UN CURSO DE MILAGROS - FRASES DEL DÍA
JUNIO 2 DE
JUNIO
9. Siempre que
eliges tomar una decisión para ti solo estás pensando destructivamente y la
decisión será errónea. 2Te hará daño por razón del concepto de
decisión que te condujo a ella. 3No es verdad que puedas tomar
decisiones por tu cuenta, o para ti solo. 4Ningún pensamiento del
Hijo de Dios puede estar separado o tener efectos aislados. 5Cada
decisión que se toma, se toma para toda la Filiación, es aplicable tanto a lo
interno como a lo externo y afecta a una constelación mucho mayor que nada que
jamás hayas podido concebir.
10. Los que
aceptan la Expiación son invulnerables. 2Pero los que creen
ser culpables reaccionarán ante la culpabilidad porque creerán que es la
salvación, y no se negarán a verla ni a ponerse de su parte. 3Creen
que incrementar la culpabilidad es la manera de auto-protegerse. 4No
lograrán comprender el simple hecho de que lo que no desean no puede sino
hacerles daño. 5Todo esto procede del hecho de que no creen que lo
que desean sea bueno. 6Mas se les dio la voluntad porque es algo
santo. y porque les brindará todo lo que necesitan, lo cual les llegará tan
naturalmente como la paz que no conoce límites. 7Nada que su voluntad
no les provea tiene valor alguno. 8Pero como ellos no entienden su
propia voluntad, el Espíritu Santo la comprende por ellos silenciosamente y
les da lo que desean sin que se tengan que esforzar o afanar, y sin dejarlos con
la imposible carga de tener que decidir por su cuenta qué es lo que desean o
necesitan.
11. Jamás se
dará el caso de que tengas que tomar decisiones por tu cuenta. 2No
estás desprovisto de ayuda, y de una Ayuda que conoce la solución. 3 Te conformarías con unas migajas, que es todo lo que por tu cuenta
puedes ofrecerte a ti mismo, cuando Aquel que te lo da todo simplemente lo pone
a tu disposición? 4Él nunca te preguntará qué has hecho para ser
digno del regalo de Dios. 5Así pues, no te lo preguntes a ti mismo. 6Acepta, en cambio, Su respuesta pues Él sabe que tú eres digno de
todo lo que Dios dispone para ti. 7No trates de librarte del regalo
de Dios que el Espíritu Santo tan libre y gustosamente te ofrece. 8Él te ofrece
sólo lo que Dios le dio para ti. 9No tienes que decidir si eres
merecedor de ello o no. 10Dios sabe que lo
eres.
12. Negarías
la verdad de la decisión de Dios, imponiendo tu mísera evaluación de ti mismo en
lugar de la serena e inmutable evaluación, que Él ha hecho de Su Hijo? 2Nada puede alterar la convicción de Dios de que todo lo que Él creó
goza de perfecta pureza, pues es absolutamente puro. 3No
decidas contra ello porque, dado que procede de Él, no puede sino ser verdad. 4La paz mora en toda mente que acepta serenamente el plan que Dios elaboró para su Expiación, renunciando al suyo propio. 5Tú no sabes lo que es la salvación, pues no comprendes lo que es. 6No tomes decisiones con respecto a lo que es o adónde se encuentra,
sino que en vez de ello pregúntaselo todo al Espíritu Santo y no tomes ninguna
decisión sin Su dulce consejo.
13. Aquel que
conoce el plan que Dios quiere que sigas puede enseñarte lo que éste es. 2Sólo Su Sabiduría puede guiar tus pasos en dicho plan. 3Cada decisión que tomas por tu cuenta significa únicamente que
quieres definir la que es la salvación y aquello de lo que debes
ser salvado. 4El Espíritu Santo sabe que la salvación es escapar de
la culpabilidad. 5No tienes ningún otro "enemigo", y el Espíritu
Santo es el único Amigo que te puede ayudar contra esta absurda distorsión de la
pureza del Hijo de Dios. 6Él es el poderoso protector de la inocencia
que te hace libre. 7Y Él ha decidido deshacer todo lo que podría
ocultar tu inocencia de tu mente despejada.
14. Permítele,
por lo tanto, ser el único Guía que sigues hacia la salvación. 2Él
conoce el camino y te conduce gustosamente por él. 3Con Él no podrás
sino aprender que lo que Dios desea para ti es tu voluntad. 4Sin Su dirección pensarás que puedes saber por tu cuenta lo que
debes hacer, y decidirás contra tu paz tan irremediablemente como decidiste
que la salvación residía solamente en ti. 5La salvación está en manos
de Aquel a Quien Dios se la confió
para ti. 6Él no se ha olvidado de ello. 7No te olvides de
Él y Él tomará todas tus decisiones por ti, las cuales serán en favor de tu
salvación y de la paz de Dios en ti:
15. No
intentes tasar el valor del Hijo de Dios que Él creó santo, pues hacer eso es
evaluar a su Padre y juzgar contra Él. 2Y no podrás sino
sentirte culpable por este crimen imaginario, que nadie en este mundo ni en el
Cielo podría cometer. 3El Espíritu Santo sólo enseña que el "pecado"
de instaurar un falso ser en el trono de Dios no debe ser motivo de
culpabilidad. 4Lo que no puede suceder no puede tener efectos
temibles. 5Descansa tranquilamente en la fe que has depositado
en Aquel que te ama y que desea librarte de la locura. 6Puede que lo
que hayas elegido sea la demencia, mas la demencia no es tu realidad. 7Nunca te olvides del Amor de Dios, Quien se ha acordado de ti. 8Pues es absolutamente imposible que Él jamás hubiese
permitido que Su Hijo dejara de formar parte de la amorosa Mente en la que fue
creado, y donde se fijó su morada en perfecta paz para
siempre.
16. Dile
únicamente al Espíritu Santo: "Decide por mí", y está hecho. 2Pues
Sus decisiones reflejan lo que Dios sabe acerca de ti y ante esa luz cualquier
clase de error es imposible. 3 Por qué luchas tan frenéticamente por
tratar de prever lo que no puedes saber, cuando tras cada decisión que el
Espíritu Santo toma por ti se encuentra el conocimiento? 4Aprende de
Su sabiduría y de Su Amor, y enseña Su respuesta a todos los que luchan en las
tinieblas, pues al hacerlo decides por ellos y por ti.
17. ¡Qué grato
es decidir todas las cosas a través de Aquel que da Su equitativo Amor a todos
por igual! 2Él no excluye a nadie de ti. 3Por lo tanto, te
da lo que es tuyo porque tu Padre quiere que lo compartas con Él. 4Deja que el Espíritu Santo sea tu guía en todo, y no te vuelvas
atrás. 5Confía en que Él responderá de inmediato y con Amor a todos
los que de algún modo se vean afectados por tus decisiones. 6Y todo
el mundo se ve afectado. 7 Te echarías al hombro la responsabilidad
de tener que decidir qué es lo único que redundaría en beneficio de todos? 8 Cómo ibas a saberlo?
18. Te has
enseñado a ti mismo el hábito completamente antinatural de no comunicarte con tu
Creador. 2Sin embargo, permaneces en estrecha comunicación con Él, y
con todo lo que mora en Él, lo cual mora también en ti. 3Desaprende,
mediante el amoroso consejo del Espíritu Santo, el aislamiento que
aprendiste, y aprende la feliz comunicación que desechaste, pero que aun así no
pudiste perder.
19. Siempre
que tengas dudas acerca de lo que debes hacer, piensa en Su Presencia y repite
para tus adentros esto y sólo esto:
2Él me guía y
conoce el camino que yo no conozco.
3Mas nunca me privará de
lo que quiere que yo aprenda.
4Por eso confío
en que me comunicará todo lo que sabe por mí..
5Déjale
entonces que te enseñe quedamente cómo percibir tu inocencia, la cual está
ya ahí.
LECCIÓN
154
Me
cuento entre los ministros de Dios.
1. No
seamos hoy ni arrogantes ni falsamente humildes. 2Ya hemos superado
tales necedades. 3No podemos juzgarnos a nosotros mismos, ni
hace falta que lo hagamos. 4Eso no es sino aplazar la decisión y
posponer entregarnos de lleno al ejercicio de nuestra función. 5Nuestro papel no es juzgar nuestra valía, ni tampoco podríamos saber
cuál es el mejor papel para nosotros o qué es lo que podemos hacer dentro de un
plan más amplio que no podemos captar en su totalidad. 6Nuestro papel
se nos asigna en el Cielo, no en el infierno. 7Y lo que pensamos que
es debilidad puede ser fortaleza, y lo que creemos que es nuestra
fortaleza a menudo es arrogancia.
2. Sea
cual sea el papel que se te haya asignado, fue seleccionado por la Voz que habla
por Dios, Cuya función es asimismo hablar por ti. 2El Espíritu Santo
escoge y acepta tu papel por ti, toda vez que ve tus puntos fuertes exactamente
como son, y es igualmente consciente de dónde se puede hacer mejor uso de ellos,
con qué propósito, a quién pueden ayudar y cuándo. 3Él no actúa sin
tu consentimiento. 4Pero no se deja engañar con respecto a lo que
eres, y escucha solamente Su Voz en ti.
3. Mediante
esta capacidad Suya de oír una sola Voz, la Cual es la Suya Propia, es como tú
por fin cobras conciencia de que en ti solo hay una Voz. 2Y esa sola
Voz te asigna tu función, te la comunica, y te proporciona las fuerzas
necesarias para poder entender lo que es, para poder llevar a cabo lo que
requiere, así como para poder triunfar en todo lo que hagas que tenga que ver
con ella. 3Dios se une a Su Hijo en esto, y Su Hijo se convierte de
este modo en el mensajero de la unidad junto con Él.
4. Esta
unión de Padre e Hijo, a través de la Voz que habla por Dios, es lo que hace que
la salvación sea algo aparte del mundo. 2Ésta es la Voz que habla de
leyes que el mundo no obedece, y la que promete salvarnos de
todo pecado y abolir la culpabilidad de la mente que Dios creó libre de pecado. 3Ahora esta mente vuelve a cobrar conciencia de Aquel que la creó y
de su eterna unión consigo misma. 4Y así, su Ser es la única realidad
en la que su voluntad y la de Dios están unidas.
5. El
mensajero no escribe el mensaje que transmite. 2Tampoco cuestiona el
derecho del que lo escribe, ni pregunta por qué razón ha escogido aquellos que
han de recibir el mensaje del que él es portador. 3Sólo necesita
aceptarlo, llevárselo a quienes va destinado y cumplir con su cometido de
entregarlo. 4Si trata de determinar cuáles deben ser los mensajes,
cuál es su propósito o adónde se deben llevar, no estará desempeñando
debidamente su papel de portador de la Palabra.
6. Hay una
diferencia fundamental en el papel que desempeñan los mensajeros del Cielo que
los distingue de los mensajeros del mundo. 2Los mensajes que
transmiten van dirigidos en primer lugar a ellos mismos. 3Y es
únicamente en la medida en que los pueden aceptar para sí que se vuelven capaces
de llevarlos aún más lejos, y de transmitirlos allí donde se dispuso que fueran
recibidos. 4Al igual que los mensajeros del mundo, ellos no
escribieron los mensajes de los que son portadores, pero se
convierten, en rigor, en los primeros que los reciben, a fin de prepararse
para dar.
7.
Un mensajero terrenal cumple su misión transmitiendo todos los mensajes de que
es portador. 2Los mensajeros de Dios desempeñan su papel
aceptando Sus mensajes como si fuesen
para ellos mismos, y demuestran que han entendido los mensajes al
transmitírselos a otros. 3No eligen ningún papel que no les haya
sido asignado por Su autoridad. 4Y de esta forma, se benefician con
cada mensaje que transmiten.
8. Queréis recibir
los mensajes de Dios? 2Pues así es como os convertís en Sus
mensajeros. 3Sois nombrados ahora. 4Sin embargo, os
demoráis en transmitir los mensajes que habéis recibido. 5Y de
esta forma, no os dais cuenta de que son para vosotros, y así, no los
reconocéis. 6Nadie puede recibir, y comprender qué ha recibido, hasta
que no dé. 7Pues sólo al dar puede aceptar que ha
recibido.
9.
Vosotros que sois ahora los mensajeros de Dios, recibid Sus mensajes. 2Pues eso es parte de la función que se os asignó. 3Dios no ha dejado de
ofreceros lo que necesitáis, ni ello ha dejado de aceptarse. 4No
obstante, hay otra parte de la tarea que se os ha señalado que todavía tiene que
llevarse a cabo. 5Aquel que recibió los mensajes de Dios por
vosotros quisiera que vosotros también los recibierais. 6Pues de
esta manera os identificáis con Él y reivindicáis lo que es
vuestro.
10. Esta unión es lo que nos proponemos reconocer hoy. 2No trataremos de
mantener nuestras mentes separadas de Aquel que habla por nosotros, pues es
nuestra propia voz la que oímos cuando le prestamos atención a Él. 3Únicamente Él puede hablarnos a nosotros y hablar por nosotros,
uniendo en una sola Voz el recibir y el dar de la Palabra de Dios; el dar y el
recibir de Su Voluntad.
11. Nuestra práctica
de hoy consiste en darle a Él lo que es Su Voluntad tener, de manera que podamos
reconocer los dones que nos hace. 2Él necesita nuestra voz para poder
hablar a través de nosotros. 3Necesita nuestras manos para que
acepten Sus mensajes y se los lleven a quienes Él nos indique. 4Necesita nuestros pies para que éstos nos conduzcan allí donde Su Voluntad
dispone que vayamos, de forma que aquellos que esperan acongojados
puedan por fin liberarse. 5Y necesita que nuestra voluntad se
una a la Suya, para que podamos ser los verdaderos receptores de los dones que
Él otorga.
12.
Aprendamos sólo esta lección el día de hoy: que no reconoceremos lo que
hemos recibido hasta que no lo demos. 2Has oído esto cientos de veces
y de cien maneras diferentes, y, sin embargo, todavía no lo crees. 3Mas ten por seguro esto: hasta que no lo creas, recibirás miles y
miles de milagros, pero no sabrás que Dios Mismo no se ha quedado con ningún
regalo que tú ya no poseas, ni le ha negado a Su Hijo la más mínima bendición. 4 Qué significado puede tener esto para ti a no ser que te hayas
identificado con el Hijo y con lo que es suyo?
13.
Nuestra lección de hoy reza así:
2Me
cuento entre los ministros de Dios, y me siento agradecido de disponer de los
medios a través de los cuales puedo llegar a reconocer que soy
libre.
14. El mundo
retrocederá a medida que iluminemos nuestras mentes y reconozcamos la
veracidad de estas santas palabras. 2Pues constituyen el mensaje que
hoy nos envía nuestro Creador. 3Ahora demostraremos cómo han cambiado
lo que pensábamos de nosotros mismos y de lo que nuestra función era. 4Pues al demostrar que no aceptamos ninguna voluntad que no
sea la que compartimos, los numerosos dones que nuestro Creador nos otorga
aparecerán de inmediato ante nuestra vista y llegarán a nuestras manos, y
así reconoceremos lo que hemos recibido.
3 DE
JUNIO
IV. Tu papel
en la Expiación
1. Cuando
aceptas la inocencia de un hermano ves la Expiación en él. 2Pues al
proclamarla en él haces que sea tuya y ves lo que buscabas. 3Mas no
verás el símbolo de la inocencia de tu hermano refulgiendo en él mientras
todavía creas que no se encuentra en él. 4Su inocencia es tu
Expiación. 5Concédesela, y te darás cuenta de la verdad de lo que has
reconocido. 6No obstante, para que la verdad pueda ser recibida,
tiene primero que ofrecerse, del mismo modo en que Dios se la dio primero a Su
Hijo. 7El primero en el tiempo no significa nada, pero el Primero en
la eternidad es Dios el Padre, Quien es a la vez Primero y Uno. 8Más
allá del Primero no hay ningún otro, pues no hay ninguna secuencia, ni segundo
ni tercero, ni nada excepto el Primero.
2. Tú que
perteneces a la Primera Causa, que fuiste creado por Él a Su Semejanza y como
parte de Él, eres mucho más que simplemente inocente. 2El estado
de inocencia es sólo la condición en la que lo que nunca estuvo ahí ha sido
eliminado de la mente perturbada que pensó que sí estaba ahí. 3Ese estado, y sólo ese estado, es lo que tienes que alcanzar, con
Dios a tu lado. 4Pues hasta que no lo alcances, seguirás creyendo que
estás separado de Él. 5Tal vez sientas Su Presencia a tu lado, pero
no podrás saber que eres uno con Él. 6Esto no se puede enseñar. 7El aprendizaje se ocupa únicamente de la condición en la que
ello ocurre por su cuenta.
3. Cuando
hayas permitido que todo lo que empaña a la verdad en tu santísima mente sea
des-hecho y, consecuentemente, te alces en gracia ante tu Padre, Él se dará a Sí
Mismo a ti como siempre lo ha hecho. 2Darse a Sí Mismo es lo único
que Él sabe, y así, todo conocimiento consiste en eso. 3Pues lo que
Él desconoce no existe, y, por consiguiente, no se puede dar. 4No
pidas ser perdonado, pues eso ya se te concedió. 5Pide, más bien,
cómo aprender a perdonar y a restituir en tu mente inmisericorde lo que
siempre ha sido. 6La Expiación se vuelve real y visible para los que
la ponen en práctica. 7Esa es tu única función en la tierra, y debes
aprender que eso es lo único que te interesa aprender. 8Hasta que no
lo aprendas te sentirás culpable, 9pues en última instancia y sea
cual fuere la forma en que tu culpabilidad se manifieste, ésta procede de no
llevar a cabo tu función en la Mente de Dios con toda tu mente. 10 Cómo ibas a poder escapar de esa culpabilidad si dejas de cumplir
tu función aquí?
4. No tienes
que comprender lo que es la creación para hacerlo que tienes que hacer antes de
que ese conocimiento cobre sentido para ti. 2Dios no rompe barreras,
pues no las creó. 3Cuando las abandonas, desaparecen. 4Dios no puede fracasar, pues jamás ha fracasado en nada. 5Decide que Dios está en lo cierto con respecto a ti, y que eres tú
el que está equivocado. 6Él te creó de Sí Mismo, si bien, dentro de
Sí Mismo. 7Él sabe lo que eres. 8Recuerda que no hay
alternativa a Él. 9No puede haber nadie, por lo tanto, que no goce de
Su Santidad, ni nadie que no merezca Su perfecto Amor. 10No dejes de
llevar a cabo tu función de amar en un lugar falto de amor que fue engendrado de
las tinieblas y el engaño, pues así es como se deshacen las tinieblas y el
engaño. 11No te falles a ti mismo, antes bien, ofrécele a Dios y a ti
mismo Su irreprochable Hijo. 12A cambio de este pequeño regalo de
aprecio por Su Amor, Dios Mismo intercambiará tu regalo por el
Suyo.
5. Antes de
tomar cualquier decisión por tu cuenta, recuerda que ya has decidido ir en
contra de tu función en el Cielo, y luego reflexiona detenidamente acerca de si
quieres tomar decisiones aquí. 2Tu única función aquí es decidir en
contra de decidir qué es lo que quieres, reconociendo que no lo sabes. 3 Cómo ibas a poder, entonces, decidir qué es lo que debes hacer? 4Deja todas las decisiones en manos de Uno que habla por Dios y a
favor de tu función tal como Él la conoce. 5De este modo, Él te
enseñará a eliminar la tremenda carga que te has echado encima al no amar al
Hijo de Dios y al tratar de enseñarle culpabilidad en vez de amor. 6Abandona ese frenético y demente afán que te priva del gozo de vivir
con tu Dios y Padre, y de despertar felizmente a Su Amor y a Su Santidad, las
cuales, conjuntamente, constituyen lo que es verdad en ti y hacen que seas uno
con Él.
6. Una
vez que has aprendido a decidir con Dios, tomar decisiones se vuelve algo
tan fácil y natural como respirar. 2No requiere ningún esfuerzo, y se
te conducirá tan tiernamente como si te es tuviesen llevando en brazos por un
plácido sendero en un día de verano. 3Decidir parece ser algo difícil
debido únicamente a tu propia volición. 4El Espíritu Santo no se demorará en
contestar cada pregunta que le hagas con respecto a lo que debes hacer. 5Él lo sabe. 6El te lo dirá y luego lo hará por ti, 7Y tú, que estás cansado, verás que ello es más reparador que
dormir, 8pues puedes llevar tu culpabilidad a tus sueños, pero no
ahí.
7. A
menos que seas inocente no puedes conocer a Dios, cuya Voluntad es que lo
conozcas. 2Por lo tanto, tienes que ser inocente. 3Mas si no aceptas las condiciones necesarias para saberlo, es que
has negado a Dios y no lo reconoces, si bien, te rodea por todas partes. 4A Dios no se le puede conocer sin Su Hijo, cuya inocencia es la
condición en la que se le puede conocer. 5Aceptar que Su Hijo es
culpable es una negación del Padre tan absoluta que impide que el conocimiento
pueda ser reconocido por la misma mente en la que Dios Mismo lo depositó. 6¡Si
tan sólo escuchases y te dieses cuenta de cuán absolutamente imposible es esto! 7No dotes a Dios de atributos que tú comprendes. 8Tú no lo
creaste, y cualquier cosa que comprendas no forma parte de
Él.
8. Tu tarea no
es construir la realidad. 2La realidad está aquí sin que tú la hayas
tenido que construir, pero no sin ti. 3Tú que has tratado de
renunciar a ti mismo y que tan poco has valorado a Dios, escúchame hablar en
favor de ti y de É: 4No puedes comprender cuánto te ama tu
Padre, pues en tu experiencia mundana no hay paralelo que te pueda ayudar a
comprenderlo. 5En la tierra no hay nada comparable, ni nada que
jamás hayas sentido aparte de Él se parece en lo más mínimo a Su Amor. 6Tú no puedes ni siquiera dar una bendición con perfecta
dulzura. 7 No te gustaría conocer a Uno que da para siempre, y que lo
único que sabe es dar?
9. Los Hijos
del Cielo viven en la luz de la bendición de su Padre, pues saben que están
libres de pecado. 2La Expiación fue establecida como un medio de
restaurar la inocencia en las mentes que la habían negado, y que, por lo tanto,
se habían negado el Cielo a sí mismas. 3La Expiación te muestra la
verdadera condición del Hijo de Dios. 4No te enseña lo que eres, o lo
que tu Padre es. 5El Espíritu Santo, que lo recuerda por ti, te
enseña sencillamente a eliminar los obstáculos que se interponen entre ti y
lo que sabes. 6Su memoria es tuya. 7Si recuerdas lo que
has fabricado estarás recordando lo que no es nada. 8El recuerdo de
la realidad se encuentra en Él, y, por lo tanto, en ti.
10. Los
culpables y los inocentes son totalmente incapaces de entenderse entre sí. 2Cada uno percibe al otro diferente de como se percibe a sí mismo, lo
cual impide que pueda haber comunicación entre ellos, pues cada uno ve al
otro de modo distinto de como se ve a sí mismo. 3Dios sólo se puede
comunicar con el Espíritu Santo en tu mente porque sólo Él comparte el
conocimiento de lo que tú eres con Dios. 4Y sólo el Espíritu
Santo puede contestarle a Dios por ti porque sólo Él sabe lo que es Dios. 5Todo lo demás que has puesto dentro de tu mente no existe, pues, lo
que no está en comunicación con la Mente de Dios jamás ha existido. 6La comunicación con
Dios es vida. 7Sin ella nada puede existir en
absoluto.
LECCIÓN
155
Me
haré a un lado y dejaré que Él me muestre el camino.
1.
Hay una manera de vivir en el mundo que no es del mundo, aunque parezca serlo. 2No cambias de apariencia, aunque sí sonríes mucho más a menudo. 3Tu frente se mantiene serena; tus ojos están tranquilos. 4Y aquellos que caminan por el mundo con la misma actitud que tú
reconocen en ti a alguien semejante a ellos. 5No obstante,
los que aún no han percibido el camino también te reconocerán y creerán que eres
como ellos, tal como una vez lo fuiste.
2. El mundo es una ilusión. 2Aquellos que eligen venir a él andan
buscando un lugar donde poder ser ilusiones y así escapar su propia realidad. 3Mas cuando se dan cuenta de que su realidad se encuentra incluso aquí, entonces se hacen a un lado y dejan que ésta les muestre el
camino. 4 Qué otra alternativa tienen realmente? 5Dejar que las ilusiones vayan delante de la verdad es una locura. 6Mas dejar que las ilusiones se rezaguen detrás de la verdad y
que ésta se alce como lo que es, es simplemente muestra de
cordura.
3.
Ésta es la sencilla elección que hoy llevaremos a cabo. 2La demente
ilusión permanecerá de manifiesto por un tiempo para ser contemplada por
aquellos que eligieron venir y que aún no han experimentado el regocijo de
descubrir que se equivocaron al decidir. 3Ellos no pueden aprender
directamente de la verdad, puesto que la han negado. 4Y así, tienen
necesidad de un Maestro que pueda percibir su demencia, pero que pueda ver
también más allá de la ilusión la simple verdad que mora en
ellos.
4.
Si la verdad exigiese que renunciasen al mundo, les parecería como si se les
estuviese pidiendo que sacrificasen algo que es real. 2Muchos
han elegido renunciar al mundo cuando todavía creían que era real. 3Y como resultado de ello se han visto
abatidos por una sensación de pérdida, y, consecuentemente, no se han
liberado. 4Otros no han elegido otra cosa que el mundo, y su
sensación de pérdida ha sido aún mayor, lo cual no han sido capaces de
entender.
5.
Entre estas dos sendas hay un camino que conduce más allá de cualquier clase de
pérdida, pues tanto el sacrificio como la privación se abandonan de
inmediato. 2Éste es el camino que se te pide recorrer ahora. 3Caminas por esta senda tal como otros lo hacen, mas no pareces ser
distinto de ellos, aunque ciertamente lo eres. 4Por lo tanto, puedes
ayudarlos al mismo tiempo que te ayudas a ti mismo, y encauzar sus pasos por el
camino que Dios ha despejado para ti y para ellos, a través de
ti.
6.
La ilusión aún parece estar ceñida a ti, a fin de que puedas comunicarte con
ellos. 2Sin embargo, ha retrocedido. 3Y no es de ilusiones
de lo que te oyen hablar, ni son ilusiones lo que les presentas para que sus ojos las vean y sus mentes las
entiendan. 4La verdad, que va delante de ti, tampoco puede hablarles
a través de ilusiones, pues este camino conduce ahora más allá de la
ilusión, y mientras sigues adelante los llamas para que te
sigan.
7.
Todos los caminos conducen finalmente a éste. 2Pues el
sacrificio y la privación son sendas que no llevan a ninguna parte,
decisiones que conducen al fracaso, así como metas que jamás se podrán
alcanzar. 3Todo esto retrocede a medida que la verdad se alza en ti
para que conduzcas a tus hermanos lejos de los caminos de la muerte y los encamines por la senda de la felicidad. 4Su sufrimiento es
pura ilusión. 5Sin embargo, necesitan un guía que los ayude a escapar
de ella, pues confunden las ilusiones con la verdad.
8. Tal es la llamada de la salvación. 2Te
pide que aceptes la verdad y permitas que vaya delante de ti alumbrando la senda
que te rescata de lo ilusorio. 3No se trata de un rescate que tiene
un precio, pues no cuesta nada. 4Al contrario, sólo te aporta
ganancias. 5Las ilusiones tan sólo dan la impresión de mantener al
santo Hijo de Dios encadenado. 6Es únicamente de las ilusiones de lo
que se le salva. 7A medida que éstas retroceden, él se vuelve a
encontrar a sí mismo.
9.
Camina seguro ahora, pero con cuidado, ya que esta senda es nueva para ti. 2Puede que descubras que aún te sientes tentado de ir delante de la
verdad y de dejar que las ilusiones sean tu guía. 3Se te dieron tus
santos hermanos para que siguiesen tus pasos conforme tú caminas seguro de tu
propósito hacia la verdad. 4Ésta va delante de ti ahora, para
que ellos puedan ver algo con lo que poder identificarse, algo que entiendan que
les señale el camino.
10. Al final de la jornada, no obstante, no
habrá brecha ni distancia alguna entre la verdad y tú. 2Y todas
las ilusiones que marchaban por el mismo camino que tú recorres se alejarán
de ti, y no quedará nada que mantenga a la verdad separada de la compleción de
Dios, la cual es tan santa como Él Mismo. 3Hazte a un lado con fe y deja
que la verdad te muestre el camino. 4No sabes adónde vas. 5Pero Uno que sabe te acompaña. 6Deja que Él te guíe junto con los
demás.
11. Cuando
los sueños se hayan acabado, cuando el tiempo haya cerrado sus puertas a todo lo
pasajero y los milagros ya no tengan objeto, el Hijo de Dios no emprenderá más
jornadas. 2Ya no tendrá ningún deseo de ser una ilusión en vez de la
verdad. 3Hacia esto es hacia lo que nos encaminamos, a medida que
seguimos adelante por el camino que la verdad nos señala. 4Ésta
es nuestra jornada final, la cual llevamos a cabo por todos. 5No
perdamos el rumbo. 6 Pues así como la verdad va delante de nosotros,
también va delante de los hermanos que nos seguirán.
12. Nos
encaminamos hacia Dios. 2Haz una pausa y reflexiona sobre esto: 3 Qué camino podría ser más santo, más merecedor de tus esfuerzos, de
tu amor y de tu absoluta dedicación? 4 Qué camino podría darte más de
lo que es todo, u ofrecerte menos y aun así satisfacer al santo Hijo de Dios? 5Nos encaminamos hacia Dios. 6La verdad que va delante de
nosotros es una con Él ahora, y nos conduce allí donde Él siempre ha estado. 7 Qué otro camino sino éste podría ser una senda que quisieses
elegir?
13. Tus
pies ya están firmemente asentados en el camino que conduce al mundo hasta
Dios. 2No busques otros caminos que parezcan llevar a otra
parte. 3Los sueños no son guías dignos de ti que eres el Hijo de
Dios. 4No olvides que Él te ha tomado de la mano, y te ha dado tus hermanos
con la confianza de que eres merecedor de la Confianza que Él ha depositado en ti. 5Él no puede ser
engañado. 6Su Confianza ha hecho que tu trayectoria sea
indudable y tu meta segura. 7No les fallarás a tus hermanos ni a
tu Ser.
14. Y
ahora sólo te pide que pienses en Él por un rato cada día, para que pueda dialogar
contigo y hablarte de Su Amor, recordándote cuán grande es Su Confianza,
cuán infinito Su Amor. 2En tu nombre y en el Suyo, que son el mismo,
gustosamente practicamos con este pensamiento:
3Me
haré a un lado y dejaré que Él me muestre el camino, pues deseo recorrer el
camino que me conduce hasta Él.
4 DE
JUNIO
V. El círculo
de la Expiación
1. La única
parte de tu mente que es real es la parte que aún te vincula con Dios. 2 Te gustaría que toda ella fuese transformada en un radiante mensaje del
Amor de Dios para ser compartido con todos los que se sienten solos por haber
negado a Dios? 3Dios hace que esto sea posible. 4 Cómo ibas a negarle Su anhelo de que se le conozca? 5Tú anhelas estar con Él, tal como Él anhela estar contigo. 6Esto es eternamente inalterable. 7Acepta, pues, lo
inmutable. 8Deja el mundo de la muerte atrás, y regresa al Cielo en
paz. 9Aquí no hay nada que tenga valor; todo lo que tiene valor se
encuentra en el Cielo. 10Escucha al Espíritu Santo, y a Dios a través
de Él. 11Él te habla de ti., 12No hay culpabilidad
en ti, pues Dios se encuentra bendecido en Su Hijo, tal como el Hijo se
encuentra bendecido en el Padre.
2. Todo el
mundo tiene un papel especial en la Expiación, pero el mensaje que se le da a
cada uno de ellos es siempre el mismo: El Hijo de Dios es inocente. 2Cada uno enseña este mensaje de modo diferente, y lo
aprende de modo diferente. 3Pero hasta que no lo enseñe y lo aprenda,
tendrá la vaga conciencia de que no está llevando a cabo su verdadera función, y
no podrá por menos que sufrir por ello. 4La carga de la culpabilidad es pesada, pero Dios no quiere que sigas atado a
ella. Su plan para tu despertar es tan perfecto como el tuyo es falible 6Tú no sabes lo que haces, pero Aquel que sabe está
contigo. 7Tuya es Su dulzura, y todo el amor que compartes con Dios
Él lo ha salvaguardado para ti. 8Él sólo quiere enseñarte a ser
feliz.
3 ¡Bendito
Hijo de un Padre que bendice sin reservas, el júbilo fue creado para ti! 2 Quién puede condenar a quien Dios ha bendecido? 3No
hay nada en la Mente de Dios que no comparta Su radiante inocencia. 4La creación es la extensión natural de la perfecta pureza. 5Tu única misión aquí es dedicarte plenamente, y de buena voluntad, a
la negación de todas las manifestaciones de la culpabilidad. 6Acusar
es no entender. 7Los felices aprendices
de la Expiación se convierten en los maestros de la inocencia, la cual es el
derecho de todo lo que Dios creó. 8No les niegues lo que les
corresponde, pues no se lo estarías negando sólo a ellos.
4. El Hijo de
Dios tiene derecho a heredar el Reino, el cual se le dio en su creación. 2No trates de robárselo, pues estarás buscándote culpabilidad y
no podrás sino experimentarla. 3Protege su pureza contra cada pensamiento que quisiera robársela y ocultarla de sus ojos. 4Lleva la inocencia a la luz, en respuesta a la llamada de la
Expiación. 5Nunca permitas que la pureza permanezca oculta, sino
que, por el contrario, descorre con tu luz los pesados velos de culpabilidad
tras los cuales el Hijo de Dios se ha ocultado a sí mismo de sus propios
ojos.
5. Aquí todos
estamos unidos en la Expiación, y no hay nada más en este mundo que pueda
unirnos. 2Así es como desaparecerá el mundo de la separación, y como
se restablecerá la plena comunicación entre Padre e Hijo. 3El milagro
reconoce la inocencia que tiene que haberse negado para que se haya producido la
necesidad de curación. 4No niegues este jubiloso reconocimiento, pues
toda esperanza de felicidad y de liberación de cualquier tipo de sufrimiento
reside en él. 5 Hay alguien que no desee liberarse del dolor? 6Tal
vez no haya aprendido todavía cómo intercambiar- la culpabilidad por
la inocencia, ni se haya dado cuenta de que sólo mediante este intercambio se
puede liberar del dolor. 7Aun así, aquellos que no han aprendido
necesitan que se les enseñe, no que se les ataque. 8Atacar a los que
necesitan que se les enseñe es perder la oportunidad de poder aprender de
ellos.
6. Los
maestros de la inocencia, cada uno a su manera, se han unido para desempeñar el
papel que les corresponde en el programa de estudios unificado de la
Expiación. 2Aparte de este programa, no hay nada más que tenga un
objetivo de enseñanza unificado. 3En este programa de estudios no hay
conflictos, pues sólo tiene un objetivo, no importa cómo se enseñe. 4Todo esfuerzo que se haga en su favor se le ofrece a la eterna
gloria de Dios y de Su creación con el solo propósito de liberar de la
culpabilidad. 5Y cada enseñanza que apunte en esa dirección apunta
directamente al Cielo y a la paz de Dios. 6No hay dolor, pruebas o
miedo que esta enseñanza no pueda vencer. 7El poder de Dios Mismo la
apoya y garantiza sus resultados ilimitados.
7. Une tus
esfuerzos al poder que no puede fracasar y sólo puede conducir a la paz. 2No hay nadie a quien una enseñanza como ésta no le conmueva. 3No te sentirás excluido del poder de Dios si te dedicas a enseñar
sólo esto. 4No estarás exento de los efectos de esta santísima
lección, que sólo se propone restablecer lo que constituye el derecho de la
creación de Dios. 5Todo aquel a quien liberes de la culpabilidad te
mostrará tu inocencia. 6El círculo de la Expiación es infinito. 7Y con cada hermano que incluyas dentro de los confines de seguridad
y perfecta paz de dicho círculo, tu confianza de que estás incluido y a salvo
dentro del mismo aumentará.
8. ¡Que la paz
sea, pues, con todos los que se convierten en maestros de paz! 2Pues
la paz es el reconocimiento de la pureza perfecta, de la que nadie está
excluido. 3Dentro de su santo círculo se encuentran todos los que
Dios creó como Su Hijo. 4El júbilo es su atributo unificador, y no
deja a nadie afuera solo, sufriendo el dolor de la culpabilidad. 5El
poder de Dios atrae a todos hacia la seguridad que ofrece su regazo de amor y
unión. 60cupa quedamente tu puesto dentro del círculo, y atrae a
todas las mentes torturadas para que se unan a ti en la seguridad de su paz y de
su santidad. 7Mora a mi lado dentro de él, como maestro de la
Expiación y no de la culpabilidad.
9. Bendito
seas tú que enseñas esto conmigo. 2Nuestro poder no emana de
nosotros, sino de nuestro Padre. 3En nuestra inocencia lo conocemos a
Él, tal como Él sabe que somos inocentes. 4Yo estoy dentro del
círculo, llamándote a que vengas a la paz. 5Enseña paz conmigo, y
álzate conmigo en tierra santa. 6Recuerda por todos el poder que tu
Padre les ha otorgado. 7No pienses que no puedes enseñar Su perfecta
paz. 8No permanezcas afuera, sino únete a mí adentro. 9No
dejes de cumplir el único propósito al que mi enseñanza te exhorta. 10Devuélvele a Dios Su Hijo tal como Él lo creó, enseñándole que es
inocente.
10. La
crucifixión no jugó ningún papel en la Expiación. 2Sólo la
resurrección lo hizo y esa fue mi contribución. 3La resurrección es
el símbolo de la liberación de la culpabilidad por medio de la inocencia. 4Tú crucificarías a todo aquel a quien percibes como culpable. 5Mas le devuelves la inocencia a todo aquel a quien consideras
inocente. 6La crucifixión es siempre la meta del ego, 7que
considera a todo el mundo culpable, y mediante su condenación procura
matar. 8El Espíritu Santo sólo ve inocencia, y mediante Su dulzura Él
desea liberarte del miedo y re-establecer el reino del amor. 9El
poder del amor reside en Su dulzura, que es de Dios y, por lo tanto, no puede
crucificar ni ser crucificada. 10El templo que restauras
se convierte en tu altar, pues fue reconstruido a través de ti. 11Todo lo que le das a Dios es tuyo. 12Así es como Él
crea, y así es como tú debes restaurar.
11. A todo
aquel que ves, o bien lo ubicas dentro del santo círculo de la Expiación o bien
lo dejas afuera, juzgándolo como que merece ser crucificado o redimido. 2Si lo incluyes dentro del círculo de pureza, descansarás allí
con él. 3Si lo excluyes, te quedas afuera con él. 4No
juzgues, excepto desde una quietud que no emana de ti. 5Niégate a
aceptar que alguien pueda estar exento de la bendición de la Expiación y
condúcelo a ésta bendiciéndolo. 6La santidad tiene que ser
compartida, pues en ello radica todo lo que la hace santa. 7Ven
gustosamente al santo círculo y-contempla en paz a todos los que
creen estar excluidos. 8No excluyas a nadie del círculo porque en él
se encuentra lo que tu hermano y tú estáis buscando. 9Ven, unámonos a
él en el santo lugar de paz en el que nos corresponde estar a todos, unidos cual
uno solo dentro de la Causa de la paz.
LECCIÓN
156
Camino
con Dios en perfecta santidad.
1. La
idea de hoy no hace sino expresar la simple verdad que hace que el pensamiento
de pecado sea imposible. 2Esta idea nos asegura que la culpabilidad
no tiene causa, y que, por lo tanto, no existe. 3Es la consecuencia
lógica de la idea fundamental que tan a menudo se menciona en el texto, la cual
reza así: las ideas no abandonan su fuente. 4Si esto es verdad, cómo
ibas a poder estar separado de Dios? 5 Cómo ibas a poder caminar por
el mundo solo y separado de tu Fuente?
2. No
somos inconsistentes con los pensamientos que presentamos en nuestro
programa de estudios. 2La verdad tiene que ser verdad de principio a
fin, si es que es la verdad. 3No puede contradecirse a sí misma,
ni ser dudosa en algunas partes y segura en otras. 4No puedes caminar
por el mundo separado de Dios porque no podrías existir sin Él. 5Él es lo que tu vida es. 6Donde tú estás, Él está. 7Hay una sola vida. 8Ésa es la vida que compartes con Él. 9Nada puede estar separado de Él y vivir.
3. Y
ahí donde Él está tiene que haber santidad así como vida. 2Él no
posee ningún atributo que no comparta con todas las cosas vivientes. 3Todo lo que vive es tan santo como Él, pues lo que comparte Su vida
es parte de la Santidad y no puede ser pecaminoso, de la misma manera en
que el sol no puede elegir ser de hielo, el mar estar separado del agua o la
hierba crecer con las raíces suspendidas en el aire.
4. Hay
una luz en ti que jamás puede extinguirse y cuya presencia es tan santa que el
mundo se santifica gracias a ti. 2Todo lo que vive no hace sino
ofrecerte regalos y depositarlos con gratitud y alegría ante tus pies. 3El aroma de las flores es su regalo para ti. 4Las olas se
inclinan ante ti, los árboles extienden sus brazos para protegerte del calor y
sus hojas tapizan el suelo para que camines sobre algo mullido, mientras que el
sonido del viento amaina hasta convertirse en un susurro en torno a tu santa
cabeza.
5. La
luz que refulge en ti es lo que el universo ansía contemplar. 2Todas
las cosas vivientes se detienen en silencio ante ti, pues reconocen a Aquel que
camina a tu lado. 3La luz que llevas contigo es la suya propia. 4Y así, ven en ti su propia santidad, y te saludan como salvador y
como Dios. 5Acepta su reverencia, pues le corresponde a la Santidad
Misma, que camina a tu lado, transformando con Su dulce Luz todas las cosas
en Su semejanza y en Su pureza.
6. Así es como opera la salvación. 2Al tú
hacerte a un lado, la luz que refulge en ti da un paso adelante y envuelve al
mundo. 3No proclama que el castigo y la muerte vayan a ser el final
del pecado. 4Éste desaparecerá entre jolgorios y risas, pues se
reconocerá su extraña absurdidad. 5Es un pensamiento
descabellado, un sueño tonto, ridículo quizá, pero no temible. aMas
quién pospondría un solo instante su acercamiento a Dios a cambio de un
capricho tan absurdo?
7. No obstante, tú has desperdiciado muchos, pero que
muchos años precisamente en este pensamiento descabellado. 2El pasado
ha desaparecido junto con todas sus fantasías. 3Éstas ya han dejado
de hacer presa en ti. 4El acercamiento a Dios se avecina. 5Y en el pequeño espacio
de duda que todavía queda, es posible que pierdas de vista a tu Compañero y que
lo confundas con el sueño ancestral e insensato que ya
pasó.
8. " Quién camina a mi lado?" 2Debes
hacerte esta pregunta mil veces al día hasta que la certeza haya aplacado toda
duda y establecido la paz. 3Deja que hoy cesen las dudas. 4Dios habla por ti al contestar tu pregunta con estas
palabras:
5Camino
con Dios en
perfecta santidad.
6llumino
el mundo, ilumino mi mente, así como todas las mentes que Dios creó
una conmigo.
5 DE
JUNIO
VI. La luz de
la comunicación
1. La jornada
que juntos emprendemos es el intercambio de la oscuridad por la luz,
y el de la ignorancia por el entendimiento. 2Nada que entiendas puede
ser temible. 3Es sólo en la oscuridad y en la ignorancia donde
percibes lo aterrador, y huyes de ello para sumirte en una oscuridad todavía más
tenebrosa. 4Mas sólo lo que está oculto puede aterrorizar, no por lo
que es intrínsecamente, sino por el hecho de estar oculto. 5Lo
tenebroso es aterrador porque no comprendes su significado. 6Si lo
comprendieses estaría claro para ti, y ya no estarías en la oscuridad. 7Nada tiene un valor oculto, pues lo que está oculto no puede ser
compartido, y por lo tanto, se desconoce su valor. 8Lo que está
oculto se mantiene aparte, pero el valor de algo reside siempre en el aprecio
que se le da conjuntamente. 9Lo que está oculto no puede ser amado,
y, así, sólo puede ser temido.
2. La serena
luz en la que el Espíritu Santo mora dentro de ti es sencillamente una luz donde
todo está al descubierto, donde no hay nada oculto, y, por ende, donde no hay
nada que temer. 2El ataque siempre cederá ante el amor si se lleva
ante éste y no se mantiene oculto de él. 3No hay tinieblas que la luz
del amor no pueda disipar, a menos que se mantengan. ocultas de la influencia
benéfica del amor. 4Lo que se mantiene fuera del alcance del amor no
puede compartir su poder curativo, pues ha sido separado de él y se ha mantenido
en la oscuridad. 5Los centinelas de la oscuridad la vigilan
celosamente, y tú, que fabricaste de la nada a esos guardianes de lo ilusorio,
tienes ahora miedo de ellos.
3. Vas a
continuar otorgándole un poder imaginario a esas extrañas ideas de
seguridad? 2No son ni seguras ni inseguras. 3No
Protegen ni tampoco atacan. 4No hacen nada en absoluto, pues no
son nada en absoluto. 5En cuanto que guardianes de las tinieblas y de
la ignorancia no recurras a ellas a no ser que quieras sentir miedo, pues lo que
mantienen en la oscuridad es temible. 6Abandónalas, y lo que
era temible dejará de serlo. 7Sin la protección de la oscuridad,
lo único que queda es la luz del amor, pues sólo éste tiene significado y sólo
él puede vivir en la luz. 8Todo lo demás no puede sino
desaparecer.
4. La muerte
cede ante la vida, simplemente porque la destrucción no es verdad. 2La luz de la inocencia desvanece la culpabilidad con su fulgor
porque cuando se pone una al lado de la otra, la verdad de una hace que la
falsedad de la otra resulte perfectamente evidente. 3No
mantengas la culpabilidad separada de la inocencia, pues tu creencia de que
puedes conservar las dos es una absurdidez. 4Lo único que has hecho
al mantenerlas separadas es perder el significado de ambas al confundir la
una con la otra. 5Y así, no te das cuenta de que sólo una de ellas
tiene sentido. 6La otra no tiene sentido en
absoluto.
5. Tú has
considerado la separación como un medio de interrumpir la comunicación con
tu Padre. 2El Espíritu Santo la reinterpreta como un medio, de
re-establecer lo que nunca se interrumpió, pero sí se había velado. 3Él puede valerse de todo lo que has fabricado para Su santísimo
propósito. 4Él sabe que tú no estás separado de Dios, pero percibe
muchas cosas en tu mente que te hacen pensar que lo estás. 5De eso, y
sólo de eso, es de lo que Él desea apartarte. 6Él te enseñará cómo
usar en tu favor tu poder de decisión, que tú concebiste para sustituir tu poder
creador. 7Tú que concebiste el poder de decisión para crucificarte a
ti mismo, tienes que aprender del Espíritu Santo cómo utilizarlo en
beneficio de la santa causa de la restauración.
6. Tú que
hablas haciendo uso de símbolos turbios y engañosos no entiendes el lenguaje que
has inventado. 2No tiene sentido, pues su propósito no es facilitar
la comunicación, sino interrumpirla. 3Si el propósito del
lenguaje es facilitar la comunicación, cómo puede tener sentido dicha lengua? 4Mas incluso este extraño y tergiversado esfuerzo de querer comunicar
no comunicando, contiene suficiente amor como para hacer que tenga
sentido si su intérprete no es su hacedor. 5Tú que la inventaste
sólo estás expresando conflictos, y el Espíritu Santo quiere liberarte de ellos. 6Pon en Sus manos lo que quieres comunicar. 7Él lo
interpretará con perfecta claridad, pues sabe con Quién estás en
perfecta comunicación.
7. No sabes lo
que dices, y, por lo tanto, no sabes lo que se te dice, 2pero tu
Intérprete se da cuenta de lo que quieres decir en tu extraño lenguaje. 3Él no intentará comunicar lo que no tiene sentido, sino que
separará todo lo que lo tiene, descartando el resto, y les transmitirá a
aquellos que verdaderamente quieran comunicarse contigo lo que en verdad
quieres comunicarles. 4Hablas dos lenguajes al mismo tiempo, lo cual
no puede sino ser algo ininteligible. 5Mas si uno de ellos no
tiene sentido y el otro lo tiene, sólo este último puede utilizarse para la
comunicación. 6El otro no haría sino
obstruirla.
8. La única
función del Espíritu Santo es facilitar la comunicación. 2Para poder
restablecerla, por consiguiente, tiene que eliminar todo lo que la
obstaculizaría. 3No le ocultes nada, por lo tanto, que pudiera
obstaculizarla, pues Él no atacará a tus centinelas. 4Simplemente
llévalos ante Él, y permite que Su dulzura te muestre que en la luz no son
temibles y que no pueden servir de guardianes de las tenebrosas puertas
tras las cuales no hay nada que se encuentre celosamente oculto. 5Abramos todas las puertas y dejemos que la luz entre a
raudales. 6En el templo de Dios no hay recintos secretos. 7Sus puertas están abiertas de par en par para recibir a Su Hijo. 8Nadie puede dejar de acudir allí donde Dios lo ha llamado, a menos
que él mismo le dé la espalda a la bienvenida que le extiende su
Padre.
LECCIÓN
157
En
Su Presencia he de estar ahora.
1. Éste es un día de silencio y de fe. 2Es
un tiempo especial y muy prometedor en el calendario de tus días. 3Es
un tiempo que el Cielo ha reservado para brillar sobre él y verter una luz
perenne en la que se oyen ecos de la eternidad. 4Este día es santo,
pues anuncia una nueva experiencia; una manera de sentir distinta y una
conciencia diferente. 5Son muchos los días y las noches que te has
pasado celebrando la muerte. 6Hoy vas a aprender a sentir el júbilo
de la vida.
2. Éste es otro punto decisivo en el plan de
estudios. 2Añadimos ahora una nueva dimensión: otra clase de
experiencia que arroja una nueva luz sobre todo lo que ya hemos aprendido y nos
prepara para lo que todavía nos queda por aprender. 3Nos lleva a
las puertas donde finaliza el aprendizaje y donde captamos un atisbo de lo que
se encuentra mucho más allá de lo que el aprendizaje puede lograr. 4Nos deja aquí por un instante, y nosotros seguimos adelante, seguros
de nuestro rumbo y de nuestro único objetivo.
3. Hoy se te concederá tener un atisbo del Cielo,
aunque regresarás nuevamente a las sendas del aprendizaje. 2Tu
progreso, no obstante, ha sido tal que puedes alterar el tiempo lo suficiente
como para poder superar sus leyes y adentrarte en la eternidad por un rato. 3Aprender a hacer esto te resultará cada vez más fácil, a medida que
cada lección, fielmente practicada, te lleve con mayor rapidez a este santo
lugar y te deje, por un momento, con tu Ser.
4. Él dirigirá tu práctica hoy, pues lo que estás
pidiendo ahora es lo que Su Voluntad dispone. 2Y al haber unido tu
voluntad a la Suya en este día, es imposible que no se te conceda lo que estás
pidiendo. 3No necesitas más que la idea de hoy para iluminar tu mente
y dejar que descanse en tranquila expectación y en sereno gozo, desde los cuales
dejas atrás rápidamente al mundo.
5. A partir de hoy, tu ministerio adquirirá un
genuino fervor y una luminosidad que se transmitirá desde tus dedos hasta
aquellos a quienes toques, y que bendecirá a todos los que contemples. 2Una visión llegará a todos aquellos con quienes te encuentres, a
todos aquellos en quienes pienses y a todos aquellos que piensen en ti. 3Pues la experiencia que has de tener hoy transformará tu mente de
tal manera que se convertirá en la piedra de toque de los santos Pensamientos de
Dios.
6. Tu cuerpo será santificado hoy, al ser su único
propósito ahora iluminar el mundo con la visión de lo que has de experimentar en
este día. 2Una experiencia como ésta no se puede transmitir
directamente. 3No obstante, deja en nuestros ojos una visión que
podemos ofrecerles a todos, para que puedan tener lo antes posible la misma
experiencia en la que el mundo se olvida calladamente y el Cielo se
recuerda por un tiempo.
7. A medida que esta experiencia se intensifica y
todos tus objetivos excepto éste dejan de ser importantes, el mundo al que
retornas se acerca cada vez más al final del tiempo, se asemeja un poco más
al Cielo en todo y se aproxima un poco más a su liberación. 2Y tú que le brindas luz
podrás ver la luz con más certeza; la visión con mayor nitidez. 3Mas
llegará un momento en que no retornarás con la misma forma en la que ahora
apareces, pues ya no tendrás más necesidad de ella. 4Pero ahora tiene
un propósito, y lo cumplirá debidamente.
8. Hoy nos embarcamos en un viaje con el que jamás
has soñado. 2Pero el Santísimo, el Dador de los sueños felices de la
vida, el Traductor de la percepción a la verdad, el santo Guía al Cielo que se
te ha dado, ha soñado por ti esta jornada que emprendes y das comienzo hoy, con
la experiencia que este día te ofrece para que sea
tuya.
9. En la Presencia de Cristo hemos de estar ahora,
serenamente inconscientes de todo excepto de Su radiante faz y de Su Amor
perfecto. 2La visión de Su faz estará contigo, pero llegará un
instante que transcenderá toda visión, incluida ésta, la más sagrada. 3Esto es algo que jamás podrás enseñar porque no lo adquiriste a
través del aprendizaje. 4No obstante, la visión habla del recuerdo de lo que supiste en ese instante, y de
lo que, sin duda, habrás de saber de nuevo.
6 DE
JUNIO
VII. Cómo
compartir la percepción del Espíritu Santo
1. Qué
deseas? 2Pues en tus manos está poder disponer de la luz o de la
oscuridad, del conocimiento o de la ignorancia, pero no de ambas alternativas a
la vez. 3Los opuestos deben ponerse uno al lado del otro en vez de
mantenerse separados. 4Pues su separación sólo existe en tu
mente, y, al igual que tú, se reconcilian al unirse. 5En la unión
todo lo que no es real inevitablemente desaparece, pues la verdad es unión. 6De la misma manera en que la oscuridad desaparece ante la
luz, de igual modo la ignorancia se desvanece cuando alborea el conocimiento. 7La percepción es el medio a través del cual se lleva la ignorancia
ante el conocimiento. 8La percepción, no obstante, tiene que
estar desprovista de engaño, pues de otra manera se convierte en el mensajero de
la ignorancia en vez de en un ayudante en la búsqueda de la
verdad.
2. La búsqueda
de la verdad no es más que un honesto examen de todo lo que la obstaculiza. 2La verdad simplemente es. 3No se puede perder, buscar ni
encontrar. 4Está dondequiera que estés, pues está en tu interior. 5Aun así, puedes reconocerla o pasarla por alto, o bien puede ser
real o falsa para ti. 6Si la ocultas, se vuelve irreal para ti por
haberla ocultado y haberla revestido de miedo. 7La verdad yace oculta
bajo cada piedra angular de miedo sobre la que has erigido tu demente sistema de
creencias. 8Pero no puedes saber esto, pues al ocultar la verdad en
el miedo, no ves razón alguna para creer que mientras más mires de frente al
miedo menos lo verás y más claro se hará lo que oculta.
3. Es
imposible convencer a los que no saben de que saben. 2Desde su punto
de vista no es verdad que sepan. 3Pero como Dios lo sabe, es verdad. 4Éstos son puntos de vista claramente opuestos acerca de la realidad
de los que "no saben". 5Para Dios, no saber es algo imposible. 6No saber, por lo tanto, no es un punto de vista, sino simplemente
una creencia en algo que no existe. 7Lo único que les ocurre a los
que no saben es que abrigan esa creencia, y debido a ello, se equivocan con
respecto a sí mismos. 8Se han definido a sí mismos de manera
diferente de como fueron creados. 9Su creación no fue un punto
de vista, sino una certeza. 10Cuando la incertidumbre se lleva ante
la certeza, se abandona toda convicción de que sea real.
4. Hemos
estado haciendo hincapié en el hecho de que lo indeseable debe llevarse
ante lo deseable, y lo que no se desea ante lo que se desea. 2Te
darás cuenta de que ésta es la manera de alcanzar la salvación si te detienes a
considerar lo que es la disociación. 3La disociación es un proceso de
pensamiento distorsionado, en el que se abrigan dos sistemas de creencias que no
pueden coexistir. 4Si se pone uno al lado del otro, resulta imposible
aceptarlos a los dos. 5Pero si uno de ellos se mantiene oculto del
otro, su separación parece mantenerlos vigentes a los dos y hace que
parezcan ser igualmente reales. 6Poner uno al lado del otro, por lo
tanto, se convierte en motivo de miedo, pues si haces eso, no podrás por menos
que dejar de aceptar uno de ellos. 7No puedes quedarte con los dos,
pues cada uno supone la negación del otro. 8Si se mantienen
separados, este hecho se pierde de vista, pues al estar entonces en lugares
diferentes es posible creer firmemente en los dos. 9Ponlos uno al
lado del otro, y su absoluta incompatibilidad resultará evidente de inmediato. 10Uno de ellos tiene que desaparecer porque el otro se ve en el
mismo lugar.
5. Cuando una
mente cree en la oscuridad y se niega a abandonarla, la luz no puede
entrar. 2La verdad no lucha contra la ignorancia, ni el amor
ataca al miedo. 3Lo que no necesita protección no tiene necesidad de
defenderse a sí mismo. 4Las defensas son invenciones tuyas. 5Dios las desconoce. 6El Espíritu Santo las usa en favor
de la verdad sólo porque tú las inventaste contra ella. 7La
percepción que de acuerdo con Sus propósitos Él tiene de ellas, simplemente las
transforma en una llamada a lo que has atacado con ellas. 8Las
defensas, al igual que todo lo demás que has inventado, tienen que ser
transformadas dulcemente en algo beneficioso para ti y ser reinterpretadas por
el Espíritu Santo de medios de auto-destrucción a medios de conservación y
liberación. 9La tarea del Espíritu Santo es imponente, pero el
poder de Dios está con Él. 10Llevar a cabo esa tarea, por lo tanto,
es algo tan fácil para Él, que se logró en el mismo instante en que se le dio
para ti. 11No demores tu retorno a la paz preguntándote cómo va a
poder Él llevar a cabo lo que Dios le encomendó. 12Deja eso en manos
de Uno que sabe. 13No se te pide que lleves a cabo tareas de tal
magnitud. 14Se te pide únicamente que hagas lo poco que Él sugiere,
confiando tan sólo en que, si Él te lo pide, tú lo puedes hacer. 15Verás cuán fácilmente puedes llevar a cabo todo lo que Él te
pida.
6. El Espíritu
Santo sólo te pide esto: que lleves ante Él todos los secretos que le hayas
ocultado. 2Ãbrele todas las puertas y pídele que entre en la
oscuridad y la desvanezca con Su luz. 3Si lo invitas, Él entrará
gustosamente. 4Y llevará la luz a la oscuridad si le franqueas la
entrada a ella. 5Pero Él no puede ver lo que mantienes oculto. 6Él ve por ti, pero a menos que tú mires con Él, Él no puede ver. 7La visión de Cristo no es sólo para Él, sino para ti y para Él. 8Llévale, por lo tanto, todos tus pensamientos tenebrosos y
secretos, y contémplalos con Él. 9Él abriga la luz y tú la oscuridad. 10Ambas cosas no pueden coexistir cuando las contempláis juntos. 11Su juicio prevalecerá, y Él te lo ofrecerá cuando unas tu
percepción a la Suya.
7. Uniéndote a
Su manera de ver es como aprendes a compartir con Él la interpretación de la
percepción que conduce al conocimiento. 2Por tu cuenta no puedes
ver. 3Compartir la percepción con Aquel que Dios te ha dado te enseña
a reconocer lo que ves. 4Es el reconocimiento de que ninguna cosa que
ves significa nada por sí sola. 5Ver con Él te mostrará que todo
significado, incluyendo el tuyo, no procede de una visión doble, sino de la
dulce fusión de todas las cosas en un solo significado, una sola emoción y un
solo propósito 6Dios tiene un solo Propósito, y lo comparte contigo. 7La única visión que el Espíritu Santo te ofrece brindará esta
unicidad a tu mente con una claridad y una luminosidad tan intensas que por nada
del mundo dejarías de aceptar lo que Dios quiere que tengas. 8Contempla tu voluntad, y acepta que es la Suya, y que todo Su Amor
es tuyo. 9¡Que todo honor se te rinda a ti a través del Espíritu
Santo, y, a través de Él, a Dios!
LECCIÓN
158
Hoy
aprendo a dar tal como recibo.
1.
Qué se te ha dado? 2Se te ha dado el conocimiento de que eres una
mente, de que te encuentras en una Mente y de que no eres sino mente, por
siempre libre de pecado y totalmente exento de miedo al haber sido creado del
Amor. 3No has abandonado tu Fuente, por lo tanto, sigues siendo tal
como fuiste creado. 4Esto se te dio en forma de un conocimiento que
no puedes perder. 5Ese conocimiento se le dio asimismo a todas las
cosas vivientes, pues sólo mediante él viven.
2. Has recibido todo esto. 2No hay nadie
en este mundo que no lo haya recibido. 3No es éste el conocimiento
que tú transmites a otros, pues ése es el conocimiento que la creación dio. 4Nada de esto se puede aprender. 5 Qué es, pues, lo que
vas a aprender a dar hoy? 6Nuestra lección de ayer evocó un tema que
se expone al principio del texto. 7La experiencia, a diferencia de la
visión, no se puede compartir de manera directa. 8La revelación de
que el Padre y el Hijo son uno alboreará en toda mente a su debido tiempo. 9Sin embargo, ese momento lo determina la mente misma, pues es algo
que no se puede enseñar.
3. Ese momento ya ha sido fijado. 2Esto
parece ser bastante arbitrario. 3No obstante, no hay nadie que
dé ni un solo paso al azar a lo largo del camino. 4Todos lo han dado
ya, aunque todavía no hayan emprendido la jornada. 5Pues el tiempo
tan sólo da la impresión de que se mueve en una sola dirección. 6No
hacemos sino emprender una jornada que ya terminó. 7No obstante,
parece como si tuviera un futuro que todavía nos es
desconocido.
4. El tiempo es un truco, un juego de manos, una
gigantesca ilusión en la que las figuras parecen ir y venir como por arte
de magia. 2No obstante, tras las apariencias hay un plan que no
cambia. 3El guión ya está escrito. 4El momento en el
que ha de llegar la experiencia que pone fin a todas tus dudas ya se ha fijado. 5Pues la jornada sólo se puede ver desde el punto donde termina,
desde donde la podemos ver en retrospectiva, imaginarnos que la emprendemos otra
vez y repasar mentalmente lo ocurrido.
5. Un maestro no puede dar su experiencia, pues no es
algo que él haya aprendido. 2Ésta se reveló a sí misma a él en el
momento señalado. 3La visión, no obstante, es su regalo. 4Esto él lo puede dar directamente, pues el conocimiento de Cristo no
se ha perdido, toda vez que Él tiene una visión que puede otorgar a
cualquiera que la solicite. 5La Voluntad del Padre y la Suya
están unidas en el conocimiento. 6No obstante, hay una visión que el
Espíritu Santo ve porque la mente de Cristo también la
contempla.
6. Aquí
el mundo de las dudas y de las sombras se une con lo intangible. 2He
aquí un lugar tranquilo en el mundo que ha sido santificado por el perdón y el
amor. 3Aquí se reconcilian todas las contradicciones, pues aquí
termina la jornada. 4La experiencia que no se puede aprender,
enseñar o ver simplemente se encuentra ahí. 5Esto es algo que
está más allá de nuestro objetivo; pues trasciende lo que es necesario lograr. 6Lo que nos interesa es la visión de Cristo. 7Esto sí que
lo podemos alcanzar.
7. La
visión de Cristo está regida por una sola ley. 2No ve el cuerpo, ni lo confunde con el Hijo que Dios creó. 3Contempla una luz que se encuentra más allá del cuerpo; una idea que
yace más allá de lo que puede ser palpado; una pureza que no se ve menguada
por errores, por lamentables equivocaciones, o por los aterrantes
pensamientos de culpabilidad nacidos de los sueños de pecado. 4No ve
separación. 5Y contempla a todo el mundo, y todas las
circunstancias, eventos o sucesos, sin que la luz que ve se atenúe en lo más
mínimo.
8. Esto
se puede enseñar, y todo aquel que quiera alcanzarlo tiene que enseñarlo. 2Lo único que es necesario es el reconocimiento de que el mundo no
puede dar nada cuyo valor pueda ni remotamente compararse con esto; ni
fijar un objetivo que no desaparezca una vez que se haya percibido esto. 3Y esto es lo que vas a dar hoy: no ver a nadie como un cuerpo 4y saludar a todo el mundo como el Hijo de Dios que es, reconociendo
que es uno contigo en santidad.
9. Así
es como sus pecados le son perdonados, pues la visión de Cristo tiene el poder
de pasarlos a todos por alto. 2En Su perdón se desvanecen. 3Al ser imperceptibles para el Uno, simplemente desaparecen, pues la
visión de la santidad que se halla más allá de ellos viene a ocupar su lugar. 4No importa en qué forma se manifestaban, cuán enormes parecían ser
ni quién pareció sufrir sus consecuencias. 5Ya no están ahí. 6Y todos los efectos que parecían tener
desaparecieron junto con ellos, al haber sido erradicados para ya nunca más
volver.
10. Así es como aprendes a dar tal como recibes. 2Y así
es como la visión de Cristo te contempla a ti también. 3Esta lección
no es difícil de aprender si recuerdas que en tu hermano te ves a ti mismo. 4Si él se encuentra inmerso en el pecado, tú también lo estás; si ves
luz en él, es que te has perdonado a ti mismo tus pecados. 5Cada
hermano con quien hoy te encuentres te brinda una nueva oportunidad para dejar
que la visión de Cristo brille sobre ti y te ofrezca la paz de
Dios.
11. Cuándo
ha de llegar esta revelación es irrelevante, pues no tiene nada que ver con el
tiempo. 2No obstante, el tiempo aún nos tiene reservado un regalo, en
el que el verdadero conocimiento se refleja de manera tan precisa que su imagen
comparte su invisible santidad y su semejanza resplandece con su amor
inmortal. 3Nuestra práctica de hoy consiste en ver todo con los ojos
de Cristo. 4Y mediante los santos regalos que damos, la
visión de Cristo nos contempla a nosotros también.
LECCIÓN
159
Doy los milagros
que he recibido.
1.
Nadie puede dar lo
que no ha recibido. 2Para dar algo es preciso poseerlo antes. 3En este punto las leyes del Cielo y las del mundo coinciden: 4Pero en este punto
difieren también. 5El mundo cree que para poseer una cosa tiene que conservarla. 6La salvación enseña lo contrario. 7Al dar es como reconoces que has recibido. 8Es la prueba
de que lo que tienes es tuyo.
2.
Comprendes que estás sano cuando ofreces curación: 2Aceptas que el
perdón se ha consumado en ti cuando perdonas. 3En tu hermano te reconoces a ti mismo, y así, te das cuenta de que eres pleno. 4No hay milagro que no puedas dar, pues todos te han sido
dados. 5Recíbelos ahora abriendo el almacén de tu mente donde se
encuentran y dándoselos al mundo.
3. La
visión de Cristo es un milagro. 2Viene de mucho más allá de sí misma,
pues refleja el Amor Eterno y el renacimiento de un amor que, aunque nunca
muere, se ha mantenido velado. 3La visión de Cristo representa el
Cielo, pues lo que ve es un mundo tan semejante al Cielo que lo que Dios creó
perfecto puede verse reflejado en él. 4En el espejo tenebroso que el
mundo presenta sólo se pueden ver imágenes distorsionadas y fragmentadas. 5El mundo real representa la pureza del Cielo.
4. La visión de Cristo es el milagro del que emanan
todos los demás milagros. 2Es su fuente, y aunque permanece con cada
milagro que das, sigue siendo tuya. 3Es el vínculo mediante el cual
el que da y el que recibe se unen en el proceso de extensión aquí en la tierra,
tal como son uno en el Cielo. 4Cristo no ve pecados en nadie. 5Y ante Su
vista, los que son incapaces de pecar son todos uno. 6Su santidad les
fue otorgada por Su Padre y por Cristo.
5. La
visión de Cristo es el puente entre los dos mundos. 2Y tú puedes
tener absoluta confianza de que su poder te sacará de este mundo y te llevará a
otro que ha sido santificado por el perdón. 3Las cosas que aquí
parecen completamente sólidas, allí son meras sombras, transparentes, apenas
visibles, relegadas al olvido a veces e incapaces de poder opacar la luz que
brilla más allá de ellas. 4A la visión se le ha restituido la
santidad, y ahora los ciegos pueden ver.
6. Éste
es el único regalo del Espíritu Santo, el tesoro al que puedes recurrir con
absoluta certeza para obtener todas las cosas que pueden contribuir a tu
felicidad. 2Todas ellas ya se encuentran aquí, 3y se te
dan sólo con que las pidas. 4Aquí las puertas no se cierran nunca, y
a nadie se le niega la más mínima petición ni su necesidad más apremiante. 5No hay enfermedad que
no esté ya curada, carencia que no se haya suplido, ni necesidad
que no haya sido satisfecha
en éste, el áureo tesoro de Cristo.
7. Aquí
es donde el mundo recuerda lo que perdió cuando fue construido. 2Pues aquí se lo repara y se le renueva, pecó bajo una nueva luz. 3Lo que estaba destinado a
ser la morada del pecado se convierte ahora en el centro de la redención y en el hogar
de la misericordia, donde se cura a todos los que
sufren y donde se Ies da la
bienvenida. 4A nadie se le niega la entrada a este nuevo hogar donde le aguarda su salvación. 5Nadie es un extraño aquí. 6Nadie le pide
nada a otro salvo el regalo de aceptar la bienvenida que se le
ofrece.
8. La
visión de
Cristo es la tierra
santa donde las azucenas
del perdón echan raíces. 2Ése es
su hogar. 3Desde ahí se pueden llevar hasta el mundo pero jamás
podrán crecer en sus tierras
estériles y superficiales. 4Tienen necesidad de la luz
y del
calor, así como
del amoroso cuidado que la caridad de Cristo les provee. 5Necesitan
el amor con el que Él las contempla. 6Y se convierten en
Sus emisarios, que dan tal como recibieron.
9. Toma lo que quieras de Su depósito, para que sus
tesoros puedan multiplicarse. 2Las azucenas no abandonan su hogar cuando se traen al mundo. 3Sus raíces siguen aún allá. 4No abandonan su fuente, sino que llevan su beneficencia consigo, y
convierten al mundo en un jardín como aquel del que vinieron, y, al que
retornarán con una fragancia todavía mayor. 5Ahora son doblemente
benditas. 6Han transmitido los mensajes de Cristo que traían y éstos les han sido devueltos. 7Y ellas se los llevan devuelta gustosamente a Él.
10. Contempla
el caudal de milagros desplegados ante ti para que los des. 2 No eres
acaso merecedor de ésos mismos regalos cuando Dios Mismo dispuso que se te
concediesen? 3No juzgues al Hijo de Dios, sino sigue el camino que
Dios ha señalado, 4Cristo ha soñado el sueño de un mundo perdonado. 5Ese es Su regalo, a través del cual puede tener lugar una dulce
transición de la muerte a la vida, de la desesperación a la
esperanza., 6Permitámonos por un instante soñar con Él. 7Su sueño nos despierta
a la verdad. 8Su visión nos provee de los medios por los que regresar
a nuestra santidad eterna en Dios, la cual nunca perdimos.
LECCIÓN
160
Yo
estoy en mi hogar. El miedo es el que es un extraño
aquí.
1. El
miedo es un extraño en los caminos del amor. 2Identifícate con el
miedo, y te vuelves un extraño ante tus propios ojos. 3Y de este
modo, no te conocerás a ti mismo. 4Lo
que tu Ser es sigue siendo algo ajeno para la parte
de ti que cree que es real, aunque diferente de ti: 5 Quién podría
estar en su sano juicio en
tales circunstancias? 6 Quién sino un loco podría
creer que él es lo que no es,
y juzgar en contra de sí mismo?
2. Hay un extraño
entre nosotros que procede de una idea tan ajena a la
verdad que habla un idioma distinto, percibe un mundo que la
verdad desconoce y entiende aquello que la verdad juzga como carente
de sentido. 2Pero aún más extraño es el hecho de que no reconoce a
aquel a quien visita, y sin embargo, sostiene que el hogar de éste es suyo,
mientras que el que está en su hogar es el que es el extraño. 3No
obstante, qué fácil sería decir: "Este es mi hogar. 4Aquí es donde me corresponde estar y no me iré porque un loco me diga que tengo que
hacerlo".
3. Qué
razón hay para no decir esto? 2 Cuál podría ser la razón sino que has
invitado a ese extraño a ocupar tu lugar, y has permitido convertirte en un
extraño ante tus propios ojos? 3Nadie se dejaría desahuciar tan
innecesariamente a no ser que pensase que hay otro hogar que está más de acuerdo
con sus gustos.
4. Quién es el extraño? 2 A quién no le
corresponde estar en el hogar que Dios proveyó para Su Hijo, a ti o al miedo? 3 Es acaso el miedo obra Suya, creado a Su semejanza? 4 Es acaso el miedo lo que el amor completa y mediante lo cual se
completa a sí mismo? 5No hay hogar que pueda darle cobijo al amor y
al miedo, 6pues no pueden coexistir. 7Si tú eres real, el
miedo no puede sino ser una ilusión. 8Mas si el miedo es real, entonces eres tú el que no
existe.
5. ¡Qué
fácilmente se puede resolver este dilema! 2Todo aquel que teme no
ha hecho sino negar su verdadera identidad y decir: "Yo soy el extraño aquí. 3De modo que le cedo
mi hogar a uno que es más como yo
que yo mismo,
y le doy todo cuanto pensé que era mío". 4Ahora se ha exilado por fuerza, sin saber quién es,
inseguro de todo, menos de esto: que él no es él mismo, y que se le ha negado su
hogar.
6. En
pos de qué va a ir ahora? 2 Qué podría encontrar? 3Alguien
que se ha convertido en un extraño ante sus propios ojos no puede encontrar un
hogar no importa dónde lo busque, pues él mismo ha imposibilitado su regreso. 4Está perdido a menos que un milagro venga y le muestre que ya no es
un extraño. 5El milagro vendrá. 6Pues su Ser sigue
morando en su hogar. 7Y su Ser no ha invitado a ningún extraño ni se
ha confundido a Sí Mismo con ningún pensamiento ajeno a Él. 8E
invocará a lo que es Suyo a Sí Mismo en reconocimiento de lo que es
Suyo.
7. Quién
es el extraño?. 2 No es acaso aquel a quien tu Ser no invoca? 3Ahora eres incapaz de reconocer a ese extraño que merodea entre vosotros, pues
le has cedido tu legítimo lugar. 4No obstante, tu Ser está tan
seguro de lo que es Suyo como Dios lo está de Su Hijo. 5Dios no está
confundido con respecto a la creación. 6Está seguro de lo que es
Suyo. 7Ningún extraño se puede interponer entre Su conocimiento
y la realidad de Su Hijo. 8Él no sabe de extraños. 9Él
está seguro de Su Hijo.
8. La
certeza de Dios es suficiente. 2A aquel a quien Él reconoce como Su
Hijo le corresponde estar allí donde Él estableció a Su Hijo para siempre. 3Él ha contestado tu pregunta: " Quién es el extraño?" 4Oye Su Voz asegurarte, con serenidad y certeza, que tú no eres un
extraño para tu Padre ni tu Creador
se ha vuelto un extraño para ti. 5Aquel a quien Dios se ha unido es
eternamente uno, pues está en su hogar en Él, y no es un extraño para Sí
Mismo.
9. Hoy
damos gracias de que Cristo haya venido a buscar en el mundo lo que es Suyo. 2Su visión no ve extraños, sino que contempla a los Suyos y
se une a ellos
jubilosamente. 3Ellos lo ven como un extraño, pues no se reconocen a
sí mismos. 4No obstante, a medida que le den la bienvenida, lo
recordarán. 5Y Él los conducirá dulcemente de regreso a su
hogar, donde les corresponde estar.
10.
Cristo no se olvida de nadie. 2No deja de darte ni uno
solo de tus hermanos para que los recuerdes a todos, de manera que tu hogar
pueda ser pleno y perfecto, tal como fue instituido. 3Él no se ha
olvidado de ti. 4Mas tú no lo podrás recordar a Él hasta que
contemples todo tal como Él lo hace. 5El que niega a su hermano lo
está negando a Él, y, por lo tanto, se está negando a aceptar el don de la
visión mediante el cual puede reconocer a su Ser claramente, recordar su hogar y
alcanzar la salvación.
9 DE
JUNIO
VIII. El santo
lugar de encuentro
1. Has
escondido en las tinieblas, la gloria que Dios te dio, así como el poder con que
Él dotó a Su inocente Hijo. 2Todo ello yace oculto en cada rincón
tenebroso, envuelto en culpabilidad y en la oscura negación de la inocencia. 3Detrás de las sombrías puertas que has cerrado no hay nada porque no
hay nada que pueda opacar el regalo de Dios. 4El que las hayas
cerrado es lo que te impide reconocer el poder de Dios que refulge en ti. 5No destierres el poder de tu mente, sino permite que todo lo
que oculta tu gloria sea llevado ante el juicio del Espíritu Santo para que allí
quede disuelto. 6Todo aquel a quien Él quiere salvar para la gloria
es salvado para ella. 7El le prometió al Padre que tú serías liberado
de la pequeñez y llevado a la gloria a través Suyo. 8Él es
completamente fiel a lo que le prometió a Dios, pues comparte con Él la promesa
que se le dio para que la compartiese contigo.
2. Él aún la
comparte, para tu beneficio. 2Cualquier otra cosa que te prometa algo
diferente, sea grande o pequeño, de mucho o poco valor, Él lo reemplazará con la
única promesa que se le dio para que la depositara sobre el altar a tu Padre y a
Su Hijo. 3No hay ningún altar a Dios que no incluya a Su Hijo. 4Y cualquier cosa que se lleve ante dicho altar que no sea igualmente
digna de Ambos, será reemplazada por regalos que sean completamente aceptables
tanto para el Padre como para el Hijo. 5 Puedes acaso ofrecerle
culpabilidad a Dios? 6No puedes, entonces, ofrecérsela a Su Hijo. 7Pues Ellos no están separados, y los regalos que se le hacen a uno,
se le hacen al otro. 8No conoces a Dios porque desconoces esto. 9Y, sin embargo, conoces a Dios y también sabes esto. 10Todo ello se encuentra a salvo dentro de ti, allí donde refulge el
Espíritu Santo. 11Y Él no refulge donde hay división, sino en el
lugar de encuentro donde Dios, unido a Su Hijo le habla a Su Hijo a través de
Él. 12La comunicación entre lo que no puede ser divido no puede
cesar. 13En ti y en el Espíritu Santo reside el santo lugar de
encuentro del Padre y del Hijo, Quienes jamás han estado separados. 14Ahí no es posible ninguna clase de interferencia en la comunicación
que Dios Mismo ha dispuesto tener con Su Hijo. 15El amor fluye
constantemente entre Padre e Hijo sin interrupciones ni hiatos tal como Ambos
disponen que sea. 16Y por lo tanto, así es.
3. No dejes
que tu mente vague por corredores sombríos, lejos del centro de la luz. 2Tú y tu hermano podéis elegir extraviaros, pero sólo os podéis
volver a unir a través del Guía que se os ha proporcionado. 3Él te
conducirá sin duda alguna allí donde Dios y Su Hijo esperan tu reconocimiento de
Ellos. 4Ellos están unidos en el propósito de darte el regalo de
unidad ante el cual toda separación desaparece. 5Únete a lo que eres. 6No puedes unirte a nada, excepto a la realidad. 7La
gloria de Dios y de Su Hijo es ciertamente tuya. 8Ellos no tienen
opuesto, y no hay nada más que puedas otorgarte a ti
mismo.
4. No existe
substituto para la verdad. 2Y la verdad hará que esto resulte
evidente para ti a medida que se te conduzca al lugar donde has de encontrarte
con ella. 3Y se te conducirá allí mediante una dulce comprensión que
no te puede conducir a ninguna otra parte. 4Donde Dios está, allí
estás tú. 5Ésa es la verdad. 6Nada puede convertir el
conocimiento que Dios te dio en falta de conocimiento. 7Todo lo
que Dios creó conoce a su Creador. 8Pues así es como el Creador y Sus
creaciones crean la creación. 9En el santo lugar de encuentro el
Padre y Sus creaciones están unidos, y junto con ellos lo están también las
creaciones de Su Hijo. 10Hay un solo eslabón que los une a todos y
los mantiene en la unidad desde la cual tiene lugar la
creación.
5. El eslabón
a través del que el Padre se une a quienes Él da el poder de crear jamás puede
ser destruido. 2El Cielo en sí es la unión de toda la creación
consigo misma, y con su único Creador. 3Y el Cielo sigue siendo lo
que la Voluntad de Dios dispone para ti. 4No deposites ninguna otra
ofrenda sobre tus altares, pues no hay nada que pueda coexistir con el Cielo. 5Ahí tus insignificantes ofrendas se depositan junto al regalo de
Dios, y sólo lo que es digno del Padre es aceptado por el Hijo, a quien va
destinado. 6A quien Dios se da a Sí Mismo, Dios se ha dado. 7Tus insignificantes ofrendas desaparecerán del altar donde Él ha
depositado la Suya Propia.
IX. El reflejo
de la santidad
1. La
Expiación no te hace santo. 2Fuiste creado santo. 3La
Expiación lleva simplemente lo que no es santo ante la santidad, o, en
otras palabras, lo que inventaste ante lo que eres. 4Llevar ilusiones
ante la verdad, o el ego ante Dios, es la única función del Espíritu Santo. 5No trates de ocultarle al Padre lo que has hecho, pues ocultarlo te
ha costado no conocerte a ti mismo ni conocer a Dios. 6El
conocimiento está a salvo, mas qué seguridad tienes aparte de él? 7La invención del tiempo para que ocupase el lugar de lo eterno se
basó en tu decisión de no ser como eres. 8De esta manera, la verdad
pasó a ser el pasado, y el presente se consagró a las ilusiones. 9El
pasado fue alterado también y se interpuso entre lo que siempre ha sido y el
ahora. 10El pasado que tú recuerdas jamás tuvo lugar, y no
representa sino la negación de lo que siempre ha
sido.
2. Llevar el
ego ante Dios no es sino llevar el error ante la verdad, donde queda corregido
por ser lo opuesto a aquello con lo que se encuentra. 2Allí queda
disuelto porque la contradicción no puede seguir en pie. 3 Por cuánto
tiempo puede seguir en pie la contradicción una vez que se ha expuesto su
absoluta imposibilidad? 4Lo que desaparece en la luz no es atacado. 5Simplemente desaparece porque no es verdad. 6La idea
de que hay diferentes realidades no tiene sentido, pues la realidad es una
sola. 7La realidad no cambia con el tiempo, el estado de ánimo la
ocasión. 8Su naturaleza inmutable es lo que hace que sea real. 9Esto no se puede deshacer. 10El proceso de
des-hacimiento sólo es aplicable a la irrealidad. 11Y eso es lo que
la realidad hará por ti.
3. La verdad,
simplemente por ser lo que es te libera de todo lo que no es verdad. 2La Expiación es tan dulce que basta con que la llames con un leve
susurro para que todo su poder acuda en tu ayuda y te preste apoyo. 3Con Dios a tu lado no puedes ser débil. 4Pero sin Él no
eres nada. 5La Expiación te ofrece a Dios. 6El regalo que
rechazaste Él lo conserva en ti. 7El Espíritu Santo lo salvaguarda
ahí para ti. 8Dios no ha abandonado Su altar, aunque Sus devotos
hayan entronado a otros dioses en
él. 9El templo sigue siendo santo, pues la Presencia que mora dentro
de él es la santidad.
4. La santidad
espera serenamente en el templo el regreso de aquellos que la aman. 2La Presencia sabe que ellos retornarán a la pureza y a la gracia. 3La misericordia de Dios los admitirá con gran ternura, desvaneciendo
toda sensación de dolor y pérdida con la garantía inmortal del Amor de su Padre. 4Allí el miedo a la muerte será reemplazado por la alegría de vivir, 5pues Dios es Vida, y ellos moran en la Vida.. 6La Vida es
tan santa como la Santidad mediante la que fue creada. 7La Presencia
de la santidad vive en todo lo que vive, pues la santidad creó la vida y no
puede abandonar lo que creó tan santo como ella misma.
5. En este
mundo puedes convertirte en un espejo inmaculado en el que la santidad de tu
Creador se refleje desde ti hacia todo lo que te rodea. 2Puedes ser
el reflejo del Cielo aquí. 3Pero el espejo que desee reflejar a Dios
no puede albergar imágenes de otros dioses que lo empañen. 4La tierra
puede reflejar el Cielo o el infierno, a Dios o al ego. 5Lo único que
necesitas hacer es mantener el espejo limpio y libre de toda imagen en la
que se oculta la oscuridad que jamás hayas superpuesto sobre él. 6Dios brillará en él por Su cuenta. 7Sólo el claro reflejo
de Dios puede ser percibido en dicho espejo.
6. Los
reflejos se ven en la luz. 2En las tinieblas es difícil
verlos, y su significado parece encontrarse únicamente en interpretaciones
cambiantes en lugar de en sí mismos. 3El reflejo de Dios no necesita
interpretación. 4Es claro. 5Limpia el espejo, y no habrá
nadie que no pueda entender el mensaje que refulge desde él para que todos lo
vean. 6Ese mensaje es el que el Espíritu Santo pone frente al espejo
que se encuentra en todos. 7Todos lo reconocen porque se les ha
enseñado que tienen necesidad de él, pero no saben dónde buscar para
encontrarlo. 8Deja, por lo tanto, que lo vean en ti y que lo
compartan contigo.
7. Si pudieses
darte cuenta, aunque sólo fuese por un instante, del poder curativo que el
reflejo de Dios que brilla en ti puede brindar a todo el mundo, apenas podrías
esperar a limpiar el espejo de tu mente a fin de que pudiese recibir la imagen
de santidad que sana al mundo. 2La imagen de santidad que refulge en
tu mente no se encuentra oculta ni jamás podrá cambiar. 3Su
significado le resulta evidente a todo aquel que la contempla, pues todos la
perciben de la misma manera. 4Todos llevan sus diferentes problemas
ante su luz sanadora y allí todos quedan resueltos.
8. La
respuesta de la santidad a cualquier forma de error es siempre la misma. 2No hay contradicción en lo que la santidad suscita. 3Sea cual fuere lo que se lleve ante ella su única respuesta es la
curación. 4Aquellos que han aprendido a ofrecer únicamente curación,
están por fin listos para alcanzar el Cielo debido a la santidad que se refleja
en. ellos. 5En el Cielo la santidad no es un reflejo, sino la
verdadera condición de lo que aquí no era más que un reflejo en
ellos. 6Dios no es una imagen, y Sus creaciones en cuanto que parte
de Él, lo contienen a Él dentro de ellas mismas. 7Ellas no reflejan
simplemente la verdad, sino que son la verdad.
LECCIÓN
161
Dame
tu bendición, santo
Hijo de Dios.
1. Hoy
vamos a practicar de manera diferente, y a pronunciarnos en contra de nuestra
ira de modo que nuestros temores puedan desaparecer y darle cabida al amor. 2He aquí la salvación, en las simples palabras con las que
practicamos la idea de hoy. 3He aquí la respuesta a toda tentación,
pues jamás puede dejar de darle la bienvenida al Cristo allí donde antes
imperaban la ira y el miedo. 4Aquí se consuma la Expiación, el mundo
se transpone sin riesgo alguno y el Cielo queda restaurado. 5He aquí
la respuesta que te da la Voz que habla por Dios.
2. La
condición natural de la mente es una de abstracción total. 2Mas una
parte de ella se ha vuelto antinatural. 3No ve todo como si fuese uno
solo, 4sino que ve únicamente fragmentos del todo, pues sólo de esa
manera puede forjar el mundo parcial que tú ves. 5El propósito de la
vista es mostrarte aquello que deseas ver. 6Todo lo que oyes le trae
a la mente únicamente los sonidos que ésta desea oír.
3. Así
fue como surgió lo concreto. 2Y ahora son las cosas concretas
las que tenemos que usar en nuestras prácticas. 3Se las
entregamos al Espíritu Santo, de manera que Él las pueda utilizar para un
propósito diferente del que nosotros les conferimos. 4Él sólo se
puede valer, para instruirnos, de lo que nosotros hicimos, pero desde una
perspectiva diferente, a fin de que podamos ver otro propósito en
todo.
4. Un
hermano es todos los hermanos. 2Y en
cada mente se encuentran todas las mentes, pues todas las mentes son una. 3Ésta es la verdad. 4No obstante, aclaran estos
pensamientos el significado de la creación? 5 Te brindan estas
palabras perfecta claridad? 6 Qué parecen ser sino sonidos huecos;
bellos tal vez, correctos en el sentimiento que expresan aunque fundamentalmente
incomprendidos e incomprensibles? 7La mente que se enseñó a sí
misma a pensar de manera concreta ya no puede aprehender la abstracción en
el sentido del abarcamiento total que ésta representa. 8Necesitamos
poder ver un poco para poder aprender mucho.
5. Nos
parece que es el cuerpo el que coarta nuestra libertad, el que nos hace sufrir y
el que finalmente acaba con nuestras vidas. 2Sin embargo, los cuerpos
no son sino símbolos de una forma específica de miedo. 3El miedo
desprovisto de símbolos no suscita respuesta alguna, pues los símbolos pueden
representar lo que no tiene sentido. 4El amor,
al ser verdad, no tiene necesidad de símbolos. 5Pero el
miedo, al ser falso, se aferra a lo concreto.
6. Los
cuerpos atacan; las mentes no. 2Este pensamiento nos hace pensar sin
duda en el texto, en el que se subraya con frecuencia. 3Ésta es la
razón por la que los cuerpos se convierten tan fácilmente en símbolos
del miedo. 4Se te ha instado en innumerables
ocasiones a que mires
más allá del cuerpo, pues lo que éste ve es el símbolo del "enemigo" del amor
que la visión de Cristo no ve. 5El cuerpo es el blanco del ataque, ya que nadie piensa que lo que odia sea una mente. 6Sin embargo,
qué otra cosa sino la mente le ordena al cuerpo a que ataque? 7 Qué otra cosa podría ser la sede del miedo sino lo que piensa en el
miedo?
7. El
odio es algo concreto. 2Tiene que tener un blanco. 3Tiene
que percibir un enemigo de tal forma que éste se pueda tocar, ver, oír y
finalmente matar. 4Cuando el odio se posa sobre algo, exige su muerte
tan inequívocamente como la Voz de Dios proclama que la muerte no existe. 5El miedo es insaciable y consume todo cuanto sus ojos contemplan, y al verse a sí mismo en todo,
se siente impulsado a volverse contra sí mismo y
destruirse.
8.
Quien ve a un hermano como un cuerpo
lo está viendo como el símbolo del miedo. 2Y lo
atacará, pues lo que contempla es su propio miedo proyectado fuera de sí mismo,
listo para atacar, y pidiendo a gritos volver a unirse a él otra vez: 3No
subestimes la intensidad de la furia que puede producir el miedo que ha sido proyectado. 4Chilla de rabia y da zarpazos en el aire
deseando frenéticamente echarle mano a su
hacedor y devorarlo.
9. Esto
es lo que contemplan los ojos del cuerpo en uno que el Cielo tiene en gran
estima, los ángeles aman y Dios creó perfecto. 2Ésta es su realidad. 3Y en la visión de Cristo su hermosura se ve reflejada de una manera
tan santa y tan bella que apenas podrías contener el impulso de arrodillarte a
sus pies. 4Mas en lugar de ello tomarás su mano, pues tú eres
semejante a él en la visión que lo ve así. 5El ataque que lanzas
contra él es lo que es tu enemigo, pues te impide percibir que en sus manos está
tu salvación. 6Pídele únicamente eso y él te la dará. 7No
le pidas que sea el símbolo de tu miedo. 8 Pedirías acaso que el amor
se destruyese a si a mismo? 9 O preferirías que te fuese revelado y
que te liberase?
10. Hoy
vamos a practicar de una manera que ya hemos intentado antes. 2Ya
estás más preparado, y hoy te acercarás más a la visión de
Cristo. 3Si te propones alcanzarla, hoy lo lograrás. 4Y una vez que la hayas alcanzado, no estarás
dispuesto a aceptar los testigos que convocan los ojos del cuerpo. 5Lo que verás te traerá con su cántico el recuerdo de melodías
ancestrales. 6El Cielo no se ha olvidado de ti. 7 No te
gustaría acordarte de él?.
11. Selecciona a un hermano para que sea el símbolo
de los demás y pídele la salvación. 2Visualízalo primero tan
claramente como puedas, de la misma manera en que estás acostumbrado a verlo. 3Observa su rostro, sus manos, sus pies, su ropa. 4Obsérvalo sonreír, y ve los gestos que le has visto
hacer tan a menudo que ya te resultan familiares. 5Luego piensa en
esto: lo que estás viendo ahora te impide ver a aquel que te puede perdonar
todos tus pecados, arrancar con sus sagradas manos los clavos que
atraviesan las tuyas y quitar de tu ensangrentada frente la corona de
espinas que tú mismo te pusiste. 6Pídele lo siguiente para que él
pueda liberarte:
7Dame
tu bendición, santo Hijo de Dios.
8Quiero
contemplarte con los ojos de Cristo, y ver en ti mi perfecta
impecabilidad.
12. Y Aquel a Quien has invocado te responderá. 2Pues oirá en ti la Voz que habla por Dios y te responderá con la
tuya. 3Contempla ahora a aquel que tan sólo habías visto como carne y
hueso, y reconoce que Cristo ha venido a ti. 4La idea de hoy es la
manera de escaparte del miedo y de la ira. 5Cerciórate de repetirla
inmediatamente en caso de sentir la tentación de atacar a un hermano y de
percibir en él el símbolo de tu miedo. 6Y
lo verás cambiar súbitamente de enemigo a salvador; de demonio al
Cristo.
10 DE
JUNIO
X. La igualdad
de los milagros
1. Cuando
ninguna percepción se interponga entre Dios y Sus creaciones, o entre Sus Hijos
y las suyas, el conocimiento de la creación no podrá sino continuar eternamente. 2Los reflejos que aceptas en el espejo de tu mente mientras estás en
el tiempo o bien te acercan a la eternidad o bien te alejan de ella. 3Pero la eternidad en sí está más allá del tiempo. 4Salte
del tiempo y con la ayuda del reflejo de la eternidad en ti, extiéndete y
tócala. 5Y pasarás del tiempo a la santidad tan inevitablemente como el reflejo de la santidad
exhorta a todos a dejar a un lado la culpabilidad. 6Sé un
reflejo de la paz del Cielo aquí y lleva este mundo al Cielo, 7pues
el reflejo de la verdad atrae a todo el mundo a ésta, y a medida que todos
entran en ella, dejan atrás todos los reflejos.
2. En el Cielo
la realidad no se refleja, sino que se comparte. 2Al compartir su
reflejo aquí, su verdad se vuelve la única percepción que el Hijo de Dios
acepta. 3De este modo aflora en él el recuerdo de su Padre, y a
partir de ése momento nada más puede satisfacerle, excepto su propia realidad. 4Vosotros en la tierra no tenéis idea de lo que significa no tener
límites, pues el mundo en el que aparentemente vivís es un mundo de límites. 5No es cierto que en este mundo pueda ocurrir algo que no conlleve
grados de dificultad. 6El milagro, por lo tanto, tiene una función
única, y lo inspira un Maestro único que trae las leyes de otro mundo á éste. 7Obrar milagros es lo único que puedes hacer que transciende la idea
de grados de dificultad, pues los milagros no están basados en diferencias sino
en la igualdad.
3. Los
milagros no compiten entre sí, y el número de milagros que puedes obrar es
ilimitado. 2Pueden ser legión y a la vez simultáneos. 3Esto no es difícil de entender una vez que concibes que son
posibles. 4Lo que más cuesta entender es que la falta de grados de
dificultad que caracteriza al milagro es algo que tiene que proceder de
otra parte y no de aquí. 5Desde el punto de vista del mundo, eso es
imposible.
4. Tal vez te
hayas dado cuenta de que tus pensamientos no compiten entre sí, y de que,
aunque estén en conflicto entre sí, pueden ocurrir simultáneamente y con
gran profusión. 2Puedes ciertamente estar tan acostumbrado a eso que ya apenas te sorprenda. 3No obstante, estás
acostumbrado también a clasificar algunos de tus pensamientos como más
importantes o mejores que otros, como más sabios, productivos o valiosos. 4Esto es cierto con respecto a los pensamientos que se les ocurren a
los que creen vivir separados. 5Pues algunos pensamientos son
reflejos del Cielo, mientras que otros los suscita el ego, el cual tan sólo
aparenta pensar.
5. El
resultado de todo esto es un patrón zigzagueante y variable que nunca descansa y
jamás se detiene. 2Se mueve incesantemente por todo el espejo de
tu mente, y los reflejos del Cielo aparecen fugazmente para luego desvanecerse,
a medida que la oscuridad los envuelve. 3Allí donde había luz, la
oscuridad la elimina en un instante, dando lugar a que patrones que alternan
entre la luz y la oscuridad atraviesen tu mente sin tregua. 4La poca
cordura que aún te queda permanece ahí gracias a un sentido de orden que tú
mismo estableces. 5Mas el hecho mismo de que puedas hacer eso y seas
capaz de imponer orden donde reina el caos, demuestra que tú no eres un ego y
que en ti tiene que haber algo más que un ego. 6Pues el ego es caos,
y si eso fuese lo único que hay en ti, te sería imposible imponer ningún tipo de
orden. 7No obstante, aunque el orden que le impones a tu mente limita
al ego, también te limita a ti. 8Ordenar es juzgar y clasificar por
medio de juicios. 9Por lo tanto, es una función que le corresponde al
Espíritu Santo, no a ti.
6. Te parecerá
difícil aprender que no tienes ninguna base para poner orden en tus
pensamientos. 2El Espíritu Santo te enseña esta lección ofreciéndote
los ejemplos deslumbrantes de los milagros, a fin de mostrarte que tu modo de
ordenar es desacertado, pero que se te ofrece uno mejor. 3El milagro
responde siempre de la misma manera ante cualquier petición de ayuda. 4No la juzga. 5Simplemente reconoce lo que es y responde
consecuentemente. 6No se detiene a considerar qué petición es más
importante, más urgente o más apremiante. 7Tal vez te preguntes por
qué se te pide que hagas algo que no requiere que emitas ningún juicio, cuando
todavía eres prisionero de los juicios. 8La respuesta es muy simple: 9el poder de Dios, no el tuyo, es el que engendra los milagros. 10El milagro en sí no hace sino dar testimonio de que el
poder de Dios se encuentra dentro de ti. 11Ésa es la razón de que el
milagro bendiga por igual a todos los que de alguna manera son partícipes en él,
y ésa es también la razón de que todos sean partícipes en él. 12El
poder de Dios es ilimitado. 13Y al ser siempre máximo, ofrece todo a
cualquiera que se lo pida. 14No hay grados de dificultad en esto. 15A una petición de ayuda se le presta ayuda.
7. El único
juicio involucrado en esto es que el Espíritu Santo divide la petición en dos
categorías: una en la que se extiende amor y otra en la que se pide amor. 2Tú no puedes hacer esa división por tu cuenta sin riesgos, pues
estás demasiado confundido como para poder reconocer el amor, o para creer
que cualquier otra cosa no es sino una petición de amor. 3Estás
demasiado aferrado a la forma, y no al contenido. 4Lo que consideras
el contenido no es el contenido en absoluto. 5Es simplemente la
forma, y nada más que la forma. 6Pues no respondes a lo que un
hermano realmente te ofrece, sino sólo a la percepción particular que
tienes de su ofrecimiento tal como el ego lo juzga.
8. El ego es
incapaz de entender lo que es el contenido, y no se interesa en él en absoluto. 2Para el ego, si la forma es aceptable el contenido lo es también. 3De otro modo, atacará la forma. 4Si crees que entiendes
algo de la "dinámica' del ego, déjame asegurarte que no entiendes nada. 5Pues por tu cuenta no podrías entenderla. 6El estudio del
ego no es el estudio de la mente. 7De hecho, al ego le encanta
estudiarse a sí mismo, y aprueba sin reservas los esfuerzos que, para
"analizarlo", llevan a cabo los que lo estudian, quienes de este modo demuestran
su importancia. 8Lo único que estudian, no obstante, son formas
desprovistas de todo contenido significativo. 9Su maestro no tiene
sentido, aunque les oculta este hecho con gran celo tras palabras que parecen
ser muy elocuentes, pero que cuando se enlazan revelan su falta de
coherencia.
9. Esto es
típico de los juicios del ego. 2Por separado, parecen ser coherentes,
pero enlázalos, el sistema de pensamiento que resulta de ese enlace es
incoherente y totalmente caótico. 3Pues la forma no es suficiente
para impartirle significado, y la falta de contenido subyacente impide la
viabilidad de un sistema de pensamiento cohesivo. 4La separación
sigue siendo, por lo tanto, la condición, que el ego siempre elegirá. 5Pues por su cuenta nadie puede juzgar al ego correctamente. 6Sin embargo, cuando dos o más se unen para ir en busca de la verdad,
el ego ya no puede defender por más tiempo su falta de contenido. 7El
hecho de que puedan unirse les indica que el sistema de pensamiento del ego es
falso.
10. Es
imposible recordar a Dios en secreto y a solas. 2Pues recordarle
significa que no estás solo y que estás dispuesto a recordar ese hecho. 3No pienses acerca de ti, pues ninguno de los pensamientos que
albergas es tuyo únicamente. 4Si quieres recordar a tu Padre, deja
que el Espíritu Santo ponga orden en tus pensamientos y te dé la única respuesta
con la que Él responde. 5Todo el mundo anda en busca de amor al igual
que tú, pero no pueden saberlo a menos que se unan a ti en esa búsqueda. 6Si emprendéis la búsqueda juntos, la luz que os acompañará será tan
poderosa que impartirá significado a todo lo que veáis. 7La jornada
que se hace en solitario está destinada al fracaso porque ha excluido
lo que quiere encontrar.
11. De la
misma manera en que Dios se comunica con el Espíritu Santo en ti, de igual modo
el Espíritu Santo te traduce Su comunicación a través de ti para que
puedas entenderla. 2Ninguna comunicación de Dios es secreta,
pues todo lo que es Suyo está al descubierto y es completamente accesible a
todos, puesto que es para todos. 3Nada puede vivir en secreto, y lo
que tú quisieras ocultarle al Espíritu Santo no existe. 4Ninguna
interpretación que hagas de un hermano tiene sentido. 5Deja que el
Espíritu Santo te muestre a tu hermano y te enseñe tanto su amor como sus
peticiones de amor. 6Ni tu mente ni la de tu hermano albergan
otros órdenes de pensamiento que no sean estos dos.
12. El milagro
es el reconocimiento de que esto es verdad. 2Allí donde hay amor, tu
hermano no puede sino ofrecértelo por razón de lo que el amor es. 3Pero donde lo que hay es una petición de amor, tú tienes que dar
amor por razón de lo que eres. 4Dije antes que este curso te enseñará
a recordar lo que eres y te restituirá tu Identidad. 5Ya hemos
aprendido que se trata de una Identidad que compartes. 6El milagro se
convierte en el medio a través del cual la compartes. 7Reconocerás tu
Identidad al ofrecerla dondequiera que Ésta no se reconoce. 8Y
Dios Mismo, Quien ha dispuesto estar con Su Hijo eternamente, bendecirá cada
acto de reconocimiento de Su Hijo con todo el Amor que le profesa. 9El poder de todo Su Amor estará presente en todos los milagros que
le ofrezcas a Su Hijo. 10 Cómo podría ser,
entonces, que hubiese grados de dificultad en los
milagros?
LECCIÓN
162
Soy
tal como Dios me creó.
1. Sólo con que mantuvieses este pensamiento fijo en
la mente, el mundo se salvaría. 2Lo repetiremos de vez en cuando,
según vayamos alcanzando nuevos niveles en nuestro aprendizaje. 3Y a
medida que avances tendrá cada vez más significado para ti. 4Estas
palabras son sagradas, pues son las palabras que Dios dio como respuesta al
mundo que tú construiste. 5Con ellas éste desaparece, y todo lo
que se ve en sus brumosas nubes y vanas ilusiones se desvanece cuando se
pronuncian estas palabras, 6pues proceden de
Dios.
2. He aquí la Palabra mediante la cual el Hijo se
convirtió en la felicidad de Su Padre, en Su Amor y en Su compleción. 2He aquí donde se proclama la creación y donde se honra tal como es. 3No hay sueño que no se disipe con estas palabras; no hay
pensamiento de pecado o ilusión en dicho sueño que no se desvanezca ante su
poder. 4Estas palabras son la trompeta del despertar que resuena por
todo el mundo. 5Los muertos despiertan en respuesta a su
llamada. 6Y los que viven
y oyen este sonido jamás verán la muerte.
3. Santo es en verdad aquel que hace suyas estas
palabras; que se levanta con ellas en su mente, las recuerda a lo largo del día,
y por la noche se las lleva consigo al irse a dormir. 2Sus sueños son
felices y su descanso está asegurado, su seguridad es indudable y su cuerpo goza
de perfecta salud porque duerme y despierta con la verdad ante sí en todo
momento. 3Salvará al mundo porque le da a éste lo que él mismo recibe
cada vez que practica las palabras de la verdad.
4. Nuestra práctica de hoy es muy simple. 2Pues las palabras que utilizamos son poderosas y no necesitan
pensamientos adicionales para poder producir un cambio en la mente de aquel
que las utiliza. 3Este cambio es tan absoluto, que ahora dicha mente
se convierte en la tesorería en la que Dios deposita todos Sus dones y todo Su
Amor, para que sean distribuidos por todo el mundo, se multipliquen al darse y
se conserven intactos porque su compartir es ilimitado. 4Y así
aprendes a pensar con Dios. 5La visión de Cristo ha restaurado tu
vista al haber rescatado tu mente.
5. Hoy te honramos a ti. 2Tienes derecho
a la perfecta santidad que ahora
aceptas. 3Con esta aceptación todo el mundo se salva, pues, quién
seguiría abrigando el pecado cuando una santidad como ésta ha bendecido al
mundo? 4 Quién podría desesperarse cuando la perfecta dicha es suya y está al alcance de todos como remedio para el pesar y la
miseria, para toda sensación de pérdida y para escapar totalmente del
pecado y la culpabilidad?
6. Y quién no sería ahora un hermano para ti, al ser
tú su salvador y redentor? 2 Quién no te abriría su corazón
amorosamente, ansioso de unirse a uno que es tan santo como él? 3Tú eres tal como Dios te
creó. 4Estas palabras disipan la noche, y ya no hay más oscuridad. 5La luz ha venido hoy a bendecir el mundo. 6Pues tú has
reconocido al Hijo de Dios, y en ese reconocimiento radica el del
mundo.
11 DE
JUNIO
XI. La prueba
de la verdad
1. Lo
esencial, sin embargo, es que reconozcas que no sabes nada. 2El conocimiento es poder y todo poder es de Dios. 3Tú
que has tratado de quedarte con el poder para ti sólo lo has "perdido". 4Todavía lo tienes, pero has interpuesto tantos obstáculos entre él y
tu conciencia de él que no puedes utilizarlo. 5Todo lo que te has
enseñado a ti mismo, ha hecho que seas cada vez menos consciente de tu
poder. 6No sabes lo que es ni dónde se encuentra. 7Has
hecho un alarde de fuerza y de poder tan lamentable que no ha podido sino
fallarte. 8Pues el poder no es una apariencia de fuerza, y la verdad
está más allá de toda apariencia. 9Aun así, lo único que se interpone
entre ti y el poder de Dios que hay en ti, es tu falso aprendizaje, así como
todos tus vanos intentos de querer deshacer lo
verdadero.
2. Procura
estar dispuesto, pues, a que todo esto sea des-hecho y a sentirte feliz de no
ser un prisionero de ello eternamente. 2Pues te has enseñado a ti
mismo a aprisionar al Hijo de Dios, lo cual es una lección tan descabellada que
sólo un loco, en su delirio más profundo, podía haberla soñado. 3 Cómo iba a poder Dios aprender a no ser Dios? 4 Y
sería posible que Su Hijo, a quien Él ha dado todo poder, pudiese aprender a ser
impotente? 5 Hay algo de lo que te has enseñado a ti mismo que aún
prefirieses conservar en lugar de lo que tienes y eres?
3. La
Expiación te enseña cómo escapar para siempre de todo lo que te has enseñado a
ti mismo en el pasado, al mostrarte únicamente lo que eres ahora. 2El aprendizaje, tiene lugar antes de que sus efectos supongan de
manifiesto. 3El aprendizaje, por lo tanto, es algo propio del pasado,
pero su influencia determina el presente al darle a éste el significado que
tiene para ti. 4Tu aprendizaje no le aporta al presente
significado alguno. 5Nada que jamás aprendiste te puede ayudar a
entender el presente, o enseñarte a deshacer el pasado. 6Tu pasado es
lo que tú te has enseñado a ti mismo. 7Renuncia a él
completamente. 8No trates de entender ningún acontecimiento,
ningún hermano ni ninguna cosa bajo su luz, pues la oscuridad en la que
tratarías de ver tan sólo empañaría lo que vieses. 9No confíes en que
la oscuridad pueda jamás iluminar tu entendimiento, pues si lo haces
estarás contradiciendo la luz, y, por lo tanto, creerás que puedes ver la
oscuridad. 10La oscuridad, no obstante, no se puede ver, pues no es
más que una condición en la que es imposible ver.
4. Tú que aún
no has llevado ante la luz que mora en ti toda la tenebrosidad que te has
enseñado a ti mismo, difícilmente puedes juzgar la verdad o el valor de este curso. 2Pero Dios no te abandonó. 3Y así,
dispones de otra lección que Él te envía, la cual Aquel a Quien Él se la confió
aprendió ya por cada criatura de la luz. 4Esta lección refulge con la
gloria de Dios, pues en ella reside Su poder, que Él gustosamente comparte con
Su Hijo. 5Aprende lo que es Su felicidad, la cual es también la
tuya. 6Mas para alcanzar esto tienes primero que estar dispuesto a
llevar todas las lecciones tenebrosas que has aprendido ante la verdad, y
depositarlas de buen grado con manos que estén abiertas listas para recibir, y
no cerradas para agarrar. 7Toda lección tenebrosa que lleves ante
Aquel que enseña lo que es la luz, Él la aceptará, puesto que tú ya no la
deseas. 8E intercambiará gustosamente cada una de ellas por la
luminosa lección que Él ya aprendió por ti. 9Jamás creas que
cualquier lección que hayas aprendido separado de Él tiene significado
alguno.
5. Existe una
sola prueba -tan infalible como Dios- con la que puedes reconocer si lo que has
aprendido es verdad. 2Si en realidad no tienes miedo de nada, y
todos aquellos con los que estás, o todos aquellos que simplemente piensen en ti
comparten tu perfecta paz, entonces puedes estar seguro de que has aprendido la
lección de Dios, y no la tuya. 3A menos que sea así, es que todavía
quedan lecciones tenebrosas en tu mente que te hieren y te limitan, y que hieren
y limitan a todos los que te rodean. 4La ausencia de una paz perfecta
sólo significa una cosa: crees que no quieres para el Hijo de Dios lo que su
Padre dispuso para él. 5Toda lección tenebrosa enseña esto en una u
otra forma. 6Y cada lección de luz con la que el Espíritu Santo
reemplazará las lecciones tenebrosas que tú no aceptes, te enseñará que tu voluntad
dispone lo mismo que la del Padre y la del Hijo.
6. No te
preocupes por cómo vas a aprender una lección tan diametralmente opuesta a
todo lo que te has enseñado a ti mismo. 2 Cómo ibas a poder saberlo? 3Tu papel es muy simple. 4Sólo tienes que reconocer
que ya no deseas lo que has aprendido. 5Pide nuevas enseñanzas, y no
te valgas de tus experiencias para confirmar lo que has aprendido. 6Cuando de alguna manera tu paz se vea amenazada o perturbada, afirma
lo siguiente:
7No conozco el
significado de nada, incluido esto.
8No sé, por lo
tanto, cómo responder a ello.
9No me valdré
de lo que he aprendido en el pasado para que me sirva de guía
ahora.
10Cuando de este
modo te niegues a tratar de enseñarte a ti mismo lo que no sabes, el Guía que
Dios te ha dado te hablará. 11Ocupará el lugar que le corresponde en
tu conciencia en el momento en que tú lo desocupes y se lo ofrezcas a
Él.
7. Tú no
puedes ser tu propio guía hacia los milagros, pues fuiste tú el que hizo que
fuesen necesarios. 2Y debido a ello, se te proveyeron los medios
con los que puedes contar para que se produzcan los milagros. 3El Hijo de Dios no puede inventar necesidades que Su Padre no pueda
satisfacer sólo con que se dirija a Él levemente. 4Mas Él no
puede forzar a Su Hijo a que se dirija a Él y seguir siendo Él Mismo. 5Es imposible que Dios pueda perder Su Identidad, ya que si la
perdiese, tú perderías la tuya. 6Y dado que Su Identidad es la tuya,
Él no puede cambiar lo que Él es, pues tu Identidad es inmutable. 7El
milagro reconoce la inmutabilidad de Dios al ver a Su Hijo, como siempre ha
sido, y no como lo que él quiere hacer de sí mismo. 8El milagro
produce efectos que sólo la inocencia puede producir, y así, establece el hecho
de que la inocencia es real.
LECCIÓN
163
La
muerte no existe. El Hijo de Dios es
libre.
1. La muerte es un pensamiento que adopta muchas
formas, las cuales a menudo no se reconocen. 2La muerte puede
manifestarse en forma de tristeza, miedo, ansiedad o duda; en forma de ira,
falta de fe y desconfianza; preocupación por el cuerpo, envidia, así como en todas aquellas
formas en las que el deseo de ser como no eres pueda venir a tentarte. 3Todos ésos pensamientos no son sino reflejos de la veneración que se le rinde a la muerte como salvadora y portadora de la
liberación.
2. En cuanto que encarnación del miedo, anfitrión del
pecado, dios de los culpables y señor de toda ilusión y engaño, el
pensamiento de la muerte parece ser muy poderoso. 2Pues parece
encerrar a todas las cosas vivientes en sus marchitas manos y a todos los deseos y esperanzas en su puño funesto,
así como percibir toda meta únicamente a través de sus ojos invidentes. 3Los débiles, los indefensos, así como los enfermos se postran ante su imagen, al pensar que sólo ella es real,
inescapable y digna de su confianza. 4Pues la muerte es lo único que
inevitablemente llegará.
3. Todas las cosas excepto la muerte parecen ser
inciertas y perderse demasiado pronto independientemente de cuán difícil
haya sido adquirirlas, aNinguna de ellas parece ofrecernos seguridad
con respecto a lo que nos ha de brindar, y son propensas a defraudar las
esperanzas que una vez nos hicieron abrigar y a dejar tras sí un mal sabor de
boca, en lugar de aspiraciones y sueños. 2Pero con la muerte se puede
contar. 3Pues vendrá con pasos firmes cuando haya llegado su hora: 4Jamás cesará de tomar todo lo que tiene vida como
rehén.
4. Te postrarías ante ídolos como éste? 2Aquí la fortaleza y el poderío de Dios Mismo se perciben dentro de un ídolo hecho de barro. 3Aquí se proclama que lo opuesto a Dios es señor de toda la creación, más fuerte que la
Voluntad de Dios por la vida, o que la infinitud del amor y la perfecta e inmutable
constancia del Cielo. 4Aquí por fin se derrota la Voluntad del Padre
y del Hijo; y se entierra bajo la lápida que la muerte ha colocado sobre el
cuerpo del santo Hijo de Dios.
5. Impío ahora debido a la derrota, el Hijo de Dios
se ha convertido en lo que la muerte quiere hacer de él. En su epitafio, que la
propia muerte ha escrito, no se menciona su nombre, pues ha pasado a ser polvo.
En él sólo se menciona lo siguiente: “Aquí yace un testigo de que Dios ha
muertoâ€. Y esto es lo que la muerte escribe una y otra vez, mientras sus
veneradores asienten, y, postrándose con sus frentes en el suelo, susurran
llenas de miedo que así es.
6.
Es imposible venerar a la muerte en cualquiera de las formas que adopta, y al
mismo tiempo seleccionar unas cuantas que no favoreces y que incluso deseas
evitar, mientras sigues creyendo en el resto. Pues la muerte es total. O bien
todas las cosas mueren, o bien todas viven y no pueden morir. En esto no hay
términos medios. Pues aquí nos encontramos de nuevo ante algo que es obvio y que
debemos aceptar si queremos gozar de cordura: lo que contradice totalmente un
pensamiento no puede ser verdad, a menos que se haya demostrado la falsedad de
su opuesto.
7.
La idea de que Dios ha muerto es algo tan descabellado que incluso a los
dementes les resulta difícil creerlo. Pues implica que Dios estuvo vivo una vez
y que de alguna manera murió, aparentemente asesinado por aquellos que no
querían que sobreviviese. Al ser la voluntad de éstos más fuerte, pudo vencer a
la Suya y, de esta manera, la vida eterna sucumbió ante la muerte. Y al morir el
Padre, murió también el Hijo.
8.
Puede que los que veneran la muerte tengan miedo. Sin embargo, pueden ser
realmente temibles estos pensamientos? Si se diesen cuenta de que eso es lo que
creen, se liberarían de inmediato. Esto es lo que tú les vas a mostrar hoy. La
muerte no existe, y renunciamos a ella en todas sus formas, por la salvación de
ellos, así como por la nuestra. Dios no creó la muerte. Cualquier forma que
adopte, por lo tanto, tiene que ser una ilusión. Ésta es la postura que hoy
adoptamos. Y se nos concede poder mirar allende la muerte, y ver la vida que se
encuentra más allá.
9.
Padre nuestro, bendice hoy nuestros ojos. Somos Tus emisarios, y deseamos
contemplar el glorioso reflejo de Tu Amor que refulge en todas las cosas.
Vivimos y nos movemos únicamente en Ti. No estamos separados de Tu vida eterna.
La muerte no existe, pues la muerte no es Tu Voluntad. Y moramos allí donde Tú
nos ubicaste, en la vida que compartimos Contigo y con toda cosa viviente, para
ser como Tú y parte de Ti para siempre. Aceptamos Tus Pensamientos como
nuestros, y nuestra voluntad es una con la Tuya eternamente.
Amén.
12 DE
JUNIO
8. Tú que tan
aferrado estás a la culpabilidad y tan comprometido a seguir así, cómo ibas a
poder establecer por tu cuenta tu inocencia? 2Eso es imposible. 3Asegúrate, no obstante, de que estás dispuesto a reconocer que es
imposible. 4Lo único que limita la dirección del Espíritu Santo es
que crees que puedes estar a cargo de una pequeña parte de tu vida o que puedes
lidiar con ciertos aspectos de ella por tu cuenta. 5De esta manera,
quieres convertir al Espíritu Santo en alguien que no es confiable, y valerte de
esta imaginaria inconfiabilidad como una excusa para ocultar de Él ciertas
lecciones tenebrosas que has aprendido. 6Y al así limitar la
dirección que deseas aceptar, eres incapaz de depender de los milagros para que
resuelvan todos tus problemas.
9. Crees que
el Espíritu Santo se negaría a darte lo que quiere que tú des? 2No
tienes ningún problema que Él no pueda resolver ofreciéndote un milagro. 3Los milagros son para ti. 4Y todo miedo, dificultad o
dolor que tengas ya ha sido des-hecho. 5Él los ha llevado todos ante
la luz, al haberlos aceptado por ti y haber reconocido que nunca existieron. 6No hay ninguna lección tenebrosa que Él no haya iluminado ya
por ti. 7Las lecciones que quieres enseñarte a ti mismo, Él ya las ha
corregido. 8No existen en Su Mente en absoluto. 9Pues el
pasado no ejerce ningún control sobre Él ni sobre ti. 10Él no ve
el tiempo como lo ves tú. 11Y cada milagro que te ofrece corrige el
uso que haces del tiempo, y lo pone a Su servicio.
10. Aquel que
te ha liberado del pasado quiere enseñarte que estás libre de él. 2Lo
único que Él desea es que aceptes Sus logros como tuyos porque los logró para
ti. 3Y por tal razón, son tuyos. 4Él te ha liberado de lo
que fabricaste. 5Puedes negarle, pero no puedes invocarle
en vano. 6Él siempre da Sus regalos en substitución de los tuyos. 7Él
quiere que Su resplandeciente enseñanza se arraigue con tal firmeza en tu
mente, que ninguna lección tenebrosa de culpabilidad pueda morar en lo que Él ha
santificado con Su Presencia. 8Dale gracias a Dios de que Él esté ahí
y de que obre a través de ti. 9Pues todas Sus obras son tuyas. 10ÉI te ofrece un milagro por cada uno que le dejes obrar a través de
ti.
11. El Hijo de
Dios será siempre indivisible: 2De la misma manera en que somos uno
solo en Dios, así también aprendemos cual uno solo en Él. 3El Maestro
de Dios se asemeja tanto a Su Creador como el Hijo al Padre, y, a través de Su
Maestro, Dios proclama Su Unicidad y la de Su Hijo. 4Escucha en
silencio, y no le levantes la voz. 5Pues Él enseña el milagro de la
unicidad, y ante Su lección la división desaparece. 6Enseña como Él
aquí, y recordarás que siempre has creado como tu Padre. 7El milagro
de la creación nunca ha cesado, pues lleva impreso sobre sí el sello sagrado de
la inmortalidad. 8Esto es lo que la Voluntad de Dios dispone para
toda la creación, y toda la creación se une para disponer lo
mismo.
12. Aquellos
que nunca se olvidan de que no saben nada, y que finalmente están dispuestos a
aprenderlo todo, lo aprenderán. 2Pero mientras confíen en sí mismos,
no aprenderán. 3Pues habrán destruido su motivación de aprender
pensando que ya saben. 4No creas que sabes nada hasta que pases la
prueba de la paz perfecta, pues la paz y el entendimiento van de la mano y nunca
se les puede encontrar aparte. 5Cada uno de ellos trae consigo
al otro, pues la ley de Dios es que no estén separados. 6Cada uno es
causa y efecto del otro, de forma tal que donde uno de ellos está ausente, el
otro no puede estar.
13. Sólo
aquellos que reconocen que no pueden saber nada a menos que los efectos del
entendimiento estén con ellos, pueden realmente aprender. 2Para
lograrlo tienen que desear la paz, y nada más. 3Siempre que crees que
sabes, la paz se aleja de ti porque has abandonado al Maestro de la paz. 4Siempre que reconoces que no sabes, la paz retorna a ti, pues has
invitado al Espíritu Santo a que retorne, al haber abandonado al ego por
Él. 5No acudas al ego para nada. aEso es lo único que
necesitas hacer. 6El Espíritu Santo, por Su Propia iniciativa,
ocupará toda mente que, de esta manera, le haga sitio.
14. Si quieres
paz tienes que abandonar al maestro del ataque. 2El maestro de la paz
nunca te abandonará. 3Tú puedes apartarte de Él, pero Él jamás se
apartará de ti, pues la fe que tiene en ti es Su entendimiento. 4Dicha fe es tan firme como la que tiene, en Su Creador, y
Él sabe que tener fe en Su Creador incluye necesariamente tener fe en Su
creación. 5En esta consistencia reside Su santidad a la que Él no
puede renunciar, pues no es Su Voluntad hacerlo. 6Teniendo siempre
presente tu perfección, Él le da el don de la paz a todo aquel que percibe la
necesidad que tiene de ella y que desea alcanzarla. 7Hazle sitio a la
paz, y ésta vendrá 8Pues el entendimiento se encuentra en ti, y la
paz procede inevitablemente de él.
15. El poder
de Dios, de donde el entendimiento y la paz emanan, es tan tuyo como Suyo. 2Tú crees que no conoces a Dios únicamente porque sólo es
imposible conocerlo. 3Mas si contemplas las obras imponentes que Él
hará a través de ti, te convencerás de que las hiciste a través de Él. 4Es imposible negar la Fuente de unos efectos que son tan poderosos
que es imposible que procedan de ti. 5Hazle sitio a Él, y te
encontrarás tan lleno de poder que nada podrá prevalecer contra tu paz. 6Y ésta será la prueba por la que reconocerás que has entendido.
LECCIÓN
164
Ahora
somos uno con Aquel que es nuestra Fuente.
1.
En qué otro momento sino ahora mismo puede reconocerse la verdad? El presente
es el único tiempo que hay. Y así, hoy en este mismo instante, ahora mismo,
podemos contemplar lo que se encuentra ahí eternamente, no ante nuestra vista
sino ante los ojos de Cristo. Él mira más allá del tiempo y ve la eternidad
representada allí. Él oye los sonidos que engendra el insensato y ajetreado
mundo, aunque muy levemente. Pues más allá de ellos Él oye el himno del Cielo y
la Voz que habla por Dios con más claridad, con más sentido y más de
cerca.
2.
El mundo desaparece fácilmente ante Su vista. Sus sonidos se vuelven más tenues.
Una melodía procedente de mucho más allá del mundo se vuelve cada vez más clara:
una Llamada ancestral a la que Cristo da una respuesta ancestral. Tú reconocerás
tanto una como otra, pues no son sino tu propia respuesta a la Llamada que te
hace tu Padre. Cristo responde por ti, haciéndose eco de tu Ser, usando tu voz
para dar Su jubiloso consentimiento y aceptando tu liberación por
ti.
3.
¡Cuán santas son tus prácticas hoy, al darte Cristo Su visión, al oír por ti y
al contestar en tu nombre la Llamada que Él oye! ¡Cuán serenos son los momentos
que pasas con Él, más allá del mundo! ¡Cuán fácilmente te olvidas de todos tus
aparentes pecados y dejas de recordar todos tus pesares! En este día se dejan de
lado las aflicciones, pues a ti, que hoy aceptas los dones que él te da, te
resultan claros los sonidos y las vistas procedentes de aquello que está más
cerca de ti que el mundo.
4.
Hay un silencio que el mundo no puede perturbar. Hay una paz ancestral que
llevas en tu corazón y que no has perdido. Hay en ti una sensación de santidad
que el pensamiento de pecado jamás ha mancillado. Hoy recordarás todo esto. La
fe con la que practiques hoy te aportará recompensas tan grandes y tan
radicalmente diferentes de todas las cosas que antes perseguías, que sabrás que
ahí está tu tesoro y tu descanso.
5.
Éste es el día en que todas las vanas imaginaciones se descorren como si de una
cortina se tratase, para revelar lo que se encuentra tras ellas. Ahora se hace
visible lo que realmente está ahí, mientras que todas las sombras que parecían
ocultarlo simplemente se sumergen en la nada. 3Ahora se recupera el
equilibrio, y la balanza del juicio se deja en manos de Aquel que juzga
correctamente. 4Y mediante Su juicio, se desplegará ante tus ojos un
mundo de perfecta inocencia. 5Ahora lo contemplarás con los ojos de
Cristo. 6Ahora su transformación te resultará
evidente.
6.
Hermano, éste es un día sagrado para el mundo. 2La visión que se te
ha concedido, la cual procede de mucho más allá de todas las cosas del mundo,
las contempla ahora bajo una nueva. luz. 3Y lo que ves se convierte
en la curación y salvación del mundo. 4Tanto lo valioso como lo
insignificante se percibe y se reconoce tal como es. 5Y lo que es
digno de tu amor recibe tu amor, y no queda nada que puedas
temer.
7.
Hoy no juzgaremos. 2No recibiremos sino aquello que nos llega
procedente de un juicio que se emitió desde más allá del mundo. 3Nuestras prácticas de hoy se convierten en un regalo de gratitud por
nuestra liberación de la ceguera y de la aflicción. 4Todo cuanto
veamos no hará sino aumentar nuestra dicha, pues su santidad refleja la muestra. 5Nos alzamos perdonados ante los ojos de Cristo, tal como el mundo se
alza perdonado ante los nuestros. 6Bendecimos al mundo al
contemplarlo en la luz en la que nuestro Salvador nos contempla a nosotros, y le
ofrecemos la libertad que se nos ha dado a través de Su visión redentora, no a
través de la nuestra.
8.
Descorre la cortina durante tus prácticas renunciando simplemente a todo lo que crees desear. 2Guarda tus frívolos tesoros, y deja un espacio limpio y despejado en tu
mente donde Cristo pueda venir a ofrecerte el tesoro de la salvación. 3Él necesita tu santísima mente para salvar al mundo. 4 Acaso no es este propósito digno de ser tu objetivo? 5 No es la visión de Cristo algo digno de procurarse en lugar de
todos los objetivos mundanos que no producen ninguna
satisfacción?
9.
No dejes que este día transcurra sin que los regalos que tiene reservados para
ti reciban tu aprobación y aceptación. 2Si los reconoces, podemos
cambiar el mundo 3Tal vez no puedas ver el valor que tu aceptación de
ellos le ofrece al mundo. 4Pero sin duda quieres esto: poder cambiar
todo sufrimiento por dicha hoy mismo. 5Practica con fervor y ése será
tu regalo. 6 Iba Dios a engañarte? 7 Podría dejar Él de
cumplir Su promesa? 8 Le negarías lo poco que te pide cuando Sus
Manos le ofrecen a Su Hijo la salvación en su totalidad?
13 DE
JUNIO
Capítulo
15
EL INSTANTE
SANTO
I. Los dos
usos del tiempo
1. Puedes
imaginarte lo que sería no tener inquietudes, preocupaciones ni ansiedades
de ninguna clase, sino simplemente gozar de perfecta calma y sosiego todo el
tiempo? 2Ése es, no obstante, el propósito del tiempo: aprender
justamente eso y nada más. 3El Maestro de Dios no puede sentirse
satisfecho con Sus enseñanzas hasta que éstas no constituyan lo único que sabes. 4Su función docente no se consumará hasta que no seas un alumno tan
dedicado que sólo aprendas de Él. 5Cuando eso haya ocurrido, ya
no tendrás necesidad de un maestro, ni de tiempo en el que aprender.
2. La
razón del aparente desaliento del que tal vez padezcas es tu creencia de que
ello toma tiempo y de que los resultados de las enseñanzas del Espíritu Santo se
encuentran en un futuro remoto. 2Sin embargo, no es así, 3pues el Espíritu Santo usa el tiempo a Su manera, y no está limitado
por él. 4Él tiempo es Su amigo a la hora de enseñar. 5No causa deterioro en Él como lo hace en ti. 6Todo
el deterioro que el tiempo parece ocasionar se debe únicamente a tu
identificación con el ego, que se vale del tiempo para reforzar su creencia en
la destrucción. 7El ego, al igual que el Espíritu Santo, se vale del
tiempo para convencerte de la inevitabilidad del objetivo y del final del
aprendizaje. 8Él objetivo del ego es la muerte, que es su propio fin. 9Mas el objetivo del Espíritu Santo es la vida, la
cual no tiene fin.
3. El ego es
un aliado del tiempo, pero no un amigo. 2Pues desconfía tanto de
la muerte como de la vida, y lo que desea para ti, él no lo puede tolerar. 3Él ego te quiere ver muerto, pero él no quiere morir., 4El resultado de esta extraña doctrina no puede ser otro, por lo
tanto, que el de convencerte de que él te puede perseguir más allá de la tumba. 5Y al no estar dispuesto a que ni siquiera en la muerte
encuentres paz, te ofrece inmortalidad en el infierno. 6Te habla del
Cielo, pero te asegura que el Cielo no es para ti. 7Pues, qué
esperanzas pueden tener los culpables de ir al Cielo?,
4. Creer en el
infierno es ineludible para aquellos que se identifican con el ego. 2Sus pesadillas y sus miedos están asociados con él. 3El
ego te enseña que el infierno está en el futuro, pues ahí es hacia donde todas
sus enseñanzas apuntan. 4Su objetivo es el infierno. 5Pues
aunque tiene por finalidad la muerte y la disolución, él mismo no cree en
ello. 6El objetivo de muerte que ansía para ti, le deja insatisfecho. 7Nadie que siga sus enseñanzas puede estar libre del miedo a la
muerte. 8Sin embargo, si se pensase en la muerte simplemente como el
fin del dolor, se le tendría miedo? 9Hemos visto antes esta extraña
paradoja en el sistema de pensamiento del ego, pero nunca tan claramente como
aquí. 10Pues el ego tiene que dar la impresión de que mantiene al
miedo alejado de ti para conservar tu fidelidad. 11Pero tiene que
generar miedo para protegerse a sí mismo. 12Una vez más, el ego
intenta, y lo logra con demasiada frecuencia, hacer ambas cosas, valiéndose de
la disociación para mantener sus metas contradictorias unidas, de manera que
parezcan estar en armonía. 13El ego enseña, por lo tanto, que la
muerte es el final en lo que respecta a cualquier esperanza de alcanzar el
Cielo. 14Sin embargo, puesto que tú y el ego no podéis estar
separados, y puesto que él no puede concebir su propia muerte, te seguirá
persiguiendo porque la culpabilidad es eterna. 15Tal es la versión
que el ego tiene de la inmortalidad. 16Y eso es lo que su
versión del tiempo apoya.
5. El ego
enseña que el Cielo está aquí y ahora porque el futuro es el infierno. 2Hasta cuando ataca tan despiadadamente que trata de quitarle la vida
al que cree que su voz es la única que existe, incluso a ése le habla del
infierno. 3Pues le dice que el infierno está también aquí, y lo
incita a que salte del infierno al olvido total. 4El único tiempo que
el ego le permite contemplar a cualquiera con ecuanimidad es el pasado. 5Mas el único valor de éste es que no existe.
6. ¡Cuán
desolado y desesperante es el uso que el ego hace del tiempo! 2¡Y
cuán aterrador! 3Pues tras su fanática insistencia de que el pasado y
el futuro son lo mismo se oculta una amenaza a la paz todavía más insidiosa. 4El ego no hace alarde de su amenaza final, pues quiere que sus
devotos sigan creyendo que les puede ofrecer una escapatoria. 5Pero
la creencia en la culpabilidad no puede sirio conducir a la creencia en el
infierno, y eso es lo que siempre hace. 6De la única manera en que el
ego permite que se experimente el miedo al infierno es trayendo el infierno
aquí, pero siempre como una muestra de lo que te espera en el futuro. 7Pues nadie que se considere merecedor del infierno puede creer que
su castigo acabará convirtiéndose en paz.
7. El Espíritu
Santo enseña, por lo tanto, que el infierno no existe. 2El infierno
es únicamente lo que el ego ha hecho del presente. 3La creencia en el
infierno es lo que te impide comprender el presente, pues tienes miedo de éste. 4El Espíritu Santo conduce al Cielo tan ineludiblemente como el ego
conduce al infierno. 5Pues el Espíritu Santo, que sólo conoce el
presente, se vale de éste para desvanecer el miedo con el que el ego quiere
inutilizar el presente. 6Tal como el ego usa el tiempo, es
imposible librarse del miedo. 7Pues el tiempo, de acuerdo con las
enseñanzas del ego, no es sino un recurso de enseñanza para incrementar la
culpabilidad hasta que ésta lo envuelva todo y exija eterna venganza.
8. El Espíritu
Santo quiere desvanecer todo esto ahora. 2No es el presente lo que da
miedo, sino el pasado y el futuro, mas éstos no existen. 3El miedo no
tiene cabida en el presente cuando cada instante se alza nítido y separado del
pasado, sin que la sombra de éste se extienda hasta el futuro. 4Cada
instante es un nacimiento inmaculado y puro en el que el Hijo de Dios emerge del
pasado al presente. 5Y el presente se extiende eternamente. 6Es tan bello, puro e inocente, que en él sólo hay felicidad. 7En el presente no se recuerda la oscuridad, y lo único que existe es
la inmortalidad y la dicha.
9. Esta
lección no requiere tiempo para aprenderse. 2Pues, qué es el tiempo
sin pasado ni futuro? 3El que te hayas descarriado tan completamente
ha requerido tiempo, pero ser lo que eres no requiere tiempo en absoluto. 4Empieza a usar el tiempo tal como lo hace el Espíritu Santo: como un
instrumento de enseñanza para alcanzar paz y felicidad. 5Elige este
preciso instante, ahora mismo, y piensa en él como si fuese todo el tiempo que
existe. 6En él nada del pasado te puede afectar, y es en él donde te
encuentras completamente absuelto, complemente libre y sin condenación alguna. 7Desde este instante santo donde tu santidad nace de nuevo, seguirás
adelante en el tiempo libre de todo temor y sin experimentar ninguna sensación
de cambio con el paso del tiempo.
10. El tiempo
es inconcebible sin cambios, mas la santidad no cambia. 2Aprende
de este instante algo más que el simple hecho de que el infierno no existe. 3En este instante redentor reside el Cielo. 4Y el Cielo no
cambiará, pues nacer al bendito presente es librarse de los cambios. 5Los cambios son ilusiones que enseñan los que no se pueden ver a sí
mismos libres de culpa. 6En el Cielo no se producen cambios
porque Dios es inmutable. 7En el instante santo en que te ves a ti
mismo resplandeciendo con el fulgor de la libertad, recuerdas a Dios. 8Pues recordarle es recordar la libertad.
11. Si sientes
la tentación de desanimarte pensando cuánto tiempo va a tomar poder, cambiar de
parecer. tan radicalmente, pregúntate a ti mismo: " Es mucho un instante?" 2 No le ofrecerías al Espíritu Santo un intervalo de tiempo tan corto
para tu propia salvación? 3Él no te pide nada más, pues no tiene
necesidad de nada más. 4Requiere mucho más tiempo enseñarte a que
estés dispuesto a darle a Él esto que lo que Él tarda en valerse de ese
ínfimo instante para ofrecerte el Cielo, en su totalidad. 5A cambio
de ese instante, Él está listo para darte el recuerdo de la eternidad.
12. Mas nunca
le podrás dar al Espíritu Santo ese instante santo en favor de tu liberación,
mientras no estés dispuesto a dárselo a tus hermanos en favor de la suya. 2Pues el instante de la santidad es un instante que se comparte, y no
puede ser sólo para ti. 3Cuando te sientas tentado de atacar a un
hermano, recuerda que su instante de liberación es el tuyo. 4Los
milagros son los instantes de liberación que ofreces y que recibirás. 5Dan testimonio de que estás dispuesto a ser liberado y a ofrecerle
el tiempo al Espíritu Santo a fin de que Él lo use para Sus
propósitos.
13. Cuánto
dura un instante? 2Dura tan poco para tu hermano como para ti. 3Practica conceder ese bendito instante de libertad a todos aquellos
que están esclavizados por el tiempo, haciendo así que para ellos éste se
convierta en su amigo. 4Mediante tu dación, el Espíritu Santo te da a
ti el bendito instante que tú les das a tus hermanos. 5Al tú
ofrecerlo, Él te lo ofrece a ti. 6No seas reacio a dar lo que quieres
recibir de Él, pues al dar te unes a Él. 7En la cristalina
pureza de la liberación que otorgas radica tu inmediata liberación .de la
culpabilidad. 8Si ofreces santidad no puedes sino ser
santo.
14. Cuánto
dura un instante? 2Dura el tiempo que sea necesario para
re-establecer la perfecta cordura la perfecta paz y el perfecto amor por
todo el mundo, por Dios y por ti; 3el tiempo que sea necesario para
recordar la inmortalidad y a tus creaciones inmortales, que la comparten
contigo; 4el tiempo que sea necesario para intercambiar el
infierno por el Cielo. 5Dura el tiempo suficiente para que puedas
trascender todo lo que el ego ha hecho y ascender hasta tu
Padre.
15. El tiempo
es tu amigo si lo pones a la disposición del Espíritu Santo. 2Él
necesita muy poco para restituirte todo el poder de Dios. 3Aquel que
transciende el tiempo por ti entiende cuál es el propósito del tiempo. 4La santidad no radica en el tiempo, sino en la eternidad. 5Jamás hubo un solo instante en el que el Hijo de Dios pudiese haber
perdido su pureza. 6Su estado inmutable está más allá del tiempo,
pues su pureza permanece eternamente inalterable y más allá del alcance del
ataque. 7En su santidad el tiempo se detiene y deja de cambiar. 8Y así, deja de ser tiempo. 9Pues al estar atrapado en el
único instante de la eterna santidad de la creación de Dios, se transforma en
eternidad. 10Da el instante eterno, para que en ese radiante instante
de perfecta liberación se pueda recordar la eternidad por ti. 11Ofrece el milagro del instante santo por medio del Espíritu Santo,
y deja que sea Él Quien se encargue de dártelo a
ti.
LECCIÓN
165
Que
mi mente no niegue el Pensamiento de Dios.
1.
Qué es lo que hace que este mundo parezca real sino tu negación de la verdad
que se encuentra más allá de él? 2 Qué otra cosa sino tus
pensamientos de aflicción y de muerte ensombrecen la perfecta felicidad y vida
eterna que la Voluntad de tu Padre dispone para ti? 3 Y qué otra cosa
sino las ilusiones podrían ocultar lo que no puede ser ocultado? 4 Qué podría privarte de lo que te pertenece sino tu propia decisión
de no verlo, al negar que se encuentra
ahí?
2.
El Pensamiento de Dios te creó. 2Y no te ha abandonado, ni tú has estado nunca
separado de él ni siquiera por un instante. 3Te pertenece. 4Gracias a él vives. 5Es tu Fuente de vida, pues te
mantiene unido a él, y todo es uno contigo porque él jamás te
abandonó. 6El Pensamiento de Dios te protege, cuida de ti, hace
que tu lecho sea mullido y allana tu camino, al iluminar tu mente con gozo y
amor. 7Tanto la eternidad como la vida eterna refulgen en tu mente
porque el Pensamiento de Dios no te ha abandonado y todavía se encuentra en
ti.
3. Quién
negaría su seguridad, su paz, su alegría,
su curación y tranquilidad de espíritu, así como
su sereno
descanso y apacible despertar, si reconociese dónde se encuentran? 2 No se prepararía de inmediato para salir a su encuentro,
abandonando todo lo demás como algo sin valor en comparación? 3Y una vez que los hubiera encontrado, no se
aseguraría de que permanecieran con él y él con
ellos?
4. No
niegues el Cielo. 2Hoy se te concede sólo con que lo pidas. 3No es necesario tampoco que percibas cuán grande es este regalo ni
cuánto habrá cambiado tu mente antes de que te llegue. 4Pídelo y se
te concederá. 5La convicción radica en él. 6Hasta que no
le des la bienvenida como algo que te pertenece, seguirás en la
incertidumbre. 7Mas Dios es justo. 8No tienes que
tener certeza para recibir lo que sólo tu aceptación puede
otorgar.
5. Pide
con fervor. 2No tienes que estar seguro de que lo que estás pidiendo
es lo único que deseas. 3Mas cuando lo hayas recibido sabrás que
estás en posesión del tesoro que siempre anhelaste. 4 Por qué otra
cosa ibas a querer intercambiarlo? 5 Qué podría inducirte ahora a
dejarlo desaparecer de tu extática visión? 6Pues verlo te demuestra
que has cambiado tu ceguera por los ojos videntes de Cristo, y que tu mente ha
decidido abandonar la negación y aceptar el Pensamiento de Dios como tu
herencia.
6. Y ahora las dudas son cosa del pasado, el final de
la jornada es indudable y se te ha concedido la salvación. 2Ahora el
poder de Cristo mora en tu mente, para que puedas curar tal como fuiste curado. 3Pues ahora te cuentas entre los salvadores del mundo. 4Ése es tu único destino. 5 Consentiría Dios acaso que Su
Hijo permaneciese eternamente hambriento por haberse negado a sí mismo el
sustento que le es menester para poder vivir? 6La abundancia
mora en él, y la privación no puede separarlo del Amor vivificante de Dios, ni
de su hogar.
7. Practica hoy lleno de esperanza. 2Pues
tener esperanzas está ciertamente justificado. 3Tus dudas no tienen
sentido, pues Dios goza de perfecta certeza. 4Y el Pensamiento de Él
nunca está ausente. 5La certeza no puede sino morar en ti que eres Su
anfitrión. 6Este curso elimina toda duda que hayas interpuesto entre
Él y tu certeza acerca de Él.
8. Contamos con Dios, no con nosotros mismos, para
que nos dé certeza. 2Y en
Su Nombre practicamos tal como Su Palabra nos indica que hagamos. 3Su
certeza se encuentra tras cada una de nuestras dudas. 4Su Amor, tras
cada uno de nuestros temores. 5El Pensamiento de Él todavía se
encuentra en nuestras mentes más allá de todo sueño, tal como Su Voluntad
dispone.
LECCIÓN
166
Se
me han confiado los dones de Dios.
1. Se te ha dado todo. 2La confianza que
Dios tiene en ti es infinita. 3Él conoce a Su Hijo. 4Él da sin hacer excepciones y sin reservarse nada que pudiera
contribuir a tu felicidad. 5Sin embargo, a menos que tu voluntad sea
una con la Suya, no podrás recibir Sus dones. 6Mas qué podría
hacerte pensar que hay otra voluntad aparte de la
Suya?
2.
He aquí la paradoja que sirve de fundamento a la fabricación de este mundo. 2Este mundo no es la Voluntad de Dios, por lo tanto, no es real. 3No obstante, aquellos que creen que lo es no pueden sino creer que
hay otra voluntad, la cual produce efectos opuestos a los que Él dispone. 4Esto es claramente imposible, mas la mente de aquel que contempla el
mundo y lo juzga como real, sólido, digno de confianza y verdadero cree en dos
creadores, o mejor dicho en uno: él mismo. 5Mas nunca en un solo
Dios.
3. Todo aquel que alberga creencias tan extrañas como
éstas no puede aceptar los dones de
Dios, 2pues se ve obligado a creer que aceptarlos, por muy evidentes
que se vuelvan, por muy grande que sea la urgencia con la que se le exhorta a
reclamarlos como propios, es verse presionado a traicionarse a sí mismo. 3Por lo tanto, tiene que negar la existencia de dichos dones,
contradecir la verdad y sufrir para preservar el mundo que él mismo
construyó.
4. He aquí el único hogar que cree conocer. 2He aquí la única seguridad que cree poder encontrar. 3Sin
ese mundo que él mismo construyó se siente como un paria, sin hogar y preso del
miedo. 4No se da cuenta de que en ese mundo es donde en verdad es
presa del miedo y donde no tiene un hogar; donde es un paria que en su vagar se
ha alejado tanto de su hogar, y por tanto tiempo, que no se da cuenta de que se
ha olvidado de dónde vino, adónde va, e incluso de quién es en
realidad.
5. No obstante, los dones de Dios lo acompañan en su
solitario e insensato vagar, aunque él no se dé cuenta. 2No puede
perderlos. 3Pero no ve lo que se le ha dado. 4Continúa
errante, consciente de la futilidad que le rodea por todas partes, viendo cómo
lo poco que tiene no hace sino menguar, conforme él sigue adelante sin ir a
ninguna parte. 5Pero aun así, continúa deambulando en la miseria y en
la pobreza, solo, aunque Dios está con él, y en posesión de un tesoro
tan grande que, ante su magnitud, todo lo que el mundo ofrece no tiene ningún
valor.
6. Su
aspecto da lástima, está cansado y rendido, viene harapiento, y los pies
están ensangrentados por los abrojos del camino que ha venido recorriendo. 2No hay nadie que no se haya identificado con él, pues todo el
que viene aquí ha seguido la misma senda que él recorre, y se ha sentido
derrotado y desesperanzado tal como él se siente ahora. 3Mas, es su
situación realmente trágica, si te percatas de que está recorriendo el
camino que él mismo eligió, y que no tiene más que darse cuenta de Quién camina
a su lado y abrir sus tesoros para ser libre?
7. Este
es el ser que has elegido, el que forjaste para reemplazar a la realidad. 2Éste es el ser que defiendes ferozmente contra toda muestra de
razón, toda prueba, así como contra todos los testigos que te pueden demostrar
que eso no es lo que tú eres. 3No les haces caso. 4Sigues
el camino que te has trazado, cabizbajo, no vaya a ser que captes un atisbo de
la verdad, te libres del autoengaño y quedes en
libertad.
8. Te
retraes temerosamente no vaya a ser que sientas el toque de Cristo sobre tu
hombro y percibas Su amorosa mano apuntando hacia tus dones. 2 Cómo
podrías decir entonces que la pobreza te acompaña en el exilio? 3Él
te haría reír de semejante percepción de ti mismo. 4 Cómo podrías
entonces seguir teniendo lástima de ti mismo? 5 Y qué pasaría
entonces con toda la tragedia que procuraste para aquel que Dios dispuso
que gozase únicamente de dicha?
9. Tu
miedo ancestral te ha salido al encuentro ahora, y por fin la justicia ha dado
contigo. 2Cristo ha puesto Su mano sobre tu hombro, y ya no te
sientes solo. 3Piensas incluso que el miserable yo que creíste ser
tal vez no sea tu verdadera Identidad. 4Tal vez la Palabra de Dios
sea más cierta que la tuya. 5Tal vez los dones que Él te ha dado son
reales. 6Tal vez tu plan de mantener a Su Hijo sepultado en el olvido
y de seguir por el camino que elegiste recorrer separado de tu Ser no lo ha
engañado del todo.
10. La Voluntad de Dios no se opone a nada. 2Simplemente es. 3No es a Dios a Quien has aprisionado con
tu plan de querer perder tu Ser. 4Él no sabe nada de un plan tan
ajeno a Su Voluntad. 5Hubo una necesidad que Él no entendió, y Él
simplemente dio una Respuesta. 6Eso es todo. 7Y tú, a
quien se le ha dado esa Respuesta, no tienes necesidad de nada
más.
11. Ahora
vivimos, pues ahora no podemos morir. 2El deseo de morir ha recibido
respuesta, y la vista mediante la cual se contemplaba a la muerte ha sido
sustituida por una visión que percibe que tú no eres lo que pretendes ser. 3Uno que marcha a tu lado le ofrece a cada uno de tus temores esta
piadosa respuesta: "Eso no es cierto". 4Cada vez que el pensamiento
de pobreza te oprime, Él te recuerda todos los dones que posees, y cuando te
percibes solo y atemorizado, te recuerda que Él siempre está a tu
lado.
12. Y
te recuerda también algo más que tú habías olvidado. 2Pues al tocarte
ha hecho que seas igual que Él. 3Los dones que posees no son sólo
para ti. 4Ahora tienes que aprender a dar lo que Él vino a ofrecerte. 5Esta es la lección que está implícita en lo que Él da, pues Él te ha
salvado de la soledad que quisiste forjar para ocultarte de Dios. 6Él te ha recordado todos los dones con los que Dios te bendijo. 7Te habla asimismo de aquello en lo que se ha de convertir tu
voluntad cuando los aceptes y reconozcas que son tuyos.
13. Los
dones de Dios te pertenecen, y se te han confiado para que se los des a todos
aquellos que eligen recorrer el solitario camino del que tú te has escapado. 2Ellos no entienden que lo único que están haciendo es ir en pos de
sus deseos. 3Ahora eres tú quien les tiene que enseñar. 4Pues has aprendido de Cristo que hay otro camino que pueden
recorrer. 5Les puedes enseñar esto demostrándoles la felicidad
que colma a aquellos que sienten el toque de Cristo y que reconocen los dones de
Dios. 6No permitas que tus pesares te tienten a no ser fiel a tu
cometido.
14. Tus
suspiros no harían ahora sino truncar las esperanzas de aquellos que cuentan
contigo para su liberación. 2Tus lágrimas son las suyas. 3Si enfermas, no haces sino impedir su curación. 4Tus
temores no hacen sino enseñarles que los suyos están justificados. 5Tu mano
se convierte en la que otorga el toque de Cristo; tu cambio de mentalidad se
convierte en la prueba de que quien acepta los dones de Dios jamás puede sufrir
por nada. 6Se te ha encomendado liberar al mundo de su
dolor.
15. No
lo defraudes. 2Conviértete en la prueba viviente de lo que el toque
de Cristo puede ofrecerle a todo el mundo. 3Dios te ha confiado Sus
dones. 4¡Que tu felicidad dé testimonio de la gran transformación que
experimenta la mente que elige aceptarlos y sentir el toque de
Cristo! 5Ésa es tu misión ahora. 6Pues Dios les ha
encomendado a todos los que reciben Sus dones que a su vez los den. 7Él ha compartido Su gozo
contigo. 8Ãhora tú vas a compartirlo con el
mundo.
LECCIÓN
167
Sólo
hay una vida y ésa es la vida que comparto con Dios.
1. No existen diferentes clases de vida, pues la vida
es como la verdad. 2No admite grados. 3Es la única
condición que todo lo que Dios creó comparte. 4Y al igual que todos
Sus Pensamientos, no tiene opuesto. 5La muerte no existe porque lo
que Dios creó comparte Su Vida. 6La muerte no existe porque Dios no
tiene opuesto. 7La muerte no existe porque el Padre y el Hijo son
uno.
2. En este mundo parece haber un estado que es lo
opuesto a la vida. 2Tú lo llamas muerte. 3Sin embargo,
hemos aprendido que la idea de la muerte adopta muchas formas. 4Es la
idea subyacente a todos los sentimientos que no son de suprema felicidad. 5Es la alarma a la que respondes cuando reaccionas de cualquier forma
que no sea con perfecta alegría. 6Todo pesar, sensación de pérdida,
ansiedad, sufrimiento y dolor, e incluso el más leve suspiro de cansancio,
cualquier ligera incomodidad o fruncimiento de ceño, dan testimonio de la
muerte. 7Por lo tanto, niegan que vives.
3. Tú crees que la muerte es algo que sólo tiene que
ver con el cuerpo. 2Sin embargo, es sólo una idea, y no tiene nada
que ver con lo que se considera físico. 3Los pensamientos se
encuentran en la mente. 4Éstos pueden entonces aplicarse según lo
dicte la mente. 5Y es en
su punto de origen donde debe efectuarse el cambio si es que éste ha de
tener lugar. 6Las ideas no abandonan su fuente. 7El
énfasis que este curso ha puesto en esta idea se debe al papel central que ocupa
en nuestros intentos de que cambies de parecer con respecto a ti mismo. 8Es la razón de que puedas curar. 9Es la causa de la
curación. 10Es la razón de que no puedas morir. 11Su
veracidad te estableció como uno con Dios.
4. La muerte es el pensamiento de que estás separado
de tu Creador. 2Es la creencia de que las condiciones cambian y
de que las emociones varían debido a causas que no están bajo tu control, que no
son obra tuya y que tú jamás puedes cambiar. 3Es la creencia
fija de que las ideas pueden abandonar su fuente y adquirir cualidades que ésta
no posee, convirtiéndose así en algo diferente de su origen, aparte de éste
en lo relativo a su naturaleza, así como en lo relativo al tiempo, a la
distancia y a la forma.
5. La muerte no puede proceder de la vida. 2Las ideas permanecen unidas a su fuente. 3Pueden
extender todo lo que su fuente contiene. 4En este sentido, pueden ir
mucho más allá de sí mismas. 5Pero no pueden dar origen a lo que
jamás se les dio. 6Tal como fueron concebidas, así será como ellas a
su vez conciban. 7Tal como nacieron, así es como darán a luz. 8Y de allí de donde provinieron, allí mismo
regresarán.
6. La mente puede pensar que duerme, pero eso es
todo. 2No puede cambiar su estado de vigilia. 3No puede
hacer un cuerpo, ni tampoco habitar en un cuerpo. 4Lo que es ajeno a
la mente no existe porque no tiene una fuente. 5La mente crea todas
las cosas que existen, pero no puede otorgarles los atributos que no posee, ni
tampoco cambiar su propio estado eterno de plena conciencia. 6No
puede dar lugar a lo físico. 7Lo que parece morir no es sino la señal
de que la mente está dormida.
7. Lo opuesto a la vida tan sólo puede ser otra forma
de vida. 2Como tal, se puede reconciliar con lo que la creó porque no
es realmente un opuesto. 3Su forma puede cambiar, así como
aparentar ser lo que no es. 4Mas la mente es mente, tanto si
está despierta como dormida. 5No es lo opuesto a nada que ella
misma haya creado, ni a lo que parece hacer mientras cree estar
dormida.
8. Dios sólo crea mentes despiertas. 2Él
no duerme, y Sus creaciones no pueden poseer algo que Él no les confiera,
ni dar lugar a condiciones que Él no comparte con ellas. 3El
pensamiento de muerte no es lo opuesto a los pensamientos de vida. 4Libres para siempre de toda oposición, los Pensamientos de Dios son
eternamente inmutables, y tienen el poder de extenderse inmutablemente
para siempre, aunque dentro de sí mismos, pues son
omnipresentes.
9. Lo que parece ser lo opuesto a la vida es
meramente un sueño. 2Cuando la mente elige ser lo que no es y asumir
un poder que le es ajeno y que no posee, un estado foráneo al que no puede
adaptarse o una condición falsa que no forma parte de su Fuente,
simplemente parece que se va a dormir por un rato. 3Y sueña al tiempo: un intervalo en el que lo que
parece acontecer en realidad nunca ha sucedido, los cambios ocurridos
carecen de fundamento y los acontecimientos que parecen tener lugar no
están en ninguna parte. 4Cuando la mente despierta, sencillamente
continúa siendo como siempre fue.
10. Seamos hoy criaturas de la verdad, y no neguemos
nuestro santo patrimonio. 2Nuestra vida no es como nos la imaginamos. 3 Quién podría cambiar la vida sólo porque cierre los ojos, o porque
haga de sí mismo lo que no es al estar dormido y ver en sueños algo opuesto a lo
que él es? 4 Hoy no pediremos la muerte en ninguna de sus formas. 5Tampoco dejaremos que ni siquiera por un instante cosas imaginarias
que aparentemente se oponen a la vida moren allí donde Dios Mismo estableció el
Pensamiento de vida eterna.
11. Hoy procuraremos mantener su santo hogar tal como
Él lo estableció y como Su Voluntad dispone que sea eternamente. 2Él es Dueño y Señor de lo que hoy pensamos. 3Y en Sus
Pensamientos, que no tienen opuesto, entenderemos que sólo hay una vida, y ésa
es la vida que compartimos con Él, con toda la creación, así como con sus
pensamientos, los cuales Él creó como una unidad de vida que no puede separarse
con la muerte ni abandonar la Fuente de vida de donde
provino.
12. Compartimos una sola vida porque tenemos una sola
Fuente desde la que nos llega la perfección, la cual permanece por siempre
en las santas mentes que Él creó perfectas. 2Somos ahora tal como
siempre hemos sido y como seremos siempre. 3La mente que duerme no
puede sino despertar, según ve su propia perfección reflejando al Señor de
la Vida tan perfectamente que se funde con lo que allí se ve reflejado. 4Y ahora ya no es un simple reflejo, 5sino que se
convierte en aquello que refleja y en la luz que hace que el reflejo sea
posible. 6La visión deja ahora de ser necesaria. 7Pues una
mente despierta es aquella que conoce su Fuente, su Ser y su
Santidad.
16 DE
JUNIO
II. El final
de las dudas
1. La
Expiación tiene lugar en el tiempo, pero no es para el tiempo. 2Puesto que se encuentra en ti, es eterna. 3Lo que
encierra el recuerdo de Dios no puede estar limitado por el tiempo, 4del mismo modo en que tú tampoco puedes estarlo. 5Pues
sólo si Dios estuviese limitado, podrías estarlo tú. 6El instante que
se le ofrece al Espíritu Santo se le ofrece a Dios en tu nombre, y en ese
instante despiertas dulcemente en Él. 7En el instante bendito
abandonas todo lo que aprendiste en el pasado, y el Espíritu Santo te ofrece de
inmediato la lección de la paz en su totalidad. 8 Cómo iba a requerir
tiempo aprender esta lección cuando todos los obstáculos que podrían impedirlo
ya han sido superados? 9La verdad transciende al tiempo en tal
medida, que toda ella tiene lugar simultáneamente. 10Pues al
haber sido creada como una sola, su unicidad* es completamente independiente del
tiempo.
2. No permitas
que el tiempo sea motivo de preocupación para ti, ni tengas miedo del instante
de santidad que ha de eliminar todo vestigio de miedo. 2Pues el
instante de paz es eterno precisamente porque está desprovisto de miedo. 3Dicho instante llegará, ya que es la lección que Dios te da a través
del Maestro que Él ha designado para transformar el tiempo en eternidad. 4¡Bendito sea el Maestro de Dios, Cuyo gozo reside en mostrarle al
santo Hijo de Dios su santidad! 5Su gozo no está circunscrito
al tiempo. 6Sus enseñanzas son para ti porque Su gozo es el tuyo. 7A través de Él te alzas ante el altar de Dios, donde Él dulcemente
transforma el infierno en Cielo. 8Pues es únicamente en el Cielo
donde Dios quiere que estés.
3. Cuánto
tiempo se puede tardar en llegar allí donde Dios quiere que estés? 2Pues ya estás donde siempre has estado, y donde has de estar
eternamente. 3Todo lo que tienes, lo tienes para siempre. 4El instante bendito se extiende para abarcar al tiempo, del mismo
modo en que Dios se extiende a Sí Mismo para abarcarte a ti. 5Tú
que te has pasado días, horas e incluso años encadenando a tus hermanos a
tu ego a fin de apoyarlo y proteger su debilidad, no percibes la Fuente de la
fortaleza. 6En este instante santo liberarás a todos tus hermanos de
las cadenas que los mantienen prisioneros y te negarás a apoyar su
debilidad o la tuya.
4. No te das
cuenta de cuán desacertadamente has utilizado a tus hermanos al considerarlos
fuentes de apoyo para el ego. 2En tu percepción, por lo tanto, ellos
dan testimonio del ego, y parecen darte motivos para que no lo abandones. 3Tus hermanos, no obstante, son testigos mucho más poderosos y
mucho más convincentes en favor del Espíritu Santo, 4Cuya
fortaleza respaldan. 5Eres tú, por lo tanto, quien determina el que
ellos apoyen al ego o al Espíritu Santo en ti. 6Y reconocerás cuál de
ellos has elegido por sus reacciones. 7Siempre se puede reconocer a
un Hijo de Dios que ha sido liberado a través del Espíritu Santo en un hermano. 8No puede ser negado. 9Si todavía tienes dudas, es tan
sólo porque no has otorgado completa liberación. 10Y debido a ello
todavía no le has dado al Espíritu Santo un solo instante completamente. 11Pues cuando lo hayas hecho no te cabrá la menor duda de que lo has
hecho. 12Estarás seguro porque Su testigo hablará tan claramente en
favor de Él, que oirás y entenderás: 13Seguirás dudando hasta que
oigas un testigo al que hayas liberado completamente a través del Espíritu
Santo. 14Y entonces ya no dudarás más.
5. Aún no has
tenido la experiencia del instante santo. 2Pero la tendrás y la
reconocerás con absoluta certeza. 3Ningún regalo de Dios se reconoce
de otra manera. 4Puedes practicar el mecanismo del instante santo y
aprender mucho de ello. 5Mas no puedes suplir su deslumbrante y
reluciente fulgor, que literalmente te cegará sólo con que lo veas, impidiéndote
ver este mundo. 6Y todo ello se encuentra aquí, en este mismo
instante, completo, consumado y plenamente otorgado.
6. Empieza
ahora a desempeñar el pequeño papel que te corresponde en el proceso de
aislar el instante santo. 2Recibirás instrucciones muy precisas a
medida que sigas adelante. 3Aprender a aislar este segundo y a
experimentarlo como algo eterno es empezar a experimentarte a ti mismo como
que no estás no separado. 4No tengas miedo de que no se te vaya a
ayudar en esto. 5El Maestro de Dios y Su lección respaldarán tu
fortaleza. 6Es sólo tu debilidad lo que se desprenderá de ti
cuando comiences a practicar esto, pues al hacerlo experimentarás el poder de
Dios en ti. 7Utilízalo aunque sólo sea por un instante, y nunca más
lo negarás. a Quién puede negar la Presencia de aquello ante lo cual
el universo se inclina con júbilo, y agradecimiento? 9Ante el
reconocimiento del universo que da testimonio de Ella, tus dudas no pueden
sino desaparecer.
LECCIÓN
168
Tu
gracia me es dada. La reclamo ahora.
1. Dios nos habla. 2 No deberíamos
nosotros acaso hablarle a Él? 3Dios no es algo distante. 4No trata de ocultarse de nosotros. 5Somos nosotros los
que tratamos de ocultarnos de Él, y somos víctimas del engaño. 6Él
siempre está enteramente accesible. 7Él ama a su Hijo. 8De
nada, excepto de esto se puede estar seguro, pero con eso basta. 9Él
amará a su Hijo eternamente. 10Aun cuando su mente duerme, Él lo ama. 11Y cuando su mente despierte, Él lo seguirá amando con un Amor que
jamás ha de cambiar.
2. Si supieras el significado de Su Amor, tanto la
esperanza como la desesperación serían imposibles. 2Pues toda
esperanza quedaría colmada para siempre y cualquier clase de desesperación
sería inconcebible. 3Su gracia es Su respuesta para toda
desesperación, pues en ella radica el recuerdo de Su Amor. 4 Cómo no iba Él a proporcionar gustosamente los medios a través de
los cuales puede reconocerse Su Voluntad? 5Su gracia es tuya sólo con
que la reconozcas. 6Y Su
memoria despertará en la mente que le pida los medios a través de los cuales su
sueño termina.
3. Hoy le pedimos a Dios el regalo que con más celo
ha conservado dentro de nuestros corazones, en espera de que se le
reconozca. 2Se trata del regalo mediante el cual Dios se inclina
hasta nosotros y nos eleva, dando así Él Mismo el último paso de la salvación. 3Todos los pasos, excepto éste, los aprendemos siguiendo las
instrucciones de Su Voz. 4Pero al final es Él Mismo Quien viene, y
tomándonos en Sus Brazos hace que todas las telarañas de nuestro sueño
desaparezcan. 5Su regalo de gracia es algo más que una simple
respuesta, 6pues restaura todas las memorias que la mente que duerme
había olvidado y toda la certeza acerca del significado del
Amor.
4. Dios ama a Su Hijo. 2Pídele ahora que
te proporcione los medios a través de los cuales este mundo desaparece, y
primero vendrá la visión, y un instante más tarde, el conocimiento. 3Pues en la gracia ves una luz envolver al mundo con amor, y al miedo
borrarse de todos los semblantes conforme los corazones se alzan y reclaman la
luz como suya. 4 Qué queda ahora que pueda demorar al Cielo un sólo
instante más? 5 Qué queda aún por hacer cuando tu perdón descansa
sobre todas las cosas?
5. Hoy
es un día nuevo y santo, pues recibimos lo que se nos ha dado. 2Nuestra fe radica en el Dador, no en nuestra aceptación. 3Reconocemos nuestros errores, pero Aquel que no sabe de errores
es Quien ha de responder a ellos, proporcionándonos los medios con los que
podemos dejarlos atrás y elevarnos hasta Él con gratitud y
amor.
6. Y
Él desciende para recibirnos, según nosotros nos acercamos a Él. 2Pues lo que Él nos ha preparado, Él lo da y nosotros lo
recibimos. 3Tal es Su Voluntad, pues Él ama a Su Hijo. 4A Él elevamos nuestras oraciones hoy, devolviéndole tan sólo la
palabra que Él nos dio a través de Su Propia Voz, Su Palabra, Su
Amor:
5Tu
gracia me es dada. 6La
reclamo ahora. 7Padre, vengo a
Ti. 8Y Tú vendrás a mí
que te lo pido, 9pues soy el Hijo que Tú
amas.
17 DE
JUNIO
III. La
pequeñez en contraposición a la grandeza
1. No te
contentes con la pequeñez. 2Pero asegúrate de que entiendes lo
que es, así como también la razón por la que jamás podrías sentirte satisfecho
con ella. 3La pequeñez es la ofrenda que te haces a ti mismo. 4La ofreces y la aceptas en lugar de la grandeza. 5En este
mundo no hay nada que tenga valor porque es un mundo que procede de la pequeñez,
de acuerdo con la extraña creencia de que la pequeñez puede satisfacerte. 6Cuando te lanzas en pos de cualquier cosa en este mundo creyendo que
te ha de brindar paz, estás empequeñeciéndote y cegándote a la gloria. 7La pequeñez y la gloria son las únicas alternativas de que
dispones para dedicarles todos tus esfuerzos y toda tu vigilancia. 8Y
siempre elegirás una a expensas de la otra.
2. Sin
embargo, de lo que no te das cuenta cada vez que eliges, es de que tu elección
es tu evaluación de ti mismo. 2Opta por la pequeñez y no tendrás paz,
pues habrás juzgado que eres indigno de ella. 3Y cualquier cosa que
ofrezcas como substituto será un regalo de tan poco valor que te dejará
insatisfecho. 4Es esencial que aceptes el hecho -y que lo aceptes
gustosamente- de que ninguna clase de pequeñez podrá jamás satisfacerte. 5Eres libre de probar cuantas quieras, pero lo único que estarás
haciendo es demorar tu retorno al hogar. 6Pues sólo en la grandeza,
que es tu hogar, podrás sentirte satisfecho.
3. Tienes una
gran responsabilidad para contigo mismo, y es una responsabilidad que tienes que
aprender a recordar en todo momento. 2Al principio, la lección tal
vez te parezca difícil, pero aprenderás a amarla cuando te des cuenta de que es
verdad y de que no es más que un tributo a tu poder. 3Tú que has
encontrado la pequeñez que buscabas, recuerda esto: cada decisión que tomas
procede de lo que crees ser, y representa el valor que te atribuyes a ti mismo. 4Si crees que lo que no tiene valor puede satisfacerte, no podrás
sentirte satisfecho, pues te habrás limitado a ti mismo. 5Tu función
no es insignificante, y sólo podrás escaparte de la pequeñez hallando tu función
y desempeñándola.
4. No hay duda
acerca de cuál es tu función, pues el Espíritu Santo sabe cuál es. 2No hay duda acerca de la grandeza de esa función, pues te llega a
través de Él desde la Grandeza. 3No tienes que esforzarte por
alcanzarla, puesto que ya dispones de ella. 4Mas debes canalizar
todos tus esfuerzos contra la pequeñez, pues para proteger tu grandeza en este
mundo es preciso mantenerse alerta. 5Mantenerse continuamente
consciente de la propia grandeza en un mundo en el que reina la pequeñez es
una tarea que los que se menosprecian a sí mismos no pueden llevar a cabo. 6Sin embargo, se te pide que lo hagas como tributo a tu grandeza y no
a tu pequeñez. 7No se te pide que lo hagas solo. 8El poder
de Dios respaldará cada esfuerzo que hagas en nombre de Su amado Hijo. 9Ve en pos de la pequeñez, y te estarás negando a ti mismo Su poder. 10Dios no está dispuesto a que Su Hijo se sienta satisfecho con nada
que no sea la totalidad. 11Pues Él no se siente satisfecho sin Su
Hijo y Su Hijo no puede sentirse satisfecho con menos de lo que Su Padre le
dio.
5.
Anteriormente te pregunté: " Qué prefieres ser, rehén del ego o anfitrión de
Dios?" 2Deja que el Espíritu Santo te haga esa pregunta cada vez
que tengas que tomar una decisión. 3Pues cada decisión que tomas la
contesta, y, por lo tanto, le abre las puertas a la tristeza o a la dicha. 4Cuando Dios se dio a Sí Mismo a ti en tu creación, te estableció
como Su anfitrión para siempre. 5Él no te ha abandonado, ni tú lo has
abandonado a Él. 6Todos tus intentos de negar Su grandeza, y de hacer
de Su Hijo un rehén del ego, no pueden empequeñecer a aquel a quien Dios ha
unido a Sí Mismo. 7Cada decisión que tomas es o bien en favor del
Cielo o bien en favor del infierno, y te brinda la conciencia de la alternativa
que hayas elegido.
6. El Espíritu
Santo puede mantener tu grandeza en tu mente a salvo de toda pequeñez, con
perfecta claridad y seguridad, y sin dejar que se vea afectada por los
miserables regalos que el mundo de la pequeñez desea ofrecerte. 2Pero
para que el Espíritu Santo pueda hacer esto, no debes oponerte a lo que Él
dispone para ti. 3Decídete en favor de Dios por medio de Él. 4Pues la pequeñez y la creencia de que ésta te puede satisfacer, son
decisiones que tomas con respecto a ti mismo. 5El poder y la gloria
que hay en ti procedentes de Dios son para todos los que, como tú, se
consideran indignos y creen que la pequeñez puede expandirse hasta
convertirse en una sensación de grandeza que los pueda satisfacer. 6No des ni aceptes pequeñez. 7El anfitrión de Dios es
digno de todo honor. 8Tu pequeñez te engaña, pero tu grandeza emana
de Aquel que mora en ti, y en Quien tú moras. 9En el Nombre de
Cristo, el eterno Anfitrión de Su Padre, no toques a nadie con la idea de la
pequeñez.
7. En esta
temporada (Navidad) en la que se celebra el nacimiento de la santidad en este
mundo, únete a mí que me decidí en favor de la santidad en tu nombre. 2Nuestra tarea conjunta consiste en restaurar la conciencia de
grandeza en aquel que Dios designó como Su anfitrión. 3Dar el don de
Dios está más allá de tu pequeñez, pero no más allá de ti. 4Pues
Dios quiere darse a Sí Mismo a través de ti. 5Él se extiende a Sí
Mismo desde ti hacia todo el mundo, y más allá de todo el mundo hasta las
creaciones de Su Hijo sin abandonarte. 6Él se extiende eternamente
mucho más allá de tu insignificante mundo, aunque sin dejar de estar en ti. 7No obstante, Él te ofrece todas Sus extensiones a ti, puesto que
eres Su anfitrión.
8. Es acaso
un sacrificio dejar atrás la pequeñez y dejar de deambular en vano? 2Despertar a la gloria no es un sacrificio. 3Pero sí es un
sacrificio aceptar cualquier cosa que no sea la gloria. 4Trata de
aprender que no puedes sino ser digno del Príncipe de la Paz, nacido en ti en
honor de Aquel de Quien eres anfitrión. 5Desconoces el significado
del amor porque has intentado comprarlo con baratijas, valorándolo así demasiado
poco como para poder comprender su grandeza. 6El amor no es
insignificante, y mora en ti que eres el anfitrión de Dios. 7Ante la
grandeza que reside en ti, la poca estima en que te tienes a ti mismo y todas
las pequeñas ofrendas que haces, se desvanecen en la
nada.
9. Bendita
criatura de Dios, cuándo vas a aprender que sólo la
santidad puede hacerte feliz y darte paz? 2Recuerda que no aprendes
únicamente para ti, de la misma manera en que yo tampoco lo hice. 3Tú puedes aprender de mí únicamente porque yo aprendí por ti. 4Tan sólo deseo enseñarte lo que ya es tuyo, para que juntos podamos
reemplazar la miserable pequeñez que mantiene al anfitrión de Dios cautivo
de la culpabilidad y la debilidad, por la gozosa conciencia de la gloria
que mora en él. 5Mi nacimiento en ti es tu despertar a la grandeza. 6No me des la bienvenida en un pesebre, sino en el altar de la
santidad, en el que la santidad mora en perfecta paz. 7Mi Reino no es
de este mundo, puesto que está en ti. 8Y tú eres de tu Padre. 9Unámonos en honor a ti, que no puedes sino permanecer para siempre
más allá de la pequeñez.
10. Decide
como yo que decidí morar contigo. 2Mi voluntad dispone lo mismo
que la de mi Padre, pues sé que Su Voluntad no varía y que se encuentra
eternamente en paz consigo misma. 3Nada que no sea Su Voluntad podrá
jamás satisfacerte. 4No aceptes menos y recuerda que todo lo que
aprendí es tuyo. 5Yo amo lo que mi Padre ama tal como Él lo hace, y
no puedo aceptar que sea lo que no es, 6de la misma manera en que Él
tampoco puede hacerlo. 7Cuando hayas aprendido a aceptar lo que eres,
no inventarás otros regalos para ofrecértelos a ti mismo, pues sabrás que eres
íntegro, que no tienes necesidad de nada y que eres incapaz de aceptar nada para
ti. 8Y habiendo recibido, darás gustosamente. 9El
anfitrión de Dios no tiene que ir en pos de nada, pues no hay nada que él tenga
que encontrar.
11. Si estás
completamente dispuesto a dejar que la salvación se lleve a cabo de acuerdo con
el plan de Dios y te niegas a tratar de obtener la paz por tu cuenta, alcanzarás
la salvación. 2Mas no pienses que puedes sustituir tu plan por el
Suyo. 3En vez de eso, únete a mí en el Suyo para que juntos podamos
liberar a todos aquellos que prefieren permanecer cautivos, y proclamar que el
Hijo de Dios es Su anfitrión. 4Así pues, no dejaremos que nadie se
olvide de lo que tú quieres recordar, 5y de este modo, lo
recordarás.
12. Evoca en
todos únicamente el recuerdo de Dios y el del Cielo que mora en ellos. 2Allí donde desees que tu hermano esté, allí creerás estar tú. 3No respondas a su petición de pequeñez y de infierno, sino sólo a su
llamamiento a la grandeza y al Cielo. 4No te olvides de que su
llamamiento es el tuyo y contéstale junto conmigo. 5El poder de Dios
está a favor de Su anfitrión eternamente, pues su único cometido es
proteger la paz en la que Él mora. 6No deposites la ofrenda de la
pequeñez ante Su santo altar, el cual se eleva más allá de las estrellas hasta
el mismo Cielo por razón de lo que le es dado.
LECCIÓN
169
Por
la gracia vivo. Por la gracia soy liberado.
1. La
gracia es el atributo del Amor de Dios que más se asemeja al estado que
prevalece en la unidad de la verdad. 2Es la
aspiración más elevada que se puede tener en el mundo, pues conduce más allá de
él. 3Se encuentra más allá del aprendizaje, aunque es su objetivo,
pues la gracia no puede arribar hasta que la mente no se haya preparado a sí
misma para aceptarla de verdad. 4La gracia se vuelve inevitable para
aquellos que han preparado un altar donde ésta pueda ser dulcemente depositada y
gustosamente recibida: un altar inmaculado y santo para este
don.
2. La
gracia es la aceptación del amor de Dios en un mundo de aparente odio y miedo. 2Sólo mediante la gracia pueden desaparecer el odio y el miedo,
pues la gracia da lugar a un estado tan opuesto a todo lo que el mundo ofrece,
que aquellos cuyas mentes están iluminadas por el don de la gracia no
pueden creer que el mundo del miedo sea real.
3. La
gracia no es algo que se aprende. 2EI último paso tiene que ir más
allá de todo aprendizaje. 3La gracia no es la meta que este curso
aspira a alcanzar. 4No obstante, nos preparamos para ella en el
sentido de que una mente receptiva puede oír la Llamada a despertar. 5Dicha mente no se ha cerrado completamente a la Voz de Dios. 6Se ha dado cuenta de que hay cosas que no sabe, y, por lo tanto,
está lista para aceptar un estado completamente diferente de la experiencia
con la que se siente a gusto por resultarle familiar.
4. Tal
vez parezca que estamos contradiciendo nuestra afirmación de que el momento
en que la revelación de que el Padre y el Hijo son uno ya se ha fijado. 2Pero hemos dicho también que la mente es la que determina cuándo ha
de ocurrir ese momento, y que ya lo ha hecho. 3Te exhortamos, no
obstante, a que des testimonio de la Palabra de Dios para hacer que la
experiencia de la verdad llegue más pronto y para acelerar su advenimiento a
toda mente que reconozca los efectos de la verdad en ti.
5. La
unidad es simplemente la idea de que Dios es. 2Y en
Su Ser, Él abarca todas las cosas. 3Ninguna mente contiene nada que
no sea Él. 4Decimos "Dios es"; y luego guardamos silencio, pues en
ese conocimiento las palabras carecen de sentido. 5No hay labios que
las puedan pronunciar, ni ninguna parte de la mente es lo suficientemente
diferente del resto como para poder sentir que ahora es consciente de algo que
no sea ella misma. 6Se ha unido a su Fuente, 7y al
igual que ella, simplemente es.
6. No
podemos hablar, escribir, ni pensar en esto en absoluto. 2Pues
aflorará en toda mente cuando el reconocimiento de que su voluntad es la de Dios
se haya dado y recibido por completo. 3Ello hace que la mente retorne
al eterno presente, donde el pasado y el futuro son inconcebibles. 4El eterno presente yace más allá de la salvación; más allá de todo
pensamiento de tiempo, de perdón y de la santa faz de Cristo. 5El Hijo
de Dios simplemente ha desaparecido en su Padre, tal como su Padre ha
desaparecido en él. 6El mundo
jamás ha tenido lugar. 7La eternidad permanece como un estado
constante.
7. Esto
está más allá de la experiencia que estamos tratando de acelerar. 2No obstante,
cuando se enseña y se aprende lo que es el perdón, ello trae consigo
experiencias que dan testimonio de que el momento en que la mente misma decidió
abandonarlo todo excepto esto, está por llegar. 3No es que realmente
lo podamos acelerar, toda vez que lo que vas a ofrecer es algo que
simplemente se había ocultado de Aquel que enseña el significado del
perdón.
8. Todo aprendizaje ya se encontraba en Su Mente,
consumado y completo. 2Él reconoció todo lo que el tiempo encierra, y
se lo dio a todas las mentes para que cada una de ellas pudiera determinar,
desde una perspectiva en la que el tiempo ha terminado, cuándo ha de ser
liberada para la revelación y la eternidad. 3Hemos repetido en
varias ocasiones que no haces sino emprender una jornada que ya
concluyó.
9. Pues
la unidad no puede sino encontrarse aquí. 2Sea cual sea el momento
que la mente haya fijado para la revelación ello es completamente
irrelevante para lo que no puede sino ser un estado constante, eternamente como
siempre ha sido, y como ha de seguir siendo eternamente. 3Nosotros
simplemente asumimos el papel que se nos asignó hace mucho, y que Aquel que
escribió el guión de la salvación en el Nombre de Su Creador y en el Nombre del
Hijo de Su Creador, reconoció como perfectamente realizado. 10. No
hay necesidad de clarificar más lo que nadie en el mundo puede entender. 2Cuando la revelación de tu unidad tenga lugar, lo sabrás y lo
comprenderás plenamente. 3Pero por ahora es mucho lo que aún nos
queda por hacer, pues aquellos que se encuentran en el tiempo pueden hablar de
cosas que están más allá de él, y escuchar palabras que explican que lo que ha
de venir ha pasado ya. 4Mas qué significado pueden tener dichas
palabras para los que todavía se rigen por el reloj, y se levantan, trabajan y
se van a dormir de acuerdo con él?
11. Baste,
pues, con decir que para desempeñar tu papel es mucho lo que aún te queda por
hacer. 2El final seguirá siendo nebuloso hasta que hayas desempeñado
por completo tu papel. 3Pero eso no importa, 4pues tu
papel sigue siendo el pilar sobre lo que todo lo demás descansa. 5Conforme asumas el papel que se te encomendó, la salvación se
acercará un poco más a cada corazón incierto cuyo latir no esté aún en sintonía
con Dios.
12. El
perdón es el eje central de la salvación, pues hace que todos sus aspectos
tengan una relación significativa entre sí, dirige su trayectoria y asegura su
resultado. 2Y ahora
pedimos que se nos conceda la gracia, el último regalo que la salvación puede
otorgar. 3La experiencia que la gracia proporciona es temporal,
pues la gracia es un preludio del Cielo, pero sólo reemplaza a la idea de tiempo
por un breve lapso.
13. Mas
ese lapso es suficiente. 2Pues ahí es donde se depositan los
milagros, que tú has de devolver de los instantes santos que recibes a
través de la gracia que experimentas, a todos los que ven la luz que aún refulge
en tu faz. 3 Qué es la faz de Cristo sino la de aquel que se adentró
por un momento en la intemporalidad y al volver trajo consigo -para bendecir al
mundo- un claro reflejo de la unidad que experimentó allí? 4 Cómo
podrías llegar a alcanzarla para siempre, mientras una parte de ti se
encuentre afuera, ignorante y dormida, necesitada de que tú des testimonio de la
verdad?
14. Siéntete
agradecido de poder regresar, de la misma manera en que te alegró ir por un
instante, y acepta los dones que la gracia te otorgó. 2Es a ti mismo
a quien se los traes. 3Y la revelación no está muy lejos. 4Su llegada es indudable. 5Pedimos que se nos conceda la
gracia y la experiencia que procede de ella. 6Damos la bienvenida a
la liberación que les ofrece a todos. 7No estamos pidiendo lo que no
se puede pedir. 8No tenemos nuestras miras puestas en aquello que
está más allá de lo que la gracia puede conceder. 9Pues eso lo
podemos dar con la gracia que se nos ha concedido.
15. Nuestro
objetivo de aprendizaje de hoy no excede lo que expresa esta plegaria. 2Mas qué puede haber en el mundo que sobrepase lo que en este día le
pedimos a Aquel que nos concede la gracia que pedimos, tal como se le concedió a
Él?
3Por
la gracia vivo. 4Por
la gracia soy liberado. 5Por
la gracia doy. 6Por
la gracia he de liberar.
18 DE
JUNIO
IV. La
práctica del instante santo
1. Es posible
aprender este curso inmediatamente, a no ser que creas que lo que Dios dispone
requiere tiempo. 2Y esto sólo puede significar que prefieres seguir
demorando reconocer el hecho de que lo que Su Voluntad dispone ya se ha
cumplido. 3El instante santo es este mismo instante y cada instante. 4El que deseas que sea santo, lo es. 5El que no deseas que
lo sea, lo desperdicias. 6En tus manos está decidir qué instante ha
de ser santo. 7No demores esta decisión, 8pues más allá
del pasado y del futuro, donde no podrías encontrar el instante santo, éste
espera ansiosamente tu aceptación. 9Sin embargo, no puedes tener una
conciencia feliz de él mientras no lo desees, pues encierra dentro de sí la
liberación total de la pequeñez.
2. Tu
práctica, por lo tanto, debe basarse en que estés dispuesto a dejar a un lado
toda pequeñez. 2El instante en que la grandeza ha de descender sobre
ti se encuentra tan lejos como tu deseo de ella, mientras no la desees, :y en su
lugar prefieras valorar la pequeñez, ésa será la distancia a la que se
encontrará de ti. 4En la medida en que la desees, en esa misma medida
harás que se aproxime a ti. 5No pienses que puedes ir en busca de la
salvación a tu manera y alcanzarla. 6Abandona cualquier plan que
hayas elaborado para tu salvación y substitúyelo por el de Dios. 7Su
plan te satisfará. 8No hay nada más que pueda brindarte paz, pues la
paz es de Dios y de nadie más qué de Él.
3. Sé humilde
ante Él, y, sin embargo, grande en Él. 2No antepongas
ningún plan del ego al plan de Dios, 3pues con tu decisión de formar
parte de cualquier otro plan que no sea el Suyo dejas vacante tu lugar en Su
plan, que debes ocupar si quieres unirte a mí. 4Te exhorto a que
cumplas el santo papel que te corresponde desempeñar en el plan que Él dio al
mundo para liberarlo de la pequeñez. 5Dios desea que Su anfitrión
more en perfecta libertad. 6Cualquier fidelidad a un plan de
salvación distinto del Suyo disminuye en tu propia mente el valor de lo que
Su Voluntad ha dispuesto para ti. 7Sin embargo, es tu mente la que es
Su anfitrión.
4. Quieres
saber cuán perfecto e inmaculado es el santo altar en el que tu Padre se ha ubicado a Sí Mismo? 2Te darás cuenta de esto en el instante
santo, en el que gustosamente y de buena voluntad renuncias a todo
plan que no sea el Suyo. 3Pues en el instante santo se encuentra la
paz, perfectamente diáfana porque has estado dispuesto a satisfacer sus
condiciones. 4Puedes reclamar el instante santo en cualquier momento
y lugar en que lo desees. 5En tu práctica, procura abandonar
cualquier plan que hayas aceptado a fin de encontrar grandeza en la pequeñez. 6No se encuentra ahí. 7Utiliza el instante santo
sólo para reconocer que por tu cuenta no puedes saber dónde se encuentra, y que
lo único que harías, sería engañarte a ti mismo.
5. Yo me
encuentro dentro del instante santo tan claramente como tú quieres que lo esté. 2Y el tiempo que tardes en aprender a aceptarme, será el mismo
tiempo que tardarás en hacer tuyo el instante santo. 3Te exhorto a
que hagas que el instante santo pase a ser tuyo de inmediato, pues liberar la
mente del anfitrión de Dios de la pequeñez no depende del tiempo, sino de la
buena voluntad que se tenga para ello.
6. La razón de
que este curso sea simple es que la verdad es simple. 2La complejidad
forma parte del ámbito del ego y no es más que un intento por su parte de querer
nublar lo que es obvio. 3Podrías vivir en el instante santo para
siempre, empezando desde ahora hasta la eternidad, si no fuera por una razón muy
sencilla. 4No empañes la simplicidad de esa razón, pues si lo haces,
será únicamente porque prefieres no reconocerla ni abandonarla. 5La simple razón, llanamente expuesta, es ésta: el instante santo es
un momento en el que se recibe y se da perfecta comunicación. 6Esto quiere decir que es un momento en el que tu mente es
receptiva, tanto para recibir como, para dar. 7El instante santo es
el reconocimiento de que todas las mentes están en comunicación. 8Por
lo tanto, tu mente no trata de cambiar nada, sino simplemente de aceptarlo
todo.
7. Cómo
puedes hacer esto cuando prefieres abrigar pensamientos privados y no
renunciar a ellos? 2 La única manera en que podrías hacer esto es
negando la perfecta comunicación que hace que el instante santo sea lo que es. 3Crees que puedes abrigar pensamientos que no quieres compartir con
nadie, y que la salvación radica en que te los reserves exclusivamente para
ti. 4Crees que en los pensamientos privados que únicamente tú conoces
puedes encontrar una manera de quedarte con lo que deseas sólo para ti y de
compartir sólo lo que tú deseas compartir. 5Y luego te preguntas cómo
es que no estás en completa comunicación con los que te rodean, o con Dios que
os rodea a todos a la vez.
8. Cada
pensamiento que prefieres mantener oculto interrumpe la comunicación, puesto que
eso es lo que quieres. 2Es imposible reconocer la comunicación
perfecta, mientras interrumpir la comunicación siga teniendo valor para ti. 3Pregúntate sinceramente: " Deseo estar en perfecta
comunicación? a Estoy completamente dispuesto a renunciar para
siempre a todo lo que la obstaculiza?" 4Si la respuesta es no,
entonces no importa cuán dispuesto esté el Espíritu Santo a concedértela, ello
no será suficiente para que tú puedas disponer de ella, pues no estás
dispuesto a compartirla con Él. 5Y la comunicación perfecta, no
puede tener lugar en una mente que ha decidido oponerse a ella. 6Pues
dar el instante santo así como recibirlo requiere la misma dosis de buena
voluntad, al ser la aceptación de la única Voluntad que gobierna todo
pensamiento.
9. La
condición necesaria para que el instante santo tenga lugar no requiere que no
abrigues pensamientos impuros. 2Pero sí requiere que no abrigues
ninguno que desees conservar. 3La inocencia no es obra tuya. 4Se te da en el momento en que la desees. 5La Expiación no
existiría si no hubiese necesidad de ella. 6No serás capaz de aceptar
la comunicación perfecta mientras sigas queriendo ocultártela a ti mismo. 7Pues lo que deseas ocultar se encuentra oculto para ti. 8En tu práctica, por consiguiente, trata solamente de mantenerte
alerta contra el engaño, y no trates de proteger los pensamientos que quieres
negarte a compartir. 9Deja que la pureza del Espíritu Santo los
desvanezca con su fulgor, y concéntrate sólo en estar listo para la pureza que
Él te ofrece. 10De esta manera, Él te preparará para que reconozcas
que eres un anfitrión de Dios y no un rehén de nada ni de
nadie.
LECCIÓN
170
En
Dios no hay crueldad ni en mí tampoco.
1. Nadie ataca sin la intención de herir. 2En esto no hay excepciones. 3Cuando piensas que
atacas en defensa propia estás afirmando que ser cruel te protege, que la
crueldad te mantiene a salvo. 4Estás afirmando que herir a otro te
brinda libertad. 5Y estás afirmando también que atacar cambia el
estado en que te encuentras por otro mejor, más seguro, donde estás más a
salvo de los asaltos del peligro y del temor.
2. ¡Qué descabellada es la idea de que atacando es la
manera de defenderse del miedo! 2Pues he aquí donde se engendra el
miedo y se le nutre de sangre para que crezca, se expanda y sea cada vez más
rabioso. 3Ésta es la manera de proteger el miedo, no de
escaparse de él. 4Hoy aprendemos una lección que te evitará más
demoras y sufrimientos de los que te puedes imaginar. 5Y es ésta:
6Tú
fabricas aquello de lo que te defiendes. aY
al defenderte contra ello haces que sea real e ineludible. 7Depón tus armas,
y sólo entonces percibirás su falsedad.
3. Parece ser un enemigo externo a quien atacas. 2Sin embargo, al defenderte forjas un enemigo interno; un pensamiento
extraño que está en guerra contigo, que te priva de paz y divide tu mente en dos
bandos que parecen ser totalmente irreconciliables. 3Pues ahora el
amor tiene un "enemigo", un opuesto; y el miedo, el extraño, necesita que lo
defiendas contra la amenaza de lo que realmente
eres.
4. Si examinases detenidamente los medios por los que
tu ilusoria defensa propia procede a lo largo de su curso imaginario, te
percatarías de las premisas sobre las que se basa la idea. 2En
primer lugar, es obvio que las ideas tienen que abandonar su fuente, pues eres
tú quien lanza el ataque y quien tuvo que haberlo concebido primero. 3No obstante, lanzas el ataque contra algo externo a ti y en tu mente
te separas de aquel a quien atacas, completamente convencido de que la división
a la que has dado lugar es real.
5. En segundo lugar, los atributos del amor se le
confieren a su "enemigo". 2 Pues el miedo se convierte en tu refugio
y en el protector de tu paz, y recurres a él en busca de solaz y de escape
de cualquier duda con respecto a tu fortaleza, así como con la esperanza de
poder descansar en una quietud sin sueños. 3Y al así despojar al amor
de lo que le pertenece a él y sólo a él, se le dota con los atributos del miedo. 4Pues el amor te pediría que depusieses todas tus defensas por
ser éstas meras necedades. 5Y ciertamente tus armas se
desmoronarían y quedarían reducidas a polvo, 6pues eso es lo que
son.
6. Al
tener al amor como enemigo, la crueldad se convierte necesariamente en un
dios. 2Y los
dioses exigen que sus seguidores obedezcan sus mandatos sin rechistar. 3A aquellos que cuestionan la sensatez o cuando menos la cordura de
tales exigencias, se les castiga severa e implacablemente. 4Pues son
sus enemigos los que son irrazonables y dementes, mientras que ellos son siempre
justos y misericordiosos.
7. Hoy
examinaremos friamente a este dios cruel. 2Y nos
daremos cuenta de que aunque sus labios están manchados de sangre y de que de su
boca parecen salir llamas, está hecho de piedra. 3No puede hacer
nada. 4No tenemos que desafiar su poder, 5pues no tiene
ninguno. 6Y quienes ven en él su seguridad, no tienen ni guardián ni
fortaleza a los que invocar en caso de peligro, ni ningún poderoso guerrero que
salga en su defensa.
8. Este momento puede ser terrible. 2Pero
también puede ser el momento en que te emancipas de tu abyecta esclavitud. 3Pues al estar frente a este ídolo y verlo exactamente como es,
llevas a cabo una elección. 4 Vas a restituirle al amor lo que has
procurado arrebatarle para ponerlo a los pies de ese inanimado bloque de
piedra? 5 O vas a inventar otro ídolo para que lo reemplace? 6Pues el dios de la crueldad adopta muchas formas. 7Siempre es posible encontrar otra.
9. Mas
no creas que el miedo es la manera de escapar del miedo. 2Recordemos
lo que se ha subrayado en el texto con respecto a los obstáculos que la paz
tiene que superar. 3De éstos, el último, el más difícil de creer que
en realidad no es nada, si bien aparenta ser un bloque sólido, impenetrable,
temible e insuperable, es el miedo a Dios Mismo. 4He aquí la premisa
básica que entrona como un dios al pensamiento del miedo. 5Pues el
miedo es venerado por aquellos que le rinden culto, y el amor parece ahora
estar revestido de crueldad.
10. De dónde ha surgido la creencia tan irracional de
que hay dioses de venganza? 2El amor
no ha confundido sus atributos con los del miedo. 3Mas los que le
rinden culto al miedo perciben su propia confusión en el "enemigo" del miedo, y
la crueldad de éste como parte del amor. 4 Y qué podría ser ahora más
temible que el Corazón del Amor Mismo? 5Sus labios parecen estar
manchados de sangre y de su boca parece brotar fuego. 6Pero
sobre todo, Él es terrible e increíblemente cruel, y siega las vidas de todos
aquellos que lo consideran su Dios.
11. No
hay duda acerca de la elección que hoy has de llevar a cabo. 2Pues
hoy posarás tu mirada por última vez sobre ese bloque de piedra que tú mismo
esculpiste, y dejarás de llamarle dios. 3Has llegado hasta este punto
antes, pero has elegido que ese dios cruel permanezca contigo en otra forma. 4Y por
eso el temor a Dios volvió a apoderarse de ti. 5Pero esta vez lo
dejarás allí. 6Y al volver regresarás a un mundo nuevo, aliviado de
ese peso; un mundo que no se ve a través de sus ojos ciegos, sino a través de la
visión que te ha sido restituida gracias a tu elección.
12. Ahora
tus ojos le pertenecen a Cristo y es Él quien mira a través de ellos. 2Ahora tu voz le pertenece a Dios y se hace eco de la Suya. 3Ahora tu corazón permanecerá en paz para siempre. 4Lo has
elegido a Él en lugar de los ídolos, y los atributos con los que tu Creador te
bendijo te son por fin restituidos. 5La Llamada a Dios ha sido oída y
contestada. 6Ahora el miedo ha dado paso al amor, al Dios Mismo
reemplazar la crueldad.
13. Padre, somos como Tú. 2En
nosotros no hay crueldad, puesto que en Ti no la hay. 3Tu
paz es nuestra. 4Y bendecimos al mundo con lo que hemos recibido
exclusivamente de Ti. 5Elegimos una vez más, y elegimos asimismo
por todos nuestros hermanos, sabiendo que son uno con nosotros. 6Les
brindamos Tu salvación tal como la hemos recibido ahora. 7Y damos
gracias por ellos que nos completan. 8En
ellos vemos Tu gloria y en ellos hallamos nuestra paz. 9Somos
santos porque Tu santidad nos ha liberado. 10Y Te damos gracias por
ello. 11Amén.
19 DE
JUNIO
V. El instante
santo y las relaciones especiales
1. El instante
santo es el recurso de aprendizaje más útil de que dispone el Espíritu Santo
para enseñarte el significado del amor. 2Pues su propósito es la
suspensión total de todo juicio. 3Los juicios se basan siempre
en el pasado, pues tus experiencias pasadas constituyen su base. 4Es
imposible juzgar sin el pasado, pues sin él no entiendes nada. 5Por
lo tanto, no intentarías juzgar porque te resultaría obvio que no entiendes el
significado de nada. 6Esto te da miedo porque crees que sin el ego,
todo sería caótico. 7Mas yo te aseguro que sin el ego, todo sería
amor.
2. El pasado
es el principal recurso de aprendizaje del ego, pues fue en el pasado cuando
aprendiste a definir tus propias necesidades y cuando adquiriste métodos para
satisfacerlas de acuerdo con las condiciones que tú mismo habías fijado. 2Hemos dicho que limitar el amor a una parte de la Filiación produce
culpabilidad en tus relaciones, y, por lo tanto, hace que éstas sean irreales. 3Si intentas aislar ciertos aspectos de la totalidad, con vistas a
satisfacer tus imaginadas necesidades, estarás intentando valerte de la
separación para salvarte. 4 Cómo no iba a producirse entonces
culpabilidad? 5Pues la separación es la fuente de la
culpabilidad, y recurrir a ella para salvarte es creer que estás solo. 6Estar solo es ser culpable. 7Pues sentir que estás
solo es negar la Unidad entre Padre e Hijo y; de ese modo, atacar la
realidad.
3. No puedes
amar sólo a algunas partes de la realidad y al mismo tiempo entender el
significado del amor. 2Si amases de manera distinta de como ama Dios,
Quien no sabe lo que es el amor especial, cómo ibas a poder entender lo
que es el amor? 3Creer que las relaciones especiales, con un
amor especial, pueden ofrecerte la salvación, es creer que la
separación es la salvación. 4Pues la salvación radica en la
perfecta igualdad de la Expiación. 5 Cómo puedes pensar que ciertos
aspectos especiales de la Filiación pueden ofrecerte más que otros? 6El pasado te ha enseñado esto. 7Mas el instante santo te
enseña que eso, no es así.
4. Todas las
relaciones especiales contienen elementos de miedo en ellas debido a la
culpabilidad. 2Por eso es por lo que están sujetas a tantos cambios y
variaciones. 3No se basan exclusivamente en el amor inmutable. 4Y allí donde el miedo ha hecho acto de presencia no se puede contar
con el amor, pues ha dejado de ser perfecto. 5El Espíritu Santo, en
Su función de intérprete de lo que has hecho, se vale de las relaciones
especiales, que tú utilizas para apoyar al ego, para convertirlas en
experiencias educativas que apunten hacia la verdad. 6Siguiendo Sus
enseñanzas, todas las relaciones se convierten en lecciones de
amor.
5. El Espíritu
Santo sabe que nadie es especial. 2Mas Él percibe también que has
entablado relaciones especiales, que Él desea purificar y no dejar que
destruyas. 3Por muy profana que sea la razón por la que las
entablaste, Él puede transformarlas en santidad, al eliminar de ellas tanto
miedo como le permitas. 4Puedes poner bajo Su cuidado cualquier
relación y estar seguro de que no será una fuente de dolor, si estás dispuesto a
ofrecérsela a Él para que no apoye otra necesidad que la Suya. 5Toda
la culpabilidad que hay en tus relaciones especiales procede del uso que
haces de ellas. 6Todo el amor, del uso que Él hace de ellas. 7No temas, por lo tanto, abandonar tus imaginadas necesidades, las
cuales no harían sino destruir la relación. 8De lo único que tienes
necesidad es de Él.
6. Si deseas
sustituir una relación por otra, es que no se la has ofrecido al Espíritu Santo
para que Él haga uso de ella. 2El amor no tiene substitutos. 3Cualquier intento de sustituir un aspecto del amor por otro,
significa que has atribuido menos valor a uno y más a otro. 4De esta
forma, no sólo los has separado; sino que los has condenado a ambos. 5Mas tuviste que haberte condenado a ti mismo primero, o, de lo
contrario, nunca habrías podido pensar que necesitabas que tus hermanos fuesen
diferentes de como son. 6A no ser que hubieses pensado que estabas
falto de amor no se te habría ocurrido pensar que ellos estaban tan faltos de
amor como tú.
7. El uso que
el ego hace de las relaciones es tan fragmentado, que con frecuencia va aún más
allá una parte de un aspecto se ajusta a sus propósitos, pero al mismo tiempo
prefiere diferentes partes de otro aspecto. 2De ésta forma ensambla
la realidad de acuerdo con sus caprichos, incitándote a que vayas en busca de
una imagen que no tiene contrapartida real. 3Pues no hay nada en el
Cielo o en la tierra que se parezca a ella, y así, por mucho que la busques, no
podrás encontrarla porque no es real.
8. Todo el
mundo aquí en la tierra ha entablado relaciones especiales, y aunque en el
Cielo no es así, el Espíritu Santo sabe cómo infundirlas de un toque celestial
aquí. 2En el instante santo nadie es especial, pues no le impones a
nadie tus necesidades personales para hacer que tus hermanos parezcan
diferentes. 3Sin los valores del pasado, verías que todos ellos son
iguales y semejantes a ti, 4y que no hay separación alguna entre
ellos y tú. 5En el instante santo ves lo que cada relación ha de ser
cuando percibas únicamente el presente.
9. Dios te
conoce ahora. 2Él no recuerda nada, pues siempre te ha
conocido exactamente como te conoce ahora. 3El instante santo refleja
Su conocimiento al desvanecer todas tus percepciones del pasado, y al eliminar
de esta manera el marco de referencia que inventaste para juzgar a tus hermanos. 4Una vez que éste ha desaparecido, el Espíritu Santo lo
sustituye con Su Propio marco de referencia, 5el cual es simplemente
Dios. 6La intemporalidad del Espíritu Santo radica sólo en esto. 7Pues en el instante santo, el cual está libre del pasado, ves que el
amor se encuentra en ti y que no tienes necesidad de buscarlo en algo externo y
de arrebatarlo culpablemente de donde pensabas que se
encontraba.
10. Todas tus
relaciones quedan bendecidas en el instante santo porque la bendición es
ilimitada. 2En el instante santo la Filiación se beneficia cual una
sola, y al quedar unida en tu bendición, se vuelve una para ti. 3El
significado del amor es el que Dios le dio. 4Atribúyele cualquier
otro significado que no sea el que Él le otorga, y te será imposible entenderlo. 5Dios ama a cada uno de tus hermanos como te ama a ti, ni más ni
menos. 6Al igual que tú, tiene necesidad de todos ellos por igual. 7En el tiempo, se te ha dicho que obres milagros tal como yo te
indique, y que permitas que el Espíritu Santo te traiga aquellos que te andan
buscando. 8Mas en el instante santo te unes directamente a Dios, y
todos tus hermanos se unen en Cristo. 9Aquellos que están unidos en
Cristo no están separados en modo alguno. 10Pues Cristo es el Ser que
la Filiación comparte, de la misma manera en que Dios comparte Su Ser con
Cristo.
11. Crees que
puedes juzgar al Ser de Dios? 2Dios lo creó inmune a todo juicio:
como resultado de Su necesidad de extender Su Amor. 3Puesto que el
amor se encuentra en ti, no tienes otra necesidad que
extenderlo. 4En el instante santo no hay conflicto de necesidades, ya
que sólo hay una necesidad. 5Pues el instante santo se extiende hasta
la eternidad y hasta la Mente de Dios. 6Y únicamente ahí tiene
sentido el amor, y únicamente ahí puede ser comprendido.
QUINTO
REPASO
Introducción
1. Ahora
iniciamos otro repaso. 2Esta vez estamos listos para poner más de
nuestra parte y dedicar más tiempo a nuestro empeño: 3Reconocemos que
nos estamos preparando para un nuevo nivel de entendimiento. 4Queremos dar este paso resueltamente, para poder seguir
adelante con mayor certeza, mayor sinceridad y mayor fe. 5Nuestros pasos han sido inciertos, y las dudas nos han hecho andar
con lentitud e inseguridad por el camino que este curso señala. 6Pero
ahora vamos a ir más de prisa, pues nos estamos acercando a una mayor certeza, a
un propósito más firme y a una meta más segura.
2. Padre nuestro,
afianza nuestros pasos. 2Aplaca nuestras
dudas, aquieta nuestras santas mentes, y háblanos. 3No
tenemos nada que decirte, 4pues sólo deseamos escuchar Tu Palabra y
hacerla nuestra. 5Guía nuestras prácticas tal como un padre guía a su
hijo pequeño por un camino que éste desconoce, 6pero que aun así, el
hijo lo sigue, seguro de que está a salvo porque su padre le muestra el
camino.
3. De este modo es
como llevamos nuestras prácticas hasta Ti. 2Si
tropezamos, Tú nos levantarás. 3Si
se nos olvida el camino, sabemos que Tú siempre lo recordarás. 4Y si nos
extraviamos, Tú no te olvidarás de llamarnos. 5Aligera nuestros pasos
ahora de modo que podamos caminar con mayor certeza y mayor rapidez hasta Ti. 6Y aceptamos la
Palabra que Tú nos ofreces para unificar nuestras prácticas, a medida que
repasamos los pensamientos que Tú nos has dado.
4. He
aquí -al final de este párrafo- el pensamiento que debe preceder a los
pensamientos que vamos a repasar. 2Cada uno de éstos clarifica algún
aspecto de dicho pensamiento o contribuye a hacerlo más significativo, más
personal y verdadero, así como más descriptivo del santo Ser que compartimos y
que ahora nos preparamos para conocer de nuevo:
3Dios es sólo Amor, y,
por ende, eso es lo que soy yo.
4Sólo
este Ser conoce el amor. 5Sólo sus pensamientos son
perfectamente congruentes; sólo ese Ser conoce a Su Creador, se
comprende a Sí Mismo y goza de un conocimiento y amor perfectos, así como
de un estado de unión constante con Su Padre y Consigo
Mismo.
5. Y Eso es lo que nos espera al final de la jornada. 2Cada paso que damos nos acerca un poco más. 3Este repaso
acortará el tiempo de manera inconmensurable si tenemos presente que Eso es
nuestra meta y que a medida que lo ponemos en práctica es a Eso a lo que nos
acercamos. 4Levantemos de las cenizas nuestros corazones y
dirijámoslos hacia la vida, recordando que Eso es lo que se nos promete, y que
este curso nos fue enviado para allanar el sendero de la luz y enseñarnos, paso
a paso, cómo regresar al eterno Ser que creíamos haber
perdido.
6. Yo te acompaño en esta jornada. 2Pues
por el momento comparto tus dudas y tus miedos, de manera que puedas
recurrir a mí que conozco el camino por el que se supera toda duda y temor. 3Caminamos juntos. 4Es preciso que yo entienda lo que es
la incertidumbre y el dolor, aun cuando sé que no tienen ningún significado. 5Sin embargo, un salvador debe permanecer con aquellos a quienes
enseña, viendo lo que ellos ven, pero conservando en su mente el camino que
lo condujo a su propia liberación, y que ahora te conducirá a ti a la tuya
junto con él. 6Al Hijo de Dios se le sigue crucificando hasta que
camines por esta senda conmigo.
7. Mi resurrección se repite cada vez que conduzco a
un hermano sin contratiempo alguno allí donde la jornada termina para ya no
recordarse más. 2Me siento renovado cada vez que un hermano aprende
que hay un camino que nos libera a todos de la aflicción y del dolor. 3Y renazco cada vez que un hermano se vuelve hacia la luz que mora en
él y me busca. 4No me he olvidado de nadie. 5Ayúdame ahora
a conducirte de regreso allí donde la jornada empezó para que puedas llevar a
cabo otra elección conmigo.
8. Libérame
mientras practicas una vez más los pensamientos que te he traído de Aquel que ve
tu extrema necesidad, y que conoce la respuesta que Dios le ha dado. 2Juntos repasaremos estos pensamientos. 3Juntos les
dedicaremos nuestro tiempo y esfuerzos. 4Y juntos se los enseñaremos
a nuestros hermanos. 5Dios no permitiría que en el Cielo faltase
nada. 6Éste te está esperando, al igual que yo. 7Sin ti yo
estoy incompleto. 8Conforme me complete regresaremos juntos a nuestro
hogar ancestral, el cual se preparó para nosotros desde antes de que el tiempo
comenzara, y se ha mantenido a salvo de los azotes de éste, así como inmaculado
y seguro, tal como será cuando al tiempo le llegue su fin.
9.
Permite, entonces, que este repaso sea el regalo que me haces a mí. 2Pues esto es lo único que necesito: que oigas mis palabras y que se
las ofrezcas al mundo. 3Tú eres mi voz, mis ojos, mis pies y mis
manos, con los cuales llevo la salvación al mundo. 4El Ser desde el
que te llamo no es sino tu propio Ser. 5A Él
nos dirigimos juntos. 6Toma a tu hermano de la mano, pues no es éste
un camino que recorramos solos. 7En él yo camino contigo y tú
conmigo. 8La Voluntad del Padre es que Su Hijo sea uno con Él. 9 Cómo no iba a
ser, entonces, todo lo que vive uno contigo?
10. Permite que este repaso sea un intervalo en el que
compartimos una experiencia que es nueva para ti, aunque tan antigua como
el tiempo e incluso aún más antigua. 2Santificado sea tu nombre 3e inmaculada tu gloria para siempre. 4Tu plenitud ahora
es total, tal como Dios lo dispuso. 5Tú eres Su Hijo, y completas Su
extensión con la tuya. 6No practicamos sino una antigua verdad,
que sabíamos desde antes de que la ilusión pareciese apoderarse del mundo. 7Y le recordamos al mundo que está libre de toda ilusión cada vez que
decimos:
8Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy
yo.
11. Con esto damos comienzo a cada día de nuestro
repaso. 2Con esto empezamos y con esto concluimos cada período de
práctica. 3Y con ese pensamiento nos vamos a dormir
para despertar con esas mismas palabras de nuevo en nuestros labios, y darle así
la bienvenida al nuevo día. 4Todo pensamiento que repasemos lo
envolvemos con ése; y utilizaremos dichos pensamientos para mantenerlo firme en
la mente y claro en nuestra memoria a lo largo del día. 5Y así, cuando hayamos terminado este repaso,
habremos reconocido que las palabras que decimos son
verdad.
12. Las palabras, sin embargo, no son sino recursos
auxiliares y, excepto por el uso que hacemos de ellas al principio y al final de
cada período de práctica, se usarán sólo para recordarle a la mente su
propósito, según lo dicte la necesidad. 2Ponemos nuestra fe en
la experiencia que se deriva de las prácticas, no en los medios que utilizamos. 3Esperamos la experiencia, y reconocemos que sólo en ella radica la
convicción. 4Usamos las palabras y tratamos una y otra vez de ir más
allá de ellas hasta llegar a su significado, el cual está mucho más allá de su
sonido. 5Este se hace cada vez más tenue hasta que finalmente
desaparece, a medida que nos
acercamos a la Fuente del significado. 6Y Ahí es donde hallamos
reposo.
.
LECCIÓN
171
Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1. (151) Todas las cosas son ecos de la Voz que habla por
Dios.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
2. (152) Tengo el poder de
decidir.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
20 DE
JUNIO
VI. El
instante santo y las leyes de Dios
1. Es
imposible usar una relación a expensas de otra sin sentir culpabilidad. 2Y es igualmente imposible condenar parte de una relación y encontrar
paz en ella. 3De acuerdo con las enseñanzas del Espíritu Santo, todas
las relaciones son compromisos totales, si bien no hay conflicto alguno entre
ellas. 4Tener absoluta fe en que cada una de ellas tiene la capacidad
de satisfacerte completamente, sólo puede proceder de una perfecta fe en ti
mismo. 5Mas no puedes tener fe en ti mismo mientras sigas sintiendo
culpabilidad. 6Y seguirás sintiendo culpabilidad mientras
aceptes la posibilidad -y la tengas en gran estima- de que puedes hacer que
un hermano sea lo que no es sólo porque tú lo desees.
2. La razón de
que tengas tan poca fe en ti mismo es que no estás dispuesto a aceptar el hecho
de que dentro de ti se encuentra el amor perfecto. 2Y así, buscas
afuera lo que no se puede encontrar afuera. 3Yo te ofrezco la
perfecta fe que tengo en ti, en lugar de todas tus dudas. 4Pero no te
olvides de que la fe que tengo en todos tus hermanos tiene que ser tan perfecta
como la que tengo en ti, pues, de lo contrario, el regalo que te hago sería
limitado. 5En el instante santo compartimos la fe que tenemos en el
Hijo de Dios porque juntos reconocemos que él es completamente digno de ella, y
en nuestro aprecio de su valía no podemos dudar de su santidad. 6Y,
por lo tanto, le amamos.
3. Toda
separación desaparece conforme se comparte la santidad. 2Pues la
santidad es poder, y cuando se comparte, su fuerza aumenta. 3Si
intentas satisfacerte gratificando tus necesidades tal como las percibes, es
porque crees que la fuerza procede de otro, y que lo que tú ganas, él lo pierde. 4Si te percibes como débil, alguien siempre tiene que salir
perdiendo. 5Sin embargo, hay otra interpretación de las relaciones
que transciende completamente el concepto de pérdida de
poder.
4. No te
resulta difícil creer que cuando otro le pide amor a Dios, tu propia petición no
pierde fuerza. 2Tampoco crees que cuando Dios le contesta tus
esperanzas de recibir una respuesta se ven mermadas. 3Por el
contrario, te sientes más inclinado a considerar el éxito de tu hermano como una
prueba de la posibilidad del tuyo. 4Eso se debe a que reconoces,
aunque sea vagamente, que Dios es una idea, y, por consiguiente, tu fe en Él se
fortalece al compartirla. 5Lo que te resulta difícil aceptar es el
hecho de que, al igual que tu Padre, tú eres una idea. 6Y al igual
que Él, te puedes entregar totalmente sin que ello suponga ninguna pérdida para
ti y de ello sólo se puedan derivar ganancias. 7En esto reside la
paz, pues en ello no hay conflicto.
5. En el mundo
de la escasez, el amor no significa nada y la paz es imposible. 2Pues
en él se aceptan tanto la idea de ganar como la de perder, y, por lo tanto,
nadie es consciente de que en su interior reside el amor perfecto. 3En el instante santo reconoces que la idea del amor mora en ti, y
unes esta idea a la Mente que la pensó y que jamás podría abandonarla. 4Puesto que dicha Mente mantiene dentro de sí la idea del amor, no
puede haber pérdida alguna. 5El instante santo se convierte así en
una lección acerca de cómo mantener a todos tus hermanos en tu mente, sin
experimentar pérdida alguna sino tan sólo compleción. 6De esto se
deduce que sólo puedes dar. 7Y esto es amor, pues únicamente esto es
natural de acuerdo con las leyes de Dios. 8En el instante santo
prevalecen las leyes de Dios, que son las únicas que tienen sentido. 9Las leyes de este mundo, por otra parte, dejan de tenerlo. 10Cuando el Hijo de Dios acepta las leyes de Dios como lo que su
propia voluntad gustosamente dispone, es imposible que se sienta aprisionado o
limitado en forma alguna. 11En ese instante es tan libre como
Dios quiere que sea. 12Pues en el instante en que se niega a estar
aprisionado, en ese mismo instante deja de estarlo.
6. En el
instante santo no ocurre nada que no haya estado ahí siempre. 2Lo
único que sucede es que se descorre el velo que cubría la realidad. 3Nada ha cambiado. 4Sin embargo, cuando se descorre el
velo del tiempo, la conciencia de inmutabilidad aflora de inmediato. 5Nadie que aún no haya experimentado el descorrimiento del velo
y se haya sentido irresistiblemente atraído hacia la luz que se encuentra tras
él, puede tener fe en el amor sin experimentar miedo alguno. 6Mas el Espíritu Santo te da esa fe porque me la ofreció a mí y yo la
acepté. 7No tengas miedo de que se te vaya a negar el instante santo,
pues yo no lo negué. 8Y a través de mí, el Espíritu Santo te lo dará
a ti, del mismo modo en que tú a tu vez habrás de darlo. 9No permitas
que ninguna necesidad que percibas nuble la necesidad que tienes del instante
santo. 10Pues en él reconocerás la única necesidad que los Hijos de
Dios comparten por igual, y por medio de este reconocimiento te unirás a mí
para ofrecer lo único que es necesario.
7. La paz
llegará a través de nosotros. 2Únete a mí en la idea de la paz, pues
las mentes se comunican por medio de ideas. 3Si te entregases tal
como tu Padre entrega Su Ser, entenderías lo que es la Conciencia de Ser. 4Y con ello entenderías el significado del amor. 5Pero
recuerda que el entendimiento es algo propio de la mente, y sólo de la mente. 6El conocimiento, por lo tanto, es algo propio de la mente
y sus condiciones se encuentran en ésta junto con él. 7Si no fueses
una idea, y nada más que una idea, no podrías estar en plena comunicación con
todo lo que jamás ha existido. 8Sin embargo, mientras prefieras ser
otra cosa, o intentes no ser nada más y al mismo tiempo ser otra cosa, no podrás
recordar el lenguaje de la comunicación, si bien lo conoces
perfectamente.
8. En el
instante santo se recuerda a Dios, y con Él se recuerda el lenguaje con el que
te comunicas con todos tus hermanos. 2Pues la comunicación se
recuerda en unión con otro, al igual que la verdad. 3No hay exclusión
en el instante santo porque el pasado desaparece, y con él desaparece también la
base de la exclusión. 4Sin su fuente, la exclusión se desvanece. 5Y esto permite que la Fuente que tú y tus hermanos compartís la
reemplace en tu conciencia. 6Dios y Su poder ocuparán el lugar
que les corresponde ocupar en ti, y tú experimentarás la plena comunicación de
ideas con ideas. 7Mediante tu capacidad para hacer esto te darás cuenta de lo que
eres, pues empezarás a entender lo que es tu Creador, y lo que es Su creación
junto con Él.
LECCIÓN
172
Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1. (153) En mi indefensión radica mi
seguridad.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
2. (154) Me cuento entre los ministros de
Dios.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
LECCIÓN
173
Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1. (155) Me haré a un lado y dejaré que Él me muestre el
camino.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
2. (156) Camino con Dios en perfecta
santidad.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
LECCIÓN
174
Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1. (157) En Su Presencia he de estar
ahora.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
2. (158) Hoy aprendo a dar tal como
recibo.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
23 DE
JUNIO
VII. El
sacrificio innecesario
1. Más allá de
la débil atracción que la relación de amor especial ejerce, y empañada siempre
por ella, se encuentra la poderosa atracción que el Padre ejerce sobre Su Hijo. 2Ningún otro amor puede satisfacerte porque no hay ningún otro
amor. 3Ése es el único amor que se da plenamente y que es plenamente
correspondido. 4Puesto que goza de plenitud, no pide nada. 5Puesto que es totalmente puro, todos los que se unen a él lo tienen
todo. 6Esto no es así en ninguna relación que el ego entabla. 7Pues toda relación que el ego entabla es siempre
especial.
2. El ego
entabla relaciones con el solo propósito de obtener algo. 2Y mantiene
al dador aferrado a él mediante la culpabilidad. 3Al ego le es
imposible entablar ninguna relación sin ira, pues cree que la ira le gana
amigos. 4No es eso lo que afirma, aunque ése es su propósito. 5Pues el ego cree realmente que puede obtener algo y conservarlo haciendo que otros se sientan culpables. 6Ésta es la única
atracción que ejerce, pero es una atracción tan débil que no podría subsistir si
no fuese porque nadie se percata de ello. 7Pues el ego siempre parece
atraer mediante el amor y no ejerce atracción alguna sobre aquellos que perciben
que atrae mediante la culpabilidad.
3. La
enfermiza atracción que ejerce la culpabilidad tiene que ser reconocida como lo
que es. 2Pues al haberse convertido en algo real para ti, es esencial
que la examines detenidamente, y que aprendas a abandonarla dejándote de
interesar por ella. 3Nadie abandonaría lo que considera valioso. 4Pero la atracción de la culpabilidad es algo valioso para ti debido
únicamente a que no has examinado lo que es y, por lo tanto, la has juzgado
completamente a ciegas. 5A medida que la llevemos ante la luz,
tu única pregunta será: " Cómo es posible que jamás la hubiese
podido desear?" 6No tienes nada que perder si la examinas
detenidamente, pues a una monstruosidad como ésa no le corresponde estar en
tu santa mente. 7Este anfitrión de Dios no puede estar realmente
interesado en algo semejante.
4. Dijimos
anteriormente que el propósito del ego es conservar e incrementar la
culpabilidad, pero de forma tal que tú no te des cuenta de lo que ello te
ocasionaría. 2Pues la doctrina fundamental del ego es que te
escapas de aquello que les haces a otros. 3El ego no le desea el bien a nadie. 4No obstante, su supervivencia depende de que tú
creas que estás exento de sus malas intenciones. 5Te dice, por
lo tanto, que si accedes a ser su anfitrión, te permitirá proyectar su ira
afuera y, de este modo, te protegerá. 6Y así se embarca en una
interminable e insatisfactoria cadena de relaciones especiales, forjadas con ira
y dedicadas exclusivamente a fomentar tan sólo la creencia descabellada de
que cuanta más ira descargues fuera de ti mismo, más a salvo te encontrarás.
5. Ésa es la
cadena que ata al Hijo de Dios a la culpabilidad, y la que el Espíritu Santo
quiere eliminar de tu santa mente. 2Pues esta infame cadena no tiene
por qué estar aprisionando a aquel que Dios Mismo ha elegido, como Su anfitrión,
quien no puede convertirse a sí mismo en anfitrión del ego. 3En el
nombre de su liberación y en el Nombre de Aquel que desea liberarle,
examinemos más detenidamente las relaciones que el ego urde y dejemos que
el Espíritu Santo las juzgue verdaderamente. 4Pues es indudable
que si las examinas, se las ofrecerás gustosamente a Él. 5Lo que Él
puede hacer de ellas tú no lo sabes, pero estarás dispuesto a averiguarlo si
primero estás dispuesto a percibir lo que tú has hecho de
ellas.
6. De una
forma u otra, toda relación que el ego entabla está basada en la idea de que
sacrificándose a sí mismo él se engrandece. 2El "sacrificio",
que él considera una purificación, es de hecho la raíz de su amargo
resentimiento. 3Pues preferiría atacar de inmediato y no demorar más
lo que realmente desea hacer. 4No obstante, dado que el ego se
relaciona con la "realidad" tal como él la ve, se da cuenta de que nadie podría
interpretar un ataque directo como un acto de amor. 5Mas hacer sentir
culpable a otro es un ataque directo, aunque no parezca serlo. 6Pues
los que se sienten culpables esperan ser atacados, y habiendo pedido eso, se
sienten atraídos por el ataque.
7. En tales
relaciones dementes, la atracción de lo que no deseas parece ser mucho mayor que
la atracción de lo que sí deseas. 2Pues cada uno piensa que ha
sacrificado algo por el otro y lo odia por ello. 3Eso, no obstante,
es lo que cree que quiere. 4No está enamorado del otro en absoluto. 5Simplemente cree estar enamorado del sacrificio. 6Y por
ese, sacrificio que se impone a sí mismo; exige que el otro acepte la culpabilidad y que se sacrifique a sí mismo también. 7El
perdón se hace imposible, pues el ego cree que perdonar a otro es perderlo. 8De la única manera en que el ego puede asegurar la continuidad de la
culpabilidad que mantiene a todas sus relaciones intactas es atacando y negando
el perdón.
8. Sin
embargo, tales relaciones tan sólo dan la impresión de estar intactas, 2pues para el ego lo único que las relaciones significan es que los
cuerpos están juntos. 3Esto es lo que el ego siempre exige, y no
objeta adónde se dirige la mente o lo que piensa, pues eso no parece ser
importante. 4Mientras el cuerpo esté ahí para recibir su sacrificio,
él es feliz. 5Para él la mente es algo privado, y el cuerpo es lo
único que se puede compartir. 6Las ideas son básicamente algo sin
importancia, salvo si con ellas se puede atraer o alejar el cuerpo de otro. 7Y ése es el criterio del que se vale para juzgar si las ideas son buenas o malas. 8Todo aquello que hace que el otro se sienta culpable y que le impida
irse debido a la culpabilidad es "bueno". 9Lo que lo libera de la
culpabilidad es "malo", pues en ese caso dejaría de creer que los cuerpos se
pueden comunicar, y, por lo tanto, se "marcharía".
9. El
sufrimiento y el sacrificio son los regalos con los que el ego "bendice" toda
unión. 2Y aquellos que se unen ante su altar aceptan el
sufrimiento y el sacrificio como precio de su unión. 3En sus
iracundas alianzas, nacidas del miedo a la soledad, aunque dedicadas a la
perpetuación de la misma, cada cual busca aliviar su culpabilidad haciendo que
el otro se sienta más culpable. 4Pues cada uno cree que eso mitiga su
propia culpabilidad. 5El otro siempre parece estar atacándole e
hiriéndole, tal vez con minucias, tal vez "inconscientemente", mas nunca
sin dejar de exigir sacrificio. 6La furia de los que se han unido en
el altar del ego es mucho mayor de lo que te imaginas. 7Pues no te
das cuenta de lo que el ego realmente quiere.
10. Cada vez
que te enfadas, puedes estar seguro de que has entablado una relación
especial que el ego ha "bendecido", pues la ira es su bendición. 2La ira se manifiesta de muchas formas, pero no puede seguir
engañando por mucho tiempo a los que se han dado cuenta de que el amor no
produce culpabilidad en absoluto, y de que lo que produce culpabilidad no puede
ser amor, sino ira. 3La ira no es más que un intento de hacer que
otro se sienta culpable, y este intento constituye la única base que el ego
acepta para las relaciones especiales. 4La culpabilidad es la única
necesidad del ego, y mientras te sigas identificando con él, la culpabilidad te
seguirá atrayendo. 5Mas recuerda esto: estar con un cuerpo no es
estar en comunicación. 6Y si crees que lo es, te sentirás culpable
con respecto a la comunicación y tendrás miedo de oír al Espíritu Santo, al
reconocer en Su Voz tu propia necesidad de comunicarte.
11. El
Espíritu Santo no puede enseñar valiéndose del miedo. 2 Cómo iba a
poder, entonces, comunicarse contigo, mientras creas que comunicarte equivale a
quedarte solo? 3Obviamente es una locura creer que vas a ser
abandonado si te comunicas verdaderamente. 4Sin embargo, son
muchos los que creen esto. 5Pues creen que sus mentes tienen que ser
algo privado, o, de lo contrario, las perderían, pero que si son únicamente
sus cuerpos los que están juntos sus mentes siguen siendo suyas. 6La
unión de los cuerpos se convierte, por lo tanto, en la forma de mantener la
separación de las mentes. 7Pues los cuerpos son incapaces de
perdonar, 8Sólo pueden hacer lo que la mente les ordena.
12. La ilusión
de que el cuerpo goza de autonomía
y de que es capaz de superar la soledad es tan sólo una estratagema del ego para
establecer su propia autonomía. 2Mientras creas que estar con otro
cuerpo es tener compañía, te verás obligado a tratar de reducir a tu hermano a
su cuerpo, y a confinarlo allí mediante la culpabilidad. 3Y te
sentirás a salvo en la culpabilidad y en peligro cuando te comunicas. 4Pues el ego siempre enseña que la soledad se supera mediante la
culpabilidad, y que la comunicación es la causa de la soledad. 5Y a
pesar de la evidente demencia de esta lección, son muchos los que la han
aprendido.
13. El perdón
radica en la comunicación tan inexorablemente como la condenación radica en la
culpabilidad. 2La función docente del Espíritu Santo consiste en
enseñar que la comunicación es la salvación a aquellos que creen que es
condenación. 3Y Él llevará a cabo Su función, pues el poder de Dios
en Él y en ti están unidos en una relación real tan santa y tan poderosa, que
puede superar incluso esa creencia sin temor alguno.
14. A través
del instante santo es como se logra lo que parece ser imposible, haciendo que
resulte evidente que no lo es. 2En el instante santo la
culpabilidad no ejerce ninguna atracción, puesto que se ha reanudado la
comunicación. 3Y la culpabilidad, cuyo único propósito es interrumpir
la comunicación, no tiene ningún propósito en él. 4No hay nada en el
instante santo que esté oculto ni hay en él pensamientos privados. 5El estar dispuesto a entablar comunicación atrae a la comunicación y
supera la soledad completamente. 6Con esto, el completo perdón
se consuma, pues no hay ningún deseo de excluir a nadie de tu compleción, al
reconocer de súbito cuán importante es el papel que todos juegan en ella. 7Bajo la protección de tu plenitud, se invita a todo el mundo y se le
da la bienvenida. 8Y comprendes que tu compleción es la de Dios, Cuya
única necesidad es que tú seas completo. 9Pues tu compleción hace que
cobres conciencia de que formas parte del ámbito de Dios. 10Y en ese
momento es cuando te experimentas a ti mismo tal como fuiste creado y tal como
eres.
LECCIÓN
175
Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1. (159) Doy los milagros que he
recibido.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
2. (160) Yo estoy en mi
hogar.
2El miedo es el que es el extraño aquí. 3Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy
yo.
24 DE
JUNIO
VIII. La única
relación real
1. El instante
santo no es un sustitutivo de tu necesidad de aprender, pues el Espíritu Santo
no puede dejar de ser tu Maestro hasta que el instante santo se haya extendido
mucho más allá del tiempo. 2A fin de llevar a cabo Su
tarea docente, el Espíritu Santo tiene que valerse de todo lo que hay en este
mundo para tu liberación. 3Tiene que aprovechar cualquier señal
o indicación de que estás dispuesto a aprender de Él lo que es la verdad. 4No se demora en utilizar cualquier cosa que le ofrezcas en favor de
eso. 5Su interés por ti y el cuidado que te profesa son ilimitados. 6En vista del miedo que tienes del perdón, que Él percibe con la
misma claridad con la que sabe que el perdón libera, Él te enseñará a
recordar que el perdón no conlleva ninguna clase de pérdida, sino que, por
el contrario, es tu salvación. 7Y te enseñará asimismo que perdonando
completamente, es decir, reconociendo que no hay nada que necesite ser
perdonado, quedas completamente absuelto.
2. Escúchale
gustosamente, y aprende de Él que no tienes necesidad de relaciones
especiales en absoluto. 2Lo único que buscas en ellas es aquello que
desechaste. 3Y a través de ellas nunca podrás aprender el valor de lo
que descartaste, lo cual, sin embargo, sigues anhelando con todo tu corazón: 4Unámonos para hacer que el instante santo sea lo único que hay, al
desear que sea lo único que hay. 5El Hijo de Dios tiene tanta
necesidad de que estés dispuesto a tratar de lograr esto, que es imposible
concebir una necesidad mayor. 6Contempla la única necesidad que Dios
y Su Hijo comparten, y que quieren satisfacer juntos. 7No estás solo
en esto. 8La voluntad de tus creaciones te llama para que compartas
tu voluntad con ellas. 9Por lo tanto, dale la espalda a la
culpabilidad en paz y dirígete hacia Dios y hacia tus
creaciones.
3. Relaciónate
únicamente con lo que nunca te abandonará y con lo que nunca podrías abandonar. 2La soledad del Hijo de Dios es la soledad de su Padre. 3No rechaces la conciencia de tu compleción, ni procures
restituírtela tú mismo. 4No tengas miedo de poner la redención en
manos del Amor de tu Redentor. 5Él no te fallará, pues viene de parte
de Uno que no puede fallar. 6Acepta tu sensación de fracaso como una
simple equivocación con respecto a quién eres. 7Pues el santo
anfitrión de Dios se encuentra más allá de todo fracaso, y nada que su voluntad
disponga puede ser negado. 8Estás eternamente en una relación tan
santa, que invoca a todo el mundo a escaparse de la soledad y a unirse a ti en
tu amor. 9Y todo el mundo tiene que buscar el lugar donde estás y
encontrarte allí.
4. Piensa en
esto por un instante: Dios te dio la Filiación para asegurar tu perfecta
creación. 2Ése fue Su regalo, pues tal como Él no se negó a darse a
Sí Mismo a ti, tampoco se negó a darte Su creación. 3Todo lo que
jamás fue creado es tuyo. 4Tu única relación es la relación que tienes con todo el universo. 5Y ese
universo, al ser de Dios, está mucho más allá de la mísera suma de todos los
cuerpos separados que percibes. 6Pues todas las partes del universo
están unidas en Dios a través de Cristo, donde se vuelven semejantes a su Padre. 7Cristo sabe que Él no está separado de Su Padre, Quien
constituye Su única relación, en la que Él da tal como Su Padre le da a
Él.
5. El Espíritu
Santo es el intento de Dios de liberarte de lo que Él no entiende. 2Y
por razón del Origen del intento, éste no puede fracasar. 3El
Espíritu Santo te pide que respondas tal como Dios lo hace, pues quiere
enseñarte lo que tú no entiendes. 4Dios responderá a toda
necesidad, sea cual fuere la forma en que ésta se manifieste. 5El
Espíritu Santo, por consiguiente, mantiene este canal abierto para recibir la
comunicación de Dios a ti y la tuya a Él. 6Dios no entiende tu
problema de comunicación, pues Él no lo comparte contigo. 7Tú eres el
único que cree que es comprensible. 9EI Espíritu Santo sabe que no lo
es, y, sin embargo, lo entiende porque tú lo inventaste.
6. La
conciencia de lo que Dios no puede saber y de lo que tú no entiendes reside
únicamente en el Espíritu Santo. 2Su santa función consiste en
aceptar ambas cosas y, al eliminar de ellas todo elemento de desacuerdo, unirlas
en una sola. 3Él hará eso porque ésa es Su función. 4Deja,
por lo tanto, lo que a ti te parece imposible en manos de Aquel que sabe
que sí es posible, toda vez que esa es la Voluntad de Dios. 5Y
permite que Aquel cuyas enseñanzas son sólo en favor de Dios te enseñe el
único significado de las relaciones. 6Pues Dios creó la única
relación que tiene significado, y esa relación es la relación que Él tiene
contigo.
IX. El
instante santo y la atracción de Dios
1. Tal como el
ego quiere que la percepción que tienes de tus hermanos se limite a sus
cuerpos, de igual modo el Espíritu Santo quiere liberar tu visión para que
puedas ver los Grandes Rayos que refulgen desde ellos, los cuales son tan
ilimitados que llegan hasta Dios. 2Este cambio de la percepción a la
visión es lo que se logra en el instante santo. 3Mas es
necesario que aprendas exactamente lo que dicho cambio entraña, para que
por fin llegues a estar dispuesto a hacer que sea permanente. 4Una
vez que estés dispuesto, esta visión no te abandonará nunca, pues es
permanente. 5Cuando la hayas aceptado como la única percepción
que deseas, se convertirá en conocimiento debido al papel que Dios Mismo
desempeña en la Expiación, pues es el único paso en ella que Él entiende. 6Esto, por lo tanto, no se hará de esperar una vez que estés listo
para ello. 7Dios ya está listo, tú no.
2. Nuestra
tarea consiste en continuar, lo más rápidamente posible, el ineludible
proceso de hacer frente a cualquier interferencia y de verlas a todas
exactamente como lo que son. 2Pues es imposible que reconozcas
que lo que crees que quieres no te ofrece absolutamente ninguna gratificación. 3El cuerpo es el símbolo del ego, tal como el ego es el símbolo de la
separación. 4Y ambos no son más que intentos de entorpecer la
comunicación y, por lo tanto, de imposibilitarla. 5Pues la
comunicación tiene que ser ilimitada para que tenga significado, ya que si no
tuviese significado te dejaría insatisfecho. 6La comunicación sigue
siendo, sin embargo, el único medio por el que puedes entablar auténticas
relaciones, que al haber sido establecidas por Dios, son
ilimitadas.
3. En el
instante santo, en el que los Grandes Rayos reemplazan al cuerpo en tu
conciencia, se te concede poder reconocer lo que son las relaciones ilimitadas. 2Mas para ver esto, es necesario renunciar a todos los usos que el
ego hace del cuerpo y aceptar el hecho de que el ego no tiene ningún propósito
que tú quieras compartir con él. 3Pues el ego quiere reducir a todo
el mundo a un cuerpo para sus propios fines, y mientras tú creas que el ego
tiene algún fin, elegirás utilizar los medios por los que él trata de que su fin
se haga realidad. 4Mas esto nunca tendrá lugar. 5Sin
embargo, debes haberte dado cuenta de que el ego, cuyos
objetivos son absolutamente inalcanzables, luchará por conseguirlos con
todas sus fuerzas, y lo hará con la fortaleza que tú le has
prestado.
4. Es
imposible dividir tu fuerza entre el Cielo y el infierno, o entre Dios y el ego,
y liberar el poder que se te dio para crear, que es para lo único que se te
dio. 2El amor siempre producirá expansión. 3El ego
es el que exige límites, y éstos representan sus exigencias de
querer empequeñecer e incapacitar. 4Si te limitas a ver a tu hermano
como un cuerpo, que es lo que harás mientras no quieras liberarlo del mismo,
habrás rechazado el regalo que él te puede hacer. 5Su cuerpo es
incapaz de dártelo, 6y tú no debes buscarlo a través del tuyo. 7Entre vuestras mentes, no obstante, ya existe continuidad, y lo
único que es necesario es que se acepte su unión para que la soledad desaparezca
del Cielo.
5. Sólo con
que le permitieses al Espíritu Santo hablarte del Amor que Dios te profesa y de
la necesidad que tienen tus creaciones de estar contigo para siempre,
experimentarías la atracción de lo eterno. 2Nadie puede oír al
Espíritu Santo hablar de esto y seguir estando dispuesto a demorarse aquí por
mucho más tiempo. 3Pues tu voluntad es estar en el Cielo, donde no te
falta nada y donde te sientes en paz, en relaciones tan seguras y amorosas que
es imposible que en ellas haya límite alguno. 4 No desearías
intercambiar tus irrisorias relaciones por esto? 5Pues el cuerpo es
insignificante y limitado, y sólo aquellos que desees ver libres de los límites
que el ego quisiera imponer sobre ellos, pueden ofrecerte el regalo de la
libertad.
6. No tienes
la menor idea de los límites que le has impuesto a tu percepción ni de toda la
belleza que podrías ver. 2Pero recuerda esto: la atracción de la
culpabilidad es lo opuesto a la atracción de Dios. 3La atracción que
Dios siente por ti sigue siendo ilimitada, pero puesto que tu poder es el
Suyo, y, por lo tanto, tan grande como el de Él, puedes darle la espalda al
amor. 4La importancia que le das a la culpabilidad se la quitas
a Dios. 5Y tu visión se torna débil, tenue y limitada, pues has
tratado de separar al Padre del Hijo y de limitar su comunicación. 6No busques la Expiación en mayor separación, 7ni limites
tu visión del Hijo de Dios a lo que interfiere en su liberación y a lo que el Espíritu Santo tiene que deshacer para liberarlo. 8Pues es
su propia creencia en la limitación lo que lo ha
aprisionado.
7. Cuando el
cuerpo deje de atraerte y ya no le concedas ningún valor como medio de obtener algo, dejará de haber entonces interferencia en la
comunicación y tus pensamientos serán tan libres como los de Dios. 2A
medida que le permitas al Espíritu
Santo enseñarte a utilizar el cuerpo sólo como un medio de comunicación y
dejes de valerte de él para fomentar la separación y el ataque, que es la
función que el ego le ha asignado, aprenderás que no tienes necesidad del cuerpo
en absoluto. 3En el instante santo no hay cuerpos, y lo único que se
experimenta es la atracción de Dios. 4Al aceptarla como algo
completamente indiviso te unes a Él por completo en un instante, pues no quieres
imponer ningún límite en tu unión con Él. 5La realidad de esta
relación se convierte en la única verdad que jamás podrías desear. 6Toda verdad reside en ella.
LECCIÓN
176
Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1. (161) Dame tu bendición, santo Hijo de
Dios.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
2. (162) Soy tal como Dios me
creó.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
25 DE
JUNIO
X. La hora del
renacer
1. Mientras
estés en el tiempo, tendrás el poder de demorar la perfecta unión que existe
entre Padre e Hijo. 2Pues en este mundo, la atracción de la
culpabilidad se interpone entre ellos. 3En la eternidad, ni el tiempo
ni las estaciones del año tienen significado alguno. 4Pero aquí, la
función del Espíritu Santo es valerse de ambas cosas, mas no como lo hace el
ego. 5Ésta es la temporada en la que se celebra mi nacimiento en el
mundo. 6Más no sabes cómo celebrarlo. 7Deja que el
Espíritu Santo te enseñe, y déjame celebrar tu nacimiento a través dé Él. 8El único regalo que puedo aceptar de ti es el regalo que yo te hice. 9Libérame tal como yo elijo liberarte a ti: 10Celebramos
la hora de Cristo juntos, pues ésta no significa nada si estamos
separados.
2. El instante
santo es verdaderamente la hora de Cristo. 2Pues en ese instante
liberador, no se culpa al Hijo de Dios por nada y, de esta manera, se le
restituye su poder ilimitado. 3 Qué otro regalo puedes ofrecerme
cuando yo elijo ofrecerte sólo éste? 4Verme a mí es verme en todo el mundo y ofrecerles a todos el regalo que me ofreces a mí. 5Soy tan incapaz de recibir sacrificios como lo es Dios, y todo
sacrificio que te exiges a ti mismo me lo exiges a mí también. 6Debes
reconocer que cualquier clase de sacrificio no es sino una limitación que se le
impone al acto de dar. 7Y mediante esa limitación limitas la
aceptación del regalo que yo te ofrezco.
3. Nosotros
que somos uno, no podemos dar por separado. 2Cuando estés, dispuesto
a reconocer que nuestra relación es real, la culpabilidad dejará de ejercer
atracción sobre ti. 3Pues en nuestra unión aceptarás a todos
nuestros hermanos. 4Nací con el solo propósito de dar el regalo de la
unión. 5Dámelo a mí, para que así puedas disponer de él. 6La hora de Cristo es la hora señalada para el regalo de la libertad
que se le ofrece a todo el mundo. 7Y al tú aceptarla, se
la ofreces a todos.
4. En tus
manos está hacer que esta época del año sea santa, pues en tus manos está hacer
que la hora de Cristo tenga lugar ahora. 2Es posible hacer esto de
inmediato, pues lo único que ello requiere es un cambio de percepción, ya que
únicamente cometiste un error. 3Parecen haber sido muchos, pero
todos ellos son en realidad el mismo. 4Pues aunque el ego se
manifiesta de muchas formas, es siempre la expresión de una misma idea: 5lo que no es amor es siempre miedo, y nada más que
miedo.
5. No es
necesario seguir al miedo por todas las tortuosas rutas subterráneas en las que
se oculta en la oscuridad, para luego emerger en formas muy diferentes de lo que
es. 2Pero sí es necesario examinar cada una de ellas
mientras aún conserves el principio que las gobierna a todas. 3Cuando estés dispuesto a considerarlas, no como manifestaciones
independientes, sino como diferentes expresiones de una misma idea, la cual ya
no deseas, desaparecerán al unísono. 4La idea es simplemente ésta:
crees que es posible ser anfitrión del ego o rehén de Dios. 5Éstas
son las opciones que crees tener ante ti, y crees asimismo que tu decisión tiene
que ser entre una y otra. 6No ves otras alternativas, pues
no puedes aceptar el hecho de que el sacrificio no aporta nada. 7El
sacrificio es un elemento tan esencial en tu sistema de pensamiento, que la idea
de salvación sin tener que hacer algún sacrificio no significa nada para ti. 8Tu confusión entre lo que es el sacrificio y lo que es el amor es
tan aguda que te resulta imposible concebir el amor sin sacrificio. 9Y de lo que debes darte cuenta es de lo siguiente: el sacrificio no
es amor sino ataque. 10Sólo con que aceptases esta idea, tu miedo al
amor desaparecería. 11Una vez que se ha eliminado la idea del
sacrificio ya no podrá seguir habiendo culpabilidad. 12Pues si hay
sacrificio, alguien siempre tiene que pagar para que alguien gane. 13Y la única cuestión pendiente es a qué precio y a cambio de qué.
6. Como
anfitrión del ego, crees que puedes descargar toda tu culpabilidad siempre que
así lo desees, y de esta manera comprar paz. 2Y no pareces ser tú el
que paga. 3Y aunque si bien es obvio que el ego exige un pago, nunca
parece que es a ti a quien se lo exige. 4No estás dispuesto a
reconocer que el ego, a quien tú invitaste, traiciona únicamente a los que creen
ser su anfitrión. 5El ego nunca te permitirá percibir esto, ya que
este reconocimiento lo dejaría sin hogar. 6Pues cuando este
reconocimiento alboree claramente, ninguna apariencia que el ego adopte para
ocultarse de tu vista te podrá engañar. 7Toda apariencia será
reconocida tan sólo como una máscara de la única idea que se oculta tras todas
ellas: que el amor exige sacrificio, y es, por lo tanto, inseparable del
ataque y del miedo. 8Y que la culpabilidad es el costo del amor, el
cual tiene que pagarse con miedo.
7. ¡Cuán
temible, pues, se ha vuelto Dios para ti! a¡Y cuán grande es el
sacrificio que crees que exige Su amor! 2Pues amar totalmente
supondría un sacrificio total. 3Y de este modo, el ego parece
exigirte menos que Dios, y de entre estos dos males lo consideras el menor:
a uno de ellos tal vez se le deba temer un poco, pero al otro, a ése hay que
destruirlo. 4Pues consideras que el amor es destructivo, y lo único
que te preguntas es: quién va a ser destruido, tú u otro? 5Buscas la
respuesta a esta pregunta en tus relaciones especiales, en las que en parte
pareces ser destructor y en parte destruido, aunque incapaz de ser una u otra
cosa completamente. 6Y crees que esto te salva de Dios, Cuyo
absoluto Amor te destruiría completamente.
8. Crees que todo el mundo exige algún
sacrificio de ti, pero no te das cuenta de que eres tú el único que exige
sacrificios, y únicamente de ti mismo. 2Exigir sacrificios, no
obstante, es algo tan brutal y tan temible que no puedes aceptar dónde se
encuentra dicha exigencia. 3El verdadero costo de no aceptar este
hecho ha sido tan grande que, antes que mirarlo de frente, has
preferido renunciar a Dios. 4Pues si Dios te exigiese un sacrificio
total, parecería menos peligroso proyectarlo a Él al exterior y alejarlo de
ti, que ser Su anfitrión. 5A Él le atribuiste la traición del ego, e
invitaste a éste a ocupar Su lugar para que te protegiese de Él. 6Y no te das cuenta de que a lo que le abriste las puertas es
precisamente lo que te quiere destruir y lo que exige que te sacrifiques
totalmente. 7Ningún sacrificio parcial puede aplacar a este cruel
invitado, pues es un invasor que tan sólo aparenta ser bondadoso, pero siempre
con vistas a hacer que el sacrificio sea total.
9. No lograrás
ser un rehén parcial del ego, pues él no cumple sus promesas y te desposeerá de
todo. 2Tampoco puedes ser su anfitrión sólo en parte. 3Tienes que elegir entre la libertad absoluta y la esclavitud
absoluta, pues éstas son las únicas alternativas que existen. 4Has intentado transigir miles de veces a fin de evitar reconocer la
única alternativa por la que te tienes que decidir. 5Sin
embargo, reconocer esta alternativa tal como es, es lo que hace que
elegirla sea tan fácil. 6La salvación es simple, por ser de Dios, y
es, por lo tanto, muy fácil de entender. 7No trates de
proyectarla y verla como algo que se encuentra en el exterior. 8En ti se encuentran tanto la pregunta como la respuesta, lo que te
exige sacrificio así como la paz de Dios.
XI. La Navidad
como símbolo del fin del sacrificio
1. No temas
reconocer que la idea del sacrificio no es sino tu propia invención, 2ni trates de protegerte a ti mismo buscando seguridad donde no
la hay. 3Tus hermanos y tu Padre se han vuelto muy temibles para ti. 4Y estás dispuesto a regatear con ellos por unas cuantas
relaciones especiales, en las que crees ver ciertos vestigios de seguridad. 5No sigas tratando de mantener tus pensamientos separados del
Pensamiento que se te ha dado. 6Cuando aquellos se ponen al lado de
Éste y se perciben allí donde realmente se encuentran, elegir entre ellos no es
más que un dulce despertar, tan simple como abrir los ojos a la luz del día
cuando ya no tienes más sueño.
2. El símbolo
de la Navidad es una estrella: una luz en la oscuridad. 2No la
veas como algo que se encuentra fuera de ti, sino como algo que refulge en el
Cielo interno, y acéptala como la señal de que la hora de Cristo ha llegado. 3Cristo llega sin exigir nada. 4No le exige a nadie ningún
tipo de sacrificio. 5En Su Presencia la idea de sacrificio deja
de tener significado, 6pues Él es el Anfitrión de Dios. 7Y tú no tienes más que invitar a Aquel que ya se
encuentra ahí, al reconocer que Su Anfitrión es Uno y que ningún pensamiento
ajeno a Su Unicidad puede residir allí con Él. 8El amor
tiene que ser total para que se le pueda dar la bienvenida, pues la
Presencia de la santidad es lo que crea la santidad que lo envuelve. 9Ningún temor puede asaltar al Anfitrión que le abre los brazos a
Dios en la hora de Cristo, pues el Anfitrión es tan santo como la Perfecta
Inocencia a la que protege, y Cuyo poder a su vez lo protege a
Él.
3. Esta
Navidad entrégale al Espíritu Santo todo lo que te hiere. 2Permítete
a ti mismo ser sanado completamente para que puedas unirte a Él en la curación,
y celebremos juntos nuestra liberación liberando a todo el mundo junto con nosotros. 3Inclúyelo todo, pues la liberación es
total, y cuando la hayas aceptado junto conmigo la darás junto conmigo 4Todo dolor, sacrificio o pequeñez desaparecerá de nuestra
relación, que es tan pura como la relación que tenemos con nuestro Padre, y tan
poderosa. 5Todo dolor que se traiga ante nuestra presencia
desaparecerá, y sin dolor no puede haber sacrificio. 6Y allí donde no hay sacrificio, allí está el
amor.
4. Tú que
crees que el sacrificio es amor debes aprender que el sacrificio no hace sino
alejarnos del amor. 2Pues el sacrificio conlleva culpabilidad tan
inevitablemente como el amor brinda paz. 3La culpabilidad es la
condición que da lugar al sacrificio, de la misma manera en que la paz es la
condición que te permite ser consciente de tu relación con Dios. 4Mediante la culpabilidad excluyes a tu Padre y a tus hermanos de ti
mismo. 5Mediante la paz los invitas de nuevo al darte cuenta de que
ellos se encuentran allí donde tú les pides que estén. 6Lo que
excluyes de ti mismo parece temible, pues lo imbuyes de temor y tratas de
deshacerte de ello, si bien forma parte de ti. 7 Quién puede percibir
parte de sí mismo como despreciable, y al mismo tiempo vivir en paz consigo
mismo? 8 Y quién puede tratar de resolver su "conflicto" interno
entre el Cielo y el infierno expulsando al Cielo y dotándolo de los
atributos del infierno, sin sentirse incompleto y solo?
5. Mientras
percibas el cuerpo como lo que constituye tu realidad, te percibirás a ti mismo
como un ser solitario y desposeído. 2Y te percibirás
también como una víctima del sacrificio, y creerás que está justificado
sacrificar a otros. 3Pues quién podría rechazar al Cielo y a su
Creador sin experimentar una sensación de sacrificio y de pérdida? 4 Y quién podría ser objeto de sacrificios y pérdidas sin tratar de
rehacerse a sí mismo? 5No obstante, cómo ibas a poder hacer esto por
tu cuenta, cuando la base de tus intentos es que crees en la realidad de la
privación? 6Sentirse privado de algo engendra ataque, al ser la
creencia de que el ataque está justificado. 7Y mientras prefieras
conservar la privación, el ataque se vuelve salvación y el sacrificio
amor.
6. Y así
resulta que, en tu búsqueda de amor, vas en busca de sacrificio y lo encuentras. 2Mas no encuentras amor. 3Es imposible negar lo que
es el amor y al mismo tiempo reconocerlo. 4El significado del amor
reside en aquello de lo que te desprendiste, lo cual no tiene significado aparte
de ti. 5Lo que prefieres conservar es lo que no tiene
significado, mientras que lo que quieres mantener alejado de ti encierra todo el
significado del universo y lo conserva intacto dentro de su propio significado. 6Si el universo no estuviese unido en ti, estaría separado de
Dios, y estar sin Él es carecer de significado.
7. En el
instante santo se satisface la condición del amor, pues las mentes se unen sin
la interferencia del cuerpo, y allí donde hay comunicación hay paz. 2El Príncipe de la Paz nació para re-establecer la condición del
amor, enseñando que la comunicación continúa sin interrupción aunque el
cuerpo sea destruido, siempre y cuando no veas al cuerpo como el medio
indispensable para la comunicación. 3Y si entiendes esta lección, te
darás cuenta de que sacrificar el cuerpo no es sacrificar nada, y que la
comunicación, que es algo que es sólo propio de la mente, no puede ser
sacrificada. 4 Dónde está entonces el sacrificio? 5Nací para enseñar la lección de que el sacrificio no está en ninguna
parte y de que el amor está en todas partes, y ésta es la lección que todavía
quiero enseñarles a todos mis hermanos. 6Pues la comunicación lo
abarca todo, y en la paz que re-establece, el amor viene por su propia
voluntad.
8. No permitas
que la desesperanza opaque la alegría de la Navidad, pues la hora de Cristo
no tiene sentido si no va acompañada de alegría. 2Unámonos en la
celebración de la paz, no exigiéndole a nadie ningún sacrificio, pues de esta
manera me ofreces el amor que yo te ofrezco. 3 Qué podría hacernos
más felices que percibir que no carecemos de nada? 4 Ése es el
mensaje de la hora de Cristo, que yo te doy para que tú lo puedas dar y se lo
devuelvas al Padre, que me lo dio a mí. 5Pues en la hora de Cristo se
restablece la comunicación, y Él se une a nosotros para celebrar la creación de
Su Hijo.
9. Dios le da
las gracias al santo anfitrión que desee recibirle y le deje entrar y morar allí
donde Él desea estar. 2Y al tú darle la bienvenida, Él te acoge en Sí
Mismo, pues lo que se encuentra en ti que le das la bienvenida, se le devuelve a
Él. 3Y nosotros no hacemos sino celebrar Su Plenitud cuando le damos
la bienvenida dentro de nosotros. 4Los que reciben al Padre son
uno con Él, al ser los anfitriones de Aquel que los creó. 5Y al
abrirle las puertas, Su recuerdo llega con Él, y así recuerdan la única
relación que jamás tuvieron y que jamás querrán
tener.
LECCIÓN
177
Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1. (163) La muerte no existe. 2El Hijo de Dios
es libre.
3Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
2. (164) Ahora somos uno con Aquel que es nuestra
Fuente.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
26 DE
JUNIO
10. Ésta es la
época en la que muy pronto dará comienzo un nuevo año del calendario cristiano. 2Tengo absoluta confianza en que lograrás todo lo que te propongas
hacer. 3Nada te ha de faltar, y tu voluntad será completar, no
destruir. 4Dile, entonces, a tu hermano:
5Te entrego al
Espíritu Santo como parte de mí mismo.
6Sé que te
liberarás, a menos que quiera valerme de ti
para
aprisionarme a mí mismo.
7En nombre de
mi libertad elijo. tu liberación porque
reconozco que
nos hemos de liberar juntos.
8De esta forma
damos comienzo al año con alegría y en libertad. 9Es mucho lo que aún
os queda por hacer, y llevamos mucho retraso. 10Acepta el instante
santo con el nacimiento de este año, y ocupa tu lugar -por tanto tiempo vacante-
en el Gran Despertar. 11Haz que este año sea diferente al hacer que
todo sea lo mismo. 12Y permite que todas tus relaciones te sean
santificadas. 13Ésta es nuestra voluntad. 14Amén.
LECCIÓN
178
Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1. (165) Que mi mente no niegue el Pensamiento de
Dios.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
2. (166) Se me han confiado los dones de
Dios.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
27
DE JUNIO
Capítulo
16
EL PERDÓN DE
LAS ILUSIONES
I. La
verdadera empatía
1. Sentir
empatía no significa que debas unirte al sufrimiento, pues el sufrimiento es
precisamente lo que debes negarte a comprender. 2Unirse
al sufrimiento de otro es la interpretación que el ego hace de la empatía, de la
cual siempre se vale para entablar relaciones especiales en las que el
sufrimiento se comparte. 3La capacidad de sentir empatía le es muy
útil al Espíritu Santo, siempre que permitas que Él la use a Su manera. 4La manera en que Él la usa es muy diferente. 5Él no
comprende el sufrimiento, y Su deseo es que enseñes que no es comprensible.. 6Cuando se relaciona a través de ti, Él no se relaciona con otro
ego a través del tuyo. 7No se une en el dolor, pues comprende que
curar el dolor no se logra con intentos ilusorios de unirte a él y de aliviarlo
compartiendo el desvarío.
2. La prueba
más clara de que la empatía, tal como el ego la usa, es destructiva, reside en
el hecho de que sólo se aplica a un determinado tipo de problemas y a
ciertos individuos. 2Él mismo los selecciona y se une a ellos. 3Pero nunca se une a nada, excepto para fortalecerse a sí mismo. 4Al haberse identificado con lo que cree entender, el ego se ve a sí
mismo y procura expandirse compartiendo lo que es como él. 5No
dejes que esta maniobra te engañe, aEl ego siempre utiliza la empatía
para debilitar, y debilitar es atacar. 6Tú no sabes lo que es la
empatía. 7Pero de esto puedes estar seguro: sólo con que te sentases
calmadamente y permitieses que el Espíritu Santo se relacionase a través de ti,
sentirías empatía por la fortaleza, y, de este modo, tu fortaleza aumentaría, y
no tu debilidad.
3. Tu papel
consiste únicamente en recordar esto: no quieres que nada que tú consideres
valioso sea lo que tiene lugar en una relación. 2No decides
hacer nada a tu manera para deteriorarlas o para crear armonía en ellas. 3No sabes lo que es curar. 4Todo lo que has aprendido
acerca de la empatía procede del pasado. 5Y no hay nada del pasado
que desees compartir, pues no hay nada del pasado que desees conservar. 6No te valgas de la empatía para otorgarle realidad al pasado y así
perpetuarlo. 7Hazte a un lado tranquilamente y deja que la curación
se lleve a cabo por ti. 8Mantén un solo pensamiento en la mente y no
lo pierdas de vista, por muy grande que sea la tentación de juzgar cualquier
situación, y de determinar tu reacción basándote en los juicios que has
hecho de la misma. 9Concentra tu mente sólo en
esto:
10No estoy solo,
y no quiero imponer el pasado a mi Invitado.
11Lo invité y Él
está aquí.
12No tengo que
hacer nada, excepto no interferir.
4. La
verdadera empatía procede de Aquel que sabe lo que es. 2Tú aprenderás
a hacer la misma interpretación que Él hace de ella si le permites que se valga
de tu capacidad para ser fuerte y no débil. 3Él no te abandonará,
pero asegúrate de que tú no lo abandonas a Él. 4La humildad es fuerza
sólo en este sentido: reconocer y aceptar el hecho de que no sabes, es reconocer
y aceptar el hecho de que Él sí sabe. 5No estás seguro de que Él
desempeñará Su función porque tú nunca has desempeñado la tuya completamente. 6Es imposible que sepas cómo responder a lo que no comprendes. 7No caigas en esta tentación ni sucumbas al uso triunfante que el ego
hace de la empatía para su propia vanagloria.
5. El triunfo
de la debilidad no es lo que deseas ofrecerle a un hermano. 2Sin
embargo, no reconoces otro triunfo que ése. 3Eso no es conocimiento,
y la forma de empatía que suscitaría es tan distorsionada, que no haría sino
aprisionar lo que quiere liberar. 4Los que no han sido redimidos no
pueden redimir, sin embargo, tienen un Redentor. 5No trates de ser Su
maestro. 6Tú eres el estudiante. aÉl, el Maestro. 7No confundas tu papel con el Suyo, pues eso nunca le brindará paz a
nadie. 8Ofrécele tu capacidad de sentir empatía, pues lo que
deseas compartir es Su percepción y Su fortaleza. 9Y permite que Él
te ofrezca Su fortaleza y Su percepción, para que puedan ser compartidas a
través de ti.
6. El
significado del amor se pierde en cualquier relación: que vaya en busca de la
debilidad y espere encontrar amor en ella. 2El poder del amor, que es su significado, radica en la fuerza de Dios que se cierne sobre ella y
que la bendice silenciosamente al envolverla en sus alas sanadoras. 3No intervengas en esto, ni trates de reemplazarlo con un "milagro"
tuyo. 4He dicho que si un hermano te pide que hagas algo que a
ti te parece absurdo, que lo hagas. 5Pero ten por seguro que esto no
significa que tengas que hacer algo que pudiese ocasionarte daño a ti o a él,
pues lo que le hace daño a uno, le hará daño al otro. 6Las peticiones
absurdas son absurdas sencillamente porque son conflictivas, ya que siempre
contienen ciertos elementos del deseo de ser especial. 7Sólo el
Espíritu Santo reconoce las necesidades absurdas así como las reales. 8Y Él te enseñará cómo satisfacer las dos sin que ninguna quede
excluida.
7. Tú
intentarás hacer esto únicamente en secreto. 2Y pensarás que al
satisfacer las necesidades de uno, el otro no se ve afectado porque los
mantienes separados y ocultos el uno del otro. 3No es ése el camino
que debes seguir, pues no conduce ni a la verdad ni a la vida. 4Ninguna necesidad quedará insatisfecha por mucho tiempo si la pones
en manos de Aquel Cuya función es satisfacerla. 5Ésa es Su
función, no la tuya. 6Él no satisfará ninguna necesidad en
secreto, pues quiere compartir todo lo que des a través de Él. 7Por
eso es por lo que lo da. 8Lo que tú das a través de Él es para toda
la Filiación, no sólo para una parte de ella. 9Deja Su función en Sus
manos, pues Él la llevará a cabo sólo con que lo invites a formar parte de tus
relaciones y a bendecirlas por ti.
LECCIÓN
179
Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1. (167) Sólo hay una vida, y ésa es la vida que comparto
con Dios.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
2. (168) Tu gracia me es dada. 2La reclamo
ahora.
3Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
LECCIÓN
180
Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1.
(169) Por
la gracia vivo. 2Por la
gracia soy liberado.
3Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
2.
(170) En
Dios no hay crueldad ni en mí
tampoco.
2Dios es
sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
Introducción a las lecciones
181-200
1. El
propósito de estas próximas lecciones es intensificar tu buena voluntad a fin de
fortalecer tu débil compromiso y de fundir todos tus variados objetivos en
un solo empeño. 2No se te pide que tu dedicación sea total todo el
tiempo. 3Pero sí que practiques ahora a fin de llegar a alcanzar
la sensación de paz que, aunque sólo sea de manera intermitente, tal compromiso
unificado brinda. 4Experimentar eso es lo que hará que estés
completamente dispuesto a seguir el camino que este curso
señala.
2. Nuestras
lecciones están ahora orientadas específicamente a ampliar tus horizontes, y a
tratar de manera directa con determinados obstáculos que mantienen tu
visión constreñida y demasiado limitada para dejarte ver el valor de
nuestro objetivo. 2Lo que nos proponemos ahora es trascender esos
obstáculos, aunque sólo sea brevemente. 3Las palabras en sí no
pueden transmitir la sensación de liberación que se experimenta una vez que
se han eliminado dichos obstáculos. 4Mas la experiencia de libertad y
de paz que descenderá sobre ti cuando renuncies a tu férreo control de lo que
ves será más que suficiente para convencerte. 5Tu motivación
se intensificará de tal manera que las palabras dejarán de ser relevantes. 6Sabrás con certeza lo que quieres y lo que no tiene
valor.
3. Así
pues, comencemos la jornada que nos llevará más allá de las palabras,
concentrándonos en primer lugar en lo que todavía supone un escollo para tu
progreso. 2La experiencia de lo que existe más allá de toda actitud
defensiva sigue siendo inalcanzable mientras se siga negando. 3Quizá esté ahí, pero tú no puedes aceptar su presencia. 4De modo que lo que nos proponemos ahora es ir más allá de todas las
defensas por un breve intervalo cada día. 5No se te pide nada más
porque no se necesita nada más. 6Ello será suficiente para garantizar
que todo lo demás llegue.
LECCIÓN
181
Confío
en mis hermanos, que son uno conmigo.
1. Confiar en tus hermanos es esencial para
establecer y sustentar tu fe en tu propia capacidad para trascender tus dudas y
tu falta de absoluta convicción en ti mismo. 2Cuando atacas a un
hermano, proclamas que está limitado por lo que tú has percibido en él. 3No estás viendo más allá de sus errores. 4Por el
contrario, éstos se exageran, convirtiéndose en obstáculos que te impiden tener
conciencia del Ser que se encuentra más allá de tus propios errores, así
como de sus aparentes pecados y de los tuyos.
2. La percepción tiene un enfoque. 2Eso es
lo que hace que lo que ves sea consistente. 3Cambia de enfoque, y, lo
que contemples, consecuentemente cambiará. 4Ahora se producirá un
cambio en tu visión para apoyar la intención que ha reemplazado a la que antes
tenías. 5Deja de concentrarte en los pecados de tu hermano, y
experimentarás la paz que resulta de tener fe en la impecabilidad. 6El único apoyo que esta
fe recibe procede de lo que ves en otros más allá de sus pecados. 7Pues sus errores, si te concentras en ellos, no son sino testigos de
tus propios pecados. 8Y no
podrás sino verlos, lo cual te impedirá ver la impecabilidad que se encuentra
más allá de ellos.
3. En nuestras prácticas de hoy, por lo tanto, lo
primero que vamos a hacer es dejar que todos esos insignificantes enfoques den
paso a la gran necesidad que tenemos de que nuestra impecabilidad se haga
evidente. 2Damos instrucciones a nuestras mentes para que, por un
breve intervalo, eso, y sólo eso, sea lo que busquen. 3No vamos
a preocuparnos por objetivos futuros. 4Lo que vimos un instante antes
no nos preocupará en absoluto dentro de este lapso de tiempo en el que nuestra
práctica consiste en cambiar de intención. 5Buscamos la
inocencia y nada más. 6Y la buscamos sin interesarnos por nada que no
sea el ahora.
4. Uno de los mayores obstáculos que ha impedido tu
éxito ha sido tu dedicación a metas pasadas y futuras. 2El que las metas que propugna este curso sean
tan extremadamente diferentes de las que tenías antes ha sido motivo de
preocupación para ti. 3Y también te has sentido consternado por el
pensamiento restrictivo y deprimente de que, incluso si tuvieses éxito,
volverías inevitablemente a perder el rumbo.
5. Por qué habría de ser esto motivo de
preocupación? 2Pues el pasado ya pasó y el futuro es tan solo algo
imaginario. 3Preocupaciones de esta índole no son sino defensas:
para impedir que cambiemos el enfoque de nuestra percepción en el presente. 4Nada más. 5Vamos a dejar de lado estas absurdas
limitaciones por un momento. 6No vamos a recurrir a creencias
pasadas, ni a dejar que lo que hayamos de creer en el futuro nos estorbe ahora. 7Damos
comienzo a nuestra sesión de práctica con un solo propósito: ver la
impecabilidad que mora dentro de nosotros.
6. Reconoceremos que hemos perdido de vista este
objetivo si de alguna manera la ira se interpone en nuestro camino. 2Y si se nos ocurre pensar en los pecados de un hermano, nuestro
restringido foco nos nublará la vista y nos hará volver los ojos hacia nuestros
propios errores, que exageraremos y llamaremos "pecados". 3De modo
que, por un breve intervalo, de surgir tales obstáculos, los transcenderemos sin
ocuparnos del pasado o del futuro, dando instrucciones a nuestras mentes para
que cambien de foco, según decimos:
4No
es esto lo que quiero contemplar.
5Confío en mis
hermanos, que son uno conmigo.
7. Y nos valdremos asimismo de este pensamiento para
mantenernos a salvo a lo largo del día. 2No estamos interesados
en metas a largo plazo. 3Conforme cada uno de los obstáculos nuble la
visión de nuestra impecabilidad, lo único que nos interesará será poner fin, por
un instante, al dolor que, de concentrarnos en el pecado experimentaríamos, y
que, de no corregirlo, persistiría.
8. No vamos en pos de fantasías. 2Pues lo
que procuramos contemplar está realmente ahí. 3Y conforme nuestro foco se extienda más allá del
error, veremos un mundo completamente impecable. 4Y cuando esto sea lo único que queramos ver y lo
único que busquemos en nombre de la verdadera percepción, los ojos de Cristo se
volverán inevitablemente los nuestros. 5El Amor que Él siente por
nosotros se volverá también el nuestro. 6Esto será lo único que
veremos reflejado en el mundo, así como en nosotros
mismos.
9. El mundo que una vez proclamó nuestros pecados se
convierte ahora en la prueba de que somos incapaces de pecar. 2Y nuestro amor por todo
aquel que contemplemos dará testimonio de que recordamos al santo Ser que no
conoce el pecado, y que jamás podría concebir nada que no compartiese Su
impecabilidad. 3Éste es el recuerdo que queremos evocar hoy cuando
consagramos nuestras mentes a la práctica. 4No miramos ni hacia
adelante ni hacia atrás. 5Miramos directamente al presente. 6Y depositamos nuestra fe en la experiencia que ahora pedimos. 7Nuestra impecabilidad no es sino la Voluntad de Dios. 8En este instante nuestra voluntad dispone lo mismo que la
Suya.
30 DE
JUNIO
II. El poder
de la santidad
1. Puede que aún pienses que no es posible entender lo que es la santidad
porque no puedes ver cómo se puede extender de manera que incluya a todo el
mundo. 2Y se te ha dicho que para que sea santa tiene que
incluir a todo el mundo. 3La extensión de la santidad no es algo que
te deba preocupar, pues no comprendes la naturaleza de los milagros. 4Tampoco eres tú el que los obra. 5Esto lo demuestra el
hecho de que los milagros se extienden más allá de los límites que tú percibes. 6 Por qué preocuparte por cómo se
va a extender el milagro a toda la Filiación cuando no entiendes lo que es el
milagro? 7Un atributo no es más difícil de entender que el todo del
que forma parte. 8Si los milagros existen, sus atributos
tienen que ser milagrosos al ser parte de ellos.
2. Existe una tendencia a fragmentar, y luego a ocuparse de la verdad de una
pequeña porción del todo. 2Eso no es más que un intento, de evitar el
todo o de no querer contemplarlo, concentrándote en lo que crees que te
sería más fácil entender, 3lo cual no es sino otra manera en
la que aún tratas de limitarte a tu propio entendimiento. 4Otra
manera de considerar los milagros -que es mucho mejor y más útil- es ésta:
los milagros son algo que no entiendes ni total ni parcialmente. 5Pero se han manifestado a través de ti. 6Por lo
tanto, tu entendimiento no es necesario. 7Mas sigue siendo
imposible llevar a cabo lo que no entiendes. 8Así que debe haber Algo
en ti que sí entiende.
3. Es
imposible que los milagros te parezcan naturales porque lo que has hecho para
hacerle daño a tu mente, la ha vuelto tan antinatural que no recuerda lo
que le es natural. 2Y cuando se te dice lo que es natural, no puedes
comprenderlo. 3El reconocimiento de que la parte es igual al todo y
de que el todo está en cada parte es perfectamente natural, pues así es como
Dios piensa, y lo que es natural para Él es natural para ti. 4Una
percepción completamente natural te mostraría de inmediato que es imposible que
haya grados de dificultad en los milagros, pues ello estaría en
contradicción con su significado. 5Y si pudieses
comprender su significado, sus atributos no podrían causarte
perplejidad.
4. Has obrado
milagros, pero es muy evidente que no los has obrado solo. 2Cada vez
que te extendiste hasta otra mente y te uniste a ella tuviste éxito. 3Cuando dos mentes se unen y comparten una idea por igual, se
establece el primer eslabón de la conciencia de que la Filiación es una. 4Cuando estableces esta unión tal como el Espíritu Santo te pide, y
se la ofreces para que Él se valga de ella como crea conveniente, la percepción
que naturalmente tiene de dicho regalo le permite a Él comprenderla, y a ti
usar Su comprensión en beneficio propio. 5Es imposible
convencerte de la realidad de lo que sin duda se ha logrado por el hecho de
haber estado tú dispuesto a ello, mientras creas que a menos que tú lo entiendas
no es real.
5. Cómo
puedes tener fe en la realidad mientras sigas empeñado en querer hacerla irreal? 2 Crees realmente que te encuentras más a salvo afirmando que las
ilusiones son reales que aceptando jubilosamente la verdad tal como es y dando
gracias por ella? 3Honra la verdad que se te ha dado, y regocíjate de
que no la comprendas. 4Los milagros son algo natural para Aquel que
habla por Dios, 5pues Su tarea es traducir el milagro al conocimiento
que representa, pero que se encuentra vedado para ti. 6Permite
que el entendimiento que Él tiene de los milagros te baste, y no les
vuelvas la espalda a los testigos que Él te ha dado, quienes dan fe de Su
realidad.
6. No hay
prueba que pueda convencerte de la verdad de lo que no deseas. 2No
obstante, tu relación con Él es real. 3No veas esto con miedo, sino
con regocijo. 3Aquel que invocaste está contigo. 5Dale la
bienvenida y honra a los testigos que te traen las buenas nuevas de Su llegada. 6Es cierto, tal como temes, que reconocerlo a Él supone la negación
de todo lo que crees saber. 7Pero lo que crees saber nunca fue
verdad. 8 De qué te sirve aferrarte a ello y negar las pruebas en
favor de la verdad? 9Pues estás demasiado cerca de la verdad como
para poder renunciar a ella ahora, y no podrás sino ceder ante su irresistible
atracción. 10Puedes demorar esto ahora, pero sólo por un tiempo. 11El Anfitrión de Dios te ha llamado y tú le has oído. 12Nunca jamás volverás a estar completamente dispuesto a no
escuchar.
7. Éste es un
año de júbilo, en el que escucharás cada vez más y en el que la paz aumentará en
igual medida. 2Tanto el poder de la santidad como la debilidad del
ataque se están llevando a tu conciencia. 3Y esto se ha logrado
en una mente que está firmemente convencida de que la santidad es debilidad y el
ataque poder. 4 No es este milagro prueba suficiente de que tu
Maestro no procede de ti? 5Pero recuerda también que cada vez
que escuchaste Su interpretación los resultados te produjeron júbilo. 6 Preferirías acaso los resultados de tu interpretación,
teniendo en cuenta honradamente cuáles han sido dichos resultados? 7Dios dispone para ti algo mejor. 8 No podrías contemplar
con más caridad a quien Dios ama con perfecto amor?
8. No hagas
interpretaciones que se opongan al Amor de Dios, pues tienes muchos testigos que
hablan de él tan claramente, que sólo los ciegos y los mudos podrían no verlos
ni oírlos. 2Decídete este año a no negar lo que Dios te ha dado. 3Despierta y compártelo, pues ésa es la única razón por la que
Él te ha llamado. 4Su Voz ha hablado claramente, pero tienes muy poca
fe en lo que oíste debido a que has preferido tener más fe en el desastre que
has ocasionado. 5Resolvamos hoy juntos aceptar las buenas nuevas
de que ese desastre no es real, y de que la realidad no es un desastre. 6La realidad es algo seguro, está a salvo y es completamente
bondadosa con todo el mundo y con todas las cosas. 7No hay amor más
grande que aceptar esto y alegrarse. 8Pues el amor sólo pide que seas
feliz, y te dará todo lo que contribuya a tu felicidad.
9. El Espíritu
Santo jamás ha dejado de resolver por ti ningún problema que hayas puesto en Sus
manos, ni jamás dejará de hacerlo. 2Cada vez que has tratado de
resolver algo por tu cuenta, has fracasado. 3 No es hora ya de que
conectes todos estos hechos y te des cuenta de lo que significan? 4Éste es el año en que debes poner en práctica las ideas que se te
han dado. 5Pues las ideas son fuerzas poderosísimas que deben ponerse
en práctica y no dejar en desuso. 6Ya te han dado suficientes pruebas
de su poder como para que desees depositar tu fe en ellas y no en su negación. 7Dedica este año a la verdad y déjala obrar en paz. 8Ten
fe en Aquel que tiene fe en ti. 9Piensa en lo que realmente has visto
y oído, y acéptalo. 10 Cómo puedes estar solo con semejantes
testigos?
LECCIÓN
182
Permaneceré
muy quedo por un instante e iré a mi hogar.
1. Este
mundo en el que pareces vivir no es tu hogar. 2Y en algún recodo de tu mente sabes que esto es
verdad. 3El recuerdo de tu hogar sigue rondándote, como si hubiera un
lugar que te llamase a regresar, si bien no reconoces la voz, ni lo que ésta te
recuerda. 4No obstante, sigues sintiéndote como un extraño aquí,
procedente de algún lugar desconocido. 5No es algo tan concreto
que puedas decir con certeza que eres un exilado aquí. 6Es más bien
un sentimiento persistente, no más que una leve punzada a veces, que en otras
ocasiones apenas recuerdas, algo que descartas sin ningún miramiento, pero que
sin duda ha de volver a rondarte otra vez.
2. No hay nadie que no sepa de qué estamos hablando. 2Sin embargo, hay quienes tratan de ahogar su sufrimiento
entreteniéndose en juegos para pasar el tiempo y no sentir su tristeza: 3Otros prefieren negar que
están tristes, y no reconocen en absoluto que se están tragando las
lágrimas. 4Hay quienes afirman incluso que esto de lo que estamos
hablando son ilusiones y que no se debe considerar más que como un sueño. 5Sin embargo, quién podría honestamente afirmar, sin ponerse a la
defensiva o engañarse a sí mismo, que no sabe de lo que estamos
hablando?
3. Hoy hablamos en nombre de todo aquel que vaga por
este mundo, pues en él no está en su hogar. 2Camina a la deriva
enfrascado en una búsqueda interminable, buscando en la oscuridad lo que no puede hallar, y sin reconocer qué es
lo que anda buscando. 3Construye miles de casas, pero ninguna de
ellas satisface a su desasosegada mente. 4No se da cuenta de que las
construye en vano. 5El hogar que anda buscando, él no lo puede
construir. 6El Cielo no tiene sustituto. 7Lo único que él
jamás construyó fue un infierno.
4. Tal vez pienses que lo que quieres encontrar es el
hogar de tu infancia. 2La infancia de tu cuerpo y el lugar que le dio
cobijo son ahora recuerdos tan distorsionados que lo que guardas es
simplemente una imagen de un pasado que nunca tuvo lugar. 3Mas
en ti hay un Niño que anda buscando la casa de Su Padre, pues sabe que Él es un
extraño aquí. 4Su infancia es eterna, llena de una inocencia que ha
de perdurar para siempre. 5Por dondequiera que este Niño camina es
tierra santa. 6Su santidad es lo que ilumina al Cielo, y lo que trae
a la tierra el prístino reflejo de la luz que brilla en lo alto, en la que el
Cielo y la tierra se encuentran unidos cual uno
solo.
5. Este
Niño que mora en ti es el que tu Padre conoce como Su Hijo. 2Este
Niño que mora en ti es el que conoce a Su Padre. 3Él anhela
tan profunda e incesantemente volver a Su hogar, que Su voz te suplica que lo
dejes descansar por un momento. 4Tan sólo pide unos segundos de
respiro: un intervalo en el que pueda volver a respirar el aire santo que llena
la casa de Su Padre. 5Tú eres también Su hogar. 6Él retornará. 7Pero dale un poco de tiempo para que pueda ser lo que es dentro de
la paz que es Su hogar, y descansar en silencio, en paz y en
amor.
6. Este
Niño necesita tu protección. 2Se encuentra muy lejos de Su hogar. 3Es tan pequeño que parece muy fácil no hacerle caso y no oír Su
vocecilla, quedando así Su llamada de auxilio ahogada en los estridentes sonidos
y destemplados y discordantes ruidos del mundo. 4No obstante, Él sabe
que en ti aún radica Su protección. 5Tú no le fallarás. 6Él volverá
a Su hogar, y tú lo acompañarás.
7. Este
Niño es tu indefensión, tu fortaleza. 2Él confía
en ti. 3Vino porque sabía que tú no le fallarías. 4Te
habla incesantemente de Su hogar con suaves murmullos. 5Pues desea
llevarte consigo de vuelta a él, a fin de poder Él Mismo
permanecer allí y no tener que regresar de nuevo a donde no le corresponde estar
y donde vive proscrito en un mundo de pensamientos que le son ajenos. 6Su paciencia es infinita. 7Esperará hasta que oigas Su
dulce Voz dentro de ti instándote a que lo dejes ir en paz, junto contigo, a
donde Él se
encuentra en Su casa, al igual que tú.
8. Cuando
estés en perfecta quietud por un instante, cuando el mundo se aparte de ti y las
vanas ideas que abrigas en tu desasosegada mente dejen de tener valor,
oirás Su Voz. 2Su llamada
es tan conmovedora que ya no le ofrecerás más resistencia. 3En ese
instante te llevará a Su hogar, y tú permanecerás allí con Él en perfecta
quietud, en silencio y en paz, más allá de las palabras, libre de todo temor y
de toda duda, sublimemente seguro de que estás en tu
hogar.
9. Descansa
a menudo con Él hoy. 2Pues Él estuvo dispuesto a convertirse en un Niño pequeño para que
tú pudieras aprender cuán fuerte es aquel que viene sin defensas, ofreciendo
únicamente los mensajes del amor a quienes creen ser sus enemigos. 3Con el poder del Cielo en Sus manos, los llama amigos y les presta
Su fortaleza para que puedan darse cuenta de que Él quiere ser su Amigo. 4Les pide que lo protejan, pues Su hogar está muy lejos, y Él no
quiere regresar a él solo.
10. Cristo
renace como un Niño pequeño cada vez que un peregrino abandona su hogar. 2Pues éste debe aprender que a quien quiere proteger es sólo a este
Niño, que viene sin defensas y a Quien la indefensión ampara. 3Ve con
Él a tu hogar de vez en cuando hoy. 4Tú eres un extraño aquí, al
igual que Él.
11. Dedica
algún tiempo hoy a dejar a un lado tu escudo que de nada te ha servido, y a
deponer la espada y la lanza que blandiste contra un enemigo imaginario. 2Cristo te ha llamado amigo y hermano. 3Ha venido
incluso a pedirte ayuda para que lo dejes regresar a Su hogar hoy, íntegro
y completamente. 4Ha venido como lo haría un niño pequeño, que tiene
que implorar la protección y el amor de su padre. 5Él rige el universo, y, sin embargo, te pide
incesantemente que regreses con Él y que no sigas convirtiendo a las ilusiones
en dioses.
12. Tú no has perdido tu inocencia. 2Y eso es lo que anhelas, 3lo que tu corazón desea. 4Ésa es la voz que oyes y la llamada que no se puede ignorar. 5Ese santo Niño todavía sigue a tu lado. 6Su hogar es el tuyo. 7Hoy Él te da Su indefensión, y tú la aceptas a cambio de todos los juguetes bélicos que has fabricado. 8Y ahora el camino está libre y despejado, y el final de la jornada puede por fin vislumbrarse. 9Permanece muy quedo por un instante, regresa a tu hogar junto con Él y goza de paz por un rato. |
Visitá nuestra
Página Principal: |
||