que tu pensamiento tenga poder, y, por lo tanto, has hecho que
sea impotente en tu pensamiento.
3. El ingenio
del ego para asegurar su supervivencia es enorme, mas dicho ingenio emana del
mismo poder de la mente que el ego niega. 2Esto quiere decir que el
ego ataca lo que lo sustenta, lo cual no puede sino producir gran ansiedad. 3Por eso es por lo que el ego jamás reconoce lo qué está haciendo. 4Es perfectamente lógico, pero a todas luces demente. 5Pues para subsistir el
ego se nutre de la única fuente que es totalmente adversa a su existencia. 6Temeroso de
percibir el poder de esa fuente, se ve forzado a menospreciarla, 7lo
cual amenaza su propia existencia,
produciendo un estado que le resulta intolerable. 8Prosiguiendo de
manera lógica, aunque todavÃa demente, el ego resuelve este dilema completamente
descabellado de un modo igualmente descabellado: 9deja de percibir
que su existencia esté amenazada, proyectando la amenaza sobre ti y percibiendo a tu Ser como inexistente. 10Esto asegura su
continuidad si te pones de su parte, garantizando asà el que no puedas conocer
tu Seguridad.
4. El ego no
puede permitirse saber nada. 2El conocimiento es total, y el ego no
cree en totalidades. 3En este descreimiento estriba su origen, y
aunque el ego no te quiere, le es fiel a sus propios antecedentes, y engendra tal como fue engendrado. 4La mente siempre se reproduce tal como fue producida. 5El
ego, que es un producto del miedo, reproduce miedo. 6Le es leal a
éste, y esa lealtad le hace traicionar al amor porque tú eres amor. 7El amor es tu
poder, que el ego tiene que negar. 8Tiene que negar también todo lo
que este poder te confiere porque te
lo confiere todo. 9Nadie que lo tenga todo desea al ego. 10Su propio hacedor, pues, no lo quiere. 11Por lo tanto,
si la mente que lo fabricó se reconociese a sà misma, lo único que el ego podrÃa
encontrar serÃa rechazo. 12Y si esa mente reconociese a cualquier
parte de la Filiación, se conocerÃa a sà misma.
5. El ego, por
consiguiente, se opone a toda muestra de aprecio, a todo reconocimiento, a toda
percepción sana, asà como a todo conocimiento: 2Percibe la amenaza
que todo ello representa como una amenaza total porque sospecha que todos los
compromisos que la mente contrae son totales. 3Forzado, por lo tanto,
a separarse de ti, está dispuesto a unirse a cualquier otra cosa. 4 Pero no hay nada más. 5La mente, no obstante, puede tejer ilusiones, y si lo hace creerá en
ellas porque creyendo en ellas fue como las tejió.
6. El EspÃritu
Santo desvanece las ilusiones sin atacarlas, ya que no puede percibirlas en
absoluto. 2Por consiguiente, no existen para Él. 3Resuelve
el aparente conflicto que éstas engendran, percibiendo cualquier conflicto
como algo sin sentido. 4He dicho anteriormente que el EspÃritu Santo
percibe el conflicto exactamente como es, y el conflicto no
tiene sentido. 5El EspÃritu Santo no quiere que entiendas el conflicto, quiere, no
obstante, que te des cuenta de que puesto que el conflicto no tiene sentido, no es comprensible. 6Como ya dije anteriormente, el
entendimiento suscita aprecio, y el aprecio suscita amor. 7El amor es
lo único que se puede entender, ya que sólo el amor es real, y, por lo tanto,
sólo el amor tiene sentido.
7. Si tuvieras
presente lo que el EspÃritu Santo te ofrece, no podrÃas mantenerte alerta excepto en favor de Dios y de Su Reino. 2La única razón por la que te puede resultar difÃcil aceptar esto es
porque tal vez aún creas que hay algo más. 3Las creencias no
requieren vigilancia a menos que estén en conflicto. 4Si lo están, es
que hay elementos conflictivos en ellas que han desencadenado un estado de
guerra, haciendo que sea imprescindible mantenerse alerta. 5Cuando se
está en paz no es necesario estar alerta. 6El estado de alerta es
necesario contra las creencias que no son ciertas, y el EspÃritu Santo
nunca lo habrÃa solicitado si tú no hubieses creÃdo lo falso. 7Cuando
crees en algo, haces que sea real para ti. 8Cuando crees en lo que
Dios no conoce, tu pensamiento parece contradecir al Suyo y esto hace que
parezca que lo estás atacando.
8. He señalado
repetidamente que el ego cree que puede atacar a Dios, y trata de convencerte de
que eso es lo que tú has hecho. 2Si la mente no puede atacar, el ego
-con perfecta lógica- arriba a la conclusión de que tú no puedes ser otra cosa
que un cuerpo. 3Al negarse a verte tal como eres, puede verse a sÃ
mismo como él quiere ser. 4Consciente de sus debilidades, el ego
quiere que le seas leal, pero no como realmente eres. 5Desea, por lo
tanto, involucrar a tu mente en su propio sistema ilusorio, ya que de otra
manera la luz de tu entendimiento lo desvanecerÃa. 6No quiere tener
nada que ver con la verdad porque él en sà no es verdad. 7Si la
verdad es total, lo que no es verdad no existe. 8Tu compromiso con
cualquiera de esas dos posibilidades tiene que ser total. aLa verdad
y lo falso no pueden coexistir en tu mente sin dividirla: 9Si no
pueden coexistir en paz, y si lo que quieres es estar en paz, tienes que
abandonar por completo y para siempre la idea de conflicto: 10Esto requiere que te mantengas alerta mientras no te des cuenta de lo que es verdad. 11Mientras sigas creyendo
que dos sistemas de pensamiento completamente contradictorios pueden compartir
la verdad, es obvio que tienes que mantenerte alerta.
9. Tu mente
está dividiendo su lealtad entre dos reinos, y tú no te has comprometido completamente con ninguno de ellos. 2Tu identificación con el Reino de Dios es incuestionable, y sólo tú
pones en duda este hecho cuando piensas irracionalmente. 3Lo que tú
eres no lo establece tu percepción ni se ve afectado en modo alguno por ella. 4Cualquier problema de identificación, independientemente del
nivel en que se perciba, no es un problema que tenga que ver con hechos reales. 5Es un problema que procede de una falta de entendimiento,
puesto que su sola presencia implica que albergas la creencia de que es a ti a
quien le corresponde decidir lo que eres. 6El ego cree esto
ciegamente al estar completamente comprometido a ello. 7Pero no es
verdad. 8El ego, por lo tanto, está completamente comprometido a lo
falso, y lo que percibe es lo opuesto a lo que percibe el EspÃritu Santo, asÃ
como al conocimiento de Dios.
10. Puesto que
tu Ser es el conocimiento de Dios, la
percepción que el EspÃritu Santo tiene de ti es la única que tiene significado. 2Cualquier creencia que aceptes aparte de ésta acallará la Voz de
Dios en ti y te ocultará a Dios. 3No podrás conocer al Creador a menos que percibas Su creación tal como es, ya que Dios y Su
creación no están separados. 4La unidad que existe entre el
Creador y la creación constituye tu plenitud, tu cordura y tu poder
ilimitado. 5Este poder ilimitado es el regalo que Dios te hace
porque eso es lo que eres. 6Si separas tu mente de dicho poder,
no podrás sino percibir la fuerza más grande del universo como si fuese débil,
ya que no creerás formar parte de ella.
11. Cuando
percibes a la creación como que tú no formas parte de ella, la consideras débil,
y los que se consideran a sà mismos débiles, no pueden sino
atacar: 2Mas el ataque tiene que ser ciego porque no hay nada que
atacar. 3Por lo tanto, inventan imágenes, las perciben como
despreciables y luego las atacan por su falta de valor. 4Esto es todo
lo que el mundo del ego es: 5nada. 6No tiene sentido. 7No existe. 8No trates de entenderlo, porque si tratas de
entenderlo, es que crees que se puede entender, y, por lo tanto, que se puede
apreciar y amar. 9Eso justificarÃa su existencia; la cual es
injustificable: 10Tú no puedes hacer que lo que no tiene sentido lo
tenga. 11Eso no serÃa más que un intento
demente.
12. Si
permites que la locura se adentre en tu mente, es que has juzgado que la
.cordura no es algo enteramente deseable. 2Si deseas otra cosa,
fabricarás otra cosa, pero al ser otra cosa, atacará tu sistema de pensamiento y
dividirá tu lealtad. 3En ese estado de división no te será posible
crear y tendrás que mantenerte alerta contra dicho estado porque lo único que se
puede extender es la paz. 4Tu mente dividida está obstruyendo la
extensión del Reino, y en la extensión de éste reside tu felicidad. 5Si no extiendes el Reino, es que no estás pensando con tu Creador ni
creando como Él creó.
13. Ante esta
deprimente situación, el EspÃritu Santo te recuerda dulcemente que estás triste
porque no estás llevando a cabo tu función de co-creador con Dios, y, por lo
tanto, te estás privando a ti mismo de felicidad. 2Esto no es algo
que Dios haya decidido, sino que fuiste tú quien lo decidió asÃ. 3Si
tu mente pudiese estar en desacuerdo con la de Dios, lo que tu voluntad
dispusiese no tendrÃa sentido. 4Sin embargo, puesto que la Voluntad
de Dios es inalterable, no es posible ningún conflicto de voluntades. 5Ésta es la enseñanza perfectamente congruente del EspÃritu Santo. 6La creación, no la separación, es tu voluntad porque es también la Voluntad de Dios, y
nada que se oponga a ella tiene sentido en absoluto. 7Al ser una obra
perfecta, la Filiación sólo puede obrar con perfección, extendiendo la dicha en
la que fue creada e identificándose con su Creador y Sus creaciones,
sabiendo que son uno y lo mismo.
LECCIÓN
70
Mi
salvación procede de mÃ.
1. Toda tentación no es más que una variante de la
tentación básica de no creer la idea de hoy. 2La salvación parece
proceder de cualquier parte excepto de ti. 3Lo mismo se puede decir
del origen de la culpabilidad. 4Tú no crees que la culpabilidad y la
salvación estén en tu mente y sólo en tu mente. 5Cuando te des cuenta
de que la culpabilidad es sólo una invención de la mente, te darás cuenta
también de que la culpabilidad y la salvación tienen que encontrarse en el mismo
lugar. 6Al entender esto te salvas.
2. El aparente costo de aceptar la idea de hoy es el
siguiente: significa que nada externo a ti puede salvarte ni nada externo a ti
puede brindarte paz. 2Significa también que nada externo a ti te
puede hacer daño, perturbar tu paz o disgustarte en modo alguno. 3La
idea de hoy te pone a cargo del universo, donde te corresponde estar por razón
de lo que eres. 4No es éste un papel que se pueda aceptar
parcialmente. 5Y seguramente habrás comenzado a darte cuenta de que
aceptarlo es la salvación.
3. Es probable, no obstante, que aún no esté claro
para ti por qué razón reconocer que la culpabilidad está en tu propia mente
conlleva asimismo darte cuenta de que la salvación está allà también. 2Dios no habrÃa puesto el remedio para la enfermedad donde no te
pudiese servir de nada. 3Asà es como funciona tu mente, pero no la
Suya. 4Él quiere que sanes, y por eso mantiene la Fuente de la
curación allà donde hay necesidad de curación.
4. Tú has tratado de hacer justamente lo contrario,
intentando por todos los medios, no importa cuán distorsionados o
extravagantes, separar la curación de la enfermedad a la que estaba
destinada, conservando de este modo la enfermedad. 2Tu propósito
ha sido asegurarte de que la curación no tuviese lugar. 3El propósito de Dios ha sido asegurarse de
que sà tuviese lugar.
5. Nuestra práctica de hoy consiste en darnos cuenta
de que la Voluntad de Dios y la nuestra coinciden completamente en esto. 2Dios quiere que sanemos, y nosotros no queremos realmente estar
enfermos, pues eso no nos hace felices. 3Al aceptar la idea de hoy,
por lo tanto, estamos en realidad de acuerdo con Dios. 4Él no quiere
que estemos enfermos. 5Nosotros tampoco. 6Él quiere que
nos curemos. 7Nosotros también.
6. Hoy
estamos listos para dos sesiones de práctica largas, cada una de las cuales debe
tener una duración de diez a quince minutos. 2Dejaremos, no
obstante, que seas tú quien decida cuándo llevarlas a cabo. 3Seguiremos esta norma en varias de las lecciones sucesivas, por
lo que una vez más serÃa mejor que decidieses de antemano la mejor hora para
llevar a cabo cada una de las sesiones de práctica y que luego te adhirieses lo
más fielmente posible al horario establecido.
7. Empieza
estas sesiones de práctica repitiendo la idea de hoy, añadiendo una afirmación
en la que se vea expresado tu reconocimiento de que la salvación no procede
de nada externo a ti. 2PodrÃas, por ejemplo, decir lo
siguiente:
3Mi
salvación procede de mÃ. 4No puede proceder de ninguna otra parte.
5Dedica
después varios minutos, con los ojos cerrados, a revisar algunas de las
fuentes externas en las que en el pasado buscaste la salvación: en otra gente,
en posesiones, en diversas situaciones y acontecimientos, y en conceptos de ti
mismo que intentaste convertir en realidad. 6Reconoce que la
salvación no se encuentra en nada de eso, y dite a ti
mismo:
7Mi
salvación no puede proceder de ninguna de esas cosas.
8Mi
salvación procede de mÃ, y sólo de mÃ.
8. Trataremos
ahora nuevamente de llegar a la luz en ti, que es donde realmente se encuentra
tu salvación. 2No puedes
encontrarla en las nubes que rodean la luz, y es ahà donde la has estado
buscando. 3No está ahÃ. 4Está más allá de las nubes, en la
luz que se encuentra tras ellas. 5Recuerda que tienes que atravesar
las nubes antes de poder llegar a la luz. 6Pero
recuerda también que jamás encontraste nada que fuese duradero o que realmente
quisieras en los tapices de nubes que te imaginabas.
9. Puesto
que todas las ilusiones de salvación te han fallado, seguramente no querrás
quedarte en las nubes buscando en vano Ãdolos falsos, cuando te serÃa tan
fácil llegar hasta la luz de la verdadera salvación. 2Trata de ir más allá de
las nubes utilizando cualquier medio que te atraiga. 3Si te resulta
útil, piensa que te estoy llevando de la mano, y que te estoy guiando. 4Y te
aseguro que esto no será una vana fantasÃa.
10. Para
las sesiones de práctica cortas y frecuentes de hoy, recuérdate a ti mismo
que la salvación procede de ti y que nada, salvo tus propios pensamientos, puede
impedir tu progreso. 2Estás libre de toda interferencia externa. 3Estás a cargo de tu salvación. 4Estás a cargo de la
salvación del mundo. 5Di,
entonces:
6Mi
salvación procede de mÃ.
7No
hay nada externo a mà que me pueda detener.
8En
mà se encuentra la salvación del mundo y la mÃa
propia.
11 DE
MARZO
VII. La
totalidad del Reino
1. Siempre que
le niegas la bendición a un hermano te sientes desposeÃdo, ya que la negación es tan total como el amor. 2Negar parte de la Filiación es tan imposible como lo es amarla sólo
en parte. 3No es posible tampoco amarla totalmente sólo a veces. 4No puedes estar, totalmente comprometido sólo en algunas ocasiones. 5La negación de por sà no tiene ningún poder, pero tú puedes conferirle el poder de tu mente, el
cual es ilimitado. 6Si lo utilizas para negar la realidad, ésta
desaparece de tu conciencia. 7Es imposible apreciar la realidad
parcialmente. 8Por eso es por lo que cuando niegas parte de ella
pierdes la conciencia de toda ella. 9La negación, no obstante, es una
defensa y, por ello, puede usarse constructivamente asà como negativamente. 10Si se usa negativamente es destructiva, porque se usa para
atacar. 11Pero puesta al servicio del EspÃritu Santo, puede ayudarte
a reconocer parte de la realidad y, por consiguiente, a apreciarla en su
totalidad. 12La mente es demasiado poderosa como para estar sujeta a
ninguna exclusión. 13Nunca podrás excluirte a ti mismo de tus
pensamientos.
2. Cuando un
hermano actúa insensatamente, te está ofreciendo una oportunidad para que lo
bendigas. 2Su necesidad es la tuya. 3Tú necesitas la
bendición que puedes darle. 4No hay manera de que tú puedas disponer
de ella excepto dándola. 5Ésa es la ley de Dios, la cual no hace
excepciones. 6Careces de aquello que niegas, no porque haya carencia
de ello, sino porque se lo has negado a otro, y, por lo tanto, no eres
consciente de ello en ti. 7Lo que crees ser determina tus reacciones,
y lo que deseas ser es lo que crees
que eres. 8Lo que deseas ser, entonces, determina forzosamente todas
tus reacciones.
3. No
necesitas la bendición de Dios porque de ella ya dispones para siempre, pero sÃ
necesitas la tuya propia. 2La imagen que el ego tiene de ti es la de
un ser desposeÃdo, vulnerable e incapaz de amar. 3No puedes amar
semejante imagen. 4Sin embargo, puedes escaparte muy fácilmente de
ella abandonándola. 5Tú no formas parte de esa imagen, ni ella es lo
que tú eres. 6No veas esa imagen en nadie, o la habrás aceptado como lo que eres tú. 7Todas
las ilusiones acerca de la Filiación se desvanecen al unÃsono tal como fueron
forjadas al unÃsono. 8No le enseñes a nadie que él es lo que tú no
querrÃas ser. 9Tu hermano es el espejo en el que ves reflejada
la imagen que tienes de ti mismo mientras perdure la percepción. 10Y la percepción perdurará hasta que la Filiación reconozca que es
Ãntegra. 11Tú inventaste la percepción, y ésta perdurará mientras la
sigas deseando.
4. Las
ilusiones son inversiones. 2Perdurarán mientras les sigas atribuyendo
valor. 3Todos los valores son relativos, mas todos son poderosos
porque son juicios mentales. 4La única manera de desvanecer las
ilusiones es retirando de ellas todo el valor que les has otorgado. aAl hacer eso dejan de tener vida para ti porque las has expulsado de
tu mente. 5Mientras sigas incluyéndolas en tu mente estarás
infundiéndoles vida. 6Mas no hay nada en ellas que pueda recibir tu
regalo.
5. El don de
la vida es tuyo para que lo des, ya que fue algo que se te dio. 2No
eres consciente de él porque no lo das. 3No puedes hacer que lo que
no es nada tenga vida, puesto que es imposible darle vida a lo que no es nada. 4Por lo tanto, no estás extendiendo el don que a la vez tienes y eres, y consecuentemente no
puedes conocer a tu propio Ser. 5Toda confusión procede de no
extender vida, ya que ésa no es la Voluntad de tu Creador. 6Separado
de Él no puedes hacer nada, y ciertamente no haces nada separado de Él. 7Sigue el camino que Él te señala para que puedas recordar quién
eres, y muéstraselo a otros, no sea que te olvides de ti mismo. 8Honra únicamente a los Hijos del Dios viviente, y alégrate de poder
contarte entre ellos.
6. Honrar a tus hermanos es el único regalo
apropiado para quienes Dios Mismo creó dignos de honor, y a quienes honra. 2Muéstrales el aprecio que Dios siempre les concede, pues son
Sus Hijos amados en quienes Él se complace. 3No puedes estar separado
de ellos porque no estás separado de Él. 4Descansa en Su Amor y
protege tu descanso amando. 5Pero ama todo lo que Él creó -de lo cual
formas parte- o no podrás aprender lo que es Su paz y aceptar Su don para ti
mismo y como tú mismo. 6No podrás conocer tu propia perfección
hasta que no hayas honrado a todos los que fueron creados como
tú.
7. Sólo un
Hijo de Dios es un maestro lo suficientemente digno como para poder enseñar a
otro. 2En todas las mentes hay un solo Maestro que enseña la misma
lección a todo el mundo. 3Él siempre te enseña la inestimable
valÃa de cada Hijo de Dios, y lo hace con infinita paciencia, nacida del Amor
infinito en nombre del cual habla. 4Todo ataque es un llamamiento a
Su paciencia, puesto que Su paciencia puede transformar los ataques en
bendiciones. 5Los que atacan no saben que son benditos. 6Atacan porque creen que les falta algo. 7Por lo tanto,
comparte tu abundancia libremente y enseña a tus hermanos a conocer la
suya. 8No compartas sus ilusiones de escasez, pues, de lo contrario,
te percibirás a ti mismo como alguien necesitado.
8. El ataque
nunca podrÃa suscitar más ataques si no lo percibieses como un medio para
privarte de algo que deseas. 2Sin embargo, no puedes perder algo a no
ser que no lo valores, y que, por lo tanto, no lo desees. 3Esto hace que te
sientas privado de ello, y, al proyectar tu propio rechazo, crees entonces que
son otros los que te lo están quitando a ti. 4No podrás por menos que
sentirte atemorizado si crees que tu hermano te está atacando para
arrebatarte el Reino de los Cielos. 5Ésta es la base fundamental
de todas las proyecciones del ego.
9. Puesto que
el ego es aquella parte de tu mente que no cree ser responsable de sà misma, y
puesto que no le es leal a Dios, es incapaz de tener confianza. 2Al
proyectar su creencia demente de que tú has traicionado a tu Creador, el ego
cree que tus hermanos, que son tan incapaces de ello como tú, están intentando
desposeerte de Dios. 3Siempre que un hermano ataca a otro, eso es lo que cree. 4La
proyección siempre ve tus deseos en otros. 5Si eliges separarte de
Dios, eso es lo que pensarás que otros están haciendo
contigo.
10. Tu eres la Voluntad de Dios. 2No aceptes nada más como tu voluntad, pues, de lo contrario, estarás
negando lo que eres. 3Niega lo que eres y atacarás, al creer que has
sido atacado. 4Mas ve el Amor de Dios en ti y lo verás en todas
partes porque está en todas partes. 5Ve Su abundancia en todos y
sabrás que estás en Él junto con todos tus hermanos. 6Ellos forman
parte de ti, tal como tú formas parte de Dios. 7Cuando no entiendes
esto, te sientes tan solo como se siente Dios Mismo cuando Sus Hijos no lo
conocen. 8La paz de Dios radica en entender esto: 9Sólo
hay una manera de escaparse del pensamiento del mundo, del mismo modo en que
sólo hubo una manera de adentrarse en él: 10entendiendo
totalmente al entender la totalidad.
11. Percibe
cualquier parte del sistema de pensamiento del ego como completamente demente,
completamente ilusoria y completamente indeseable, y habrás evaluado
correctamente todo el sistema. 2Esta corrección te
permite percibir cualquier parte de la creación como completamente perfecta,
completamente real y completamente deseable. 3Al desear sólo esto, tendrás sólo esto, y al dar sólo esto, serás sólo esto. 4Las
ofrendas que le haces al ego siempre se experimentan como sacrificios, pero las
que le haces al Reino son ofrendas que te haces a ti mismo. 5Dios
siempre las estimará porque les pertenecen a Sus Hijos amados, y Sus Hijos le
pertenecen a El. 6Todo poder y gloria son tuyos porque el Reino es
Suyo.
LECCIÓN
71
Sólo
el plan de Dios para
la salvación tendrá éxito.
1. Tal
vez aún no te hayas percatado de que el ego ha urdido un plan para la salvación
que se opone al de Dios. 2Ese es el plan en el que crees. 3Dado que es lo opuesto al de Dios; crees también que aceptar el plan
de Dios en lugar del del ego es condenarte. 4Esto, desde luego,
parece absurdo. 5Sin embargo, una vez que hayamos examinado en qué
consiste el plan del ego, quizá te des cuenta de que, por muy absurdo que
parezca, es ciertamente lo que crees.
2. El
plan del ego para la salvación se basa en abrigar resentimientos. 2Mantiene que, si tal persona actuara o hablara de otra manera, o si
tal o cual acontecimiento o circunstancia externa cambiase, tú te salvarÃas. 3De este modo, la fuente de la salvación se percibe constantemente
como algo externo a ti. 4Cada resentimiento que abrigas es una
declaración y una aseveración en la que crees, que reza asÃ: "Si esto fuese
diferente, yo me salvarÃa" 5El cambio de mentalidad necesario para la
salvación, por lo tanto, se lo exiges a todo el mundo y a todas las cosas
excepto a ti mismo.
3. El
papel de tu mente en este plan consiste, pues, en determinar qué es lo que tiene
que cambiar -a excepción de ella misma- para que tú te puedas salvar. 2De acuerdo con este plan demente, cualquier cosa que se perciba como
una fuente de salvación es aceptable, siempre y cuando no sea eficaz. 3Esto garantiza que la infructuosa búsqueda continúe, pues se
mantiene viva la ilusión de que, si bien esta posibilidad siempre ha fallado,
aún hay motivo para pensar que podemos hallar lo que buscamos en otra parte y en
otras cosas. 4Puede que otra persona nos resulte mejor; otra
situación tal vez nos brinde el éxito.
4. Tal
es el plan del ego para tu salvación. 2Seguramente habrás notado que
está completamente de acuerdo con la doctrina básica del ego que reza: "Busca,
pero no halles". 3Pues, ¿qué mejor garantÃa puede haber de que no
hallarás la salvación que canalizar todos tus esfuerzos buscándola donde no
está?
5. El
plan de Dios para la salvación es eficaz sencillamente porque bajo Su dirección,
buscas la salvación allà donde ésta se encuentra. 2Pero si has de
tener éxito, como Dios promete que lo has de tener, tienes que estar dispuesto a
buscarla sólo allÃ. 3De lo contrario, tu propósito estará dividido e
intentarás seguir dos planes de salvación que son diametralmente opuestos
en todo. 4El resultado no podrá ser otro que confusión, infelicidad,
asà como una profunda sensación de fracaso y
desesperación.
6. ¿Cómo
puedes librarte de todo esto? 2Muy fácilmente. 3La idea de
hoy es la respuesta. 4Sólo el plan de Dios para
la salvación
tendrá éxito. 5En esto no puede haber realmente ningún conflicto
porque no existe ninguna alternativa al plan de Dios que te pueda salvar. 6El Suyo es el único plan cuyo desenlace es
indudable. 7El Suyo es el único plan que tendrá
éxito.
7. Que
nuestra práctica de hoy consista en reconocer esta certeza. 2Y regocijémonos
de que haya una respuesta para lo que parece ser un conflicto sin solución. 3Para Dios todo es posible. 4Alcanzarás la salvación
por razón de Su plan, el cual no puede fallar.
8. Comienza
hoy tus dos sesiones de práctica más largas pensando en la idea de hoy y
observando que consta de dos partes, las cuales contribuyen en igual medida al
todo. 2El plan de Dios para tu salvación tendrá éxito,
pero otros planes no. 3No permitas que la segunda parte te cause
depresión o enfado, pues esa parte es inherente a la primera. 4Y la primera te releva
totalmente de todos tus intentos descabellados y de todos tus planes dementes
para liberarte a ti mismo. 5Todos ellos te han llevado a la
depresión y a la ira, pero el plan de Dios triunfará. 6Su plan
te conducirá a la liberación y a la dicha.
9. Teniendo
esto presente, dediquemos el resto de las sesiones de práctica más largas a
pedirle a Dios que nos revele Su plan. 2Preguntémosle muy
concretamente:
3¿Qué
quieres que haga?
4¿Adónde
quieres que vaya?
5¿Qué
quieres que diga y a quién?
6Deja
que Él se haga cargo del resto de la sesión de práctica y que te indique qué es
lo que tienes que hacer en Su plan para tu salvación. 7Él responderá
en la misma medida en que tú estés dispuesto a oÃr Su Voz. 8No te
niegues a oÃrla. 9El solo hecho de que estés llevando a cabo los
ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. 10Esto es suficiente para que seas acreedor a Su
respuesta.
10. Durante
las sesiones de práctica cortas repite con frecuencia que el plan de Dios para
tu salvación, y solamente el Suyo, tendrá éxito. 2Mantente alerta hoy para no caer en la tentación de abrigar
resentimientos, y responde a esas tentaciones con esta variación de la idea
de hoy:
3Abrigar
resentimientos es lo opuesto al plan de Dios para la
salvación.
4Y únicamente Su
plan tendrá éxito.
5Trata
de recordar la idea de hoy unas seis o siete veces por hora. 6No
puede haber mejor manera de pasar medio minuto, o menos, que recordando la
Fuente de tu salvación y viéndola allà donde se encuentra.
12 DE
MARZO
VIII. La
creencia increÃble
1. Hemos dicho
que sin proyección no puede haber ira, pero también es verdad que sin extensión
no puede haber amor. 2Todo ello refleja una ley fundamental de la
mente y, por consiguiente, una ley que siempre está en vigor. 3Es la ley mediante la cual creas y mediante la cual fuiste creado. 4Es la ley que unifica al Reino y lo conserva en la Mente de Dios. 5El ego, sin embargo, percibe dicha ley como un medio para deshacerse
de algo que no desea. 6Para el EspÃritu Santo, es la ley fundamental
del compartir, mediante la cual das lo que consideras valioso a fin de
conservarlo en tu mente. 7Para el EspÃritu Santo, es la ley de la
extensión. 8Para el ego, la de la privación. 9Produce, por
lo tanto, abundancia o escasez, dependiendo de cómo eliges aplicarla. 10La manera en que eliges aplicarla depende de ti, pero no depende de
ti decidir si vas a utilizar la ley o no. 11Toda mente tiene que
proyectar o extender porque asà es como vive, y toda mente es
vida.
2. El uso que
el ego hace de la proyección tiene que entenderse plenamente antes de que la
inevitable asociación entre proyección e ira pueda por fin erradicarse. 2El ego siempre intenta perpetuar el conflicto. 3Es
sumamente ingenioso en encontrar soluciones que parecen mitigar el conflicto, ya
que no quiere que el conflicto te resulte tan intolerable que decidas renunciar
a él. 4Por lo tanto, trata a toda costa de persuadirte de que él
puede librarte del conflicto, no sea que lo abandones y te
liberes a ti mismo. 5Utilizando su propia versión distorsionada de
las leyes de Dios, el ego se vale del poder de la mente sólo para quebrantar el
verdadero propósito de ésta. 6Proyecta el conflicto desde tu
mente a otras mentes, en un intento de persuadirte de que te has librado del
problema.
3. Hay dos
errores fundamentales en este intento: 2el primero es
-estrictamente hablando- que el conflicto no puede ser proyectado porque no
puede ser compartido. 3Cualquier intento de conservar una parte de él
y deshacerse de la otra no tiene realmente ningún sentido. 4Recuerda que un maestro en conflicto no es un buen maestro ni un
buen alumno. 5Sus lecciones son confusas y el valor de
transferencia de las mismas se ve limitado por su confusión. 6El
segundo error es la idea de que puedes deshacerte de algo que no deseas
dándoselo a otro. 7Dándolo es precisamente como lo conservas. 8La creencia de
que viéndolo fuera de ti lo excluyes de tu interior es una distorsión total del
poder de la extensión. 8Por eso es por lo que los que proyectan se
preocupan tanto por su seguridad personal. 10Temen que sus
proyecciones van a retornar a ellos y a hacerles daño. 11Puesto que
creen haberlas desalojado de sus mentes, creen también que esas
proyecciones están tratando de volverse a adentrar en ellas. 12Pero como las proyecciones no han abandonado sus mentes, se ven
obligados a mantenerse continuamente ocupados a fin de no reconocer,
esto.
4. No puedes
perpetuar una ilusión acerca de otro sin perpetuarla en ti mismo. 2No
hay forma de poderse escapar de esto, ya que es imposible fragmentar a la mente. 3Fragmentar es dividir en pedazos, y la mente no puede atacar ni
ser atacada: 4La creencia de que puede -error que el ego siempre
comete- sirve de fundamento para el uso que éste hace de la proyección. 5El ego no entiende lo que es la mente y, por lo tanto, no entiende
lo que eres tú. 6Su
existencia, sin embargo, depende de tu mente porque el ego es una creencia tuya. 7El ego es una confusión con respecto a tu identidad. 8Al no haber tenido nunca un modelo consistente, no se desarrolló
nunca de manera consistente. 9Es el resultado de la aplicación
incorrecta de las leyes de Dios, llevada a cabo por mentes distorsionadas
que están usando indebidamente su poder.
5. No le tengas miedo al ego. 2Él depende de tu mente, y tal como lo inventaste creyendo en él,
puedes asimismo desvanecerlo dejando de creer en él. 3No proyectes
sobre otros la responsabilidad por esa creencia o, de lo contrario,
prolongarás su existencia. 4Cuando estés dispuesto a asumir total
responsabilidad por la existencia del ego, habrás dejado a un lado la ira y el
ataque, pues éstos surgen como resultado de tu deseo de proyectar sobre otros la
responsabilidad de tus propios errores. 5Mas una vez que los hayas
aceptado como tus propios errores, no te detengas ahÃ. 6Entrégaselos
de inmediato al EspÃritu Santo para que Él los deshaga completamente, de
manera que todos sus efectos desaparezcan de tu mente y de la Filiación en
su totalidad.
6. El EspÃritu
Santo te enseñará a percibir más allá de tus creencias porque la verdad está más
allá de cualquier creencia, y la percepción del EspÃritu Santo es
verdadera. 2Te puedes olvidar del ego por completo en cualquier
momento que asà lo elijas porque el ego es una creencia completamente
inverosÃmil, y nadie puede seguir abrigando una creencia que él mismo haya
juzgado como increÃble. 3Cuanto más aprendes acerca del ego, más
te das cuenta de que no se puede creer en él. 4Lo inverosÃmil no se
puede entender porque es increÃble. 5Es evidente que una percepción
basada en lo increÃble no tiene sentido, pero tal vez no hayas reconocido que
dicha percepción está más allá de lo que se puede creer precisamente porque fue concebida
por una creencia.
7. Este curso
no tiene otro propósito que enseñarte que el ego es algo increÃble y que siempre
lo será. 2Tú, que lo inventaste al creer lo increÃble, no puedes
emitir ese juicio por tu cuenta. 3Pero cuando aceptas la Expiación
para ti mismo, decides en contra de la creencia de que puedes estar solo,
desvaneciendo asà la idea de la separación y afirmando tu verdadera
identificación con todo el Reino como algo que literalmente forma parte de ti. 4Esta identificación está más allá de cualquier duda del mismo
modo en que está más allá de cualquier creencia. 5Tu plenitud es
ilimitada porque el estado de ser es infinito.
LECCIÓN
72
Abrigar
resentimientos es un ataque contra el plan de Dios para la
salvación.
1. Aunque
hemos reconocido que el plan del ego para la salvación es el opuesto al de
Dios, aún no hemos puesto de relieve que es también un ataque directo contra Su
plan y un intento deliberado de destruirlo. 2En dicho ataque se le
adjudican a Dios aquellos atributos que de hecho le corresponden al ego,
mientras que el ego parece asumir los de Dios.
2. El
deseo fundamental del ego es suplantar a Dios. 2De hecho, el ego es
la encarnación fÃsica de ese deseo. 3Pues es este deseo lo que parece
encerrar a la mente en un cuerpo, manteniéndola sola y separada e incapaz de
llegar a otras mentes, excepto a través del mismo cuerpo que fue hecho con el
propósito de aprisionarla. 4Poner lÃmites en la comunicación no es la mejor manera de expandirla. 5No obstante, el ego quiere hacerte creer
que lo es.
3. Aunque
el intento de mantener las limitaciones que un cuerpo impone es obvio aquÃ, tal
vez no sea tan evidente por qué razón abrigar resentimientos constituye un
ataque contra el plan de Dios para la salvación. 2Examinemos, pues,
cuáles son las cosas contra las que tienes la tendencia a abrigar
resentimientos. 3¿Acaso no están siempre asociadas con algo que un
cuerpo hace? 4Una persona dice algo que no te gusta. 5O
bien hace algo que te desagrada. 6Dicha persona "delata" sus
pensamientos hostiles con su comportamiento.
4. En este caso no estás tratando con lo que la
persona es. 2Por el contrario, en lo único que te fijas es en lo que
esa persona hace en el cuerpo. 3Y no sólo no la estás ayudando a
librarse de las limitaciones de su cuerpo, sino que estás tratando
activamente de atarla al cuerpo, al confundirla con éste y juzgar que ella y su cuerpo son una misma cosa. 4De este modo se ataca a Dios; pues si Su Hijo no es más que un
cuerpo, eso es lo que Él debe ser también. 5Es inconcebible que un
creador pueda ser radicalmente distinto de su
creación.
5. Si
Dios fuese un cuerpo, ¿cuál serÃa Su plan para la salvación? 2¿Qué
otra cosa podrÃa ser sino la muerte? 3Y al tratar de presentarse a SÃ Mismo
como el Autor de la vida y no de la muerte, resultarÃa ser un mentiroso y un
impostor, lleno de falsas promesas,
que ofrece ilusiones en vez de la verdad. 4La aparente realidad
del cuerpo hace que esta perspectiva de Dios parezca convincente. 5De hecho, si el cuerpo fuese real, serÃa imposible no llegar a esta
conclusión. 6Cada resentimiento que abrigas reitera que el cuerpo es
real. 7Cada resentimiento que abrigas pasa por alto completamente lo
que tu hermano es. 8Refuerza tu creencia de que él es un cuerpo y lo
condena por ello. 9Y afirma que su salvación tiene que ser la muerte,
al proyectar este ataque sobre Dios y hacerlo responsable de
ello.
6. A
esta arena cuidadosamente preparada, donde animales feroces acechan a sus
presas y la clemencia no puede hacer acto de presencia, el ego viene a salvarte. 2Dios te hizo un cuerpo. 3Muy bien. 4Aceptemos
esto y alegrémonos. 5En cuanto que cuerpo, no te prives de nada de lo
que el cuerpo te ofrece. 6Apodérate de lo poco que puedas. 7Dios no te dio nada. 8El cuerpo es tu único salvador. 9Representa la muerte de Dios y tu salvación.
7. Ésta
es la creencia universal del mundo que ves. 2Hay quienes odian al
cuerpo y tratan de lastimarlo y humillarlo. 3Otros lo veneran y
tratan de glorificarlo y exaltarlo. 4Pero mientras tu cuerpo siga
siendo el centro del concepto que tienes de ti mismo, estarás atacando el plan
de Dios para la salvación y abrigando resentimientos contra Él y contra Su
creación, a fin de no oÃr la Voz de la verdad y acogerla como Amiga. 5El que has elegido como tu salvador ocupa Su lugar. 6Él
es tu amigo; Dios, tu enemigo.
8. Hoy
trataremos de poner fin a estos ataques absurdos contra la salvación, 2y en
lugar de ello, trataremos de darle la bienvenida. 3Tu percepción
invertida ha sido la ruina de tu paz. 4Te has visto a ti mismo como
que estás dentro de un cuerpo y a la verdad como algo que se encuentra fuera de
ti, vedada de tu conciencia debido a las limitaciones del cuerpo. 5Ahora vamos a tratar de ver esto de otra
manera.
9. La
luz de la verdad está en nosotros, allà donde Dios la puso. 2El cuerpo
es lo que está fuera de nosotros, y no es lo que nos concierne. 3Estar sin un cuerpo es estar en nuestro estado natural. 4Reconocer la luz de la verdad en nosotros es reconocernos a nosotros
mismos tal como somos. 5Ver que nuestro Ser es algo separado del
cuerpo es poner fin al ataque contra el plan de Dios para la salvación y, en
lugar de ello, aceptarlo. 6Y dondequiera
que Su plan se acepta, ya se ha consumado.
10. Nuestro
objetivo para las sesiones de práctica más largas de hoy, es hacernos más
conscientes de que el plan de Dios para la salvación ya se ha consumado en
nosotros. 2Para lograr este objetivo tenemos que reemplazar el
ataque por la aceptación. 3Mientras sigamos atacando, no
podremos entender cuál es el plan de Dios para nosotros. 4Estaremos,
por lo tanto, atacando lo que no reconocemos. 5Vamos a tratar ahora
de suspender todo juicio y de preguntarle a Dios cuál es Su plan para
nosotros:
6¿Qué
es la salvación, Padre? 7No lo sé. 8DÃmelo, para que lo
pueda entender.
9Luego
aguardaremos quedamente Su respuesta. 10Hemos atacado el plan de
Dios para la salvación sin habernos detenido a escuchar en qué consistÃa. 11Hemos expresado nuestros resentimientos con gritos tan
ensordecedores, que no hemos escuchado Su VOZ. 12Hemos
utilizado nuestros resentimientos para cubrirnos los ojos y para taparnos los
oÃdos.
11. Ahora
queremos ver, oÃr y aprender. 2"¿Qué es la salvación, Padre?" 3Pregunta y se te contestará. 4Busca y hallarás. 5Ya no le estamos preguntando al ego qué es la salvación ni dónde
encontrarla. 6Se lo estamos preguntando a la verdad. 7Ten por seguro, entonces, que la respuesta será verdad, en virtud de
Aquél a Quien se lo estás preguntando.
12. Cada
vez que sientas que tu confianza flaquea y que tu esperanza de triunfo
titubea y se extingue, repite tu pregunta y tu petición, recordando que le estás
preguntando al infinito Creador de lo infinito, Quien te creó a semejanza
de SÃ Mismo:
2¿Qué
es la salvación, Padre? 3No lo sé. 4DÃmelo, para qué lo
pueda entender.
5Él
te contestará. 6Resuélvete a escuchar.
13. Hoy
sólo será necesario una o quizás dos sesiones de práctica cortas por hora, ya
que serán un poco más largas que de costumbre. 2Los ejercicios
deben comenzar con lo siguiente:
3Abrigar
resentimientos es un ataque contra el plan de Dios para la salvación. 4PermÃteme aceptarlo en lugar de atacarlo. 5¿Qué es
la salvación, Padre?
6Luego
espera en silencio un minuto más o menos, preferiblemente con los ojos
cerrados, y aguarda Su respuesta.
13 DE
MARZO
IX. La
extensión del Reino
1. Sólo tú
puedes limitar tu poder creativo, aunque la Voluntad de Dios es liberarlo. 2No es Su Voluntad que te prives a ti mismo de tus creaciones, de la
misma manera en que tampoco es Su Voluntad privarse a Sà Mismo de las Suyas. 3¡No prives a la Filiación de tus regalos o te privarás a ti
mismo de Dios! 4El egoÃsmo es cosa del ego, pero la plenitud del Ser
pertenece al ámbito del espÃritu porque asà es como Dios lo creó. 5El EspÃritu Santo mora en la parte de la mente que yace entre el ego
y el espÃritu, mediando siempre entre ellos en favor del espÃritu. 6Para el ego eso es ser parcial, y reacciona como si algo estuviese
contra él. 7Para el espÃritu eso es la verdad porque el espÃritu
conoce su propia llenura y no puede concebir que haya alguna parte de la que él
esté excluido.
2. El espÃritu
sabe que la conciencia de todos sus hermanos está incluida en su propia
conciencia, tal como está incluida en Dios. 2El poder de toda la
Filiación y de su Creador es, por lo tanto, la propia llenura del espÃritu, que
hace que sus creaciones sean igualmente plenas e igualmente perfectas. 3El ego no puede prevalecer contra una totalidad que incluye a Dios,
y toda totalidad tiene que incluir a
Dios. 4Dios le da todo Su poder a todo lo que Él creó porque ello
forma parte de Él y comparte Su Ser con Él. 5Crear es lo opuesto a
perder, tal como la bendición es lo opuesto al sacrificio. 6El Ser tiene que ser extendido. 7AsÃ
es como conserva el conocimiento de sà mismo. 8El espÃritu anhela
compartir su Ser tal como su Creador lo compartió. 9Puesto que el
espÃritu fue creado como resultado de un acto de compartir, su voluntad es
crear. 10No desea limitar a Dios, sino que su voluntad es extender Su
Ser.
3. Extender el
Ser de Dios es la única función del espÃritu. 2Su llenura no puede
ser contenida, de la misma manera en que la llenura de su Creador no se puede
contener. 3La llenura es extensión. 4El sistema de
pensamiento del ego obstaculiza la extensión, y asÃ, obstaculiza tu única
función. 5Obstaculiza, por lo tanto, el fluir de tu gozo, y, como
resultado de ello, te sientes insatisfecho: 6A menos que crees, estarás insatisfecho, pero Dios no
conoce la insatisfacción, por lo tanto, no puedes por menos que crear. 7Puede que no conozcas tus propias creaciones, pero eso no puede
afectar su realidad, de la misma forma en que ser inconsciente de tu espÃritu no
afecta en modo alguno su ser.
4. El Reino se
extiende para siempre porque está en la Mente de Dios. 2No conoces tu
propio gozo porque no conoces la plenitud de tu propio Ser. 3Excluye
cualquier parte del Reino y no podrás gozar de plenitud. 4Una mente
dividida no puede percibir su llenura, y necesita que el milagro de su
plenitud alboree en ella y la cure. 5Esto vuelve a despertar la
plenitud en dicha mente; y al aceptar dicha plenitud se reincorpora al Reino. 6Cuando aprecias por completo la llenura de Ser de tu mente, el
egoÃsmo se vuelve imposible y la extensión inevitable. 7Por eso es
por lo que el Reino goza de perfecta paz. 8El espÃritu está
cumpliendo su función, y sólo el pleno cumplimiento produce
paz.
5. Tus
creaciones están protegidas porque el EspÃritu Santo, que se encuentra en tu
mente, las conoce y las puede llevar a tu conciencia siempre que se lo permitas. 2Moran allà como parte de tu propio Ser porque tu plenitud las
incluye. 3Las creaciones de cada Hijo de Dios son tuyas, puesto que toda creación le pertenece a
todos, al haber sido creada para la Filiación en su
totalidad.
6. Tú no has
dejado de incrementar la herencia de los Hijos de Dios, y, por lo tanto, no has
dejado de asegurarte de que fuese tuya. 2Puesto que la Voluntad de
Dios fue dártela, te la dio para siempre. 3Puesto que Su Voluntad fue
que dispusieses de ella para siempre, te proporcionó los medios para
conservarla. 4Y eso es lo que has hecho. 5Desobedecer la Voluntad de Dios es algo qué sólo tiene sentido
para los dementes. 6En realidad es imposible. 7La llenura
de tu Ser es tan ilimitada como la de Dios, 8y al igual que la Suya,
se extiende en paz perfecta y para siempre. 9Su esplendor es tal que
crea en perfecta dichas, y de Su plenitud sólo lo pleno puede
nacer.
7. Ten por
seguro que nunca perdiste tu Identidad, ni tampoco las extensiones que la
mantienen en un estado de plenitud y de paz. 2Los milagros son
expresiones de esta certeza. 3Son a la vez reflejos de tu correcta
identificación con tus hermanos, asà como de tu conciencia de que esta
identificación se conserva mediante la extensión. 4El milagro es una
lección de percepción total. 5Al incluir cualquier parte de la
totalidad en la lección, incluyes a la totalidad.
LECCIÓN
73
Mi
voluntad es que haya luz.
1. Hoy
vamos a examinar la voluntad que compartes con Dios. 2Dicha voluntad
no es lo mismo que los vanos deseos del ego, de los cuales emanan las tinieblas
y la nada. 3La voluntad que compartes con Dios encierra dentro
de sà todo el poder de la creación. 4Los vanos deseos del ego no se
pueden compartir y, por lo tanto, no tienen poder alguno. 5Sus deseos
no son infructuosos en el sentido de que pueden dar lugar a un mundo de
ilusiones en el cual puedes llegar a creer ciegamente. 6Desde el
punto de vista de la creación, no obstante, son ciertamente infructuosos, pues
no dan lugar a nada que sea real.
2. Los
vanos deseos y los resentimientos
son socios o co-fabricantes del mundo tal como lo ves. 2Los
deseos del ego dieron lugar al mundo, y la necesidad del ego de abrigar
resentimientos -los cuales son indispensables para sustentar este mundo- lo
pueblan de figuras que parecen atacarte y hacer que tus juicios estén
"justificados". 3Estas figuras se convierten en los intermediarios
que el ego emplea en el tráfico de resentimientos. 4Se interponen
entre tu conciencia y la realidad de tus hermanos. 5Al contemplar
dichas figuras, no puedes conocer a tus hermanos ni a tu
Ser.
3. Pierdes
conciencia de tu voluntad en esta extraña transacción en la que la culpabilidad
se trueca una y otra vez, y los resentimientos aumentan con cada
intercambio. 2¿Cómo iba a haber podido crear la Voluntad que el Hijo
de Dios comparte con su Padre semejante mundo? 3¿Acaso creó Dios
desastres para Su Hijo? 4La creación es la Voluntad conjunta de
Ambos. 5¿Cómo iba Dios a crear un mundo que pudiese destruirlo a
Él?
4. Hoy
trataremos una vez más de ponernos en contacto con el mundo que está acorde con
tu voluntad. 2La luz está en él porque no se opone a la Voluntad de
Dios. 3No es el Cielo, pero la luz del Cielo resplandece sobre él. 4Las tinieblas han desaparecido, al igual que los vanos deseos del
ego. 5Sin embargo, la luz que resplandece sobre dicho mundo es
un reflejo de tu voluntad. 6Por lo tanto, es dentro de ti donde la
buscaremos.
5. Tu
imagen del mundo tan sólo puede reflejar lo que está dentro de ti. 2Ni la fuente de la luz ni la de la oscuridad pueden encontrarse
fuera de ti. 3Tus resentimientos nublan tu mente, y, como
consecuencia de ello, contemplas un mundo tenebroso. 4El perdón despeja las tinieblas, reafirma tu
voluntad y te permite contemplar un mundo de luz. 5Hemos
subrayado repetidas veces que es fácil salvar la barrera de los resentimientos,
y que ésta no puede interponerse entre tu salvación y tú. 6La razón
es muy simple. 7¿Quieres realmente estar en el infierno? 8¿Quieres realmente gemir, sufrir y
morir?
6. OlvÃdate
de los argumentos del ego que tratan de probar que todo eso es realmente el
Cielo. 2Tú bien sabes que no lo es. 3Eso no puede ser lo
que tú deseas para ti mismo. 4Hay un punto más allá del cual las
ilusiones no pueden pasar. 5El sufrimiento no es felicidad, y la
felicidad es lo que realmente deseas. 6Eso es lo que en verdad es tu
voluntad. 7Y por ende, la salvación es asimismo tu voluntad. 8Tú quieres tener éxito en lo que nos proponemos hacer hoy. 9Asà que lo emprendemos con tu bendición y grata
conformidad.
7. Tendremos
éxito hoy si recuerdas que lo que quieres para ti es la salvación. 2Quieres aceptar el plan de Dios porque eres parte integrante de él. 3No tienes ninguna voluntad que realmente se pueda oponer a ese plan,
ni tampoco es ése tu deseo. 4La salvación es para ti. 5Por encima de todo, quieres tener la libertad de recordar quién eres
realmente. 6Hoy es el ego el que se encuentra impotente ante tu
voluntad. 7Tu voluntad es libre, y nada puede prevalecer contra
ella.
8. Abordaremos
los ejercicios de hoy, por lo tanto, con entusiasmo y confianza, seguros de que
encontraremos lo que es tu voluntad encontrar y de que recordaremos lo que es tu
voluntad recordar. 2Ningún deseo vano puede detenernos ni engañarnos
con ilusiones de fuerza. 3Deja que hoy se haga tu voluntad, y
pon fin de una vez por todas a la absurda creencia de que prefieres el infierno
al Cielo.
9. Comenzaremos
nuestras sesiones de práctica más largas reconociendo que el plan de Dios
para la salvación, y sólo el Suyo, es el que está en completo acuerdo con tu
voluntad. 2No es el propósito de un poder extraño que se te
impone en contra de tu voluntad. 3Es el único propósito aquà con
el que tú y tu Padre estáis perfectamente de acuerdo. 4Triunfarás
hoy: la hora señalada para la emancipación del Hijo de Dios del infierno y de
todos los deseos vanos. 5Su voluntad
queda ahora reinstaurada en su conciencia. 6Él está dispuesto
hoy mismo a contemplar la luz que mora en él y a salvarse.
10. Después
que te hayas recordado esto a ti mismo y hayas resuelto mantener tu
voluntad claramente en tu mente, repite para tus adentros estas palabras con
templada determinación y tranquila certeza:
2Mi
voluntad es que haya luz.
3Quiero
contemplar la luz que refleja la Voluntad de Dios y la
mÃa.
4Deja
entonces que tu voluntad se afirme a sà misma, unida al poder de Dios y en unión
con tu Ser. 5Pon el resto de la sesión de práctica bajo Su dirección. 6Únete a Ellos que te señalan el camino.
11. En
las sesiones de práctica más cortas, declara nuevamente lo que realmente deseas. 2Di:
3Mi
voluntad es que haya luz. 4La
oscuridad no es mi voluntad.
5Debes repetir esto varias veces por hora. 6Es de suma importancia, no
obstante, que apliques esta idea de inmediato si te sientes tentado de abrigar
cualquier clase de resentimiento. 7Esto te ayudará a
desprenderte de todos ellos en lugar de seguir abrigándolos y ocultándolos
en la oscuridad.
14 DE
MARZO
X. La
confusión entre dicha y dolor
1. El Reino,
al igual que este mundo, es el resultado de ciertas premisas. 2Puede
que hayas llevado el razonamiento del ego a su conclusión lógica, que es una
confusión total con respecto a todo. 3Si realmente vieses lo que
resulta de ese razonamiento, lo repudiarÃas. 4La única razón por
la que pudieras desear algún aspecto de lo que resulta de ese razonamiento es que no alcanzas a ver su
totalidad. 5Estás dispuesto a examinar las premisas del ego, pero no
su conclusión lógica. 6¿No
serÃa posible que hubieses hecho lo mismo con las premisas de Dios? 7Tus creaciones son la conclusión lógica de Sus premisas 8EI Pensamiento de Dios las ha establecido para ti. 9Se encuentran exactamente donde les corresponde estar. 10Y donde les corresponde estar es en tu mente, como parte de tu
identificación con la Suya. aSin embargo, tu estado mental, asà como
el reconocimiento por tu parte de lo que se encuentra en tu mente, dependen de
lo que crees acerca de ella. 11Sean cuales sean estas creencias,
constituyen las premisas que habrán de determinar lo que aceptes en tu
mente.
2. No cabe duda
de que puedes aceptar en tu mente lo que no se encuentra en ella, asà como
también negar lo que sà se encuentra en ella. 2Sin embargo, aunque
puedes negar la función que Dios Mismo le encomendó a tu mente a través de la
Suya, no puedes evitar su expresión. 3Esa función es la conclusión lógica de lo que eres. 4La capacidad para ver la conclusión lógica de algo depende de que
estés dispuesto a verla, pero la verdad de esa conclusión no tiene nada que ver
con que estés dispuesto. 5La verdad es la Voluntad de Dios. 6Comparte Su Voluntad y estarás compartiendo Su conocimiento. 7Niega que Su Voluntad sea la tuya, y estarás negando Su Reino y el
tuyo.
3. El EspÃritu
Santo te dirigirá sólo a fin de evitarte dolor. 2Obviamente nadie se
opondrÃa a este objetivo si lo reconociese. 3Mas el problema no
estriba en si lo que el EspÃritu Santo dice es verdad o no, sino en si quieres
escucharle o no. 4No puedes reconocer lo que es doloroso, de la misma
manera en que tampoco sabes lo que es dichoso, y, de hecho, eres muy propenso a
confundir ambas cosas. 5La función primordial del EspÃritu Santo es
enseñarte a distinguir entre una y otra. 6Lo que a ti te
hace dichoso le causa dolor al ego, y mientras tengas dudas con respecto a lo
que eres, seguirás confundiendo la dicha con el dolor. 7Esta
confusión es la causa del concepto de sacrificio. 8Obedece al
EspÃritu Santo, y estarás renunciando al ego. 9Pero no estarás
sacrificando nada. 10Al contrario, estarás ganándolo todo. 11Si creyeses esto, no tendrÃas
conflictos.
4. Por eso es por
lo que tienes que demostrarte a ti mismo lo obvio. 2Para ti no es
obvio. 3Crees que hacer lo opuesto a la Voluntad de Dios va a
ser más beneficioso para ti. 4Crees también que es posible hacer lo
opuesto a la Voluntad de Dios. 5Por lo tanto, crees que tienes ante
ti una elección imposible, la cual es a la vez temible y deseable. 6Sin embargo, Dios dispone, 7no desea. 8Tu
voluntad es tan poderosa como la Suya porque es la Suya. 9Los
deseos del ego no significan nada porque el ego desea lo imposible. 10Puedes desear lo imposible, pero sólo puedes ejercer tu voluntad en
armonÃa con la de Dios. 11En eso estriba la debilidad del ego, asÃ
como tu fortaleza.
5. El EspÃritu
Santo siempre se pone de tu parte y de parte de tu fortaleza. 2Mientras en una u otra forma rehúses seguir las directrices que
te da, es que quieres ser débil. 3Mas la debilidad es atemorizante: 4¿Qué otra cosa, entonces, podrÃa significar esta decisión, excepto
que quieres estar atemorizado? 5El EspÃritu Santo nunca exige
sacrificios, el ego, en cambio, siempre los exige: 6Cuando estás
confundido con respecto a la diferencia entre ésas dos motivaciones, ello sólo
puede deberse a la proyección. 7La proyección es una confusión de
motivaciones, y, dada esta confusión, tener confianza se vuelve imposible. 8Nadie obedece de buen grado a un guÃa en el que no confÃa, pero eso
no quiere decir que el guÃa no sea digno de confianza. 9En este caso,
siempre significa que el seguidor es el que no lo es. 10Sin embargo,
esto también depende de sus propias creencias. 11Al creer que puede
traicionar, cree que todo lo puede traicionar a él. 12Mas esto sólo
se debe a que eligió un falso consejo. 13Incapaz de seguir ese consejo sin miedo, asocia el miedo con
el consejo y se niega a seguir cualquier tipo de consejo. 14No es
sorprendente que lo que resulta de esta decisión sea
confusión.
6. El EspÃritu
Santo, al igual que tú, es digno de toda confianza. 2Dios Mismo
confÃa en ti, por lo tanto, el hecho de que eres digno de toda confianza es
incuestionable. 3Será siempre incuestionable, no importa cuánto dudes
de ello. 4Dije antes que tú eres la Voluntad de Dios. 5Su
Voluntad no es un deseo trivial, y tu identificación con Su Voluntad no es
algo optativo, puesto que es lo que tú eres. 6Compartir Su Voluntad
conmigo no es optativo tampoco, aunque parezca serlo. 7La
separación radica precisamente en este error. 8La única manera de
escaparse del error es decidiendo que no tienes nada que decidir. 9Se te dio todo porque asà lo dispuso Dios. 10Ésa es Su
Voluntad, y tú no puedes revocar lo que Él dispone.
7. Ni siquiera
el abandono de la falsa prerrogativa de tomar decisiones -que con tanto
celo guarda el ego- se puede lograr deseándolo. 2La Voluntad de
Dios, Quien nunca te dejó desamparado, lo logró por ti. 3Su Voz
te enseñará a distinguir entre el dolor y la dicha, y te librará de la confusión
a la que has dado lugar. 4No hay, confusión alguna en la mente de un
Hijo de Dios cuya voluntad no puede sino ser la Voluntad del Padre, toda
vez que la Voluntad del Padre es Su Hijo.
8. Los
milagros están en armonÃa con la Voluntad de Dios, la cual tú no conoces porque
estás confundido con respecto a lo que tú dispones. 2Esto significa
que estás confundido con respecto a lo que eres. 3Si eres la Voluntad
de Dios, y no aceptas Su Voluntad, estás negando la dicha. 4El
milagro es, por lo tanto, una lección acerca de lo que es la dicha. 5Por tratarse de una lección acerca de cómo compartir es una lección
de amor, que es a su vez dicha. 6Todo milagro es, pues, una lección acerca de lo que es la verdad, y
al ofrecer lo que es verdad estás aprendiendo a distinguir entre la dicha y el
dolor.
LECCIÓN
74
No
hay más voluntad que la de Dios.
1. La
idea de hoy se puede considerar como el pensamiento central hacia el cual
se dirigen todos nuestros ejercicios. 2La Voluntad de Dios es la
única Voluntad. 3Cuando hayas reconocido esto, habrás reconocido que
tu voluntad es la Suya. 4La creencia de que el conflicto es posible
habrá desaparecido. 5La paz habrá reemplazado a la extraña idea de
que te atormentan objetivos conflictivos. 6En cuanto que expresión de
la Voluntad de Dios, no tienes otro objetivo que el Suyo.
2. La
idea de hoy encierra una gran paz, y lo que los ejercicios de hoy se proponen es
encontrarla. 2La idea en sà es completamente cierta. 3Por
lo tanto, no puede dar lugar a ilusiones. 4Sin ilusiones, el
conflicto es imposible. 5Tratemos hoy de reconocer esto y de
experimentar la paz que este reconocimiento nos brinda.
3. Comienza
las sesiones de práctica más largas repitiendo lentamente los pensamientos
que siguen a continuación varias veces, con la firme determinación de comprender
su significado y de retenerlos en la mente:
2No
hay más voluntad que la de Dios. 3No
puedo estar en conflicto.
4Dedica
entonces varios minutos a añadir pensamientos afines, tales
como:
5Estoy
en paz.
6Nada
puede perturbarme. 7Mi voluntad es la de
Dios.
8Mi
voluntad y la de Dios son una.
9La
Voluntad de Dios es que Su Hijo esté en paz.
10Durante
esta fase introductoria, asegúrate de hacerle frente en seguida a cualquier
pensamiento conflictivo que pueda cruzar tu mente. 11Di de
inmediato:
12No
hay más voluntad que la de Dios.
13Estos
pensamientos conflictivos no significan nada.
4.
Si algún asunto parece ser muy difÃcil de resolver, resérvalo para un examen más
detenido. 2Piensa en él brevemente, aunque de manera muy concreta,
identificando la persona o personas en cuestión y la situación o situaciones de
que se trate, y di para tus adentros:
3No
hay más voluntad que la de Dios. 4Yo
la comparto con Él.
5Mis
conflictos con respecto a _____ no pueden ser reales.
5. Después
de que hayas despejado tu mente de esta manera, cierra los ojos y trata de experimentar la paz a la que tu realidad te da derecho. 2Sumérgete en ella y siente como te va envolviendo. 3Puede
que te asalte la tentación de confundir estas prácticas con el ensimismamiento,
pero la diferencia entre ambas cosas es fácil de detectar. 4Si estás
llevando a cabo el ejercicio correctamente, sentirás una profunda sensación de
dicha y mayor agudeza mental en vez de somnolencia y
enervamiento.
6. La
paz se caracteriza por la dicha. 2Cuando experimentes dicha sabrás
que has alcanzado la paz. 3Si tienes la sensación de estar cayendo en
el ensimismamiento, repite la idea de hoy de inmediato y luego vuelve al
ejercicio. 4Haz esto cuantas veces sea necesario. 5Es
ciertamente ventajoso negarse a buscar refugio en el ensimismamiento, aun si no
llegas a experimentar la paz que andas buscando.
7. En las sesiones más cortas, que hoy se deben llevar a cabo a intervalos regulares
previamente determinados, di para tus adentros:
2No hay
más voluntad que la de Dios. 3Hoy busco Su
paz.
4Trata
entonces de hallar lo que buscas. 5Dedicar uno o dos minutos
cada media hora a hacer este ejercicio -con los ojos cerrados a ser posible-
será tiempo bien empleado.
La
luz ha llegado.
1. La
luz ha llegado. 2Te has curado y puedes curar. 3La luz ha
llegado. 4Te has salvado y puedes salvar. 5Estás en paz y
llevas la paz contigo dondequiera que vas. 6Las tinieblas, el
conflicto y la muerte han desaparecido. 7La luz ha
llegado.
2. Hoy celebramos el feliz
desenlace de tu largo sueño de
desastres. 2Ya no habrá más sueños tenebrosos. 3La
luz ha llegado. 4Hoy comienza la era de la luz para ti y para todos
los demás. 5Es una nueva era, de la que ha nacido un mundo nuevo. 6Y cuando el viejo pasó de largo, no dejó
rastro alguno sobre el nuevo. 7Hoy vemos un mundo diferente porque la luz ha llegado.
3. Nuestros
ejercicios de hoy serán ejercicios felices, pues en ellos daremos gracias por la
desaparición de lo viejo y el comienzo de lo nuevo. 2Ya no quedan
sombras del pasado que puedan nublar nuestra vista y ocultar el mundo que el
perdón nos ofrece. 3Hoy aceptaremos el nuevo mundo como lo que
deseamos ver. 4Lo que anhelamos se nos concederá. 5Nuestra
voluntad es ver la luz; la luz ha llegado.
4. Dedicaremos nuestras sesiones de práctica más
largas a ver el mundo que el perdón nos muestra. 2Eso, y sólo eso, es
lo que queremos ver. 3Nuestro único propósito hace que la consecución
de nuestro objetivo sea inevitable. 4Hoy el mundo real se alza
jubiloso ante nosotros para que por fin lo podamos ver. 5Se nos
concede la visión ahora que la luz ha llegado.
5. No
queremos ver hoy sobre el mundo la sombra del ego. 2Vemos la luz y en
ella vemos el reflejo del Cielo extenderse por todo el mundo. 3Comienza las sesiones de práctica más largas dándote a ti mismo las
buenas nuevas de tu liberación:
4La
luz ha llegado. 5He perdonado al mundo.
6. No te entretengas hoy en el pasado. 2Mantén tu mente completamente
receptiva, libre de todas las ideas del pasado y de todo concepto que hayas
inventado. 3Hoy has perdonado al mundo. 4Puedes
contemplarlo ahora como si nunca antes lo hubieses visto. 5TodavÃa no
sabes qué aspecto tiene. 6Simplemente estás esperando a que se te
muestre. 7Mientras esperas, repite varias veces lentamente y con
absoluta paciencia:
8La
luz ha llegado. 9He
perdonado al mundo.
7. Date
cuenta de que tu perdón te hace acreedor a la visión. 2Entiende que
el EspÃritu Santo jamás deja de darles el don de la visión a los que perdonan. 3ConfÃa en que Él
no dejará de dártelo a ti ahora. 4Has perdonado al mundo. 5El EspÃritu Santo estará contigo mientras observas y esperas. 6Él te mostrará lo que la verdadera visión ve. 7Ésa es Su
Voluntad y tú te has unido a Él. 8Espéralo pacientemente. 9Él estará allÃ. 10La luz ha llegado. 11Has
perdonado al mundo.
8. Dile
que sabes que no puedes fracasar en tu empeño porque confÃas en Él. 2Y dite a ti mismo que esperas lleno de certeza poder contemplar el
mundo que Él te ha prometido. 3De ahora en adelante verás de otra
manera. 4La luz ha llegado hoy. 5Y verás el mundo que se
te ha prometido desde los orÃgenes del tiempo, en el cual el fin del tiempo está
garantizado.
9. Las
sesiones de práctica más cortas serán asimismo jubilosos recordatorios de tu
emancipación. 2Recuérdate a ti mismo cada cuarto de hora
aproximadamente que hoy es un dÃa de una celebración especial. 3Da gracias por la misericordia y el Amor de Dios. 4RegocÃjate de que el perdón tenga el poder de sanar
completamente tu vista. 5ConfÃa en que este dÃa será un nuevo
comienzo. 6Sin las tinieblas del pasado sobre tus ojos, hoy no podrás
sino ver. 7y tu acogida a lo que veas será tal que felizmente
extenderás el dÃa de hoy para siempre.
10. Di
entonces:
2La
luz ha llegado. 3He
perdonado al mundo.
4Si
te asaltase la tentación, dile a quienquiera que parezca estarte llevando
nuevamente a las tinieblas:
5La luz ha
llegado. 6Te he
perdonado.
11. Dedicamos
este dÃa a la serenidad en la que Dios quiere que estés. 2Manténla en
la conciencia que tienes de ti mismo y contémplala en todas partes hoy,
según celebramos el comienzo de tu visión y del panorama que ofrece el mundo
real, el cual ha venido a reemplazar al mundo que no habÃas perdonado y que
pensabas era real.
No
me gobiernan otras leyes que las de Dios.
1. Hemos
visto antes cuántas cosas absurdas te han parecido ser la salvación. 2Cada una de ellas te ha aprisionado con leyes tan absurdas como
ellas mismas. 3Sin embargo, no estás aprisionado por ninguna de esas
cosas. 4Mas para comprender que esto es cierto, primero te tienes que
dar cuenta de que la salvación no se encuentra en ninguna de ellas. 5Mientras la busques en cosas que no tienen sentido te atarás a ti
mismo a leyes que tampoco tienen sentido. 6Y de esta manera, tratarás
de probar que la salvación está donde no está.
2. Hoy
nos alegraremos de que no puedas probarlo. 2Pues si pudieses,
buscarÃas la salvación eternamente donde no está, y jamás la hallarÃas. 3La idea de hoy te repite una vez más cuán simple es la salvación. 4Búscala allà donde te espera y allà la hallarás. 5No la
busques en ninguna otra parte, pues no está en ninguna otra
parte.
3. Piensa
en la liberación que te brinda el reconocimiento de que no estás atado a las
extrañas y enrevesadas leyes que has promulgado para que te salven. 2Crees realmente que te morirÃas de hambre a menos que tengas fajos
de tiras de papel moneda y montones de discos de metal. 3Crees
realmente que una pequeña pÃldora que te tomes o que cierto fluido inyectado en
tus venas con una fina aguja te resguardará de las enfermedades y de la muerte. 4Crees realmente que estás solo a no ser que otro cuerpo esté
contigo.
4. La
demencia es la que piensa estas cosas. 2Tú las llamas leyes y las
anotas bajo diferentes nombres en un extenso catálogo de rituales que no sirven
para nada ni tienen ningún propósito. 3Crees que debes obedecer las
"leyes" de la medicina, de la economÃa y de la salud. 4Protege
el cuerpo y te salvarás.
5. Eso
no son leyes, sino locura. 2EI cuerpo se ve amenazado por la mente
que se hace daño a sà misma. 3El cuerpo sufre sólo para que la mente no pueda
darse cuenta de que es la vÃctima de sà misma. 4El sufrimiento corporal es una máscara de la que la
mente se vale para ocultar lo que realmente sufre. 5No quiere entender que es su propia enemiga; que se
ataca a sà misma y que quiere morir. 6De esto es de lo que tus
"leyes" quieren salvar al cuerpo. 7Para esto es para lo que crees ser
un cuerpo.
6. No
hay más leyes que las de Dios. 2Esto necesita repetirse una y otra
vez hasta que te des cuenta de que es aplicable a todo lo que has hecho en
oposición a la Voluntad de Dios. 3Tu magia no tiene sentido. 4Lo que pretende salvar no existe. 5Únicamente lo que
pretende ocultar te salvará.
7. Las
leyes de Dios jamás pueden ser reemplazadas. 2Dedicaremos el dÃa
de hoy a regocijarnos de que asà sea. 3No es ésta una verdad que
queramos seguir ocultando. 4En lugar de ello nos daremos cuenta de
que es una verdad que nos mantiene libres para siempre. 5La magia
aprisiona, pero las leyes de Dios liberan. 6La luz ha llegado porque
no hay más leyes que las de Él.
8. Comenzaremos
hoy las sesiones de práctica más largas con un breve repaso de las diferentes
clases de "leyes" que hemos creÃdo necesario acatar. 2Éstas incluyen,
por ejemplo, las "leyes" de la nutrición, de la inmunización, de los
medicamentos y de la protección del cuerpo en las innumerables maneras en
que ésta se lleva a cabo. 3Crees también en las "leyes" de la
amistad, de las "buenas" relaciones y de la reciprocidad. 4Puede que
hasta incluso creas que hay leyes que regulan lo que es de Dios y lo que es
tuyo. 5Muchas "religiones" se han basado en eso. 6Dichas
religiones no salvan, sino que condenan en nombre del Cielo. 7En
cualquier caso, sus leyes no son más extrañas que otras "leyes" que tú crees que
debes obedecer para estar a salvo.
9. No
hay más leyes que las de Dios. 2Deshecha hoy todas tus insensatas
creencias mágicas y mantén la mente en un estado de silenciosa preparación para
escuchar la Voz que te dice la verdad. 3Estarás escuchando a Uno que
te dice que de acuerdo con las leyes de Dios las pérdidas no existen. 4No se hacen ni se reciben pagos; no se pueden hacer intercambios; 5no hay sustitutos y ninguna cosa es reemplazada por otra. 6Las leyes de Dios dan eternamente sin jamás quitar
nada.
10. Escucha
a Aquél que te dice esto y date cuenta de cuán insensatas son las "leyes"
que tú pensabas regÃan el mundo que creÃas ver. 2Sigue prestando
atención. 3Él te dirá más. 4Te hablará del Amor que tu
Padre te profesa, 5de la infinita dicha que te ofrece, 6de
la ardiente añoranza que siente por Su único Hijo, creado como Su canal de
creación, pero que éste le niega debido a su creencia en el
infierno.
11. Abramos
hoy los canales de Dios y permitamos que Su Voluntad se extienda a través
de nosotros hasta Él. 2De esa manera es como la creación se expande
infinitamente. 3Su Voz nos hablará de esto, asà como de los gozos del
Cielo, que Sus leyes mantienen por siempre ilimitados. 4Repetiremos
la idea de hoy hasta que hayamos escuchado y comprendido que no hay más leyes
que las de Dios. 5Después nos diremos a nosotros mismos, a modo de
dedicatoria con la cual concluye la sesión de práctica:
6No me gobiernan
otras leyes que las de Dios.
12. Repetiremos
hoy esta dedicatoria tan a menudo como sea posible; por lo menos cuatro o
cinco veces por hora, asà como en respuesta a cualquier tentación de sentirnos
sujetos a otras leyes a lo largo del dÃa. 2Es nuestra declaración de
que estamos a salvo de todo peligro y de toda tiranÃa. 3Es nuestro
reconocimiento de que Dios es nuestro Padre y de que Su Hijo se ha
salvado.
17 DE
MARZO
XI. El estado
de gracia
1. El EspÃritu
Santo siempre te guiará acertadamente porque tu dicha es la Suya. 2Eso es lo que Su Voluntad dispone para todos porque habla en
representación del Reino de Dios, que no es otra cosa que dicha. 3Seguirle, por consiguiente, es la cosa más fácil del mundo, y lo
único, que es fácil, ya que no es de este mundo. 4Por lo tanto, es
algo natural. 5El mundo va en contra de tu naturaleza, al estar
en desacuerdo con las leyes de Dios. 6El mundo percibe grados de
dificultad en todo. 7Eso se debe a que el ego no percibe nada como
completamente deseable. 8Al demostrarte a ti mismo que no hay grados
de dificultad en los milagros, te convencerás de que, en tu estado natural,
no hay grados de dificultad en absoluto porque tu estado natural es un estado de
gracia.
2. La gracia
es el estado natural de todos los Hijos de Dios. 2Cuando no están en
estado de gracia, están fuera de su medio ambiente, y, por lo tanto, no se
desenvuelven bien. 3Todo lo que hacen les produce tensión porque no
fueron creados para el medio ambiente que ellos mismos se han labrado. 4No pueden, por lo tanto, adaptarse a él, ni hacer que dicho ambiente
se adapte a ellos. 5De nada sirve intentarlo. 6Un Hijo de
Dios es feliz únicamente cuando sabe que está, con Dios. 7Ése es
el único medio ambiente en el que no sufre tensión porque ahà es donde le
corresponde estar. 8Es también el único medio ambiente que es
digno de él porque su valÃa está más allá de cualquier cosa que él pueda
inventar.
3. Examina el
reino que fabricaste y juzga su valor imparcialmente. 2¿Es
acaso digno de ser la morada de una criatura de Dios? 3¿Protege tal
mundo su paz e irradia amor sobre ella? 4¿Evita acaso que su corazón
se vea afectado por el miedo, y le permite dar siempre sin experimentar ninguna
sensación de pérdida? 5¿Le enseña que esa forma de dar es su dicha, y
que Dios Mismo le agradece lo que da? 6Ése es el único ambiente en el
que puedes ser feliz. 7Tú no lo puedes "crear", como tampoco puedes
"crearte" a ti mismo. 8Fue creado para ti, tal como tú fuiste creado
para él. 9Dios vela por Sus Hijos y no les niega nada. 10Mas cuando ellos lo niegan a Él, dejan de ser conscientes de eso
porque se niegan todo a sà mismos. 11Tú, que podrÃas estar dando el
Amor de Dios a todo lo que ves, a todo lo que tocas y a todo lo que recuerdas,
estás literalmente negándote el Cielo a ti mismo.
4. Te exhorto
a recordar que te he escogido a ti para que le enseñes al Reino lo que es
el Reino. 2Esta lección no admite excepciones porque la falta de
excepciones es la lección en sÃ. 3Cada Hijo que regresa al Reino con esta lección en su corazón ha
sanado a la Filiación y ha dado gracias a Dios. 4Todo aquel que
aprende esta lección se convierte en el maestro perfecto porque la ha
aprendido del EspÃritu Santo.
5. Cuando una
mente contiene solamente luz, conoce solamente la luz. 2Su propia
luminiscencia alumbra todo en su derredor, y se extiende hasta la penumbra de
otras mentes, y las transforma en majestad. 3La Majestad de Dios se
encuentra en ellas para que la reconozcas, la aprecies y la conozcas. 4 La manera de aceptar tu herencia es reconociendo la Majestad de Dios en tu
hermano. 5Dios sólo da de manera equitativa. 6Si reconoces
Su don en cualquiera, habrás reconocido lo que Él te ha dado a ti. 7Nada es más fácil de reconocer que la verdad, 8ya que es
un reconocimiento inmediato, inequÃvoco y natural. 9Te has enseñado a
ti mismo a no reconocerla, y esto ha sido muy difÃcil para
ti.
6. Al hallarte
fuera de tu ambiente natural es muy posible que te preguntes:"¿Qué es la
verdad?", toda vez que la verdad es el medio ambiente por el cual y para el cual
fuiste creado. 2No te conoces a ti mismo porque no conoces a tu
Creador. 3No conoces tus creaciones porque no conoces a tus hermanos,
quienes las crearon junto contigo. 4He dicho que únicamente la
Filiación en su totalidad es digna de ser co-creadora con Dios, ya que
únicamente la Filiación en su totalidad puede crear como Él. 5Siempre que sanas a un hermano reconociendo su valÃa, estás
reconociendo su poder para crear, asà como el tuyo propio. 6Él
no puede haber perdido lo que tú reconoces en él, y tú no puedes sino poseer la
gloria que ves en él. 7Él es un co-creador con Dios al igual que tú. 8Niega su poder creativo, y estarás negando el tuyo y el de Dios, que
te creó.
7. No puedes
negar parte de la verdad. 2No conoces tus creaciones porque no
conoces a su creador. 3 No te conoces a ti mismo porque no conoces el
tuyo. 4Tus creaciones no pueden establecer tu realidad, tal como tú
tampoco puedes establecer la de Dios. 5Pero sà puedes conocer tu realidad y la de Dios. 6Al Ser se le conoce mediante el acto de compartirlo. 7Puesto que Dios compartió su Ser contigo, Lo puedes conocer. 8Pero tienes también que conocer todo lo que Él creó, para saber lo
que ellos han compartido. 9Sin tu Padre no podrás conocer tu propia
paternidad. 10El Reino de Dios incluye a todos Sus Hijos y a los
hijos de éstos, que son tan semejantes a los Hijos como éstos son semejantes al
Padre. 11Conoce, entonces, a los Hijos de Dios, y habrás conocido a
toda la creación.
LECCIÓN
77
Tengo
derecho a los milagros.
1. Tienes derecho a los milagros debido a lo que
eres. 2Recibirás milagros debido a lo que Dios es. 3Y ofrecerás milagros
debido a que eres uno con Dios. 4Una vez más, ¡cuán simple es la
salvación! 5Es sencillamente una afirmación de tu verdadera
Identidad. 6Esto es lo que celebraremos
hoy.
2. Tu
derecho a los milagros no se basa en las ilusiones que tienes acerca de ti
mismo. 2No depende de ningún poder mágico que te hayas adscrito ni de
ninguno de los rituales que has ingeniado. 3Es inherente a la verdad
de lo que eres. 4Está implÃcito en lo que Dios, tu Padre, es. 5Tu derecho a los milagros quedó establecido en tu creación y está
garantizado por las leyes de Dios.
3. Hoy
reivindicaremos los milagros a los que tienes derecho, pues te pertenecen. 2Se te ha prometido total liberación del mundo que construiste. 3Se te ha asegurado que el Reino de Dios se encuentra dentro de ti y
que jamás lo puedes perder. 4No pedimos sino lo que en verdad
nos pertenece. 5Hoy, sin
embargo, nos aseguraremos también de no conformarnos con
menos.
4. Comienza
las sesiones de práctica más largas de hoy diciéndote a ti mismo con
absoluta certeza que tienes derecho a los milagros. 2Cierra los ojos
y recuerda que estás pidiendo únicamente lo que por derecho propio te
pertenece. 3Recuérdate también a ti mismo que los milagros jamás
se le quitan a uno para dárselos a otro, y que al reivindicar tus derechos estás
haciendo valer los derechos de todo el mundo. 4Los milagros no
obedecen las leyes de este mundo. 5Proceden simplemente de las leyes
de Dios.
5. Después
de esta breve fase introductoria, espera en silencio la ratificación de que se
te ha concedido tu petición. 2Has pedido la salvación del mundo asÃ
como la tuya. 3Has pedido que se te concedan los medios a través de
los cuales se puede lograr esto. 4Es imposible que no se te den
garantÃas al respecto. 5No estás
sino pidiendo que se haga la Voluntad de Dios.
6. Al
hacer esto, no estás realmente pidiendo nada. 2Estás afirmando
un hecho innegable. 3El EspÃritu Santo no puede sino asegurarte
que se te ha concedido tu petición. 4El hecho de que la aceptases lo
confirma. 5Hoy no hay cabida para la duda ni la incertidumbre. 6Estamos haciendo por fin una petición real. 7La respuesta
es una simple exposición de un simple hecho. 8Recibirás la
ratificación que buscas.
7. Nuestras
sesiones de práctica más cortas serán frecuentes, y estarán dedicadas a recordar
un simple hecho. 2Repite hoy
frecuentemente:
3Tengo
derecho a los milagros.
4PÃdelos
cada vez que se presente una situación que los requiera. 5Reconocerás
tales situaciones. 6Y como no estás dependiendo de ti mismo para
encontrar el milagro, tienes pleno derecho a recibirlo siempre que lo
pidas.
8. Recuerda
también que no te debes conformar con nada que no sea la respuesta perfecta. 2Si te
asaltan tentaciones, di de inmediato:
3No intercambiaré
milagros por resentimientos.
4Quiero
únicamente lo que me pertenece.
5Dios ha
establecido mi derecho a los milagros.
18 DE
MARZO
CapÃtulo
8
EL VIAJE DE
RETORNO
I. La
dirección del plan de estudios
1. El
conocimiento no es la motivación para aprender este curso. 2La paz lo
es. 3La paz es el requisito previo para alcanzar el
conocimiento, simplemente porque los que están en conflicto no están en
paz, y la paz es la condición necesaria para el conocimiento porque es la
condición del Reino. 4El conocimiento sólo puede ser restituido
cuando satisfaces sus condiciones .5No es éste un trato que Dios haya
hecho, pues Dios no hace tratos. 6Es simplemente el resultado del uso
incorrecto que has hecho de Sus leyes en nombre de una voluntad imaginaria que
no es la Suya. 7El conocimiento es Su Voluntad. 8Si te opones
a Su Voluntad, ¿cómo vas a poder gozar de conocimiento? 9Te he dicho
lo que el conocimiento te ofrece, pero tal vez aún no lo consideres algo
enteramente deseable. 10Pues, de lo contrario, no estarÃas tan
dispuesto a descartarlo cuando el ego te pide que le seas
leal.
2. Las
distracciones del ego tal vez parezcan interferir en tu aprendizaje, pero el ego
no tiene realmente ningún poder para distraerte a menos que tú se lo confieras. 2La voz del ego es una alucinación. 3No puedes esperar que
te diga: "No soy real". 4No obstante, no se te pide que desvanezcas
tus alucinaciones por tu cuenta. 5Se te pide simplemente que las
evalúes a la luz de los resultados que te aportan. 6Si dejas de
desearlas debido a la pérdida de paz que te ocasionan, serán eliminadas de
tu mente.
3. Cada vez
que respondes a la llamada del ego estás haciendo un llamamiento a la guerra, y
la guerra ciertamente te priva de la paz. 2Mas en esta guerra no hay
adversario. 3Ésta es la re-interpretación de la realidad que
tienes que hacer para asegurar tu paz, y la única que jamás necesitas hacer. 4Los que percibes como adversarios forman parte de tu paz, a la cual
renuncias cuando los atacas. 5¿Cómo se puede tener aquello a lo que
se renuncia? 6Compartes para tener, pero no renuncias a lo que
compartes. 7Cuando renuncias a la paz, te excluyes a ti mismo de
ella. 8Es ésta una condición tan ajena al Reino que te es imposible
entender el estado que prevalece dentro de él.
4. Lo que
aprendiste en el pasado tiene que haberte enseñado lo que no te convenÃa, por la
sencilla razón de que no te hizo feliz. 2Sólo por esto deberÃa
ponerse en duda su valor. 3Si el propósito del aprendizaje es
producir cambios -y ése es siempre su propósito- ¿te sientes satisfecho con
los cambios que tu aprendizaje ha producido en ti? 4Si no estás
contento con lo que aprendiste es señal evidente del fracaso de dicho
aprendizaje, ya que significa que no conseguiste lo que
deseabas.
5. El plan de
estudios de la Expiación es el opuesto al que tú elaboraste para ti, y lo
mismo se puede decir de su resultado. 2Si el resultado de tu plan de
estudios te ha hecho infeliz, y deseas otro diferente, obviamente es necesario
que se efectúen cambios en el plan de estudios. 3El primer cambio que
debe efectuarse es un cambio de dirección. 4Un plan de estudios que
tenga sentido no debe ser inconsistente. 5Si lo planean dos maestros
que creen en ideas diametralmente opuestas, no puede ser un plan integrado. 6Si esos dos maestros lo ponen en práctica simultáneamente, cada uno
de ellos no hará sino ser un obstáculo para el otro. 7Esto da lugar a
fluctuaciones, pero no a un auténtico cambio. 8Los que son volátiles
no tienen dirección. 8No pueden decidir ir en una dirección
determinada porque no pueden abandonar la otra, si bien ésta última no existe. 10Su plan de estudios conflictivo les enseña que todas las direcciones existen, y no les
proporciona ninguna base racional sobre la que fundar su
elección.
6. Antes de
que pueda efectuarse un auténtico cambio de dirección es necesario
reconocer plenamente la total insensatez de semejante plan de estudios. 2No puedes aprender simultáneamente de dos maestros que están en
completo desacuerdo con respecto a todo. 3Su plan de estudios
conjunto constituye una tarea de aprendizaje imposible. 4Te están
enseñando cosas completamente diferentes de forma completamente diferente,
lo cual serÃa posible si no fuera porque las enseñanzas de ambos son acerca de ti. 5Ninguno de
ellos puede alterar tu realidad, pero si los escuchas a los dos, tu mente estará
dividida con respecto a lo que es tu realidad.
LECCIÓN
78
¡Que
los milagros reemplacen todos mis resentimientosl
1. Tal vez aún no esté completamente claro para ti el
hecho de que en cada decisión que tomas estás eligiendo entre un resentimiento y
un milagro. 2Cada resentimiento se alza cual tenebroso escudo de odio
ante el milagro que pretende ocultar. 3Y al alzarlo ante tus ojos no
puedes ver el milagro que se encuentra tras él. 4Éste, no obstante,
sigue allà aguardándote en la luz, pero en lugar de él contemplas tus
resentimientos.
2. Hoy vamos a ir más allá de los resentimientos para
contemplar el milagro en lugar de ellos. 2Invertiremos la manera como
ves al no dejar que tu vista se detenga antes de que veas. 3No
esperaremos frente al escudo de odio, sino que lo dejaremos caer, y,
suavemente, alzaremos los ojos en silencio para contemplar al Hijo de
Dios.
3. Él te espera tras todos tus resentimientos, y a
medida que dejas éstos de lado, él aparecerá radiante de luz en el lugar que
antes ocupaba cada uno de ellos. 2Pues cada resentimiento constituye
un obstáculo a la visión, mas según se elimina, puedes ver al Hijo de Dios allÃ
donde él siempre ha estado. 3Él se encuentra en la luz, pero tú
estabas en las tinieblas. 4Cada resentimiento hacÃa que las tinieblas
fuesen aún más tenebrosas, lo cual te impedÃa ver.
4. Hoy intentaremos ver al Hijo de Dios. 2No nos haremos los ciegos para no verlo; no vamos a contemplar
nuestros resentimientos. 3Asà es como se invierte la manera de
ver del mundo, al nosotros dirigir nuestra mirada hacia la verdad y apartarla
del miedo. 4Seleccionaremos a alguien que haya sido objeto de tus
resentimientos y, dejando éstos a un lado, lo contemplaremos. 5Quizá
es alguien a quien temes o incluso odias; o alguien a quien crees amar, pero que
te hizo enfadar; alguien a quien llamas amigo, pero que en ocasiones te resulta
pesado o difÃcil de complacer; alguien exigente, irritante o que no se
ajusta al ideal que deberÃa aceptar como suyo, de acuerdo con el papel que tú le
has asignado.
5. Ya sabes de quien se trata: su nombre ya ha
cruzado tu mente. 2 En él es en quien pedimos que se te muestre el
Hijo de Dios. 3Al contemplarlo sin los resentimientos que has
abrigado en su contra, descubrirás que lo que permanecÃa oculto cuando no
lo veÃas, se encuentra en todo el mundo y se puede ver. 4El que era
un enemigo es más que un amigo cuando está en libertad de asumir el santo papel
que el EspÃritu Santo le ha asignado. 5Deja que él sea hoy tu
salvador. 6Tal es su función en el plan de Dios, tu
Padre.
6. En nuestras sesiones de práctica más largas de hoy
lo veremos asumiendo ese papel. 2Pero primero intenta mantener su
imagen en tu mente tal como lo ves ahora. 3Pasa revista a sus faltas,
a las dificultades que has tenido con él, al dolor que te ha causado, a sus
descuidos y a todos los disgustos grandes y pequeños que te ha ocasionado. 4Contempla las imperfecciones de su cuerpo asà como sus rasgos más
atractivos, y piensa en sus errores e incluso en sus
"pecados".
7. Pidámosle entonces a Aquél que conoce la realidad
y la verdad de este Hijo de Dios, que se nos conceda poder contemplarlo de otra
manera y ver a nuestro salvador resplandeciendo en la luz del verdadero perdón
que se nos ha concedido. 2En el santo Nombre de Dios y en el de Su
Hijo, que es tan santo como Él, le pedimos:
3Quiero
contemplar a mi salvador en éste a quien Tú has designado como aquel al que debo
pedir que me guÃe hasta la santa luz en la que él se encuentra, de modo que
pueda unirme a él.
4 Los
ojos del cuerpo están cerrados, y mientras piensas en aquel que te agravió, deja
que a tu mente se le muestre la luz que brilla en él más allá de tus
resentimientos.
5. Lo que has pedido no se te puede negar. 2Tu salvador ha estado esperando esto hace mucho tiempo. 3Él quiere ser libre y
hacer que su libertad sea también la tuya. 4El EspÃritu Santo se extiende desde él hasta ti, y no
ve separación alguna en el Hijo de Dios. 5Y lo que ves a través de Él
os liberará a ambos. 6Mantente muy quedo ahora, y contempla a tu
radiante salvador. 7Ningún sombrÃo resentimiento nubla la visión
que tienes de él. 8Le has permitido al EspÃritu Santo expresar a
través de ese hermano el papel que Dios le asignó a Él para que tú te pudieses
salvar.
9. Dios te da las gracias por estos momentos de
sosiego en que dejas a un lado tus imágenes para ver en su lugar el milagro de
amor que el EspÃritu Santo te muestra. 2Tanto el mundo como el Cielo
te dan las gracias, pues ni uno solo de los Pensamientos de Dios puede sino
regocijarse por tu salvación y por la del mundo entero junto
contigo.
10. Recordaremos esto a lo largo del dÃa, y
asumiremos el papel que se nos ha asignado como parte del plan de Dios para la
salvación, y no del nuestro. 2La tentación desaparece cuando
permitimos que todo aquel que se cruza en nuestro camino sea nuestro
salvador, rehusándonos a ocultar su luz tras la pantalla de nuestros
resentimientos. 3Permite que todo aquel con quien te encuentres,
o en quien pienses o recuerdes del pasado, asuma el papel de salvador, de manera
que lo puedas compartir con él. 4Por ti y por él, asà como por todos
los que no ven, rogamos:
5iQue
los milagros reemplacen todos mis resentimientos!
19 DE
MARZO
II. La
diferencia entre aprisionamiento y libertad
1. "Existe una lógica sobre la que basar tu
elección. 2Sólo un Maestro sabe lo que es tu realidad: 3Si el
propósito del plan de estudios es aprender a eliminar los obstáculos que
obstruyen el conocimiento de esa realidad, eso sólo lo puedes aprender de
ese Maestro. 4 El ego no sabe lo que está tratando de enseñar. 5 Está tratando de enseñarte lo que eres, si bien él mismo no lo
sabe. 6El ego no es más que un experto en crear confusión. No entiende nada más. 8Como
maestro, pues, el ego está completamente confundido y sólo causa confusión. 9Aun si pudieses hacer caso omiso del EspÃritu Santo, lo cual es
imposible, no podrÃas aprender nada del ego porque el ego no sabe nada.
2. ¿Qué razón
puede haber para elegir semejante maestro? 2¿No tendrÃa más sentido
hacer caso omiso de todo lo que enseña? 3¿Es éste el maestro al que
el Hijo de Dios debe dirigirse para encontrarse a sà mismo? 4 El
ego no te ha dado nunca una solución sensata a nada. 5Basándote
simplemente en la experiencia que tienes de lo que enseña, ¿no serÃa ello
suficiente para descalificarlo como tu futuro maestro?, 6Mas el daño
que el ego le ha ocasionado a tu aprendizaje no se limita sólo a eso. 7Aprender es placentero si te conduce por la senda que te resulta
natural, y facilita el desarrollo de lo que ya tienes. 8Mas si se te
enseña en contra de tu naturaleza, lo que aprendas supondrá una pérdida para ti
porque te aprisionará. 9Tu voluntad forma parte de tu naturaleza, y, por lo tanto, no puede ir contra
ella.
3. El ego no
te puede enseñar nada mientras tu voluntad sea libre porque no le escucharÃas. 2Tu voluntad no es estar aprisionado porque tu voluntad es libre. 3Ésa es la razón de que el ego sea la negación del libre albedrÃo. 4No es nunca Dios el que te coacciona, ya que comparte Su Voluntad
contigo. 5Su Voz enseña solamente en conformidad con Su Voluntad, mas
ésa no es la lección que enseña el EspÃritu Santo, pues eso es lo que tú eres. 6Su lección es que tu
voluntad y la de Dios no pueden estar en desacuerdo porque son una. 7Esto supone la anulación de todo lo que el ego trata de enseñar. 8Por lo tanto, no es solamente la dirección del programa de
estudios lo que tiene que estar libre de conflictos, sino también el
contenido.
4. El ego
trata de enseñarte que tu deseo es oponerte a la Voluntad de Dios. 2Esta lección antinatural no se puede aprender, y tratar de
aprenderla viola tu libertad, lo cual
hace que tengas miedo de tu voluntad porque es libre. 3El EspÃritu Santo se opone a
cualquier forma de aprisionamiento de la voluntad de un Hijo de Dios porque sabe
que la voluntad del Hijo es la Voluntad del Padre. 4 El EspÃritu
Santo te conduce firmemente por la senda de la libertad, enseñándote cómo
descartar o mirar más allá de todo lo que te impedirÃa seguir
adelante.
5. Hemos dicho
que el EspÃritu Santo te enseña la diferencia que existe entre el dolor y la
dicha. 2Eso es lo mismo que decir que te enseña la diferencia que hay
entre estar aprisionado y ser libre. 3No puedes hacer esta distinción
sin Él porque te has enseñado a ti mismo que el aprisionamiento es libertad. 4 ¿Cómo ibas a poder distinguir entre una cosa y otra cuando crees
que ambas son lo mismo? 5¿Cómo ibas a poder pedirle a la parte de tu
mente que te enseñó a creer que son lo mismo que te enseñase de qué manera son
diferentes?
6. Las
enseñanzas del EspÃritu Santo apuntan en una sola dirección y tienen un solo
objetivo. 2Su dirección es la libertad y Su objetivo es Dios. 3El EspÃritu Santo, no obstante, no puede concebir a Dios sin ti
porque no es la Voluntad de Dios estar sin ti. 4Cuando hayas
aprendido que tu voluntad es la de Dios, tu voluntad no dispondrá estar sin
Él, tal como Su Voluntad no dispone estar sin ti. 5Esto es libertad y
esto es dicha. 6Si te niegas esto a ti mismo, le estarás negando a
Dios Su Reino, pues para eso fue para lo que El te creó.
7. Cuando
dije: "Todo poder y gloria son tuyos porque Suyo es el Reino", esto es lo que
quise decir: la Voluntad de Dios no tiene lÃmites, y todo poder y gloria residen
en ella. 2Su fuerza, su paz y su amor son ilimitados. 3No
tiene lÃmites porque su extensión es ilimitada, y abarca todas las cosas porque
las creó, 4y al crearlas, las hizo parte de sà misma. 5Tú
eres la Voluntad de Dios porque asà es como fuiste creado. 6 Debido a
que tu Creador, crea únicamente a Semejanza Propia, eres como El. 2Eres parte de Aquel que es todo poder y gloria, y, por lo tanto,
eres tan ilimitado como El.
8. ¿A qué otra
cosa sino al poder y a la gloria
puede apelar el EspÃritu Santo para restaurar el Reino de Dios? 2El
EspÃritu Santo, pues, apela simplemente a lo que el Reino es, para que éste
reconozca lo que él mismo es. 3Cuando reconoces esto brindas ese
reconocimiento automáticamente a todo el mundo porque has reconocido a todo el
mundo. 4Mediante tu reconocimiento despiertas el de ellos, y
mediante el de ellos, el tuyo se extiende. 5El despertar se propaga
fácilmente y con gran júbilo por todo el Reino, en respuesta a la Llamada a
Dios. 6Ésta es la respuesta natural de todo Hijo de Dios a la Voz que
habla en nombre de su Creador, ya que es la Voz que habla en nombre de las
creaciones del Hijo y de su propia extensión.
LECCIÓN
79
PermÃtaseme
reconocer el problema para que pueda ser resuelto.
1. No puedes resolver un problema a menos que sepas
de qué se trata. 2Incluso si ya está resuelto, lo seguirás teniendo
porque no reconocerás que ya se ha resuelto. 3Ésta es la situación
del mundo. 4El problema de la separación, que es en realidad el único
problema que hay, ya se ha resuelto. 5No obstante, la solución
no se ha reconocido porque no se ha reconocido el
problema.
2. En este mundo cada cual parece tener sus propios
problemas. 2Mas todos ellos son el mismo problema, y se tiene que
reconocer que son el mismo si es que se ha de aceptar la única solución que los
resuelve a todos. 3Ahora bien, ¿quién puede darse cuenta de que un
problema se ha resuelto si piensa que el problema es otra cosa? 4Aun
si se le proporcionara la respuesta, no podrÃa ver su
relevancia.
3. Ésta es la situación en la que te encuentras
ahora. 2Dispones de la respuesta, pero todavÃa no estás seguro de
cuál es el problema. 3Pareces enfrentarte a una larga serie de
problemas, los cuales son todos diferentes entre sÃ, y cuando uno se resuelve,
surge otro y luego otro. 4No parecen tener fin. 5En ningún
momento te sientes completamente libre de problemas y en
paz.
4. La tentación de considerar que los problemas son
múltiples es la tentación de dejar el problema de la separación sin resolver. 2El mundo parece presentarte una multitud de problemas, y cada uno
parece requerir una solución distinta. 3Esta percepción te coloca en
una posición en la que tu manera de resolver problemas no puede sino ser
inadecuada, haciendo asà que el fracaso sea
inevitable.
5. Nadie podrÃa resolver todos los problemas que el
mundo parece tener. 2Éstos parecen manifestarse en tantos niveles, en
formas tan variadas y con contenidos tan diversos, que crees
enfrentarte a una situación imposible. 3Tal como los percibes,
el desaliento y la depresión son inevitables. 4Algunos surgen
inesperadamente, justo cuando creÃas haber resuelto los anteriores. 5Otros permanecen sin resolver bajo una nube de negación, y emergen
de vez en cuando para atormentarte, mas sólo para volver a quedar ocultos
pero aún sin resolver.
6. Toda esta complejidad no es más que un intento desesperado de no reconocer el
problema y, por lo tanto, de no permitir que se resuelva. 2Si
pudieses reconocer que, sea cual fuere la forma en que se manifieste, el único
problema que tienes es el de la separación, aceptarÃas la respuesta, puesto
que verÃas su relevancia. 3Si advirtieras el común denominador que
subyace a todos los problemas a los que pareces enfrentarte, comprenderÃas
que dispones de los medios para resolverlos todos. 4Y emplearÃas los
medios porque habrÃas reconocido el problema.
7. En nuestras sesiones de práctica más largas de hoy
preguntaremos cuál es el problema y cuál es su solución. 2No
asumiremos que ya lo sabernos., 3Trataremos de liberar a nuestras
mentes de las innumerables clases de problemas que creemos tener. 4Trataremos de darnos cuenta de que sólo tenemos un problema, el
cual no hemos reconocido. 5Preguntaremos cuál es ese problema y
esperaremos la respuesta. 6Ésta se nos dará. 7Luego
preguntaremos cuál es su solución. 8Y ésta se nos dará
también.
8. Los ejercicios de hoy serán fructÃferos en la
medida en que no insistas en querer definir el problema. 2Quizá no
logres abandonar todas tus ideas preconcebidas, pero eso no es necesario. 3Lo único que es necesario es poner mÃnimamente en duda la realidad
de tu versión de lo que son tus problemas. 4Estás tratando de darte
cuenta de que al reconocer el problema se te da la respuesta, de manera que
problema y respuesta puedan reconciliarse y tú puedas quedar en
paz.
9. Las sesiones de práctica cortas de hoy no estarán
regidas por el reloj, sino por la necesidad. 2Hoy verás muchos
problemas, y cada uno de ellos parecerá requerir una solución distinta. 3Nuestros esfuerzos estarán encaminados al reconocimiento de que
no hay más que un solo problema y una sola solución. 4Con este
reconocimiento se resuelven todos los problemas. 5Con este
reconocimiento arriba la paz.
9.
No te dejes engañar hoy por la forma en que se manifiestan los problemas. 2Cada vez que parezca surgir alguna dificultad, di de
inmediato:
3PermÃtaseme
reconocer este problema para que pueda ser resuelto.
4Trata
entonces de suspender todo juicio con respecto a lo que el problema es. 5A ser posible, cierra los ojos por un momento
y pregunta cuál es el problema. 6Serás escuchado y se te
responderá.
20 DE
MARZO
III. El
encuentro santo
1. Gloria a
Dios en las alturas, y también a ti porque asà lo ha dispuesto Su Voluntad. 2Pide y se te dará, pues ya se te ha dado. 3Pide luz y
aprende que eres luz. 4Si quieres tener
entendimiento e iluminación aprenderás que eres luz, ya que tu decisión de
aprender esto es la decisión de querer escuchar al Maestro que sabe de luz
y que, por lo tanto, puede enseñarte lo que ésta es. 5No hay lÃmite
en lo que puedes aprender porque tu mente no tiene lÃmites. 6Las
enseñanzas del EspÃritu Santo no tienen lÃmites porque Él fue creado para
enseñar. 7AI comprender perfectamente cuál es Su función, la
desempeña perfectamente porque ése es Su gozo y el tuyo.
2. Hacer la
Voluntad de Dios perfectamente es el único gozo y la única paz que pueden
conocerse plenamente, al ser la única función que se puede experimentar
plenamente. 2Cuando esto se alcanza, ninguna otra experiencia es
posible. 3Desear otra experiencia, no obstante, obstaculiza su
logro porque la Voluntad de Dios no es algo que se te pueda imponer, ya que para
experimentarla tienes que estar completamente dispuesto mello. 4El EspÃritu Santo sabe cómo enseñar esto, pero tú no. 5Ésa es la razón por la que lo necesitas, y por la que Dios te lo
dio. 6Únicamente Sus enseñanzas pueden liberar a tu
voluntad para que se incorpore a la de Dios, uniéndola a Su poder y gloria y
estableciendo a éstos como tuyos. 7Los compartes tal como Dios los
comparte porque ése es el resultado natural de su
existencia.
3. La Voluntad
del Padre y la del Hijo son una por razón de Su extensión. 2Dicha
extensión es el resultado de la unicidad* de la que Ambos gozan, la cual mantiene intacta
la unidad de Ambos al extender Su Voluntad conjunta. 3Ésta es la
creación perfecta de los que han sido perfectamente creados, en unión con el
Creador Perfecto: 4El Padre tiene que dar paternidad a Su Hijo
porque Su Propia Paternidad tiene que seguir extendiéndose. 5Tú, cuyo
lugar está en Dios, tienes la santa función de extender Su Paternidad no
imponiendo ningún lÃmite sobre ella. 6Deja que el EspÃritu Santo te
enseñe cómo hacer esto, pues lo que ello significa sólo lo puedes aprender de
Dios Mismo.
4. Cuando te
encuentras con alguien, recuerda que se trata de un encuentro santo. 2Tal como lo consideres a él, asà te considerarás a ti mismo. 3Tal como lo trates, asà te tratarás a ti mismo. 4Tal como
pienses de él, asà pensarás de ti mismo. 5Nunca te olvides
de esto, pues en tus semejantes o bien te encuentras a ti mismo o bien te
pierdes a ti mismo. 6Cada vez que dos Hijos de Dios se
encuentran, se les proporciona una nueva oportunidad para salvarse. 7No dejes de darle la salvación a nadie, para que asà la puedas
recibir tú. 8Yo estoy siempre contigo, en memoria tuya.
5. El objetivo
del plan, de estudios, independientemente del maestro que elijas, es: “Conócete
a ti mismoâ€. 2No hay nada más que buscar. 3Todo el mundo
anda buscándose a sà mismo y buscando el poder y la gloria que cree haber
perdido. 4Siempre que estás con alguien, tienes una oportunidad más
para encontrar tu poder y tu gloria. 5Tu poder, y tu gloria están en
él porque son tuyos. 6El ego trata de encontrarlos únicamente en ti
porque no sabe dónde buscar. 7El EspÃritu Santo te enseña que si
buscas únicamente en ti no te podrás encontrar a ti mismo porque tú no eres un
ente separado. 8Siempre que estás con un hermano, estás aprendiendo
lo que eres porque estás enseñando lo que eres. 9Tu hermano
reaccionará con dolor o con alegrÃa, dependiendo del maestro que tú estés
siguiendo. 10Será aprisionado o liberado de acuerdo con tu decisión,
al igual que tú. 11Nunca olvides la responsabilidad que tienes
hacia él, ya que es la misma responsabilidad. Que tienes hacia ti mismo. 12Concédele el lugar que le corresponde en el Reino y tú ocuparás el
tuyo.
6. Tú no
puedes encontrar el Reino por tu cuenta, y tú, que eres el Reino, no puedes
encontrarte a ti mismo por tu cuenta. 2Para lograr el objetivo del
plan de estudios, por lo tanto, no debes escuchar al ego, cuyo propósito es
derrotar su propio objetivo. 3El ego no sabe esto porque no sabe
nada. 4Pero tú puedes aprenderlo, y lo aprenderás si estás dispuesto
a examinar lo que el ego quiere hacer de ti. 5Ésta es tu
responsabilidad porque una vez que hayas examinado esto aceptarás la Expiación
para ti mismo. 6¿Qué otra elección podrÃas llevar a cabo? 7Una vez que hayas elegido aceptar la Expiación para ti mismo
entenderás por qué razón, cuando antes te encontrabas con otra persona, creÃas
que era otra persona. 8Y
cada encuentro santo en el que te entregues completamente te enseñará que eso no
es asÃ.
7. Sólo puedes
encontrarte con parte de ti mismo porque eres parte de Dios, Quien lo es todo. 2Su poder y Su gloria están en todas partes, y tú no puedes estar
excluido de ellos. 3El ego te enseña que tu fuerza reside sólo en ti: 4El EspÃritu Santo te enseña que toda fuerza reside en Dios y, por
ende, en ti. 5La Voluntad de
Dios es que nadie sufra. 6Él ha dispuesto que nadie sufra por haber tomado una
decisión equivocada, y eso te incluye a ti. 7Por eso es por lo que te
ha proporcionado los medios para rectificarla. 8Mediante Su poder y
Su gloria todas tus decisiones equivocadas se rectifican completamente, y asà tu
hermano y tú quedáis liberados de todo pensamiento opresivo que cualquier
parte de la Filiación albergue. 9Las malas decisiones
no tienen ningún poder porque no son verdaderas. 10El aprisionamiento
que parecen producir es tan falso como ellas mismas.
8. El poder y
la gloria le pertenecen únicamente a Dios. 2Tú también le
perteneces únicamente a Él. 3Dios da todo lo que le pertenece
porque da de SÃ Mismo, y todo le pertenece. 4Dar de ti mismo es la
función que Él te encomendó. 5Lievarla a cabo perfectamente te
permitirá recordar lo que tienes de Él, y asà recordarás también lo que eres en Él: 6Es imposible que no puedas hacer esto, pues ése es tu
poder. 7La gloria es el regalo que Dios te hace porque eso es lo que
Él es. 8Contempla esa gloria en todas partes para que puedas recordar
lo que eres.
LECCIÓN
80
PermÃtaseme
reconocer que mis problemas se han resuelto.
1. Si estás dispuesto a reconocer tus problemas,
reconocerás que no tienes ninguno. 2Tu problema central se ha
resuelto y no tienes ningún otro. 3Por lo tanto, debes sentirte en
paz. 4La salvación, pues, depende de que reconozcas que ése es el
único problema y de que entiendas que ya se ha resuelto. 5Un solo
problema, una sola solución. 6La salvación se ha consumado. 7Se te ha liberado de todo conflicto. 8Acepta este hecho,
y estarás listo para ocupar el puesto que te corresponde en el plan de Dios para
la salvación.
2. ¡Tu único problema ya se ha resuelto! 2Repite esto hoy para tus adentros una y otra vez a lo largo del dÃa,
con gratitud y convicción. 3Has reconocido tu único problema,
dándole asà paso al EspÃritu Santo para que te dé la respuesta de Dios. 4Has dejado a un lado las decepciones y has visto la luz de la
verdad. 5Has aceptado la salvación para ti mismo al llevar el
problema a la solución. 6Y puedes reconocer la solución porque has
identificado el problema.
3. Hoy tienes derecho a la paz. 2Un
problema que ya se ha resuelto no te puede perturbar. 3Asegúrate
únicamente de no olvidarte que todos los problemas son uno solo. 4Sus múltiples formas no te podrán engañar, mientras te
acuerdes de esto. 5Un solo problema, una sola solución. 6Acepta la paz que te brinda esta sencilla
afirmación.
4. En nuestras sesiones de práctica más largas de hoy
reivindicaremos la paz que inevitablemente será nuestra una vez que el
problema y la solución se hayan reconciliado. 2El problema tiene que
haber desaparecido porque la respuesta de Dios no puede fallar. 3Al
haber reconocido el problema has reconocido la solución. 4La
solución es inherente al problema. 5Se te ha contestado, y tú has
aceptado la respuesta. 6Te has salvado.
5. Permite ahora que se te dé la paz que tu
aceptación te brinda. 2Cierra los ojos y recibe tu recompensa. 3Reconoce que tus problemas se han resuelto. 4Reconoce que no tienes conflictos, y que estás libre y en paz. 5Sobre todo, recuerda que tienes un solo problema y que el problema
tiene una sola solución. 6En esto reside la simplicidad de la
salvación. 7Por eso es por lo que su eficacia está
garantizada.
6. Afirma hoy con frecuencia que tus problemas ya se
han resuelto. 2Repite la idea con absoluta convicción tan a menudo
como sea posible. 3Y asegúrate en particular, de aplicar la idea de
hoy a cualquier problema concreto que pueda surgir. 4Di de
inmediato:
5PermÃtaseme
reconocer que este problema ya se ha resuelto.
7. Propongámonos no acumular resentimientos hoy. 2Propongámonos estar libres de problemas que no existen: 3Para lograr esto sólo se requiere honestidad. 4No te
engañes con respecto a cuál es el problema, y no podrás sino reconocer que se ha
resuelto.
21 DE
MARZO
IV. El regalo
de la libertad
1. Si lo que
la Voluntad de Dios dispone para ti es paz y dicha absolutas, y eso no es lo
único que experimentas, es que te estás negando a reconocer Su Voluntad. 2Su Voluntad no fluctúa, pues es eternamente inmutable. 3Cuando no estás en paz ello se debe únicamente a que no crees que
estás en Él. 4Mas Él es el Todo de todo. 5Su paz es
absoluta y tú no puedes sino estar incluido en ella. 6Sus leyes te
gobiernan porque lo gobiernan todo. 7No puedes excluirte a ti
mismo de Sus leyes, si bien puedes desobedecerlas. 8Si lo haces,
no obstante, y sólo en ese caso, te sentirás solo y desamparado porque te
estarás negando todo.
2. He venido
como una luz a un mundo que en verdad se ruega todo a sà mismo. 2Hace
eso simplemente al disociarse de todo. 3Dicho mundo es, por lo tanto,
una ilusión de aislamiento que se mantiene vigente por miedo a la misma soledad
que es su ilusión: 4Os
dije que estarÃa con vosotros siempre, incluso hasta el fin del mundo. 5Por eso es por lo que soy la luz del mundo: 6Si estoy
contigo en la soledad del mundo, la soledad desaparece. 7No
puedes mantener la ilusión de soledad si no estás solo. 8Mi
propósito, pues, sigue siendo vencer el mundo. 9Yo no lo ataco, pero
mi luz no puede sino desvanecerlo por razón de lo que es. 10La luz no
ataca a la oscuridad, pero la desvanece con su fulgor. 11Si mi luz va
contigo a todas partes, tú desvaneces la oscuridad conmigo. 12La luz
se vuelve nuestra, y ya no puedes morar en la oscuridad tal como la oscuridad no
puede morar allà donde tú vas. 13Acordarte de mà es acordarte de
ti mismo, asà como de Aquel que me envió a, ti.
3. Estabas en las
tinieblas hasta que una parte de la Filiación decidió acatar completamente
la Voluntad de Dios. 2Una vez que esto se logró, todos lo lograron
perfectamente. 3¿De qué otra manera sino habrÃa podido lograrse
perfectamente? 4Mi misión consistió simplemente en unir la voluntad
de la Filiación con la Voluntad del Padre al ser yo mismo consciente de la
Voluntad del Padre. 5Ésta es la conciencia que vine a impartirte, y el
problema que tienes en aceptarla es el problema de este mundo. 6Eliminarlo es la salvación, y en ese sentido yo soy la salvación del
mundo. 7El mundo, por lo tanto, no puede sino aborrecerme y
rechazarme, ya que el mundo es la creencia de que el amor es imposible. 8Si aceptases el hecho de que yo estoy contigo estarÃas negando al
mundo y aceptando a Dios. 9Mi voluntad es la Suya, y tu decisión de
escucharme es la decisión de escuchar Su Voz y de hacer Su Voluntad. 10De la misma manera en que Dios me envió a ti, yo te enviaré a
otros. 11E iré a ellos contigo, para que podamos enseñarles paz
y unión.
4. ¿No crees que
el mundo tiene tanta necesidad de paz como tú? 2¿No te gustarÃa
dársela en la misma medida en que tú deseas recibirla? 3Pues a menos
que se la des, no la recibirás. 4Si quieres recibirla de mÃ, tienes
que darla. 5La curación no procede de nadie más. 6Tienes
que aceptar dirección interna. 7La dirección que recibas no puede
sino ser lo que quieres, pues, de lo contrario, no tendrÃa sentido para ti. 8Por eso es por lo que la curación es una empresa de colaboración. 9Yo puedo decirte lo que tienes que hacer, pero tú tienes que
colaborar teniendo fe en que yo sé lo que debes hacer. 10Sólo
entonces decidirá tu mente seguirme. 11Sin esta decisión no podrÃas
curar porque ello supondrÃa que habrÃas decidido en contra de la curación, y
este rechazo de lo que yo he decidido para ti impedirÃa la
curación.
5. La curación es
un reflejo de nuestra voluntad conjunta. 2Esto resulta obvio cuando
se examina el propósito de la curación. 3La curación es la manera de
superar la separación. 4La separación se supera mediante la unión. 5No se puede superar separando. 6La decisión de unirse
tiene que ser inequÃvoca, o, de lo contrario, la mente misma estarÃa dividida e
incompleta. 7Tu mente es el medio por el cual determinas tu propia
condición, ya que la mente es el mecanismo de decisión. 8Es el poder
mediante el que te separas o te unes, y, consecuentemente, experimentas dolor o
alegrÃa. 9Mi decisión no puede imperar sobre la tuya porque la tuya
es tan poderosa como la mÃa. 10De no ser asÃ, los Hijos de Dios no
gozarÃan de perfecta igualdad. 11No hay nada que nuestra
voluntad conjunta no pueda lograr, pero la mÃa sola no puede ayudarte. 12Tu voluntad, es tan libre como la mÃa, y
ni siquiera Dios Mismo se opondrÃa a ella. 13Yo no puedo disponer lo
que Dios no dispone. 14Puedo ofrecerte mi fuerza para hacer que
la tuya sea invencible, pero no puedo oponerme a tu decisión sin rivalizar con
ella y, consecuentemente, sin violar lo que la Voluntad de Dios ha dispuesto
para ti
6. Nada que Dios
creó puede oponerse a tu decisión, de la misma manera en que nada que Dios creó
puede oponerse a Su Voluntad. 2Dios le dio a tu voluntad el
poder que ella posee, y yo no puedo sino respetarlo en honor de Su poder. 3Si quieres ser como yo, te ayudaré, pues sé que somos iguales. 4Si quieres ser diferente, aguardaré hasta que cambies de
parecer. 5Yo puedo enseñarte, pero tú tienes
que elegir seguir mis enseñanzas. 6¿Cómo podrÃa ser de otra manera,
si el Reino de Dios es libertad? 7Nadie puede aprender lo que es la
libertad si está sometido a cualquier clase de tiranÃa, y la perfecta igualdad
de todos los Hijos de Dios no se podrÃa reconocer si una mente ejerciese dominio
sobre otra. 8Los Hijos de Dios gozan de perfecta igualdad en lo que
respecta a su voluntad, por ser todos ellos la Voluntad del Padre. 9Ésta es la única lección que vine a enseñar.
7. Si tu voluntad
no fuese la mÃa tampoco podrÃa ser la de nuestro Padre. 2Esto
significarÃa que habrÃas aprisionado la tuya, y que no le has permitido ser
libre. 3Solo no puedes hacer nada porque solo no eres nada. 4Yo no soy nada
sin el Padre y tú no eres nada sin mà porque al negar al Padre te niegas a ti
mismo. 5Siempre me acordaré de ti, y en el hecho de que me
acuerde de ti radica el que tú te acuerdes de ti mismo. 6En nuestro
mutuo recuerdo radica nuestro recuerdo de Dios. 7Y en ese recuerdo
radica tu libertad porque tu libertad está en Él. 8Únete, pues, a mÃ
en alabanza de Él y de ti que fuiste creado por Él. 9Éste es nuestro
regalo de gratitud hacia Él, que Él a Su vez compartirá con todas Sus
creaciones, a las que da por igual todo lo que es aceptable para Él. 10Por ser aceptable para Él, es el regalo de la libertad, que es lo
que Su Voluntad dispone para todos Sus Hijos. 11Al ofrecer libertad te
liberarás.
8. La libertad
es el único regalo que les puedes ofrecer a los Hijos de Dios, ya que es el
reconocimiento de lo que ellos son y de lo que Él es. 2La libertad es
creación porque es amor. 3No amas a quien tratas de aprisionar. 4Por lo tanto, cuando tratas de aprisionar a alguien,
incluyéndote a ti mismo, no le amas y no te puedes identificar con él. 5Cuando te aprisionas a ti mismo pierdes de vista tu verdadera
identificación conmigo y con el Padre. 6Tu identificación es con el
Padre y con el Hijo. 7Es imposible que te identifiques con uno y no
con el otro. 8Si eres parte de uno, eres parte del otro, ya que ambos
son uno. 9La SantÃsima Trinidad es santa porque es Una. 10Si te excluyes a
ti mismo de esta unión, estás percibiendo a la SantÃsima Trinidad como desunida. 11Tú no puedes sino estar incluido en ella porque la SantÃsima
Trinidad lo es todo. 12A menos que ocupes el lugar que te corresponde
en Ella y cumplas la función que por ser parte de Ella te corresponde llevar a
cabo, la SantÃsima Trinidad estará tan desposeÃda como tú. 13Ninguna
de Sus partes puede estar aprisionada si es que su verdad ha de
conocerse.
SEGUNDO
REPASO
Introducción
1. Estamos listos ahora para otro repaso. 2Comenzaremos donde el anterior terminó y abarcaremos dos ideas por
dÃa. 3La primera parte del dÃa se dedicará a una de estas ideas, y la
segunda parte a la otra. Llevaremos a cabo una sola sesión de ejercicios larga,
y varias sesiones cortas en las que practicaremos con cada una de las
ideas.
2. Las sesiones más largas deben hacerse siguiendo estas
sugerencias: asigna aproximadamente quince minutos a cada una de ellas, y
comienza pensando en las ideas correspondientes a ese dÃa, asà como en los
comentarios que las acompañan. 2Dedica tres o cuatro minutos a
leerlos lentamente, varias veces si asà lo deseas, y luego cierra los ojos y
escucha.
3. Repite la primera fase del ejercicio si notas que
tu mente divaga, pero trata de pasar la mayor parte del tiempo escuchando
sosegadamente aunque con mucha atención. 2Hay un mensaje
esperándote. 3ConfÃa en que lo vas a recibir. 4Recuerda que es para ti y que quieres
recibirlo.
4. No permitas que tu intención vacile en presencia
de aquellos pensamientos que vengan a distraerte. 2Comprende que sea
cual sea la forma que adopten, no tienen sentido ni poder. 3Reemplázalos con tu determinación de triunfar. 4No
olvides que tu voluntad tiene poder sobre todas las fantasÃas y sobre todos
los sueños. 5ConfÃa en que tu voluntad te apoyará y te llevará más
allá de ellos.
5. Considera estas sesiones de práctica como
consagraciones al camino, a la verdad y a la vida. 2No dejes que
ninguna ilusión, ningún pensamiento de muerte ni ninguna senda sombrÃa te
desvÃe de tu propósito. 3Estás comprometido a la salvación. 4Resuélvete cada dÃa a no dejar de cumplir tu
función.
6. Reafirma tu determinación asimismo en las sesiones
de práctica más cortas, usando la idea en su forma original para las
aplicaciones generales y variaciones más especÃficas cuando sea necesario. 2En los comentarios que siguen a las ideas se incluyen algunas
variaciones especÃficas. 3Éstas son, no obstante, meras
sugerencias. 4Las palabras que utilices no es lo que realmente
importa.
LECCIÓN
81
Nuestras
ideas para el repaso de hoy son las siguientes:
1. (61) Yo soy la luz del
mundo.
2¡Cuán
santo soy yo, a quien se le ha encomendado la función de iluminar el mundo! 3Concédaseme poder permanecer en quietud ante mi santidad. 4Que en su serena luz desaparezcan todos mis conflictos. 5Y que en su paz pueda recordar Quién soy.
2.
Algunas variaciones especÃficas para aplicar esta idea cuando parezcan surgir
dificultades podrÃan ser:
2No
he de nublar la luz del mundo en
mÃ.
3Que
la luz del mundo resplandezca a través de esta
apariencia.
4Esta sombra
desaparecerá ante la luz.
3. (62) Perdonar es mi función por ser la luz del
mundo.
2Sólo
aceptando mi función podré ver la luz en mÃ. 3Y en esa luz mi función
se perfilará claramente y sin ambigüedad alguna ante mis ojos. 4Esta
aceptación no depende de que yo reconozca lo que mi función es, pues aún no
comprendo lo que es el perdón. 5Sin embargo, confÃo en que en la luz
lo veré tal como es.
4.
Algunas variaciones para las aplicaciones más concretas de esta idea podrÃan
ser:
2Que
esto me ayude a aprender el significado del perdón.
3No
dejes que separe mi función de mi voluntad.
4No
me valdré de esto para apoyar un propósito ajeno a mÃ.
Hoy
repasaremos estas ideas:
1. (63) La luz del mundo le brinda paz a todas las mentes
a través de mi perdón.
2Mi
perdón es el medio por el que la luz del mundo se expresa a través de mÃ. 3Mi perdón es el medio por el que cobro conciencia de la luz del
mundo en mÃ. 4Mi perdón es el medio por el que el mundo sana, junto
conmigo. 5PermÃtaseme, entonces, perdonar al mundo para que éste
pueda sanar junto conmigo.
2. Algunas sugerencias para las aplicaciones
concretas de esta idea son:
2Que
la paz se extienda desde mi mente hasta la tuya,
[nombre].
3Comparto la luz
del mundo contigo, [nombre].
4Mediante mi
perdón puedo ver esto tal como es.
3. (64) No dejes que me olvide de mi
función.
2No
me olvidaré de mi función porque quiero recordar mi Ser. 3No puedo
desempeñar mi función si la olvido. 4Y a menos que desempeñe mi función, no experimentaré la dicha que Dios dispone que yo
tenga.
4.
Algunas variaciones especÃficas de esta idea son:
2No
me valdré de esto para ocultarme a mà mismo mi
función.
3Me
valdré de esto como una oportunidad para desempeñar mi
función.
4Esto podrá ser
una amenaza para mi ego, pero no puede alterar mi función en modo
alguno.
LECCIÓN
83
Hoy
repasamos estas ideas:
1.
(65) Mi
única función es la que Dios me dio.
2No
tengo otra función salvo la que Dios me dio. 3Este
reconocimiento me libera de todo conflicto porque significa que no puedo
tener metas conflictivas. 4Al tener un solo propósito, siempre estoy
seguro de lo que debo hacer, de lo que debo decir y de lo que debo pensar. 5Toda duda no puede sino desaparecer cuando reconozco que mi única
función es la que Dios me dio.
2. Las
aplicaciones más concretas de esta idea podrÃan hacerse con las siguientes
variaciones:
2Mi
percepción de esto no altera mi función.
3Esto no me
confiere una función distinta de la que Dios me dio.
4No
me valdré de esto para justificar una función que Dios no me
dio.
3.
(66) Mi
función y mi felicidad son una.
2Todas
las cosas que proceden de Dios son una 3Proceden de la
Unicidad* y tienen que ser recibidas cual una sola. 4Desempeñar mi función es
mi felicidad porque ambas cosas proceden de la misma Fuente. 5Y debo
aprender a reconocer lo que me hace feliz, si es que he de encontrar la
felicidad.
4. Algunas
variaciones útiles para aplicar concretamente esta idea podrÃan
ser:
2Esto no puede
separar mi felicidad de mi función.
3La
unidad que existe entre mi felicidad y mi función no se ve afectada en modo
alguno por esto.
4Nada, incluido
esto, puede justificar la ilusión de que puedo ser feliz si dejo de cumplir mi
función.
24 DE
MARZO
V. La voluntad
indivisa de la Filiación
1. ¿PodrÃas
estar en paz estando separado de tu identidad? 2La disociación no es
una solución, es algo ilusorio. 3Los ilusos creen que la verdad los
va a agredir, y no la reconocen porque prefieren lo ilusorio. 4Al juzgar a la verdad como algo indeseable, perciben entonces
sus propias ilusiones, las cuales obstruyen el conocimiento. 5Ayúdales ofreciéndoles tu mente unificada para su beneficio, tal
como yo te ofrezco la mÃa en beneficio de la tuya. 6Solos no podemos
hacer nada, pero juntos nuestras mentes se funden en algo cuyo poder es mucho
mayor que el poder de sus partes separadas. 7Puesto que nuestras
mentes no están separadas, la Mente de Dios se establece en ellas como
nuestra mente. 8Esta Mente es invencible porque es
indivisa.
2. La voluntad
indivisa de la Filiación -la Voluntad de Dios- es el creador perfecto, por ser
completamente semejante a Dios. 2No puedes estar excluido de ella si
es que has de entender lo que es y lo que eres tú. 3Al creer que tu
voluntad está separada de la mÃa te excluyes de la Voluntad de Dios que es lo que eres. 4Con todo, curar
sigue siendo brindar plenitud. 5Por lo tanto, curar es unirse a los
que son como tú, ya que percibir esta semejanza es reconocer al Padre. 6Si tu perfección reside en Él, y sólo en Él, ¿cómo podrÃas conocerla
sin reconocerlo a Él? 7Reconocer a Dios es reconocerte a ti
mismo. 8No hay separación entre Dios y Su creación. 9Te
darás cuenta de esto cuando comprendas que no hay separación entre tu
voluntad y la mÃa. 10Deja que el Amor de Dios irradie sobre ti
mediante tu aceptación de mÃ. 11Mi realidad es tuya y Suya. 12Cuando unes tu mente a la mÃa estás proclamando que eres consciente
de que la Voluntad de Dios es una.
3. La Unicidad
de Dios y la nuestra no están separadas porque Su Unicidad incluye la nuestra. 2Unirte a mà es restituir Su poder en ti toda vez que es algo que
compartimos. 3Te ofrezco únicamente el reconocimiento de Su poder en
ti, pero en eso radica toda la verdad. 4A medida que tú y yo nos
unimos, nos unimos a Él. 5¡Gloria a la unión de Dios con Sus santos
Hijos! 6Toda gloria reside en ellos porque están unidos. 7Los milagros que obramos dan testimonio de lo
que la Voluntad del Padre dispone para Su Hijo, y de nuestro gozo al unirnos a
lo que Su Voluntad dispone para nosotros.
4. Cuando te
unes a mà lo haces sin el ego porque yo he renunciado al ego en mà y, por
lo tanto; no puedo unirme al tuyo. 2Nuestra unión es, por
consiguiente, la manera de renunciar al ego en ti. 3La verdad en
nosotros dos está más allá del ego. 4Que transcenderemos el ego
está garantizado por Dios, y yo comparto Su certeza con respecto a nosotros
dos y a todos nosotros. 5Yo les devuelvo la paz de Dios a todos Sus
Hijos porque la recibà de Él para todos nosotros. 6Nada puede
prevalecer contra nuestras voluntades unidas porque nada puede prevalecer contra
la Voluntad de Dios. '
5. ¿Quieres
saber lo que la Voluntad de Dios dispone para ti? 2Pregúntamelo a mÃ
que lo sé por ti y lo sabrás. 3No te negaré nada, tal como Dios no me
niega nada a mÃ: 4Nuestra jornada es simplemente la de regreso a Dios
que es nuestro hogar. 5Siempre que el miedo se interpone en el camino hacia la paz es porque el ego ha intentado unirse a nuestra
jornada, aunque en realidad no puede hacerlo. 6Presintiendo la
derrota e irritado por ella, se considera rechazado y se vuelve vengativo. 7Tú eres invulnerable a sus represalias porque yo estoy contigo. 8En esta jornada me has elegido a mà de compañero en
vez de al ego. 9No trates de aferrarte a ambos, pues si lo haces estarás tratando de
ir en direcciones contrarias y te perderás.
6. El camino
del ego no es mi camino, pero tampoco es el tuyo. 2El EspÃritu Santo
les ofrece una sola dirección a todas las mentes, y la que me enseñó a mà es la
que te enseña a ti. 3No perdamos de vista la dirección que Él nos
señala por razón de las ilusiones, pues sólo la ilusión de que, existe otra
dirección puede nublar aquella a favor de la cual la Voz de Dios habla en todos
nosotros. 4Nunca le concedas al ego el poder de interferir en la
jornada. 5El ego no tiene ningún poder porque la jornada es el camino
que conduce a lo que es verdad. 6Deja atrás todas las ilusiones, y ve
más allá de todos los intentos del ego de demorarte. 7Yo voy delante
de ti porque he transcendido el ego. 8Dame, por lo tanto, la mano,
puesto que tu deseo es transcenderlo también. 9Mi fortaleza estará
siempre disponible y si eliges compartirla dispondrás de ella. 10Te
la doy gustosamente y de todo corazón porque te necesito tanto como tú me
necesitas a mÃ.
Éstas
son las ideas para el repaso de hoy:
1.
(67) El
Amor me creó a semejanza de SÃ
Mismo.
2He
sido creado a semejanza de mi Creador. 3No puedo sufrir, no puedo
experimentar pérdidas y no puedo morir. 4No soy un cuerpo. 5Hoy quiero reconocer mi realidad. 6No adoraré Ãdolos ni
exaltaré el concepto que he forjado de mà mismo para reemplazar a mi Ser. 7He
sido creado a semejanza de mi Creador. 8El Amor me creó a semejanza
de SÃ Mismo.
2. Las
siguientes variaciones te pueden resultar útiles para las aplicaciones concretas
de la idea:
2No
me dejes ver en esto una ilusión de mà mismo.
3Mientras
contemplo esto, quiero recordar a mi Creador.
4Mi
Creador no creó esto como yo lo estoy viendo.
3.
(68) El
amor no abriga resentimientos.
2Los
resentimientos son algo completamente ajeno al amor. 3Los
resentimientos atacan al amor y oscurecen su luz. 4Si abrigo
resentimientos estoy atacando al amor y, por ende, atacando mi Ser. 5De este modo, mi Ser se vuelve un extraño para mÃ. 6Estoy
decidido a no atacar a mi Ser hoy, de manera que pueda recordar Quién
soy.
4. Estas
variaciones de la idea te resultarán útiles para las aplicaciones
concretas:
2Esto no
justifica el que niegue mi Ser.
3No
me valdré de esto para atacar al amor.
4No
dejaré que esto me tiente a atacarme a mà mismo.
25 DE
MARZO
VI. El tesoro
de Dios
1. Somos la
voluntad unida de la Filiación, cuya plenitud es para todos. 2Comenzamos nuestra jornada de regreso juntos, y, según avanzamos
juntos, congregamos a nuestros hermanos. 3Cada aumento de nuestra
fuerza se lo ofrecemos a todos, para que ellos puedan también superar su
debilidad y añadir su fuerza a la nuestra. 4Dios nos espera a todos
con los Brazos abiertos, y nos dará la bienvenida tal como yo te la estoy dando
a ti. 5No dejes que nada en el mundo haga que te olvides del Reino de
Dios.
2. El mundo no
puede añadirle nada al poder y a la gloria de Dios y de Sus santos Hijos, pero
si Sus Hijos ponen su atención allÃ, el mundo puede cegarlos e impedir que vean
al Padre. 2Tú no puedes ver el mundo y conocer a Dios. 3Sólo uno de ellos es verdad. 4He venido a decirte que no
es a ti a quien corresponde decidir cuál de ellos lo es. 5Si lo
fuese, ya te habrÃas destruido a ti mismo. 6Mas Dios no dispuso la
destrucción de Sus creaciones, pues las creó para toda la eternidad. 7Su Voluntad te ha salvado, no de ti mismo, sino de la ilusión de ti
mismo. 8Dios te ha salvado para ti mismo.
3.
Glorifiquemos a Aquel que el mundo niega, pues el mundo no tiene poder alguno
sobre Su Reino. 2Nadie que Dios haya creado puede encontrar dicha en
nada excepto en lo eterno, no porque se le prive de todo lo demás, sino porque
nada más es digno de él. 3Lo que Dios y Sus Hijos crean es eterno, y
en esto y sólo en esto, radica Su dicha.
4. Escucha la
parábola del hijo pródigo, y aprende cuál es el tesoro de Dios y el tuyo: el
hijo de un padre amoroso abandonó su hogar y pensó que habÃa derrochado toda su
fortuna a cambio de cosas sin valor, si bien no habÃa entendido en su momento la
falta de valor de las mismas. 2Le daba vergüenza volver a su padre
porque pensaba que lo habÃa herido. 3Mas cuando regresó a casa, su
padre lo recibió jubilosamente toda vez que el hijo en sà era su tesoro. 4El padre no querÃa nada
más.
5. Lo único
que Dios desea es Su Hijo porque Su Hijo es Su único tesoro. 2Tú
deseas tus creaciones tal como Él desea las Suyas. 3Tus creaciones
son tu regalo a la SantÃsima Trinidad, creadas como muestra de agradecimiento
por tu propia creación. 4Tus creaciones no te han abandonado, de la
misma manera en que tú tampoco has abandonado a tu Creador, sino que extienden
tu creación de la misma forma en que Dios Se extendió a Sà Mismo hasta ti. 5¿Pueden acaso las creaciones de Dios derivar dicha de lo que no es
real? 6¿Y qué es real sino las creaciones de Dios y aquellas que
son creadas como las Suyas? 7Tus creaciones te aman tal como tú amas
a tu Padre por el regalo de tu creación. 8Ningún otro regalo es
eterno, y, por lo tanto, ningún otro regalo es verdadero. 9¿Cómo
entonces ibas a poder aceptar cualquier otra cosa o dar cualquier otra cosa y
esperar dicha a cambio? 10¿Y qué otra cosa podrÃas desear sino la
dicha? 11Tú ni te hiciste a ti mismo ni hiciste tu función. 12Lo único que hiciste fue tomar la decisión de ser indigno de ambas
cosas. 13Pero no puedes hacerte indigno porque eres el tesoro de
Dios, y lo que para Él tiene valor es valioso. 14No se puede poner en
duda su valor, pues éste reside en el hecho de que Dios se compartió a Sà Mismo
con él, estableciendo asà su valor para siempre.
6. Tu función
es aumentar el tesoro de Dios creando el tuyo. 2Su Voluntad hacia ti
es Su Voluntad para ti. 3Él no te negarÃa la capacidad de crear
porque en ello radica Su dicha. 4Tú no puedes hallar dicha excepto
como Dios lo hace. 5Su gozo estriba en haberte creado a ti y Él
te extiende Su Paternidad para que tú puedas extenderte tal como Él lo
hizo. 6No comprendes esto porque no lo comprendes a Él. 7Nadie que no acepte su función puede entender lo que ésta es, y
nadie puede aceptar su función a menos que sepa lo que él mismo es. 8La creación es la Voluntad de Dios. 9Su Voluntad te creó
para que tú a tu vez creases. 10Tu voluntad no fue creada aparte de
la Suya, por lo tanto, tiene que disponer lo mismo que la
Suya.
7. La idea de una "voluntad
reacia" no tiene sentido por ser una contradicción intrÃnseca que en realidad no
significa nada. 2Cuando piensas que no estás dispuesto a ejercer tu voluntad en conformidad con la de Dios, no estás pensando
realmente. 3La Voluntad de Dios es puro pensamiento, 4y no se puede contradecir con pensamientos. 5Dios no se contradice a. Sà Mismo, y Sus Hijos, que son como Él, no
pueden contradecirse a sà mismos ni contradecirle a Él. 6Su
pensamiento, no obstante, es tan poderoso que pueden incluso aprisionar a la
mente del Hijo de Dios si asà lo deciden. 7Esta decisión hace
ciertamente que el Hijo de Dios no conozca su función, aunque ésta nunca le es
desconocida a su Creador. 8Y puesto que no le es
desconocida a su Creador, él siempre la puede
conocer.
8. La única
pregunta que jamás debieras hacerte es: "¿Deseo saber lo que la Voluntad de mi
Padre dispone para m�" 2Él no te lo ocultará. 3Me lo
reveló a mà cuando se lo pregunté, y asÃ, supe lo que Él ya habÃa dado. 4Nuestra función es colaborar juntos porque separados el uno del otro
no podemos funcionar en absoluto. 5El poder del Hijo de Dios reside
en todos nosotros, pero no en ninguno de nosotros por separado. 6Dios
no desea que estemos solos porque Su Voluntad no es estar solo. 7Por eso creó a Su Hijo, y le dio el poder de crear junto con Él.
Nuestras creaciones son tan santas como nosotros, y nosotros que somos los Hijos
de Dios, somos tan santos como Él. 9Por medio de nuestras
creaciones extendemos nuestro amor, aumentando asà el gozo de la
SantÃsima Trinidad. 10No comprendes esto porque aunque eres el
tesoro de Dios, no te consideras valioso. 11Como resultado de esa
creencia no puedes entender nada.
9. Yo soy
consciente del valor que Dios te otorga. 2Mi devoción por ti procede
de Él, pues nació del conocimiento que tengo de mà mismo y de Él. 3No
podemos estar separados. 4Lo que Dios ha unido no se puede separar, y
Dios ha unido a todos Sus Hijos en Sà Mismo. 5¿Cómo ibas a poder
estar separado de tu vida y de tu Ser? 6El viaje a Dios es
simplemente el redespertar del conocimiento de dónde estás siempre y de lo
que eres eternamente: 7Es un viaje sin distancia hacia una meta que
nunca ha cambiado. 8La verdad sólo puede ser experimentada. 9No se puede describir
ni explicar. 10Yo puedo hacerte consciente de las condiciones que la
facilitan, pero la experiencia en sà forma parte del ámbito de Dios. 11Juntos podemos satisfacer sus condiciones, pero la verdad
vendrá a ti por su cuenta.
10. Lo que la
Voluntad de Dios ha dispuesto para ti es tuyo. 2Dios le ha dado Su
Voluntad a Su tesoro, para quien esa Voluntad es su propio tesoro. 3Allà dónde esté tu tesoro allà estará tu corazón, tal como el Suyo
está allà donde se encuentra Su tesoro. 4Tú, a quien Dios ama, eres
completamente bendito. 5Aprende esto de mÃ, y libera la santa
voluntad de todos aquellos que son tan benditos como
tú.
El
repaso de hoy abarcará las siguientes ideas:
1.
(69) Mis
resentimientos ocultan la luz del mundo en mÃ.
2Mis
resentimientos me muestran lo que no está ahà y me ocultan lo que quiero ver. 3Habiendo reconocido esto, ¿para qué los quiero? 4Mis
resentimientos me mantienen en la oscuridad y ocultan la luz. 5Los
resentimientos y la luz no pueden coexistir, pero la luz y la visión tienen que
unirse para que yo pueda ver. 6Y para poder ver tengo que desprenderme de mis
resentimientos. 7Quiero ver, y ése será el medio por el que lo
lograré.
2. Las
aplicaciones concretas de esta idea podrÃan hacerse de la siguiente
manera:
2No
permitas que haga de esto un obstáculo a la visión.
3La
luz del mundo desvanecerá todo esto con su
resplandor.
4No
tengo necesidad de esto.
5Lo
que quiero es ver.
3.
(70) Mi
salvación procede de mÃ.
2Hoy
reconoceré dónde está mi salvación. 3Está en mà porque ahà es donde
está su Fuente. 4No ha abandonado su Fuente, por lo
tanto, no pudo haber abandonado mi mente. 5Dejaré de buscarla fuera
de mà mismo. 6No es algo que se encuentre afuera y luego tenga que
traerse adentro. 7Se extenderá desde dentro de mÃ, y todo aquello que
vea no hará sino reflejar la luz que brilla en mà y en sÃ
mismo.
4. Las
siguientes variaciones de la idea son apropiadas para las aplicaciones más
concretas:
2No
dejaré que esto me tiente a buscar mi salvación fuera de mÃ
mismo.
3No
permitiré que esto interfiera en la conciencia que tengo de la Fuente de mi
salvación.
4Esto no puede
privarme de la salvación.
26 DE
MARZO
VII. El cuerpo
como medio de comunicación
1. Los ataques
son siempre fÃsicos. 2Cuando se infiltra en tu mente cualquier forma
de ataque es que estás equiparándote con el cuerpo, ya que ésta es la
interpretación que el ego hace de él. 3No tienes que atacar
fÃsicamente para aceptar esta interpretación. 4La aceptas por el mero
hecho de creer que atacando puedes obtener lo que deseas. 5Si no
creyeses esto, la idea del ataque no tendrÃa atractivo alguno para ti. 6Siempre que te equiparas con el cuerpo, experimentas depresión. 7Cuando un Hijo de Dios piensa asà de sà mismo se está menospreciando
y está haciendo lo mismo con sus hermanos, 8y puesto que sólo puede
encontrarse a sà mismo en ellos, está, por lo tanto, negándose a sà mismo la
salvación.
2. Recuerda
que para el EspÃritu Santo el cuerpo es únicamente un medio de comunicación. 2Al ser el nexo de comunicación entre Dios y Sus Hijos separados, el
EspÃritu Santo interpreta todo lo que has hecho a la luz de lo que Él es. 3El ego separa mediante el cuerpo. 4El EspÃritu Santo
llega a otros a través de él. 5No percibes a tus hermanos tal como el
EspÃritu Santo lo hace porque no crees que los cuerpos sean únicamente medios
para unir mentes, y para unirlas con la tuya y con la mÃa. 6Esta
interpretación del cuerpo te hará cambiar de parecer con respecto al valor de
éste. 7El cuerpo, de por sÃ, no tiene ningún
valor.
3. Si usas el
cuerpo para atacar, éste se convierte en algo perjudicial para ti. 2Si lo usas con el solo propósito de llegar hasta las mentes de
aquellos que creen ser cuerpos para enseñarles a través del mismo cuerpo
que eso no es verdad, entenderás el poder de la mente que reside en ti. 3Si usas el cuerpo con este fin, y sólo con este fin, no
lo podrás usar para atacar. 4Cuando se usa con el propósito de unir
se convierte en una hermosa lección de comunión, que tiene valor hasta que
la comunión se consuma. 5Ésta es la forma en que Dios hace que lo que tú has limitado sea
ilimitado. 6El EspÃritu Santo no ve el cuerpo como lo ves tú porque
sabe que la única realidad de cualquier cosa es el servicio que le presta a Dios
en favor de la función que Él le asigna.
4. La
comunicación pone fin a la separación. 2El ataque la fomenta. 3El cuerpo es feo o hermoso, violento o apacible,
perjudicial o útil,
dependiendo del uso que se haga de él. 4Y en el cuerpo de otro verás
el uso que has hecho del tuyo.5Si tu cuerpo se convierte en un medio
que pones a disposición del EspÃritu Santo para que Él lo use en nombre de la
unión de la Filiación, no verás lo fÃsico excepto como es. 6Úsalo
para la verdad y lo verás correctamente. 7Úsalo incorrectamente y lo
interpretarás mal, lo cual habrás hecho ya al usarlo incorrectamente. 8Interpreta cualquier cosa sin el EspÃritu Santo y desconfiarás
de ello. 9Eso te conducirá al odio y al ataque, y hará que pierdas la
paz.
5. Toda
pérdida, no obstante, procede de los falsos conceptos que albergas, 2pues es imposible perder, sea cual sea la forma en que se manifieste
la pérdida. 3Mas cuando ves a un hermano como una entidad fÃsica
"pierdes" su poder y su gloria asà como los tuyos. 4Lo has atacado,
pero tienes que haberte atacado a ti mismo primero. 5Por tu propia
salvación -que le ha de brindar a él la suya- no lo veas asÃ. 6No
dejes que él se menosprecie a sà mismo en tu mente, sino libéralo de su creencia
de que es insignificante y asà te liberarás tú de la tuya. 7Como
parte de ti, él es santo. 8Como parte de mà tú lo eres. 9Entablar comunicación con cualquier parte de Dios es ir más allá del
Reino hasta su Creador, gracias a Su Voz, la cual Él ha establecido como parte
de ti.
6. Alégrate,
por lo tanto, de que no puedas hacer nada por ti mismo, pues no eres de ti mismo. 2La Voluntad de
Aquel del que formas parte ha establecido para ti tu, poder y tu gloria. 3Con ellos puedes lograr perfectamente lo que Su santa Voluntad ha
dispuesto para ti, una vez que la aceptes. 4Él no te ha privado
de Sus dones, mas tú crees que se los has arrebatado a Él. 5Por amor
a Su Nombre, no dejes que ningún Hijo de Dios permanezca oculto, pues Su Nombre
es el tuyo.
7. La Biblia dice: "El Verbo (o pensamiento)
se hizo carne. 2Estrictamente hablando eso es imposible, puesto
que parece implicar que un orden de realidad pasó a ser otro. 3Los
distintos órdenes de realidad, al igual que los distintos grados de dificultad
de los milagros, tan sólo dan la impresión de existir. 4EI
pensamiento no se puede convertir en carne excepto mediante una creencia, ya que
el pensamiento no es algo fÃsico. 5El pensamiento, no obstante,
es comunicación, para lo que sà se puede usar el cuerpo 6Éste es el único uso natural que se
puede hacer de él. 7Usarlo de forma antinatural es perder de vista el
propósito del EspÃritu Santo, y confundirse con respecto al objetivo de Su plan
de estudios.
8. No hay nada
más frustrante para un alumno que un plan de estudios que no pueda aprender. 2Cuando eso ocurre su sensación de ser competente se resiente, y
no puede por menos que deprimirse. 3Enfrentarse a una situación de
aprendizaje imposible es la cosa más deprimente del mundo. 4De hecho,
es la razón por la que, en última instancia, el mundo en sà es deprimente. 5El plan de estudios del EspÃritu Santo nunca es deprimente porque es
un plan de estudios que produce dicha. 6Siempre que se reacciona
con depresión ante el aprendizaje es porque se ha perdido de vista el verdadero
objetivo del plan de estudios.
Éstas
son las ideas para el repaso de hoy:
1.
(71) Sólo
el plan de Dios para la salvación tendrá éxito.
2Es
inútil que ande buscando febrilmente la salvación por todas partes. 3La he visto en muchas personas y en muchas cosas, pero cada vez que
traté de alcanzarla no estaba allÃ. 4Estaba equivocado con
respecto a dónde se encuentra. 5Estaba equivocado con respecto a lo
que es. 6Ya no emprenderé más búsquedas inútiles. 7Sólo el
plan de Dios para la salvación tendrá éxito. 8Y me regocijaré
porque Su plan jamás puede fallar.
2. Estas
son algunas de las variaciones que se sugieren para las aplicaciones más
concretas de la idea:
2El
plan de Dios para la salvación me librará de mi percepción de
esto.
3Esto no es una
excepción al plan de Dios para la salvación.
4Quiero percibir
esto únicamente a la luz del plan de Dios para la
salvación.
3.
(72) Abrigar
resentimientos es un ataque contra el plan de Dios para la
salvación.
2Abrigar
resentimientos es un intento de probar que el plan de Dios para la salvación
fracasará. 3Sin embargo, sólo Su plan puede tener éxito. 4Al abrigar resentimientos, por lo tanto, estoy excluyendo de mi
conciencia mi única esperanza de salvación. 5Mas no quiero seguir
yendo en contra de mis propios intereses de esta manera tan descabellada. 6Quiero aceptar el plan de Dios para la salvación y ser
feliz.
4. Las
aplicaciones concretas de esta idea pueden hacerse utilizando las
siguientes variaciones:
2Según contemplo
esto estoy eligiendo entre la percepción falsa y la
salvación.
3Si
veo motivos en esto para abrigar resentimientos, no veré motivos que justifiquen
mi salvación.
4Esto es un
llamamiento a la salvación, no al ataque.
27 DE
MARZO
9. En este
mundo, ni siquiera el cuerpo se percibe como algo Ãntegro. 2Se
considera que su propósito está dividido en muchas funciones que no tienen
ninguna relación entre sà o muy poca, de modo que parece estar regido por el
caos. 3Guiado por el ego, lo está. 4Guiado por el EspÃritu
Santo, no. 5En este último caso, se convierte en un medio a través
del cual la parte de la mente que trataste de separar del espÃritu puede trascender sus
propias distorsiones y retornar a él. 6El templo del ego se
convierte asà en el templo del EspÃritu Santo, en el que la devoción por Él
reemplaza a la devoción por el ego. 7En este sentido el cuerpo se
convierte ciertamente en el templo de Dios, Su Voz reside en su interior
dirigiendo el uso que se hace de él.
10. La
curación es el resultado de usar el cuerpo exclusivamente para los fines de la
comunicación. 2Puesto que eso es lo natural, sana al restaurar la
unicidad, lo cual es también natural. 3Toda mente es Ãntegra, y la
creencia de que parte de la mente es fÃsica, o no mental, es una interpretación
fragmentada o enfermiza. 4Es imposible convertir a la mente en algo
fÃsico, pero es posible hacer que se manifieste a través de lo fÃsico si usa al cuerpo
para ir más allá de sà misma. 5Al hacer eso la mente se extiende: 6No se detiene en el cuerpo porque si lo hace su propósito queda
obstruido. 7Una mente que ha sido obstruida se ha permitido a sÃ
misma ser vulnerable al ataque porque se ha vuelto contra sÃ
misma.
11. Despejar
estos obstáculos es, por consiguiente, la única manera de garantizar ayuda y
curación. 2Ayudar y curar son las expresiones naturales de la
mente que está operando a través del cuerpo, pero no en él: 3Si la mente cree que
su objetivo es el cuerpo distorsionará su percepción de éste, y al bloquear
su propia extensión más allá del mismo, dará lugar a enfermedades, pues estará
fomentando la separación. 4Percibir el cuerpo como una entidad
separada no puede sino fomentar la enfermedad, ya que ello no es verdad. 5Un medio de comunicación deja de ser útil si se emplea para
cualquier otra cosa. 6Usar un instrumento de comunicación como
instrumento de ataque es estar confundido con respecto a su
propósito.
12. Comunicar
es unir y atacar es separar. 2¿Cómo ibas a poder hacer ambas cosas
simultáneamente utilizando el mismo medio y no sufrir por ello? 3La
percepción del cuerpo sólo se puede unificar cuando se ha aceptado un solo
propósito. 4Esto libera a la mente de la tentación de ver al cuerpo
bajo distintas luces, y puede entonces entregárselo por completo a la única Luz
en la que puede ser realmente entendido. 5Confundir un recurso de
aprendizaje con un objetivo del plan de estudios es una confusión básica
que impide el entendimiento de ambos. 6El aprendizaje tiene que
conducir más allá del cuerpo, al re-establecimiento del poder de la mente en él. 7Esto sólo se puede lograr si la mente se extiende hasta otras
mentes, y no interrumpe su extensión. 8Esta interrupción es la causa
de todas las enfermedades porque la única función de la mente es
extender.
13. Lo opuesto a la dicha es la depresión. 2Cuando lo que aprendes fomenta la depresión en lugar de la
dicha, es que no estás escuchando al Maestro jubiloso de Dios ni aprendiendo Sus
lecciones. 3Ver un cuerpo de cualquier otra forma que no sea
como un medio de comunicación es limitar a tu mente y hacerte daño a ti mismo. 4La salud, por lo tanto, no es otra cosa que un propósito unificado. 5Si se pone al cuerpo en armonÃa con el propósito de la mente, éste
se vuelve Ãntegro porque la mente sólo tiene un propósito. 6El
ataque tan sólo puede ser un propósito que el cuerpo ha asumido, ya que separado
de la mente, el cuerpo no tiene ningún propósito.
14. Tú no
estás limitado por el cuerpo, y el pensamiento no puede hacerse carne. 2La mente, no obstante, puede manifestarse a través del cuerpo
si va más allá de él y no lo interpreta como una limitación. 3Siempre
que ves a alguien limitado a un cuerpo o por un cuerpo, estás imponiéndote a ti
mismo ese mismo lÃmite. 4¿Estás dispuesto a aceptar eso cuando el
único propósito de tu aprendizaje deberÃa ser escaparte de toda limitación? 5Todo aquel que concibe el cuerpo como un medio de ataque y cree que
de ello puede derivar dicha, demuestra inequÃvocamente que es un mal estudiante. 6Ha aceptado un objetivo de aprendizaje que contradice
claramente el propósito unificado del plan de estudios y que le impide aceptar
como propio el propósito de éste.
15. La dicha
procede de un propósito unificado, y un propósito unificado es algo que es
únicamente propio de Dios. 2Cuando tu propósito está unificado es el
Suyo. 3Si crees que puedes interferir en Su propósito necesitas
salvación. 4Te has condenado a ti mismo, pero la condenación no es
algo que proceda de Dios. 5Por lo tanto, no es real. 6Ni
tampoco lo son sus aparentes resultados. 7Cuando ves a tu hermano
como un cuerpo, lo estás condenando porque te has condenado a ti mismo. 8No obstante, si toda condenación es irreal, y tiene que serlo
puesto que es una forma de ataque, entonces no puede tener consecuencias.
16. No te permitas
sufrir por causa de las consecuencias imaginarias de lo que no es real: 2Libera tu mente de la creencia de que eso es posible. 3En
su total imposibilidad radica tu única esperanza de liberación. 4¿Y qué otra esperanza querrÃas albergar? 5La única manera
de liberarse de las ilusiones es dejando de creer en ellas. 6El
ataque no existe, lo único que existe es comunicación ilimitada y, por lo tanto,
poder y plenitud ilimitados. 7El poder de la plenitud es la
extensión. 8No dejes que tus pensamientos se detengan en este mundo,
y tu mente se volverá receptiva a la creación en Dios.
Nuestro
repaso de hoy abarcará estas ideas:
1.
(73) Mi
voluntad es que haya luz.
2Hoy
haré uso del poder de mi voluntad. 3No es mi voluntad andar a tientas
en la oscuridad, temeroso de las sombras y amedrentado por cosas invisibles
e irreales. 4La luz será mi guÃa hoy. 5La seguiré a donde
me lleve, y contemplaré únicamente lo que me muestre. 6Éste será el
dÃa en que experimentaré la paz de la verdadera
percepción.
2. Las
siguientes variaciones de esta idea pueden ser útiles para las aplicaciones
concretas:
2Esto
no puede ocultar la luz que es mi voluntad ver.
3(Nombre],
estás en la luz junto conmigo.
4En
la luz esto se verá de otra manera.
3.
(74) No
hay más voluntad que la de Dios.
2Estoy
a salvo hoy porque no hay más voluntad que la de Dios. 3Siento miedo
sólo cuando creo que hay otra voluntad. 4Trato de atacar únicamente
cuando tengo miedo, y sólo cuando trato de atacar puedo creer que mi eterna
seguridad se ve amenazada. 5Hoy reconoceré que nada de esto ha
ocurrido. 6Estoy a salvo porque no hay más voluntad que la de
Dios.
4. Las
siguientes son algunas variaciones de la idea que pueden ser útiles para las
aplicaciones concretas:
2PermÃtaseme
percibir esto en conformidad con la Voluntad de
Dios.
3La
Voluntad de Dios, asà como la mÃa, es que tú, [nombre], seas Su
Hijo.
4Esto
es parte de lo que la Voluntad de Dios ha dispuesto para mÃ, independientemente
de cómo yo lo vea.
28 DE
MARZO
VIII. El
cuerpo como medio o como fin
1. Las
actitudes que se tienen hacia el cuerpo son las actitudes que se
tienen hacia el ataque. 2Las definiciones del ego con respecto a
todas las cosas son inmaduras, y están siempre basadas en el propósito que él
cree que todas ellas tienen. 3Esto se debe a que es incapaz de hacer
generalizaciones, y equipara lo que ve con la función que le adscribe. 4No lo equipara con lo que es. 5Para
el ego el cuerpo es algo con lo que
atacar. 6Puesto que te equiparas con el cuerpo, el ego te enseña que tu propósito es atacar. 7El cuerpo, pues, no es la fuente de su propia salud. 8La
condición del cuerpo depende exclusivamente de cómo interpretas su función. 9Las funciones son algo inherente al estado de ser, pues surgen de
éste, mas su relación no es recÃproca. 10EI todo ciertamente define a
la parte, pero la parte no define al todo. 11Conocer en parte, no
obstante, es conocer enteramente debido a la diferencia fundamental que existe
entre conocimiento y percepción. 12En la percepción el todo se
construye a base de partes que se pueden separar y ensamblar de nuevo en
diferentes constelaciones. 13El conocimiento, por otra parte,
nunca cambia, su constelación, por lo tanto, es permanente. 14La idea
de que entre las partes y el todo hay relación sólo tiene sentido en el nivel de
la percepción, en la que el cambio es posible. 15Aparte de eso, no
hay ninguna diferencia entre la parte y el todo.
2. El cuerpo
existe en un mundo que parece tener dos voces que luchan por su posesión. 2En esta percibida constelación se considera al cuerpo como
capaz de alternar su lealtad de una a otra, haciendo que los conceptos de salud
y enfermedad tengan sentido. 3El ego, como de costumbre, da
lugar a una confusión fundamental entre los medios y el fin. 4Al
considerar al cuerpo como un fin, el cuerpo no tiene realmente utilidad para el
ego, puesto que el cuerpo no es un
fin. 5Debes haber notado una descollante caracterÃstica en todo fin
que el ego haya aceptado como propio. 6Cuando lo alcanzas te deja insatisfecho. 7por
eso es por lo que el ego se ve forzado a cambiar incesantemente de un objetivo a
otro, para que sigas abrigando la esperanza de que todavÃa te puede ofrecer
algo.
3. Ha sido muy
difÃcil superar la creencia del ego de que el cuerpo es un fin porque esta idea
es análoga a la creencia de que el ataque es un fin. 2El ego tiene un
marcado interés por la enfermedad. 3Si estás enfermo, ¿cómo podrÃas
refutar su firme creencia de que no eres invulnerable? 4Éste es un
razonamiento atractivo desde el punto de vista del ego porque encubre el ataque
obvio que subyace a la enfermedad. 5Si reconocieses esto y
además te opusieras al ataque, no podrÃas utilizar la enfermedad como un falso
testigo para defender la postura del ego.
4. Es difÃcil
percibir que la enfermedad es un testigo falso, ya que no te das cuenta de que
está en total desacuerdo con lo que quieres. 2Este testigo, por
consiguiente, parece ser inocente y digno de confianza debido a que no lo has
sometido a un riguroso interrogatorio. 3De haberlo hecho, no
considerarÃas a la enfermedad un testigo tan vital en favor de la postura del
ego. 4Una afirmación más honesta serÃa que los que quieren al ego
están predispuestos a defenderlo. 5Por lo tanto, se debe desconfiar
desde un principio de los testigos que el ego elige. 6El ego no
convoca testigos que disientan de su causa, de la misma manera en que el
EspÃritu Santo tampoco lo hace. 7He dicho que juzgar es la
función del EspÃritu Santo, para la cual Él está perfectamente capacitado. 8Mas cuando el ego actúa como juez, hace todo menos juzgar
imparcialmente. 9Cuando el ego convoca un testigo, lo ha
convertido de antemano en un aliado.
5. TodavÃa
sigue siendo cierto que el cuerpo, de por sÃ, no tiene ninguna función porque no
es un fin. 2El ego, no obstante, lo establece como un fin
porque, como tal, su verdadera función queda velada. 3Éste es el
propósito de todo lo que el ego hace. 4Su único objetivo es hacer que
se pierda de vista la función de todo. 5Un cuerpo enfermo no tiene
sentido. 6No puede tener sentido porque la enfermedad no es el
propósito del cuerpo. 7La enfermedad tendrÃa sentido sólo si las dos
premisas básicas en las que se basa la interpretación que el ego hace del cuerpo
fuesen ciertas: que el propósito del cuerpo es atacar, y que tú eres un cuerpo. 8Sin estas dos premisas la enfermedad es
inconcebible.
6. La
enfermedad es una forma de demostrar que puedes ser herido. 2Da testimonio de
tu fragilidad, de tu vulnerabilidad y de tu extrema necesidad de depender de
dirección externa. 3El ego usa esto como su mejor argumento para
demostrar que necesitas su dirección. 4Impone un sinfÃn de reglas
para que se eviten funestos desenlaces. 5El EspÃritu Santo,
perfectamente consciente de la misma situación, no se molesta en analizarla en
absoluto. 6Si los datos no tienen sentido, no tiene objeto
analizarlos. 7La función de la verdad es recopilar información que
sea verdadera. 8Sea cual sea la forma en que trates de usar el error, de ello no resulta nada. 9Cuanto más complicados se vuelven los resultados más difÃcil puede
que resulte reconocer su insustancialidad, mas no es necesario examinar
todos los posibles resultados a que las premisas dan lugar a fin de juzgarlos
correctamente.
7. Un recurso
de aprendizaje no es un maestro. 2No te puede decir cómo te sientes. 3No sabes cómo te sientes porque has aceptado la confusión del ego,
y, por lo tanto, crees que un recurso de aprendizaje puede decirte cómo te sientes. 4La enfermedad no es más que otro ejemplo de tu insistencia en querer
pedirle dirección a un maestro que no sabe la respuesta. 5El ego no
puede saber cómo te sientes. 6Cuando dije que el ego no sabe nada,
dije lo único que es completamente cierto con respecto al ego. 7 Pero
hay un corolario: si sólo el conocimiento existe y el ego no tiene conocimiento,
entonces el ego no existe.
8. Tal vez te
preguntes cómo es posible que la voz de algo que no existe pueda ser tan
insistente. 2¿Has pensado alguna vez en el poder de distorsión que
tiene lo que deseas, aun cuando no es real? 3Son muchos los casos que
demuestran cómo lo que deseas distorsiona tu percepción. 4Nadie puede
dudar de la pericia del ego para presentar casos falsos. 5Ni nadie
puede dudar tampoco de que estás dispuesto a escucharle hasta que decidas no
aceptar nada excepto la verdad. 6Cuando dejes de lado al ego, éste
desaparecerá. 6La Voz del EspÃritu Santo es tan potente como la
buena voluntad que tengas de escucharla. 8No puede ser más potente
sin que viole tu libertad de decisión, que el EspÃritu Santo intenta restaurar,
no menoscabar.
9. El EspÃritu
Santo te enseña a usar el cuerpo sólo como un medio de comunicación entre tus
hermanos y tú, de modo que Él pueda enseñar Su mensaje a través de ti. 2Esto los curará y, por lo tanto, te curará a ti. 3Nada
que se utilice de acuerdo con su propia función tal como el EspÃritu Santo
la ve, puede enfermar. 4Mas todo lo que se utiliza de cualquier otra
forma no puede sino enfermarse. 5No permitas que el cuerpo sea el
reflejo de una mente dividida. 6No dejes que sea una imagen de la
percepción de pequeñez que tienes de ti mismo. 7No dejes que refleje
tu decisión de atacar. 8Se reconoce que la salud es el estado natural
de todas las cosas cuando se deja toda interpretación en manos del EspÃritu
Santo, Quien no percibe ataque en nada. 9La salud es el resultado de
abandonar todo intento de utilizar el cuerpo sin amor. 10La salud es
el comienzo de la correcta perspectiva con respecto a la vida bajo la dirección
del único Maestro que sabe lo que ésta es, al ser la Voz de la Vida
Misma.
Hoy
repasaremos estas ideas:
1.
(75) La
luz ha llegado.
2Al
elegir la salvación en lugar del ataque, estoy simplemente eligiendo reconocer
lo que ya está ahÃ. 3La salvación es una decisión que ya se
tomó. 4El ataque
y los resentimientos no existen como opciones. 5Por eso es por lo que
siempre elijo entre la verdad y la ilusión; entre lo que está ahà y lo que
no está ahÃ. 6La luz ha llegado. 7Solamente puedo elegir
la luz porque no hay otra alternativa. 8La luz ha reemplazado a la
oscuridad, y la oscuridad ha desaparecido.
2. Las
siguientes variaciones pueden ser útiles para las aplicaciones concretas de esta
idea:
2Esto
no puede mostrarme la oscuridad, pues la luz ha
llegado.
3Tu
luz, [nombre] es lo único que quiero ver.
4No
quiero ver en esto más que lo que hay ahÃ.
3.
(76) No
me gobiernan otras leyes que las de Dios. 2He aquà la perfecta
declaración de mi libertad. 3No me gobiernan otras leyes que las de
Dios. 4La tentación de inventar otras leyes y de permitir que me
subyuguen me acecha constantemente. 5Sufro únicamente porque creo en
ellas. 6Pero en realidad no me afectan en absoluto. 7Estoy
perfectamente a salvo de los efectos de cualquier ley, excepto las de Dios. 8Y las Suyas son las leyes de la libertad.
4. Para
las aplicaciones concretas de esta idea, las siguientes variaciones pueden
resultar útiles:
2Mi
percepción de esto me muestra que creo en leyes que no
existen.
3Veo
únicamente las leyes de Dios operando en esto.
4PermÃtaseme
dejar que sean las leyes de Dios las que operen en esto, y no las
mÃas.
LECCIÓN
89
Éstas
son las ideas que vamos a repasar hoy:
1.
(77) Tengo
derecho a los milagros.
2Tengo
derecho a los milagros porque no me gobiernan otras leyes que las de Dios. 3Sus leyes me liberan de todos mis resentimientos y los reemplazan
con milagros. 4Voy a aceptar los milagros en lugar de los
resentimientos, los cuales no son sino ilusiones que ocultan los milagros que se
encuentran tras ellos. 5Voy a aceptar ahora solamente aquello a lo
que las leyes de Dios me dan derecho, de manera que pueda usarlo en
beneficio de la función que Él me ha dado.
2. Puedes
usar las siguientes sugerencias para las aplicaciones concretas de esta
idea:
2Detrás de esto
hay un milagro al que tengo derecho.
3No
voy a abrigar ningún resentimiento contra ti, [nombre], sino que te voy a
ofrecer el milagro al que tienes derecho.
4Visto
correctamente, esto me ofrece un milagro.
3.
(78) ¡Que
los milagros reemplacen todos mis resentimientos!
2Mediante
esta idea uno mi voluntad a la del EspÃritu Santo y percibo las dos cual una
sola. 3Mediante esta idea acepto mi liberación del infierno. 4Mediante esta idea expreso que estoy dispuesto a que todas mis
ilusiones sean reemplazadas por la verdad de acuerdo con el plan de Dios para mi
salvación. 5No haré excepciones ni sustituciones: 6Lo
que quiero es todo el Cielo y sólo el Cielo, tal como la Voluntad de Dios ha
dispuesto que lo tenga.
4. Las
variaciones que pueden resultar útiles a la hora de aplicar concretamente la
idea son:
2No
quiero excluir este resentimiento de mi salvación.
3(Nombre],
dejemos que los milagros reemplacen todos nuestros
resentimientos.
4Detrás de esto
se encuentra el milagro que reemplaza todos mis
resentimientos
.
Éstas
son las ideas que vamos a utilizar en este repaso:
1.
(79) PermÃtaseme
reconocer el problema para que pueda ser resuelto.
2Hoy
quiero darme cuenta de que el problema es siempre alguna forma de resentimiento
que quiero abrigar. 3Quiero comprender también que la solución es
siempre un milagro al que le permito ocupar el lugar del resentimiento. 4Hoy quiero recordar la simplicidad de la salvación, reforzando
la lección de que sólo hay un problema y sólo una solución. 5El
problema es un resentimiento; la solución, un milagro. 6E invito a la
solución cuando perdono la causa del resentimiento y le doy la bienvenida al
milagro que entonces ocupa su lugar.
2. Para
las aplicaciones concretas de esta idea puedes usar las siguientes
variaciones:
2Esto supone un
problema para mà que quiero que se resuelva.
3El
milagro que se encuentra tras este resentimiento lo resolverá por
mÃ.
4La
solución de este problema es el milagro que el problema oculta.
3.
(80) PermÃtaseme
reconocer que mis problemas se han resuelto.
2La
única razón de que parezca tener problemas es que estoy usando el tiempo
indebidamente. 3Creo que el problema ocurre primero, y que debe
transcurrir cierto tiempo antes de que pueda resolverse. 4No veo el
problema y la solución como acontecimientos simultáneos. 5Ello
se debe a que aún no me he dado cuenta de que Dios ubicó la solución junto al
problema, de manera que el tiempo no los pudiera separar. 6El
EspÃritu Santo me enseñará esto si se lo permito. 7Y comprenderé que
es imposible que yo pudiera tener un problema que no se hubiese resuelto
ya.
4. Las
siguientes variaciones de la idea de hoy resultarán útiles para las aplicaciones
concretas:
2No
tengo que esperar a que esto se resuelva.
3La
solución a este problema ya se me ha dado, si estoy dispuesto a
aceptarla.
4El
tiempo no puede separar este problema de su solución.
31 DE
MARZO
IX. La
curación como resultado de una percepción corregida
1. Dije antes
que el EspÃritu Santo es la Respuesta. 2Él es la Respuesta a
todo porque conoce la respuesta a todo. 3El ego no sabe lo que es una
verdadera pregunta, si bien plantea un sinnúmero de ellas. 4Mas tú
puedes aprender lo que es una verdadera pregunta a medida que aprendas a
poner en duda el valor del ego, y desarrolles asà tu capacidad para evaluar sus
preguntas. 5Cuando el ego te tiente a enfermar no le pidas al
EspÃritu Santo que cure al cuerpo; pues eso no serÃa sino aceptar la creencia
del ego de que el cuerpo es el que necesita curación. 6PÃdele, más
bien, que te enseñe cómo percibir correctamente el cuerpo, pues lo único que
puede estar distorsionado es la percepción. 7Sólo la percepción
puede estar enferma porque sólo la percepción puede estar
equivocada.
2. La
percepción errónea es el deseo de que las cosas sean diferentes de como
son. 2La realidad de todas las cosas es totalmente inocua porque la
condición de su realidad es la inocuidad total. 3Ésa es también la
condición de la conciencia que tienes de su realidad. 4Tú no tienes
que buscar la realidad. 5La realidad te buscará y te encontrará
cuando satisfagas sus condiciones. 6Sus condiciones son parte de
lo que ella es. 7Y esa parte es lo único que depende de ti. 8El resto tiene lugar por su cuenta. 9Necesitas hacer tan
poco, porque tu parte, aunque pequeña, es tan poderosa que te brindará la
totalidad. 10Acepta, por lo tanto, la pequeña parte que te
corresponde y deja que la totalidad sea tuya.
3. La plenitud
cura porque es algo propio de la mente. 2Toda clase de enfermedad, e
incluso la muerte, son expresiones fÃsicas del miedo a despertar. 3Son intentos de reforzar el sueño debido al miedo a despertar. 4Ésta es una forma patética de tratar de no ver inutilizando la
facultad de ver. 5"Descansa en paz" es una bendición para los vivos,
no para los muertos, ya que el descanso procede de despertar, no de dormir. 6Dormir es aislarse; despertar, unirse. 7Los sueños
son ilusiones de unión porque reflejan las nociones distorsionadas del ego con
respecto a lo que significa unirse. 8El EspÃritu Santo, no obstante,
aprovecha también el tiempo que pasas durmiendo, y puede, si se lo
permites, utilizar los sueños que tienes mientras duermes para ayudarte a
despertar.
4. La manera
en que te despiertas indica cómo usaste el tiempo que pasaste durmiendo. 2¿A quién se lo ofreciste? 3¿Bajo que maestro lo pusiste? 4Siempre que te despiertas desanimado es que no se lo ofreciste al
EspÃritu Santo. 5Sólo cuando te despiertas feliz utilizaste el tiempo
que pasaste durmiendo en armonÃa con Su propósito. 6Dormir puede
ciertamente "drogarte" si lo usas indebidamente en favor de la enfermedad. 7Dormir no es una forma de muerte de la misma manera en que la muerte
no es una forma de inconsciencia. 8La inconsciencia total es
imposible. 9Puedes descansar en paz debido únicamente a que estás
despierto.
5. La curación
es la liberación del miedo a despertar, y la substitución de ese miedo por
la decisión de despertar. 2La decisión de despertar refleja la
voluntad de amar, puesto que toda curación supone la sustitución del miedo por
el amor. 3El EspÃritu Santo no puede distinguir entre distintos
grados de error, pues si enseñase que una forma de enfermedad es más grave
que otra, estarÃa enseñando que un error puede ser más real que otro. 4Su función es distinguir únicamente entre lo falso y lo verdadero, y
reemplazar lo falso por lo verdadero.
6. El ego,
empeñado siempre en debilitar a la mente, trata de separarla del cuerpo en un
intento de destruirla. 2Mas en realidad cree que la está
protegiendo. 3Esto se debe a que cree que la mente es peligrosa, y
que privarte de ella es curarte. 4Pero privarte de tu mente es
imposible, puesto que eso significarÃa destruir lo que Dios creó. 5El ego detesta la debilidad, si bien trata por todos los medios
inducirla. 6El ego desea únicamente lo que odia. 7Para el
ego eso es perfectamente lógico. 8Y puesto que cree en el poder del
ataque, el ego quiere atacar.
7. La Biblia, te exhorta a que seas
perfecto, a que sanes todo error, a que no te preocupes por el cuerpo por el
hecho de que sea algo separado, y a que hagas todo en mi nombre. 2Mas
no se trata solamente de mi nombre, pues nuestra identidad es una identidad
compartida. 3El Hijo de Dios sólo tiene un Nombre, y se te exhorta a
que lleves a cabo obras amorosas porque compartimos esa unicidad. 4Nuestras mentes son Ãntegras porque son una. 5Si estás:
enfermo te estás aislando de mÃ. 6Mas no te aÃslas únicamente de
mÃ, 7sino que te aÃslas de ti y de mÃ.
8. Seguramente
habrás comenzado a darte cuenta de que este curso es muy práctico, y de que lo
que dice es exactamente lo que quiere decir. 2Yo no te pedirÃa que
hicieses algo que tú no puedes hacer, y es imposible que yo pudiese hacer algo
que tú no puedas hacer. 3Teniendo esto en cuenta, y teniéndolo en
cuenta muy literalmente, nada puede impedir que hagas exactamente lo que yo te
pido, y todo te exhorta a que lo hagas. 4Yo no te impongo lÃmites
porque Dios no te impone ninguno. 5Cuando te limitas a ti mismo, no
somos de un mismo sentir, y eso es lo que es la enfermedad. 6La
enfermedad, no obstante, no es algo que se origine en el cuerpo, sino en la
mente.. 7Toda forma de enfermedad es un signo de que la mente está
dividida y de que no está aceptando un propósito
unificado.
9. La única
manera, por lo tanto, en que el EspÃritu Santo cura es unificando propósitos. 2Esto se debe a que dicha unificación es el único nivel en el que la
curación tiene sentido. 3Re-establecer el significado en un sistema
de pensamiento caótico es la manera
de sanarlo. 4Tu tarea consiste únicamente en satisfacer las
condiciones del significado, puesto que el significado en sà es de Dios. 5Por otra parte, tu retorno al significado es esencial para lo que
Dios significa porque tu significado es parte de Su significado. 6Tu
curación, por lo tanto, es parte de Su salud, puesto que es parte de Su
Plenitud. 7Él no puede perder Su Plenitud, pero es posible que tú no la conozcas. 8Con todo, Su Voluntad sigue siendo que tú la conozcas, y Su Voluntad
impera para siempre y en todas las cosas.
LECCIÓN
91
Los
milagros se ven en la luz.
1. Es importante recordar que los milagros y la visión van necesariamente de la
mano. 2Esto necesita repetirse una y otra vez. 3Es una de
las ideas centrales de tu nuevo sistema de pensamiento, y de la percepción
a la que da lugar. 4El milagro está siempre aquÃ. 5Tu
visión no causa su presencia, ni su ausencia es el resultado de que no veas. 6Es únicamente tu conciencia de los milagros la que se ve afectada. 7Los verás en la luz, mas no
los verás en la oscuridad.
2. Para ti, pues, la luz es crucial. 2Mientras sigas en la oscuridad no podrás ver el milagro. 3Por lo tanto, estarás convencido de que no está ahÃ. 4Esto se deriva de las mismas premisas de las que procede la
oscuridad. 5Negar la luz hace que te resulte imposible
percibirla. 6No percibir la luz es percibir la oscuridad. 7La luz entonces no te sirve de nada, a pesar de que está ahÃ. 8No la puedes usar porque su presencia te es desconocida. 9Y la aparente realidad de la oscuridad hace que la idea de la
luz no tenga sentido.
3. Si se te dijera que lo que no ves se encuentra
ahÃ, ello te parecerÃa una locura. 2Es muy difÃcil llegar a
convencerse de que lo que en verdad es una locura es no
ver lo que se encuentra ahÃ, y, en su
lugar, ver lo que no está ahÃ. 3Tú no dudas de que los ojos del
cuerpo puedan ver. 4No dudas de la realidad de las imágenes que te
muestran. 5Tienes absoluta fe en la oscuridad, no en la luz. 6¿Cómo se puede invertir esto? 7Tú no lo podrÃas hacer
solo, pero no estás solo en esto.
4. Tus esfuerzos, por insignificantes que sean, están
fuertemente respaldados. 2Sólo con que te percatases de cuán grande
es esa fortaleza, tus dudas desaparecerÃan. 3Hoy dedicaremos el dÃa a
tratar de que sientas esa fortaleza. 4Cuando hayas sentido la
fortaleza que mora en ti, la cual pone fácilmente a tu alcance todos los
milagros, dejarás de dudar. 5Los milagros que tu sensación de
debilidad ocultan se harán patentes de inmediato en tu conciencia una vez
que sientas la fortaleza que mora en ti.
5. Reserva diez minutos en tres ocasiones hoy para
tener un rato de quietud en el que trates de dejar atrás tu debilidad. 2Esto se puede lograr fácilmente si te das instrucciones a ti mismo
de que no eres un cuerpo. 3La fe se canaliza hacia lo que deseas, y
tú diriges la mente en conformidad con ello. 4Tu voluntad sigue
siendo tu maestro, y dispone de toda la fortaleza necesaria para hacer lo que
desea. 5Puedes escaparte del cuerpo si asà lo decides. 6Puedes experimentar la fortaleza que mora en
ti.
6. Comienza las sesiones de práctica más largas con
esta declaración que entraña una auténtica relación de causa y
efecto:
2Los
milagros se ven en la luz.
3Los
ojos del cuerpo no perciben la luz.
4Mas
yo no soy un cuerpo. 5¿Qué
soy entonces?
6La
pregunta con la que finaliza esta declaración es crucial para los ejercicios de
hoy. 7Lo que piensas que eres es una creencia que debe ser
erradicada. 8Pero lo que realmente eres es algo que tiene que serte
revelado. 9La creencia de que eres un cuerpo necesita ser corregida,
ya que es un error. 10La verdad de lo que eres apela a la fortaleza
que mora en ti para que lleve a tu conciencia lo que el error
oculta.
7. Si no eres un cuerpo, ¿qué eres entonces? 2Necesitas hacerte consciente de lo que el EspÃritu Santo utiliza
para reemplazar en tu mente la imagen de que eres un cuerpo. 3Necesitas sentir algo en lo que depositar tu fe a medida que la
retiras del cuerpo. 4Necesitas tener una experiencia real de
otra cosa, algo más sólido y seguro; algo más digno de tu fe y que realmente
esté ahÃ.
8. Si no eres un cuerpo, ¿qué eres entonces? 2Hazte esta pregunta honestamente, y dedica después varios minutos a
dejar que los pensamientos erróneos que tienes acerca de tus atributos sean
corregidos y a que sus opuestos ocupen su lugar. 3Puedes decir, por
ejemplo:
4No
soy débil, sino fuerte.
5No
soy un inútil, sino alguien todopoderoso.
6No
estoy limitado, sino que soy ilimitado.
7No
tengo dudas, sino seguridad.
8No
soy una ilusión, sino algo real.
9No
puedo ver en la oscuridad, sino en la luz.
9. En la segunda parte de tu sesión de práctica,
trata de experimentar estas verdades acerca de ti mismo. 2Concéntrate en especial en la experiencia de fortaleza. 3Recuerda que toda sensación de debilidad está asociada con la
creencia de que eres un cuerpo, la cual es una creencia errónea y no merece que
se tenga fe en ella. 4Deja de tener fe en ella, aunque sólo sea por
un instante. 5A medida que avancemos te irás acostumbrando a tener
fe en lo que es más valioso en ti.
10. Relájate
durante el resto de la sesión de práctica, confiando en que tus esfuerzos, por
insignificantes que sean, tienen todo el respaldo de la fortaleza de Dios y
de todos Sus Pensamientos. 2De Ellos es de donde procederá tu
fortaleza. 3A través de Su fuerte respaldo es como sentirás la
fortaleza que mora en ti. 4Dios y todos Sus Pensamientos se unen a ti
en esta sesión de práctica, en la que compartes un propósito semejante al de
Ellos. 5De Ellos es la luz en la que verás milagros porque Su
fortaleza es tuya. 6Su fortaleza se convierte en tus ojos para que
puedas ver.
11.
Cinco o seis veces por hora, a intervalos razonablemente regulares,
recuérdate a ti mismo que los milagros se ven en la luz. 2Asegúrate
también de hacerle frente a cualquier tentación con la idea de hoy. 3La siguiente variación podrÃa resultarte útil para este propósito
especial:
4Los
milagros se ven en la luz.
5No
voy a cerrar los ojos por causa de esto.