UN CURSO DE MILAGROS - FRASES DEL DÍA
FEBRERO
1 DE
FEBRERO
7. El ego vive
literalmente a base de comparaciones. 2La igualdad es algo que está
más allá de lo que puede entender y, por lo tanto, le es imposible ser
caritativo. 3Lo que el ego da nunca emana de una sensación de
abundancia porque él fue engendrado precisamente como un sustituto de ésta. 4Por eso es por lo que el concepto de "obtener" surgió en su sistema
de pensamiento. 5Los apetitos son mecanismos para "obtener" que
representan la necesidad del ego de ratificarse a sà mismo. 6Esto es cierto tanto en el caso de los apetitos corporales como en
el de las llamadas "necesidades más elevadas del ego". 7El
origen de los apetitos corporales no es fÃsico. 8El ego considera al
cuerpo como su hogar, y trata de satisfacerse a sà mismo a través de él. 9Pero
la idea de que eso es posible es una decisión de la mente, que está
completamente confundida acerca de lo que realmente es
posible.
8. El ego cree que
tiene que valerse por sà mismo para todo, lo cual no es más que otra forma de
describir cómo cree que él mismo se originó. 2Es éste un estado de
tanto temor que lo único que puede hacer es dirigirse a otros egos y tratar de
unirse a ellos en un débil intento de identificarse con ellos, o atacarlos en
una demostración -igualmente débil- de fuerza. 3No es libre, no
obstante, de poner en tela de juicio la premisa que da lugar a todo eso,
pues esa premisa es su base. 4El ego es la creencia de la mente según
la cual tiene que valerse completamente por sà misma. 5Los incesantes
esfuerzos del ego por ganar el reconocimiento del espÃritu y establecer asà su
propia existencia; son inútiles. 6El espÃritu en su conocimiento no
es consciente del ego. 7No lo ataca, simplemente no lo puede
concebir en absoluto. 8Aunque el ego tampoco se percata del espÃritu,
se percibe a sà mismo rechazado por algo más grande que él. 9Por eso
es por lo que el amor propio, tal como el ego lo concibe, no puede por menos que
ser ilusorio. 10Las creaciones de Dios no crean mitos, si bien
el esfuerzo creativo se puede trocar en mitologÃa. 11Esto puede
suceder, sin embargo, sólo bajo una condición: lo que fabrica deja de ser
creativo. 12Los mitos pertenecen exclusivamente al ámbito de la
percepción, y las formas que adoptan son tan ambiguas y su naturaleza está
tan marcada por la dicotomÃa entre el bien y el mal, que ni siquiera el más
benévolo de ellos está exento de connotaciones
aterradoras.
9. Los mitos y la
magia están Ãntimamente relacionados, ya que los mitos generalmente tienen que
ver con el origen del ego; y la magia, con los poderes que el ego se atribuye, a
sà mismo. 2Los sistemas mitológicos incluyen, por lo general; alguna
descripción de "la creación", y la conectan con su forma particular de magia. 3La llamada "lucha por la supervivencia" no es más que la lucha del
ego por prolongar su propia existencia, asà como la interpretación que ha
hecho con respecto a su comienzo. 4Este comienzo casi siempre se
asocia con el nacimiento fÃsico, ya que resulta difÃcil sostener que el ego
existÃa antes de ese momento. 5Los más "religiosos" de los mitos
basados en el ego, puede que postulen que el alma existÃa antes y que seguirá
existiendo después de un lapso temporal de vida en el ego. 6Algunos
postulan incluso que el alma será castigada por este lapso. 7La
salvación, no obstante, no es aplicable al espÃritu, pues éste no está en
peligro y; por lo tanto, no tiene que ser rescatado.
10. La salvación no
es otra cosa que "mentalidad recta", que aunque no es la Mentalidad-Uno del
EspÃritu Santo, se debe alcanzar antes de que la Mentalidad-Uno pueda ser
reinstaurada. 2La mentalidad recta conduce automáticamente al
siguiente paso, ya que la percepción correcta está completamente exenta de
cualquier forma de ataque, y, por lo tanto, la mentalidad errada
desaparece. 3El ego no puede sobrevivir sin hacer juicios, y,
por consiguiente, se le abandona. 4La mente tiene entonces una sola
dirección por la que avanzar. 5La dirección que sigue es siempre
automática, pues no puede sino acatar los dictados del sistema de pensamiento al
que se adhiere.
11. No se puede
hacer demasiado hincapié en el hecho de que corregir la percepción es
simplemente un expediente temporal. 2Dicha corrección es necesaria
únicamente porque la percepción falsa es un obstáculo para el conocimiento,
mientras que la percepción fidedigna es un trampolÃn hacia él. 3El valor de la percepción correcta reside en la conclusión
inevitable de que toda percepción es innecesaria. 4Esto elimina el
obstáculo por completo. 5Te preguntarás cómo puede ser posible
esto mientras parezca que vives en este mundo. 6Esa es una pregunta
razonable. 7No obstante, tienes que asegurarte de que realmente la
entiendes. 8¿Quién es el "tú" que vive en este mundo? 9El
espÃritu es inmortal, y la inmortalidad es un estado permanente. 10El espÃritu es tan verdadero ahora como siempre lo fue y lo será
siempre, ya que no entraña cambios de ninguna clase. 11No es un
continuo, ni se puede entender tampoco comparándolo con un opuesto. 12El conocimiento nunca admite comparaciones. 13En eso
estriba su diferencia principal con respecto a cualquier otra cosa que la mente
pueda comprender.
LECCIÓN
32
He
inventado el mundo que veo.
1. Continuamos hoy desarrollando el tema de causa y
efecto. 2No eres vÃctima del mundo que ves porque tú mismo lo
inventaste. 3Puedes renunciar a él con la misma facilidad con la que
lo construiste. 4Lo verás o no lo
verás, tal como desees. 5Mientras desees verlo, lo verás; cuando ya
no lo desees ver, no estará ahà para que lo puedas ver.
2.
La idea de hoy, al igual que las anteriores, es aplicable tanto a tu mundo
interno como al externo, que en realidad son lo mismo. 2Sin embargo,
puesto que los consideras diferentes, las sesiones de práctica de hoy tendrán
una vez más dos fases: una dedicada al mundo que ves fuera de ti, y la otra, al
que ves en tu mente. 3Trata de introducir en los
ejercicios de hoy el pensamiento de que ambos se
encuentran en tu propia imaginación.
3. Una vez más, comenzaremos la sesión de práctica de
por la mañana y la de por la noche repitiendo la idea de hoy dos o tres veces
mientras miras a tu alrededor al mundo que consideras como externo a ti. 2Luego cierra los ojos y mira tu mundo interno. 3Procura
tratarlos a ambos con la mayor igualdad posible. 4Repite la idea de
hoy sin ningún apresuramiento y tan a menudo como desees mientras observas las
imágenes que tu imaginación le presenta a tu
conciencia.
4. Se recomiendan de tres a cinco minutos para las
dos sesiones de práctica más largas, siendo tres el mÃnimo requerido. 2Si notas que hacer los ejercicios te relaja, los puedes alargar a
más de cinco minutos. 3Para facilitar esa relajación, escoge un
momento en el que no preveas muchas distracciones, y en el que te sientas
razonablemente preparado.
5. Estos ejercicios se deben seguir haciendo asimismo
a lo largo del dÃa tan a menudo como sea posible. 2Las aplicaciones
más cortas consisten en lentas repeticiones de la idea según exploras tu mundo
externo o tu mundo interno. 3No importa cuál de ellos
elijas.
6. La idea de hoy también debe aplicarse
inmediatamente a cualquier situación que te pueda perturbar. 2AplÃcala diciéndote a ti mismo:
3He
inventado esta situación tal como la veo.
LECCIÓN
33
Hay
otra manera de ver el mundo.
1. Lo que se intenta con la idea de hoy es que
reconozcas que puedes cambiar tu percepción del mundo tanto en su aspecto
externo como en el interno. 2Deben dedicarse cinco minutos
completos a la sesión de práctica de por la mañana, asà como a la de por la
noche. 3En estas sesiones debes repetir la idea tan a menudo como te
resulte cómodo, aunque es esencial que las aplicaciones no sean apresuradas. 4Alterna tu examen entre tus percepciones externas e internas, de tal
forma que el cambio de unas a otras no sea abrupto.
2. Mira simplemente de pasada al mundo que percibes
como externo a ti. aLuego cierra los ojos y examina tus pensamientos
internos de la misma manera. 2Trata de ser igualmente desapegado
con ambos, y de mantener ese desapego cuando repitas la idea en el transcurso
del dÃa.
3. Las sesiones de práctica más cortas se deben hacer
tan frecuentemente como sea posible. 2La idea de hoy debe
aplicarse también de inmediato, de surgir cualquier situación que te tiente
a sentirte perturbado. 3En estas aplicaciones,
di:
4Hay
otra manera de ver esto.
4. Recuerda aplicar la idea de hoy en el momento en
que notes cualquier molestia. 2Quizá sea necesario sentarte en
silencio un minuto más o menos y repetir la idea para tus adentros varias veces. 3Cerrar los ojos probablemente te ayudará en este tipo de
aplicación.
LECCIÓN
34
PodrÃa
ver paz en lugar de esto.
1. La idea de hoy comienza a describir las
condiciones que prevalecen en la otra manera de ver. 2La paz
mental es claramente una cuestión interna. 3Tiene que empezar con tus
propios pensamientos, y luego extenderse hacia afuera. 4Es de tu
paz mental de donde nace una percepción pacifica del
mundo.
2. Para los ejercicios de hoy se requieren tres
sesiones de práctica largas. 2Se aconseja que lleves a cabo una por
la mañana y otra por la noche, con una tercera adicional a intercalarse
entremedias en el momento que parezca más conducente a ello. 3Todas
las sesiones deben hacerse con los ojos cerrados. 4Es a tu mundo
interno al que deben dirigirse las aplicaciones de la idea de
hoy.
3. Para cada una de estas sesiones largas se
requieren alrededor de cinco minutos de búsqueda mental. 2Escudriña
tu mente en busca de pensamientos de temor, situaciones que provoquen ansiedad,
personas o acontecimientos "ofensivos", o cualquier otra cosa sobre la que estés abrigando pensamientos no
amorosos. 3A medida que cada uno de estos pensamientos surja en tu
mente, obsérvalo relajadamente, repitiendo la idea de hoy muy despacio, y luego
haz lo mismo con el siguiente.
4. Si comienza a resultarte difÃcil pensar en temas
especÃficos, continúa repitiendo la idea para tus adentros sin prisas y sin
aplicarla a nada en particular. 2Asegúrate, no obstante, de no
excluir nada especÃficamente.
5. Las aplicaciones cortas deben ser frecuentes, y
hacerse siempre que sientas que de alguna forma tu paz mental se está viendo
amenazada. 2EI propósito de esto es protegerte de la tentación a lo
largo del dÃa. 3Si se presentase alguna forma especÃfica de
tentación en tu conciencia, el ejercicio deberá hacerse de esta
forma:
4PodrÃa ver paz
en esta situación en lugar de lo que ahora veo en
ella.
6. Si los ataques a tu paz mental se manifiestan en
forma de emociones adversas más generalizadas, tales como depresión,
ansiedad o preocupación, usa la idea en su forma original. 2Si
ves que necesitas aplicar la idea de hoy más de una vez para que te ayude a
cambiar de parecer con respecto a alguna situación determinada, trata de
dedicar varios minutos a repetirla hasta que sientas una sensación de
alivio. 3Te ayudará si te dices a ti mismo lo
siguiente:
4Puedo sustituir
mis sentimientos de depresión, ansiedad o preocupación [o mis pensamientos
acerca de esta situación, persona o acontecimiento] por
paz.
4 DE
FEBRERO
III. Amor sin
conflicto
1. Es difÃcil
entender lo que realmente quiere decir "El Reino de los Cielos está dentro de
ti". 2Ello se debe a que no es comprensible para el ego, que lo
interpreta como si algo que está afuera estuviese adentro; lo cual no tiene
sentido. 3La palabra "adentro" es innecesaria. 4Tú eres el
Reino de los Cielos. 5¿Qué otra cosa sino a ti creó el Creador?, y
¿qué otra cosa sino tú es Su Reino? 6Éste es el mensaje de la
Expiación, mensaje que, en su totalidad, transciende la suma de sus partes. 7Tú también tienes un Reino que tu espÃritu creó. 8Éste no
ha dejado de crear como consecuencia de las ilusiones del ego. 9Tus
creaciones no son huérfanas, de la misma manera en que tú tampoco lo eres. 10Tu ego y tu espÃritu nunca serán co-creadores, pero tu espÃritu y
tu Creador lo serán siempre. 11Ten por seguro que tus creaciones
están tan a salvo como tú.
12El Reino está
perfectamente unido y perfectamente
protegido, y el ego
no prevalecerá contra él. 13Amén.
2. Esto se ha
escrito en forma de oración porque asà puede serte más útil en momentos de
tentación. 2Es una declaración de independencia. 3La
encontrarás muy provechosa si la entiendes cabalmente. 4El que
necesites mi ayuda se debe a que has negado a tu propio GuÃa, y, por
consiguiente, necesitas ser guiado. 5Mi papel consiste en separar lo
falso de lo verdadero, para que la verdad pueda traspasar las barreras que el
ego ha erigido y asà brillar en tu mente. 6El ego no puede imperar en
contra de nuestra fuerza conjunta.
3. Es seguro que a
estas alturas resulta evidente por qué el ego considera que el espÃritu es su
"enemigo". 2El ego surgió como resultado de la separación, y la
continuidad de su existencia depende de que tú sigas creyendo en la
separación. 3El ego tiene que ofrecerte algún tipo de recompensa para
que sigas abrigando esta creencia. 4Lo único que puede ofrecerte es
una sensación de existencia temporal que se origina con su propio comienzo
y termina con su propio final. 5Te dice que esa vida es tu existencia
porque es la suya propia. 6Frente a ésta sensación de existencia
temporal, el espÃritu te ofrece el conocimiento de la permanencia y de la
inmutabilidad del estado de ser. 7Nadie que haya experimentado la
revelación de esto puede volver a creer completamente en el ego otra vez. 8¿Cómo iba a poder imperar su miserable oferta por encima del
glorioso regalo que Dios te hace?
4. Tú que te
identificas con el ego no puedes creer que Dios te ame. 2No amas lo
que hiciste, y lo que hiciste no te ama a ti. 3El ego, que fue
engendrado como resultado de tú haber negado al Padre, no le guarda lealtad a su
hacedor. 4No puedes ni imaginarte la relación real que existe
entre Dios y Sus creaciones debido al odio que le tienes al ser que fabricaste. 5Proyectas sobre el ego tu decisión de estar separado, y esto entra
en conflicto con el amor que, por ser su hacedor, sientes por él. 6No
hay amor en este mundo que esté exento de esta ambivalencia, y puesto que ningún
ego ha experimentado amor sin ambivalencia, el amor es un concepto que está
más allá de su entendimiento. 7El amor aflorará de inmediato en
cualquier mente que de verdad lo desee, pero tiene que desearlo de verdad. 8Esto quiere decir desearlo sin ninguna ambivalencia, y esta forma de
desear está completamente desprovista de la "compulsión de obtener" del
ego.
5. Existe una clase
de experiencia tan diferente de todo lo que el ego pudiera ofrecerte que nunca
más querrás volver a encubrirla u ocultarla. 2Es necesario repetir
que tu creencia en la oscuridad y en la ocultación es la razón de que la luz no
pueda pasar. 3La Biblia hace referencia frecuentemente a los
inconmensurables dones que te aguardan, pero que tienes que pedir. 4Ésta no es una condición como las que el ego establece, 5sino que es la gloriosa condición de lo que tú
eres.
6. Ninguna fuerza
excepto tu propia voluntad es lo suficientemente fuerte o digna como para
poder guiarte. 2En esto eres tan libre como Dios, y asà será
eternamente. 3Pidámosle al Padre en mi nombre que te mantenga
consciente de Su Amor por ti y del tuyo por Él. 4Él nunca ha dejado
de responder a este ruego, pues lo único que éste pide es lo que Su Voluntad ya
ha dispuesto. 5Quienes piden sinceramente siempre reciben respuesta. 6No debes anteponer otros dioses a Él porque no hay otros
dioses.
7. Nunca se te ha
ocurrido realmente renunciar a todas las ideas que jamás hayas tenido que se
oponen al conocimiento. 2Conservas miles de retazos de temor que
le impiden la entrada al SantÃsimo. 3La luz no puede filtrarse a
través de los muros que levantas para obstruir su paso, y nunca estará dispuesta
a destruir lo que tú has hecho. 4Nadie puede ver a través de un muro,
pero yo puedo transponerlo. 5Mantente alerta contra los retazos de
miedo que aún conservas en tu mente o, de lo contrario, no podrás pedirme que lo transponga. 6Sólo
puedo ayudarte tal como nuestro Padre nos creó. 7Te amaré, te
honraré y respetaré absolutamente lo que has hecho, pero no lo apoyaré a
menos que sea verdad. 8Nunca te abandonaré tal como Dios tampoco te
abandonará, pero tengo que esperar, mientras tú continúes eligiendo
abandonarte a ti mismo. 9Debido a que espero con amor y no con
impaciencia, es indudable que me pedirás con sinceridad que lo transponga. 10Vendré en respuesta a toda llamada
inequÃvoca.
8. Examina
detenidamente qué es lo que estás realmente pidiendo. 2Sé muy honesto
contigo mismo al respecto, pues no debemos ocultarnos nada el uno al otro. 3Si realmente tratas de hacer esto, habrás dado el primer paso en el
proceso de preparar a tu mente a fin de que el SantÃsimo pueda entrar en ella. 4Nos prepararemos para ello juntos, pues una vez que Él haya llegado,
estarás listo para ayudarme a preparar otras mentes a que estén listas para Él. 5¿Hasta cuándo vas a seguir negándole Su Reino?
9. En tu propia
mente, aunque negada por el ego, se encuentra la declaración que te hará libre: 2Dios te ha dado todo. 3Este simple hecho significa que el
ego no existe, y esto le atemoriza mortalmente. 4En el lenguaje
del ego, "tener" y "ser" significan dos cosas distintas, si bien para el
EspÃritu Santo son exactamente lo mismo. 5El EspÃritu Santo sabe que
lo "tienes" todo y que lo "eres" todo. 6Cualquier distinción al
respecto es significativa solamente cuando la idea de "obtener", que implica
carencia, ha sido previamente aceptada. 7Por eso es por lo que
no hacemos ninguna distinción entre tener el Reino de Dios y ser el Reino
de Dios.
10. Al sereno ser
del Reino de Dios, del que eres perfectamente consciente cuando estás en tu sano
juicio, se le expulsa sin miramientos de aquella parte de la mente que el
ego rige. 2El ego está desesperado porque se enfrenta a un
contrincante literalmente invencible, tanto si estás dormido como si estás
despierto. 3Observa cuánta vigilancia has estado dispuesto a ejercer
para proteger a tu ego, y cuán poca para proteger a tu mente recta. 4¿Quién, sino un loco, se empeñarÃa en creer lo que no es cierto, y
en defender después esa creencia a expensas de la verdad?
LECCIÓN
35
Mi
mente es parte de la de Dios. Soy muy santo.
1. La idea de hoy no describe la manera como te ves a
ti mismo ahora. 2Describe, no obstante, lo que la visión te mostrará. 3A todo aquel que cree estar en este mundo le resulta muy difÃcil
creer esto de sà mismo. 4Sin embargo, la razón por la que cree estar
en este mundo es porque no lo cree.
2. Crees que formas parte del lugar donde piensas que
estás. 2Eso se debe a que te rodeas del medio ambiente que deseas. 3Y lo deseas para proteger
la imagen que has forjado de ti mismo. 4La imagen también forma parte
de ese medio ambiente. 5Lo que ves mientras crees estar en él, lo ves
a través de los ojos de la imagen. 6Eso no es visión. 7Las
imágenes no pueden ver.
3. La idea de hoy presenta una perspectiva de ti muy
diferente. 2Al establecer
tu Origen establece también tu Identidad, y te describe como realmente
debes ser en verdad. 3La manera en que vamos a aplicar la idea de hoy
es ligeramente diferente, ya que el énfasis recae hoy en el que percibe en vez
de en lo que éste percibe.
4. Comienza cada una de las tres sesiones de práctica
de hoy de cinco minutos cada una repitiendo la idea para tus adentros, luego
cierra los ojos y escudriña tu mente en busca de los diversos términos
descriptivos que te adjudicas a ti mismo. 2Incluye todos los
atributos basados en el ego que te adscribes, sean positivos o negativos,
deseables o indeseables, halagadores o denigrantes. 3Todos son
igualmente irreales porque en ellos no te ves a ti mismo con los ojos de la
santidad.
5. En la primera parte del perÃodo de búsqueda
mental, probablemente pondrás mayor énfasis en lo que consideres son los
aspectos más negativos de tu auto-percepción. 2Hacia el final del
ejercicio, no obstante, es probable que lo que te venga a la mente sean los
términos descriptivos más auto-engrandecedores. 3Trata de reconocer
que no importa en qué dirección se inclinen las fantasÃas que albergas
acerca de ti mismo. 4En realidad, las fantasÃas no se inclinan en
ninguna dirección. 5Simplemente no son
verdaderas.
6.
Una lista adecuada para la aplicación de la idea de hoy, la cual no ha sido
seleccionada conscientemente, podrÃa ser:
2Me
veo a mà mismo como alguien del que otros abusan.
3Me
veo a mà mismo como alguien que está deprimido.
4Me
veo a mà mismo como un fracaso.
5Me
veo a mà mismo como alguien que está en peligro.
6Me
veo a mà mismo como un inútil.
7Me
veo a mà mismo
como un vencedor.
8Me
veo a mà mismo como un perdedor.
9Me
veo a mà mismo como una persona caritativa.
10Me
veo a mà mismo como una persona virtuosa.
7. No debes pensar acerca de estos términos de manera
abstracta. 2Se te
ocurrirán a medida que te vengan a la mente diversas personalidades,
situaciones o acontecimientos en los que tú figuras. 3Escoge
cualquier situación en particular que se te ocurra, identifica el término o
términos descriptivos que consideres pertinentes a tus reacciones a esa
situación, y úsalos para aplicar la idea de hoy. 4Después que hayas
nombrado cada uno de ellos, añade:
5Pero
mi mente es parte de la de Dios. 6Soy
muy santo.
8. Durante las sesiones de práctica más largas
probablemente habrá intervalos en los que no se te ocurra nada en particular. 2No te esfuerces en pensar cosas concretas para ocupar dichos
intervalos, sino simplemente relájate y repite la idea de hoy lentamente
hasta que se te ocurra algo. 3Si bien no debes omitir nada de lo que
se te ocurra durante los ejercicios, no se debe "sacar" nada a la fuerza. 4No se debe usar ni fuerza ni discriminación.
9. Tan a menudo como sea posible en el transcurso del
dÃa, aplica la idea de hoy a cada atributo o atributos que te estés
adjudicando en ese momento, añadiendo la idea en la forma indicada más
arriba. 2Si no se te ocurre nada en particular, repite
simplemente la idea en tu interior con los ojos
cerrados.
5 DE
FEBRERO
IV. Esto no tiene
por qué ser asÃ
1. Si no puedes oÃr
la Voz de Dios, es porque estás eligiendo no escucharla. 2Pero que sÃ
escuchas a la voz de tu ego lo demuestran tus actitudes, tus sentimientos y
tu comportamiento. 3No obstante, eso es lo que quieres. 4Eso es por lo que luchas y lo que procuras proteger manteniéndote
alerta. 5Tu mente está repleta de estratagemas para hacer quedar bien
al ego, pero no buscas la faz de Cristo. 6El espejo en el que el ego
trata de ver su rostro es ciertamente tenebroso. 7¿De qué otra
manera, sino con espejos, podrÃa seguir manteniendo la falsedad de su
existencia? 8Con todo, dónde buscas para encontrarte a ti mismo
depende de ti.
2. He dicho que no
puedes cambiar de mentalidad modificando tu conducta, mas he dicho también, y en
muchas ocasiones, que puedes cambiar de mentalidad. 2Cuando tu estado
de ánimo te diga que has elegido equivocadamente, y esto es asà siempre que no
te sientes contento, reconoce entonces que ello no tiene por qué ser asÃ. 3En cada caso, has pensado mal acerca de algún hermano que Dios creó,
y estás percibiendo imágenes que tu ego forja en un espejo tenebroso. 4Examina honestamente qué es lo que has pensado que Dios no habrÃa
pensado, y qué no has pensado que Dios habrÃa querido que pensases. 5Examina honestamente tanto lo que has hecho como lo que has dejado
sin hacer, y cambia entonces de mentalidad para que asà puedas pensar con la
Mente de Dios. 6Esto puede parecer difÃcil, pero es mucho más fácil
que intentar pensar al revés de como piensa Él. 7Tu mente y la de
Dios son una. 8Negar esto y pensar de otra manera ha conservado
a tu ego intacto, pero ha dividido literalmente a tu mente. 9Como
hermano que te ama, tu mente es de suma importancia para mÃ, y te exhorto a
seguir mi ejemplo cuando te contemples a ti mismo y cuando contemples a tu
hermano, y a que veas en ambos las gloriosas creaciones de un Padre
glorioso.
3. Cuando te
sientas triste, reconoce que eso no tiene por qué ser asÃ. 2Las
depresiones proceden de una sensación de que careces de algo que
deseas y no tienes. 3Recuerda que no careces de nada, excepto si asÃ
lo decides, y decide entonces de otra manera.
4. Cuando
sientas ansiedad, date cuenta de que la ansiedad procede de los caprichos
del ego. aReconoce que eso no
tiene por qué ser asÃ. 2Puedes estar tan alerta contra los
dictados del ego como en su favor.
5. Cuando te
sientas culpable, recuerda que el ego ciertamente ha violado las leyes de Dios,
pero tú no. 2Los "pecados"
del ego déjamelos a mÃ. 3Ése es el propósito de la Expiación. 4Pero hasta que no cambies de parecer con respecto a aquellos a
quienes tu ego ha herido, la Expiación no podrá liberarte. 5Si te
sigues sintiendo culpable es porque tu ego sigue al mando, ya que sólo el ego
puede experimentar culpabilidad. 6Eso no tiene por qué ser asÃ.
6. Vigila tu
mente contra las tentaciones del ego, y no te dejes engañar por él. 2No tiene nada que ofrecerte. 3Cuando hayas abandonado ese
des-ánimo voluntario, verás como tu mente puede concentrarse, trascender toda
fatiga y sanar. 4No obstante, no te mantienes lo suficientemente
alerta contra las exigencias del ego como para poder librarte de ellas. 5Eso no tiene por qué ser asÃ.
7. El hábito
de colaborar con Dios y Sus creaciones se adquiere fácilmente si te
niegas diligentemente a dejar que tu mente divague. 2No se trata
de un problema de falta de concentración, sino de la creencia de que nadie,
incluido tú, es digno de un esfuerzo continuo. 3Ponte de mi parte
sistemáticamente contra este engaño, y no permitas que esa desafortunada
creencia te retrase. 4Los descorazonados no pueden ayudarse a sÃ
mismos ni me pueden ayudar a mÃ. aSin embargo, sólo el ego puede sentirse descorazonado.
8. ¿Te has
detenido a pensar seriamente en las muchas oportunidades qué has tenido de
regocijarte y en cuántas has dejado pasar? 2El poder de un Hijo de
Dios es ilimitado, pero él puede restringir la expresión de su poder tanto como
quiera. 3Tu mente y la mÃa pueden unirse para desvanecer con su luz a
tu ego, liberando la fuerza de Dios para que reverbere en todo lo que hagas o
pienses. 4No te conformes con menos, y niégate a aceptar como tu
objetivo nada que no sea eso. 5Vigila tu mente con sumo cuidado
contra cualquier creencia que se interponga en el logro de tu objetivo, y
recházala. 6Juzga por tus sentimientos cuán bien has hecho esto, pues
ése es el único uso acertado del juicio. 7Los juicios, al igual que
cualquier otra defensa, se pueden utilizar para atacar o para proteger, para
herir o para sanar. 8Al ego se le debe llevar a juicio y allà declararlo
inexistente. 9Sin tu lealtad, protección y amor, el ego no puede
existir. 10Deja que sea juzgado imparcialmente y no podrás por
menos que retirarle tu lealtad, tu protección y tu
amor.
9. Eres un
espejo de la verdad, en el que Dios Mismo brilla en perfecta luz. 2Al
tenebroso espejo del ego no tienes sino que decirle: "No voy a mirar
ahà porque sé que esas imágenes no son verdad". 3Deja entonces que el
SantÃsimo brille sobre ti en paz, sabiendo que asà y sólo asà es como debe ser. 4Su Mente resplandeció sobre ti en tu creación y le dio existencia a
tu mente. 5Su Mente resplandece todavÃa sobre ti y no puede sino
resplandecer a través de ti. 6Tu ego no puede impedir que Dios
resplandezca sobre ti, pero sà puede impedirte que le dejes resplandecer a
través de ti.
10. El Primer
Advenimiento de Cristo no es más que otro nombre para la creación, pues Cristo
es el Hijo de Dios. 2El Segundo Advenimiento de Cristo no
significa otra cosa que el fin del dominio del ego y la curación de la mente. 3Al igual que tú, fui creado en el primero, y te he llamado para que
te unas a mà en el segundo. 4Estoy a cargo del Segundo
Advenimiento, mi juicio, que se usa solamente como protección, no puede ser erróneo
porque nunca ataca. 5El tuyo puede estar tan distorsionado que hasta
creas que me equivoqué al escogerte. 6Te aseguro que eso es un error
de tu ego. 7No lo confundas con humildad. 8Tu ego está
tratando de convencerte de que él es real y de que yo no lo soy, ya que si yo
soy real, no puedo ser más real que tú. 9Ese conocimiento -y te
aseguro yo que es conocimiento-
significa que Cristo ha venido a tu mente y la ha sanado.
11. Yo no
ataco a tu ego. 2Trato con tu mente superior -la morada del EspÃritu
Santo- tanto si estás dormido como si estás despierto, al igual como tu ego
trata con tu mente inferior, que es su hogar. 3Me mantengo alerta por
ti con respecto a esto porque tú estás tan confundido que te resulta imposible
reconocer tu propia esperanza. 4No estoy equivocado. 5Tu
mente optará por unirse a la mÃa, y juntos somos invencibles. 6Tu y
tu hermano os uniréis finalmente en mi nombre, y vuestra cordura os será
restaurada. 7Resucité a los muertos porque sabÃa que la vida era
un atributo eterno de todo lo que el Dios viviente creó. 8¿Por qué
crees que habrÃa de ser más difÃcil para mà inspirar a los des-animados o
estabilizar lo inestable? 9Yo no creo que haya grados de dificultad
en los milagros; tú sÃ. 10Te he llamado y tú responderás. 11Yo comprendo que los milagros son acontecimientos naturales porque
son expresiones de amor. 12El que yo te llame es tan natural
como el que tú me respondas, e igualmente inevitable.
LECCIÓN
36
Mi
santidad envuelve todo lo que veo.
1.
La idea de hoy extiende la idea de ayer del que percibe a lo percibido. 2Eres santo porque tu mente es parte de la de Dios. 3Y puesto que eres santo, tu visión no puede
sino ser santa también. 4"Impecabilidad" quiere decir libre de
pecado. 5No se puede estar libre de pecado sólo un poco. 6O bien eres impecable o bien no lo eres. 7Si tu mente es
parte de la de Dios tienes que ser impecable, pues de otra forma parte de Su
Mente serÃa pecaminosa. 8Tu visión está vinculada a Su santidad, no a
tu ego, y, por lo tanto, no tiene nada que ver con tu
cuerpo.
2. Hoy
se requieren cuatro sesiones de práctica de tres a cinco minutos cada una. 2Trata de distribuirlas equitativamente y de hacer las aplicaciones
más cortas a menudo para asà asegurar tu protección durante todo el dÃa. 3Las sesiones de práctica más largas deben hacerse de la
siguiente forma:
3. Cierra
primero los ojos y repite la idea de hoy varias veces lentamente. 2Luego ábrelos y mira a tu alrededor con bastante lentitud, aplicando
la idea de manera especÃfica a cualquier cosa que notes en tu ligera inspección. 3Di, por ejemplo:
4Mi
santidad envuelve esa alfombra.
5Mi
santidad envuelve esa pared.
6Mi
santidad envuelve estos dedos.
7Mi
santidad envuelve esa silla.
8Mi
santidad envuelve ese cuerpo.
9Mi
santidad envuelve esta pluma.
10Cierra
los ojos varias veces durante estas sesiones de práctica y repite la idea para
tus adentros. 11Luego ábrelos y continúa como
antes.
4. Para
las sesiones de práctica más cortas, cierra los ojos y repite la idea; mira a tu
alrededor mientras la repites de nuevo y finaliza con una repetición
adicional con los ojos cerrados. 2Todas las aplicaciones, por
supuesto, deben llevarse a cabo con bastante lentitud y con el menor esfuerzo y
prisa posibles.
6 DE
FEBRERO
V. La ilusión
del ego-cuerpo
1. Todas las
cosas obran conjuntamente para el bien. 2En esto no hay excepciones,
salvo a juicio del ego. 3El ego se mantiene extremadamente
alerta con respecto a lo que permite llegar hasta la conciencia, y ésa no es la
manera en que una mente equilibrada se mantiene ecuánime. 4El
desequilibrio del ego se acentúa aún más porque mantiene su motivación principal
oculta de tu conciencia, y hace que el control predomine sobre la cordura. 5El ego tiene todas las razones del mundo para hacer esto, de acuerdo
con el sistema de pensamiento que le dio origen y al que sirve. 6Puesto que el sano juicio juzgarÃa irrevocablemente contra él, el
ego lo tiene que eliminar en aras de su propia
supervivencia.
2. Una de las
causas principales del estado de desequilibrio del ego es su falta de
discernimiento entre lo que es el cuerpo y lo que son los Pensamientos de Dios. 2Los Pensamientos de Dios son inaceptables para el ego porque apuntan
claramente al hecho de que él no existe. 3El ego, por lo tanto, los
distorsiona o se niega a aceptarlos. 4Pero no puede hacer que dejen
de existir. 5El ego, por consiguiente, trata de ocultar no sólo los
impulsos "inaceptables" del cuerpo, sino también los Pensamientos de Dios,
ya que ambos suponen una amenaza para él. 6Dado que lo que
básicamente le preocupa es su propia supervivencia ante cualquier amenaza,
el ego los percibe a ambos como si fueran lo mismo. 7Y al percibirlos
asÃ, evita ser aniquilado, como de seguro lo serÃa en presencia del conocimiento.
3.
Cualquier sistema de pensamiento que confunda a Dios con el cuerpo no puede por
menos que ser demente. 2Sin embargo, esa confusión es esencial para
el ego, que juzga únicamente en función de lo que supone o no una amenaza
para él. 3En cierto sentido su temor a Dios es cuando menos
lógico, puesto que la idea de Dios hace que el ego se desvanezca. 4Pero que le tenga miedo al cuerpo, con el que se identifica tan
Ãntimamente, no tiene ningún sentido.
4.
El cuerpo es el hogar que el ego ha elegido para sÃ. 2Ésta es la
única identificación con la que se siente
seguro, ya que la vulnerabilidad del cuerpo es su mejor argumento de que tú
no puedes proceder de Dios. 3Ésta es la creencia que el ego apoya
fervientemente. 4Sin embargo, odia al cuerpo porque no lo
considera lo suficientemente bueno como para ser su hogar. 5En este
punto es donde la mente queda definitivamente. aturdida. 6Habiéndole
dicho el ego que ella es realmente parte del cuerpo y que el cuerpo es su
protector, también le dice que el cuerpo no puede protegerla. 7Por
consiguiente, la mente inquiere: "¿Dónde puedo encontrar protección?", a lo que
el ego responde: "En mÃ". 8La mente, y no sin razón, le recuerda al
ego que él mismo ha insistido que con lo que ella se tiene que identificar es
con el cuerpo, de modo que no tiene objeto recurrir a él para obtener
protección. 9El ego no dispone de una respuesta plausible para
esto, puesto que no la hay, pero sà dispone de una solución tÃpica: 10eliminar la pregunta de la conciencia. 11Una vez fuera
de la conciencia la pregunta puede producir desasosiego, y de hecho lo produce,
pero no puede ser contestada porque no puede ser
planteada.
5. Ésta es la
pregunta que debes hacerte: "¿Adónde
debo acudir en busca de protección?" 2â€Busca y hallarás" no significa
que tengas que buscar ciega y desesperadamente algo que no podrÃas reconocer. 3La búsqueda que tiene sentido se emprende conscientemente, se
organiza conscientemente y se dirige conscientemente. 4El objetivo
debe formularse claramente y luego tenerse siempre presente. 5Aprender y querer aprender son inseparables. 6Te resulta
más fácil aprender cuando crees que lo que estás tratando de aprender tiene
valor para ti. 7Ahora bien, no todo lo que tal vez quieras aprender
tiene valor duradero. 8En realidad, muchas de las cosas que quieres
aprender tal vez las hayas escogido precisamente porque su valor es
efÃmero
6. El ego cree que es una ventaja no
comprometerse con nada que sea eterno, ya que lo eterno sólo puede proceder de
Dios. 2La eternalidad es la única función que el ego ha tratado de
desarrollar, si bien ha fracasado repetidamente. 3El ego transige con
la cuestión de lo eterno, al igual que con todas las cuestiones que de algún
modo tienen que ver con la verdadera pregunta, la cual espera encubrir y
mantener fuera de la conciencia ocupándose de asuntos marginales. 4La
tendencia tÃpica del ego de estar continuamente ocupado con nimiedades tiene
como objeto apoyar ese propósito. 5Uno de sus ardides favoritos para
obstaculizar el aprendizaje es embarcarse en problemas diseñados de tal manera
que su resolución sea imposible. 6La pregunta que nunca formulan
quienes se embarcan en tales maniobras dilatorias es: "¿Para qué?" 7Esa es la pregunta que tú tienes que aprender a plantear en relación
con todo. 8¿Qué propósito tiene esto? 9Sea cual fuere,
dirigirá tus esfuerzos automáticamente. 10Cuando tomas una decisión
con respecto a un propósito, tomas una decisión con respecto a los esfuerzos que
vas a llevar a cabo en el futuro. 11Y esta decisión permanecerá en
vigor a menos que cambies de parecer.
LECCIÓN
37
Mi
santidad bendice al mundo.
1.
Esta idea contiene los primeros destellos de tu verdadera función en el
mundo, o en otras palabras, la razón por la que estás aquÃ. 2Tu propósito
es ver el mundo a través de tu propia santidad. 3De este modo,
tú y el mundo sois bendecidos juntos. 4Nadie pierde; a nadie se le despoja de nada; todo el mundo se beneficia a
través de tu santa visión. 5Tu santa visión significa el fin del sacrificio porque les ofrece a todos su
justo merecido. 6Y él
tiene derecho a todo, ya que ése es su sagrado derecho como Hijo de
Dios.
2. No
hay ninguna otra manera de poder eliminar la idea de sacrificio del
pensamiento del mundo. 2Cualquier otra manera de ver inevitablemente
exige el que algo o alguien pague. 3Como resultado de ello, el
que percibe sale perdiendo. 4Y no tiene ni idea de por qué está
perdiendo. 5Su plenitud, sin embargo, le es restaurada a su
conciencia a través de tu visión. 6Tu santidad le bendice al no
exigir nada de él. 7Los que se consideran a sà mismos completos
no exigen nada.
3. Tu
santidad es la salvación del mundo. 2Te permite enseñarle al mundo
que es uno contigo, sin predicarle ni decirle nada, sino simplemente mediante tu
sereno reconocimiento de que en tu santidad todas las cosas son bendecidas junto
contigo.
4. Hoy
debes dar comienzo a las cuatro sesiones de práctica más largas -las cuales han
de tener una duración de tres a cinco minutos cada una- repitiendo la idea
de hoy, a lo cual ha de seguir un minuto más o menos en el que debes mirar a tu
alrededor a medida que aplicas la idea a cualquier cosa que
veas:
2Mi
santidad bendice esta silla.
3Mi
santidad bendice esa ventana.
4Mi
santidad bendice este cuerpo.
5Luego
cierra los ojos y aplica la idea a cualquier persona que te venga a la mente,
usando su nombre y diciendo:
6Mi
santidad te bendice, [nombre].
5. Puedes
continuar la sesión de práctica con los ojos cerrados, o bien abrirlos de nuevo
y aplicar la idea a tu mundo exterior si asà lo deseas; puedes alternar entre
aplicar la idea a cualquier cosa que veas a tu alrededor o a aquellas personas
que aparezcan en tus pensamientos, o bien puedes usar cualquier combinación que
prefieras de estas dos clases de aplicación. 2La sesión de práctica
debe concluir con una repetición de la idea con los ojos cerrados, seguida
inmediatamente por otra repetición con los ojos abiertos.
6. Los
ejercicios más cortos consisten en repetir la idea tan a menudo como puedas. 2Resulta particularmente útil aplicarla en silencio a todas las
personas con las que te encuentres, usando su nombre al hacerlo. 3Es
esencial que uses la idea si alguien parece causar una reacción adversa en ti. 4Ofrécele la bendición de tu santidad de inmediato, para que asÃ
puedas aprender a conservarla en tu conciencia.
7 DE
FEBRERO
VI. Las
recompensas de Dios
1. El ego no
reconoce el verdadero origen de la "amenaza", y si tú te identificas con el ego,
no entenderás la situación tal como es. 2Lo único que le confiere al
ego poder sobre ti es la lealtad que le guardas. 3Me he referido al
ego como si fuera una entidad separada que actúa por su cuenta. 4Esto ha sido necesario para persuadirte de que no puedes descartarlo
a la ligera y de que tienes que darte cuenta de cuán extensa es la parte de tu
pensamiento que él controla. 5Sin embargo, no nos podemos detener
ahÃ, pues, de lo contrario, no podrÃas sino pensar que mientras estés aquÃ, o
mientras creas estar aquÃ, estarás en conflicto. 6El ego no es más
que una parte de lo que crees acerca de ti. 7Tu otra vida ha
continuado sin ninguna interrupción, y ha sido, y será siempre,
completamente inmune a tus intentos de disociarte de
ella.
2. En el
proceso de aprender a escapar de las ilusiones, es imprescindible que nunca
te olvides de la deuda que tienes con tu hermano. 2 Es la misma
deuda que tienes conmigo. 3 Cuando actúas egoÃstamente con otro,
repudias la gracia que esta deuda te ofrece y la percepción santa que
producirÃa. 4La palabra "santa" puede usarse aquà porque a medida que
aprendes cuán endeudado estás con toda la Filiación, la cual me incluye a mÃ, te
aproximas tanto al conocimiento como la percepción lo permite. 5La
brecha que entonces queda es tan diminuta que el conocimiento puede
salvarla y eliminarla para siempre.
3. TodavÃa
tienes muy poca confianza en mÃ, pero ésta aumentará a medida que recurras más y
más a mà -en vez de a tu ego- en busca de consejo. 2Los resultados te
irán convenciendo cada vez más de que ésta es la única elección cuerda que
puedes hacer. 3Nadie que aprenda por experiencia propia que cierta
elección le brinda paz y alegrÃa, mientras que otra le precipita al caos y al
desastre tiene más necesidad de persuasión. 4Es más eficaz
aprender a base de recompensas que a base de dolor porque el dolor es una
ilusión del ego y no puede producir más que un efecto temporal. 5Las recompensas de Dios, en cambio, se reconocen inmediatamente como
eternas. 6Puesto que este reconocimiento lo haces tú y no el ego, el
reconocimiento mismo establece que tú y el ego no podéis ser lo mismo. 7Tal vez creas que ya has aceptado esto, pero aún no estás convencido
de ello en absoluto. 8Prueba de ello es el hecho de que crees que
debes escaparte del ego. 9Sin embargo, no puedes escaparte de él
humillándolo; controlándolo o castigándolo.
4. El ego y el
espÃritu no se conocen. 2Sólo mediante la disociación
puede la mente separada mantener vigente la separación. 3Una vez que
ha hecho esto, niega todos los impulsos verdaderamente naturales, no porque
el ego sea una cosa separada, sino porque quieres creer que tú lo eres. 4El ego es un mecanismo para seguir albergando esta creencia, pero
sigue siendo únicamente tu decisión de usar tal mecanismo lo que lo
perpetúa.
5. ¿Cómo
puedes enseñarle a alguien el valor de algo que él mismo ha desechado
deliberadamente? 2Tiene que haberlo desechado porque
no le atribuyó ningún valor. 3Lo único que puedes hacer es mostrarle
cuánta infelicidad le causa su ausencia e Ãrselo acercando lentamente para que
pueda ver cómo mengua su infortunio según él se aproxima a ello. 4Esto le enseña a asociar su infelicidad con la ausencia de lo que
desechó, y lo opuesto a la infelicidad con su presencia. 5Comenzará a
desearlo gradualmente a medida que cambie de parecer con respecto a su valor. 6Te estoy enseñando a que asocies la infelicidad con el ego y la
felicidad con el espÃritu. 7Tú te has enseñado a ti mismo lo
contrario. 8Sigues siendo libre de elegir, mas a la vista de las
recompensas de Dios, ¿puedes realmente desear las recompensas del ego?
6. De momento,
la confianza que yo tengo en ti es mayor que la que tú tienes en mÃ, pero no
siempre será asÃ. 2Tu misión es muy simple. 3Se te pide
que vivas de tal forma que demuestre que no eres un ego, y yo no me equivoco al
elegir los canales de Dios. 4El SantÃsimo comparte mi confianza, y
acepta mis decisiones con respecto a la Expiación porque mi voluntad nunca está
en desacuerdo con la Suya. 5Dije anteriormente que yo estoy a
cargo de la Expiación. 6Esto es asà debido únicamente a que completé
mi papel en ella como hombre, y ahora puedo completarla a través de otros. 7Los canales que he elegido no pueden fallar porque les prestaré mi
fortaleza mientras la suya sea insuficiente.
7. Iré contigo
al SantÃsimo, y mediante mi percepción Él podrá salvar la diminuta brecha. 2Tu gratitud hacia tu hermano es la única ofrenda que quiero. 3Yo se la llevaré a Dios por ti, sabiendo que conocer a tu hermano es
conocer a Dios. 4Si le estás agradecido a tu hermano, le estarás
agradecido a Dios por lo que El creó. 5Mediante tu gratitud podrás
llegar a conocer a tu hermano, y un momento de verdadero reconocimiento
convierte a todo el mundo en tu hermano porque cada uno de ellos es Hijo de tu
Padre. 6El amor no conquista todas las cosas, pero sà las pone en su
debido lugar. 7Puesto que tú eres el Reino de Dios te puedo conducir
de vuelta a tus propias creaciones. 9Ahora no las reconoces,
pero aquello de lo cual te has disociado aún se encuentra ahÃ.
8. A medida que
te acercas a un hermano te acercas a mÃ, y a medida que te alejas de él, la
distancia entre tú y yo aumenta. 2La salvación es "una empresa de
colaboración. 3No la pueden emprender con éxito aquellos que se
desvinculan de la Filiación porque al hacer eso se desvinculan de mÃ. 4Dios acudirá a ti sólo en la medida en que se Lo ofrezcas a tus
hermanos. 5Aprende primero de ellos, y estarás listo para oÃr a Dios. 6Eso se debe a que el Amor sólo tiene una
función.
LECCIÓN
38
No
hay nada que mi santidad no pueda hacer.
1. Tu
santidad invierte todas las leyes del mundo. 2Está más allá de
cualquier restricción de tiempo, espacio, distancia, asà como de cualquier clase
de lÃmite. 3El poder de tu santidad es ilimitado porque te establece
a ti como Hijo de Dios, en unión con la Mente de su
Creador.
2. Mediante
tu santidad el poder de Dios se pone de manifiesto. 2Mediante tu
santidad el poder de Dios se vuelve accesible. 3Y no hay nada que el
poder de Dios no pueda hacer. 4Tu santidad, por lo tanto, puede
eliminar todo dolor, acabar con todo pesar y resolver todo problema. 5Puede hacer eso en conexión contigo o con cualquier otra persona. 6Tiene el mismo poder para ayudar a cualquiera porque su poder
para salvar a cualquiera es el mismo.
3. Si
tú eres santo, también lo es todo lo que Dios creó. 2Tú eres
santo porque todas las cosas que Él creó son santas. 3Y todas
las cosas que Él creó son santas porque tú eres santo. 4En los
ejercicios de hoy vamos a aplicar el poder de tu santidad a cualquier clase de
problema, dificultad o sufrimiento que te venga a la mente tanto si tiene que
ver contigo como con otro. 5No haremos distinciones porque no
hay distinciones.
4. En
las cuatro sesiones de práctica más largas, que preferiblemente han de
tener una duración de cinco minutos completos cada una, repite la idea de hoy,
cierra los ojos, y luego escudriña tu mente en busca de cualquier sensación de
pérdida o de cualquier clase de infelicidad tal como la percibas. 2Trata, en la medida de lo posible, de no hacer distinciones entre
las situaciones que son difÃciles para ti y las que son difÃciles para otro. 3Identifica la situación especÃficamente, asà como el nombre de la
persona en cuestión. 4Usa el siguiente modelo al aplicar la idea de
hoy:
5En
esta situación con respecto a _____ en la que me veo envuelto, no hay nada que
mi santidad no pueda hacer.
6En
esta situación con respecto a _____ en la que se ve envuelto, no hay nada que mi santidad no pueda
hacer.
5. De
vez en cuando puedes variar este procedimiento si asà lo deseas y añadir algunos
de tus propios pensamientos que vengan al caso. 2PodrÃas, por
ejemplo, incluir pensamientos tales como:
3No
hay nada que mi santidad no pueda hacer porque el poder de Dios reside en
ella.
4Introduce
cualquier variación que quieras, pero mantén los ejercicios centrados en el
tema: "No hay nada que mi santidad no pueda hacerâ€. 5El propósito de
los ejercicios de hoy es comenzar a inculcarte la sensación de que tienes
dominio sobre todas las cosas por ser quien eres.
6. En las aplicaciones cortas y más frecuentes,
aplica la idea en su forma original, a no ser que surja o te venga a la mente
algún problema en particular que tenga que ver contigo o con otra persona. 2En ese caso, usa la forma más
especÃfica.
8 DE
FEBRERO
VII. Creación
y comunicación
1. Está claro
que si bien el contenido de cualquier ilusión particular del ego es
irrelevante, su corrección es más útil dentro de un contexto especÃfico. 2Las ilusiones del ego son muy concretas aunque la mente es
naturalmente abstracta. 3Parte de la mente, no obstante, se vuelve
concreta al dividirse. 4La parte concreta cree en el ego porque el
ego depende de lo concreto. 5El ego es aquella parte de la mente que
cree que lo que define tu existencia es la separación.
2. Lo único
que el ego percibe es un todo separado, desprovisto de las relaciones que
presupone el estado de ser. 2El ego, por lo tanto, está en contra de
la comunicación, excepto cuando se utiliza para establecer separación en vez de
para abolirla. 3El sistema de comunicación del ego se basa en su
propio sistema de pensamiento, al igual que todo lo demás que él impone. 4Su comunicación está controlada por la necesidad que tiene de
protegerse, e interrumpirá la comunicación siempre que se sienta amenazado. 5Esta interrupción es una reacción hacia una o varias personas
determinadas. 6El carácter especÃfico de la manera de pensar del ego
da lugar, entonces, a generalizaciones falsas que no son realmente
abstractas en absoluto. 7El ego simplemente responde, de ciertas
formas especÃficas, a todo lo que percibe como
relacionado.
3. El
espÃritu, en cambio, reacciona de la misma manera a todo lo que sabe que es
verdadero, y no responde en absoluto a nada más. 2Tampoco hace ningún
esfuerzo por establecer lo que es verdad. Él sabe que lo único que es verdad es
lo que Dios creó. 4El espÃritu está en completa y directa
comunicación con todos los aspectos de la creación, debido a que está en
completa y directa comunicación con su Creador. 5Esta comunicación es
la Voluntad de Dios. 6Creación y comunicación son sinónimos. 7Dios creó a cada mente comunicándole Su Mente, y estableciéndola asÃ
para siempre como un canal para Su Mente y Su Voluntad. 8Puesto que
sólo los seres que pertenecen a un mismo orden pueden realmente
comunicarse, Sus creaciones se comunican naturalmente con Él y como Él. 9Esta comunicación es perfectamente abstracta, ya que su aplicación
es de una calidad universal y no está sujeta a ningún juicio, excepción o
alteración. 10Dios te creó mediante esta comunicación y para ella. 11La mente puede distorsionar su propia función, pero no puede
atribuirse a sà misma funciones que no le fueron dadas. 12Por eso es
por lo que la mente no puede perder del todo la capacidad de comunicarse, aun
cuando puede negarse a utilizarla en favor del estado de
ser.
4. Tanto la
existencia como el estado de ser se basan en la comunicación. 2La existencia, sin embargo, es especÃfica en cuanto a qué, cómo y
con quién vale la pena entablar comunicación. 3El estado de ser
carece por completo de estas distinciones. 4Es un estado en el que la
mente está en comunicación con todo lo que es real. 5En la medida en
que permitas que ese estado se vea coartado, en esa misma medida estarás
limitando la idea que tienes acerca de tu propia realidad, la cual se vuelve
total únicamente cuando reconoces a toda la realidad en el glorioso
contexto de la verdadera relación que tiene contigo. 6Ésa es tu
realidad. 7No la profanes ni la rechaces. 8Es tu verdadero
hogar, tu verdadero templo y tu verdadero Ser.
5. Dios, que
abarca todo lo que existe, creó seres que lo tienen todo individualmente, pero
que quieren compartirlo para asà incrementar su gozo. 2Nada real
puede incrementarse excepto compartiéndolo. 3Por eso es por lo que
Dios te creó a ti. 4La Abstracción Divina se deleita
compartiendo. 5Eso es lo que significa la creación. 6Las
preguntas "¿qué?"; "¿cómo?" y "¿con quién?" son irrelevantes toda vez que la
verdadera creación lo da todo, ya que sólo puede crear a semejanza propia. 7Recuerda que la diferencia que hay entre tener y ser en la existencia, en el
Reino no existe. 8En el estado de ser la mente siempre lo da
todo.
6. La Biblia
afirma repetidamente que debes alabar a Dios. 2Esto no quiere decir
que debas decirle cuán maravilloso es. 3Dios no tiene un ego con el
que aceptar tal alabanza, ni percepción con qué juzgarla. 4Pero a
menos que desempeñes el papel que te corresponde en la creación, Su gozo no será
total porque el tuyo no lo es. 5Y Él ciertamente sabe esto. 6Lo sabe en Su Propio Ser y en la experiencia que Su Ser tiene de la
experiencia del Hijo. 7El constante fluir de Su Amor se obstruye
cuando Sus canales están cerrados, y se siente solo cuando las mentes que Él
creó no se comunican plenamente con Él.
7. Dios ha
salvaguardado tu reino, pero no puede compartir Su gozo contigo hasta que no
conozcas el reino con toda tu mente. 2La revelación no es suficiente
porque es una comunicación de Dios
hacia ti solamente. 3Dios no tiene necesidad de que se le devuelva la
revelación, lo cual serÃa claramente imposible, pero sà desea que se transmita a
otros. 4Esto no se puede hacer con la revelación en sÃ, pues su
contenido no puede ser expresado debido a que es algo sumamente personal para la
mente que lo recibe. 5No obstante, dicha mente la puede extender a
otras mentes, mediante las actitudes generadas por la sabidurÃa que se
deriva de la revelación.
8. Dios es
alabado cada vez que una mente aprende a ser completamente servicial. 2Esto, sin embargo, es imposible, a menos que también aprenda a ser
completamente inofensiva, pues ambas creencias tienen que coexistir. 3Los que son verdaderamente serviciales son a su vez
invulnerables porque no protegen a sus egos, y, por lo tanto, nada puede
hacerles daño. 4Su espÃritu servicial es la manera en que alaban a
Dios, y Él les devolverá las alabanzas que le hagan porque ellos son como Él, y
pueden regocijarse juntos. 5Dios se extiende hasta ellos y a través
de ellos, y cunde una gran alegrÃa por todo el Reino. 6Cada mente que
ha sido transformada contribuye a aumentar esta alegrÃa al estar individualmente
dispuesta a compartirla. 7Los verdaderamente serviciales son los
obradores de milagros de Dios, a quienes yo dirijo hasta que estemos todos
unidos en el júbilo del Reino. 8Yo te dirigiré allà donde puedas ser
verdaderamente servicial, y a quien pueda seguir mi dirección a través de
ti.
LECCIÓN
39
Mi
santidad es mi salvación.
1. Si la culpabilidad es el infierno, ¿cuál es su
opuesto? 2Al igual que el texto para el que este libro de ejercicios
fue escrito, las ideas que se usan en los ejercicios son muy simples, muy claras
y están totalmente exentas de ambigüedad. 3No estamos
interesados en proezas intelectuales ni en juegos de lógica. 4Estamos interesados únicamente en lo que es muy obvio, lo cual
has pasado por alto en las nubes de complejidad en las que piensas que
piensas.
2. Si la culpabilidad es el infierno, ¿cuál es su
opuesto? 2Ésta, sin duda, no es una pregunta difÃcil. 3La
vacilación que tal vez sientas al contestarla no se debe a la ambigüedad de la
pregunta. 4Pero ¿crees acaso que la culpabilidad es el infierno? 5Si lo creyeses, verÃas de inmediato cuán directo y simple es el
texto, y no necesitarÃas un libro de ejercicios en absoluto. 6Nadie necesita practicar para obtener lo que ya es
suyo.
3. Hemos dicho ya que tu santidad es la salvación del
mundo. 2¿Y qué hay de tu propia salvación? 3No puedes dar
lo que no tienes. 4Un salvador tiene que haberse salvado. 5¿De qué otro modo, si no, podrÃa enseñar lo que es la salvación? 6Los ejercicios de hoy van dirigidos a ti, en reconocimiento de que
tu salvación es crucial para la salvación del mundo. 7A medida que
apliques los ejercicios a tu mundo, el mundo entero se
beneficiará.
4. Tu santidad es la respuesta a toda pregunta que
jamás se haya hecho, se esté haciendo ahora o se haga en el futuro. 2Tu santidad significa el fin de la culpabilidad y, por ende, el fin
del infierno. 3Tu santidad es la salvación del mundo, asà como la
tuya. 4¿Cómo podrÃas tú -a quien le pertenece tu santidad- ser
excluido de ella? 5Dios no conoce lo profano. 6¿SerÃa
posible que Él no conociese a Su Hijo?
5. Se te exhorta a que dediques cinco minutos
completos a cada una de las cuatro sesiones de práctica más largas de hoy, y a
que esas sesiones sean más frecuentes y de mayor duración. 2Si
quieres exceder los requisitos mÃnimos, se recomienda que lleves a cabo más
sesiones en vez de sesiones más largas, aunque sugerimos ambas
cosas.
6. Empieza las sesiones de práctica como de
costumbre, repitiendo la idea de hoy
para tus adentros. 2Luego, con los ojos cerrados, explora tu
mente en busca de pensamientos que no sean amorosos en cualquiera de las formas
en que puedan presentarse: desasosiego, depresión, ira, miedo, preocupación,
ataque, inseguridad, etc. 3No importa en qué forma se presenten,
no son amorosos, y, por lo tanto, son temibles. 4De ellos, pues, es de los
que necesitas salvarte.
7. Todas
las situaciones, personalidades o acontecimientos especÃficos que asocies
con pensamientos no amorosos de cualquier clase constituyen sujetos apropiados
para los ejercicios de hoy. 2Es imperativo
para tu salvación que los veas de otra manera. 3Impartirles tu
bendición es lo que te salvará y lo que te dará la visión.
8. Lentamente,
sin hacer una selección consciente y sin poner un énfasis indebido en ninguno en
particular, escudriña tu mente en busca de todos aquellos pensamientos que se
interponen entre tu salvación y tú. 2Aplica la idea de hoy a cada uno
de ellos de esta manera:
3Mis pensamientos
no amorosos acerca de _____ me mantienen en el
infierno.
4Mi santidad es
mi salvación.
9. Quizá
estas sesiones de práctica te resulten más fáciles si las intercalas con varias
sesiones cortas en las que simplemente repites muy despacio la idea de hoy
varias veces en silencio. 2Te puede resultar útil asimismo incluir
unos cuantos intervalos cortos en los que sencillamente te relajas y no
pareces estar pensando en nada. 3Mantener la concentración es muy
difÃcil al principio. 4Sin embargo, se irá haciendo cada vez más
fácil a medida que tu mente se vuelva más disciplinada y menos propensa a
distraerse.
10. Entretanto,
debes sentirte en libertad de introducir variedad en las sesiones de práctica en
cualquier forma que te atraiga hacerlo. 2Mas no debes cambiar la idea
en sà al variar el método de aplicación. 3Sea cual sea la forma
en que elijas usarla, la idea debe expresarse de tal manera que su
significado sea el hecho de que tu santidad es tu salvación. 4Finaliza cada sesión de práctica repitiendo una vez más la idea
en su forma original y añadiendo:
5Si la culpabilidad
es el infierno, ¿cuál es su opuesto?
11. En
las aplicaciones más cortas, que deben llevarse a cabo unas tres o cuatro veces
por hora o incluso más si es posible, puedes hacerte a ti mismo esa pregunta o
repetir la idea de hoy, pero preferiblemente ambas cosas. 2Si te
asaltan tentaciones, una variación especialmente útil de la idea
es:
3Mi santidad es
mi salvación de esto.
LECCIÓN
40
Soy
bendito por ser un Hijo de Dios.
1. Comenzamos
hoy a afirmar algunas de las bienaventuranzas a las que tienes derecho por ser
quien eres. 2Hoy no se requieren largas sesiones de práctica, sino
muchas cortas y frecuentes. 3Lo ideal serÃa una cada diez minutos, y
se te exhorta a que trates de mantener este horario y a adherirte a él siempre
que puedas. 4Si te olvidas, trata de nuevo. 5Si hay largas
interrupciones, trata de nuevo. 6Siempre que te acuerdes, trata de
nuevo.
2. No
es preciso que cierres los ojos durante los ejercicios, aunque probablemente te
resultará beneficioso hacerlo. 2Mas puede que durante el dÃa te
encuentres en situaciones en las que no puedas cerrar los ojos. 3No
obstante, no dejes de hacer la sesión por eso. 4Puedes practicar muy
bien en cualquier circunstancia, si realmente deseas
hacerlo.
3. Los
ejercicios de hoy no requieren ningún esfuerzo ni mucho tiempo. 2Repite la idea de hoy y luego añade varios de los atributos que
asocias con ser un Hijo de Dios, aplicándotelos a ti mismo. 3Una
sesión de práctica, por ejemplo, podrÃa consistir en lo
siguiente:
4Soy
bendito por ser un Hijo de Dios.
5Soy feliz
y estoy en paz; soy amoroso y estoy contento.
6Otra
podrÃa ser, por ejemplo:
7Soy
bendito por ser un Hijo de Dios.
8Estoy
calmado y sereno; me siento seguro y confiado.
9Si
sólo dispones de un momento, basta con que simplemente te digas a ti mismo que
eres bendito por ser un Hijo de Dios.
LECCIÓN
41
Dios
va conmigo dondequiera que yo voy.
1. Con
el tiempo, la idea de hoy desvanecerá por completo la sensación de soledad y
abandono que experimentan todos los que se consideran separados. 2La
depresión es una consecuencia inevitable de la separación, 3como
también lo son la ansiedad, las preocupaciones, una profunda sensación de
desamparo, la infelicidad, el sufrimiento y el intenso miedo a
perder.
2. Los
que se consideran separados han inventado muchos "remedios" para lo que,
según ellos, son "los males del mundo": 2Pero la única cosa que no
han hecho es cuestionar la realidad del problema. 3Los efectos
de éste, no obstante, no se pueden sanar porque el
problema no es real. 4La idea de hoy tiene el poder de acabar con
todo este desatino para siempre. 5Pues eso es lo que es, un desatino,
por muy serias y trágicas que parezcan ser sus
manifestaciones.
3. En
lo profundo de tu interior yace todo lo que es perfecto, presto a irradiar a
través de ti sobre el mundo. 2Ello sanará todo pesar y dolor, todo
temor y toda sensación de pérdida porque curará a la mente que pensaba que todas
esas cosas eran reales y que sufrÃa debido a la lealtad que les
tenÃa.
4. jamás
se te puede privar de tu perfecta santidad porque su Fuente va contigo
dondequiera que tú vas. 2jamás puedes sufrir porque la Fuente de toda
dicha va contigo dondequiera que tú vas. 3jamás puedes estar solo
porque la Fuente de toda vida va contigo dondequiera que tú vas. 4Nada puede destruir tu paz mental porque Dios va contigo dondequiera
que tú vas.
5. Comprendemos
que no creas nada de esto. 2¿Cómo ibas a creerlo cuando la
verdad se halla oculta en lo profundo de tu interior, bajo una pesada nube de
pensamientos dementes, densos y turbios que representan, no obstante, todo
lo que ves? 3Hoy intentaremos por primera vez atravesar esa
oscura y pesada nube y llegar a la luz que se encuentra más
allá.
6. Hoy
tendremos una sola sesión de práctica larga. 2Por la mañana, a ser
posible tan pronto como te levantes, siéntate en silencio de tres a cinco
minutos con los ojos cerrados. 3Al comienzo de la sesión de práctica
repite la idea de hoy muy lentamente. 4No trates de pensar en
nada en particular. 5Trata, en cambio, de experimentar la sensación
de que estás sumergiéndote en tu interior, más allá de todos los
pensamientos vanos del mundo. 6Trata de llegar hasta lo más profundo
de tu mente, manteniéndola despejada de cualquier pensamiento que pudiese
distraerte.
7. De
vez en cuando puedes repetir la idea de hoy si observas que eso te ayuda. 2Pero sobre todo, trata de sumergirte tan profundamente como
puedas en tu interior, lejos del mundo y de todos sus pensamientos disparatados. 3Estás tratando de llegar más allá de todo. ello. 4Estás
tratando de dejar atrás las apariencias y de aproximarte a la
realidad.
8. Es
perfectamente posible llegar a Dios. 2De hecho, es muy fácil, ya que
es la cosa más natural del mundo. 3PodrÃa decirse incluso que es lo
único que es natural en el mundo. 4El camino quedará despejado, si
realmente crees que ello es posible. 5Este ejercicio puede producir
resultados asombrosos incluso la primera vez que se intenta, y tarde o temprano
acaba por tener éxito. 6A medida que avancemos ofreceremos más
detalles acerca de este tipo de práctica. 7No obstante, nunca fracasa
del todo, y es posible tener éxito inmediatamente.
9. Usa
la idea frecuentemente a lo largo del dÃa, repitiéndola muy despacio,
preferiblemente con los ojos cerrados. 2Piensa en lo que estás
diciendo, en el significado de las palabras. 3Concéntrate en la
santidad que esas palabras te atribuyen, en la compañÃa indefectible de la
que gozas, en la completa protección que te rodea.
10. Puedes
ciertamente permitirte el lujo de reÃrte de los pensamientos de miedo,
recordando que Dios va contigo dondequiera que tú vas.
11
DE FEBRERO
CapÃtulo 5
CURACIÓN Y
PLENITUD
Introducción
1. Curar es
hacer feliz. 2Te he dicho que pensases en las muchas oportunidades
que has tenido de regocijarte y en las muchas que has dejado pasar. 3Esto es lo mismo que decirte que has rehusado sanar. 4Tu
luz es la luz de la dicha. 5El resplandor no está asociado con la
aflicción. 6La dicha suscita que uno esté completamente dispuesto a
compartirla, y fomenta el impulso natural de la mente de responder cual una
sola. 7Quienes intentan curar sin ser ellos mismos completamente
dichosos, suscitan diferentes respuestas a la vez y, por consiguiente, privan a
otros de la dicha de responder de todo corazón.
2. Para poder
actuar de todo corazón tienes que ser feliz. 2Si el miedo y el amor
no pueden coexistir, y si es imposible estar completamente atemorizado y
seguir viviendo, el único estado de plenitud posible es el del amor. 3 No existe diferencia alguna entre el amor y la dicha. 4Por lo
tanto, el único estado de plenitud posible es el de absoluta dicha. 5Curar o hacer feliz es, por lo tanto, lo mismo que integrar y
unificar. 6Por eso es por lo que no importa a qué parte de la
Filiación se le ofrece la curación o qué parte la lleva a cabo. 7 Todas las partes se benefician, y se benefician por
igual.
3. Todo
pensamiento benévolo que cualquiera de tus hermanos abrigue en cualquier parte
del mundo te bendice. 2DeberÃas querer bendecirles a tu vez,
como muestra de agradecimiento. 3No tienes que conocerlos
personalmente ni ellos a ti. 4 La luz es tan potente que irradia a
través de toda la Filiación, la cual da gracias al Padre por irradiar Su dicha
sobre ella. 5Únicamente los santos Hijos de Dios son canales dignos
de Su hermosa dicha porque sólo ellos son lo suficientemente hermosos como para
conservarla compartiéndola. 6Es imposible que un Hijo de Dios pueda
amar a su prójimo de manera diferente de como se ama a sà mismo. 7De ahà que la
plegaria del sanador sea:
8PermÃteme
conocer a este hermano como me conozco a mà mismo.
I. La
invitación al EspÃritu Santo
1. La curación
es un pensamiento por medio del cual dos mentes perciben su unidad y se
regocijan. 2Su gozo exhorta a todos los miembros de la Filiación a
que se regocijen junto con ellas, y permite que Dios acuda a ellas y se
manifieste a través de ellas. 3Sólo la mente sana puede experimentar
una revelación de efectos duraderos porque la revelación es una experiencia de
pura dicha. 4Si no eliges ser completamente dichoso, tu mente no
puede tener lo que no elige ser. 5Recuerda que para el espÃritu no
hay diferencia alguna entre tener y ser. 6La mente superior piensa de
acuerdo con las leyes que el espÃritu obedece, y, por lo tanto, honra únicamente
las leyes de Dios. 7Para el espÃritu, obtener no significa nada y dar
loes todo. 8Al tenerlo todo, el espÃritu lo conserva dándolo, y, de
este modo, crea de la misma manera en que el Padre creó. 9Aunque esta
manera de pensar no tiene nada que ver con la posesión de bienes materiales, aun
a la mente inferior le resulta comprensible en conexión con ideas. 10Si compartes una posesión fÃsica, ciertamente divides su
propiedad. 11Mas si compartes una idea, no la debilitas. 12Toda ella te sigue perteneciendo aunque la hayas dado
completamente. 13Lo que es más, si aquel a quien se la has dado la
acepta como suya, eso la refuerza en tu mente, y, por lo tanto, la expande. 14Si puedes aceptar el concepto de que este mundo es un mundo de
ideas, la creencia en la falsa conexión que el ego hace entre dar y perder
desaparece.
2. Demos
comienzo a nuestro proceso de re-despertar con unos cuantos conceptos
simples:
2Los
pensamientos se expanden cuando se comparten.
3Cuantos más
creen en ellos, más poderosos se tornan.
4Todo es una
idea.
5¿Cómo,
entonces, puede asociarse dar con perder?
3. Ésta es la
invitación al EspÃritu Santo. 2He dicho ya que puedo ascender hasta
lo alto y hacer que el EspÃritu Santo descienda hasta ti, mas sólo puedo hacer
eso a instancia tuya. 3El EspÃritu Santo se encuentra en tu mente
recta, tal como se encontraba en la mÃa. 4La Biblia dice: "Que more
en ti la mente que estaba en Cristo Jesús", y lo utiliza como una bendición. 5Se trata de la bendición de la mentalidad milagrosa. 6Te
pide que pienses tal como yo pensé, uniéndote de este manera a mà en el modo de
pensar de Cristo.
4. El EspÃritu
Santo es la única parte de la SantÃsima Trinidad que tiene una función
simbólica. 2Se le ha llamado el Sanador, el Consolador y el
GuÃa. 3Se le ha descrito también como algo "separado", aparte
del Padre y del Hijo. 4Yo mismo dije: "Si me voy os enviaré otro
Consolador que morará con vosotros para siempre". 5Su función
simbólica hace que Él sea difÃcil de entender, ya que todo simbolismo se presta
a diferentes interpretaciones. 6Como hombre, y también como una de
las creaciones de Dios, mi recto pensar, que procedió del EspÃritu Santo o
Inspiración Universal, me enseñó en primer lugar y ante todo, que esta
Inspiración es para todos. 7Yo mismo no hubiese podido gozar de ella
de no haber sabido esto. 8La palabra "sabido" es apropiada en este
contexto porque el EspÃritu Santo está tan próximo al conocimiento que lo
evoca, o mejor dicho, facilita su llegada. 9He hablado
anteriormente de la percepción elevada o "verdadera", que está tan próxima
a la verdad que Dios Mismo puede salvar la diminuta brecha que hay entre ellas. 10El conocimiento está siempre listo para fluir a cualquier parte,
pero no puede oponerse a nada. 11Puedes, por consiguiente,
obstruirlo, pero jamás perderlo.
5. El EspÃritu
Santo es la Mente de Cristo, la cual es consciente del conocimiento que yace más
allá de la percepción. 2El EspÃritu Santo comenzó a existir como
medió de protección al producirse la separación, lo cual inspiró simultáneamente
el principio de la Expiación. 3Antes de eso no habÃa necesidad de
curación, pues nadie estaba desconsolado. 4La Voz del EspÃritu Santo
es la Llamada a la Expiación, es decir, a la restitución de la integridad
de la mente. 5Cuando la Expiación se complete y toda la Filiación
sane, dejará de haber una llamada a retornar. 6Pero lo que Dios crea
es eterno. 7El EspÃritu Santo permanecerá con los Hijos de Dios para
bendecir las creaciones de éstos y mantenerlas en la luz de la
dicha.
6. Dios honró
incluso las creaciones falsas de sus Hijos porque ellos las habÃan hecho. 2Pero también bendijo a Sus Hijos con una manera de pensar que fuese
capaz de elevar sus percepciones a tal altura, que casi pudieran llegar hasta
Él. 3El EspÃritu Santo es la Mente de la Expiación. 4Representa un estado mental lo suficientemente próximo a la
Mentalidad-Uno como para que la transferencia a ella sea finalmente
posible. 5La percepción no es conocimiento, pero puede ser
transferida al conocimiento, o cruzar hasta él. 6Tal vez sea más
útil en este caso utilizar el significado literal de la palabra "transferida", o
sea "transportada", puesto que el último paso es Dios Quien lo
da.
7. El EspÃritu
Santo -la Inspiración que toda la Filiación comparte- induce a una clase de
percepción en la que muchos elementos son como los del Reino de los
Cielos:
2En primer
lugar, su universalidad es perfectamente inequÃvoca, y nadie que la alcance
podrÃa pensar ni por un momento que compartirla signifique cualquier otra cosa
que no sea ganar.
3En segundo
lugar, es una percepción que es incapaz de atacar, y, por lo tanto, es
verdaderamente receptiva. 4Esto quiere decir que si bien no engendra
conocimiento, tampoco lo obstruye en modo alguno.
5Finalmente,
señala al camino que lleva a lo que está más allá de la curación qué trae
consigo, y conduce a la mente más allá de su propia integración, hacia los
senderos de la creación. 6En este punto es donde se producen
suficientes cambios cuantitativos para producir un verdadero salto
cualitativo.
LECCIÓN
42
Dios
es mi fortaleza. La visión es Su regalo.
1. La
idea de hoy combina dos pensamientos muy poderosos, ambos de gran importancia. 2Plantea también una relación de causa y efecto que explica por qué
tus esfuerzos por alcanzar la meta del curso no pueden ser en vano. 3Verás, porque ésa es la Voluntad de Dios. 4Es Su
fortaleza, no la tuya, la que te da poder. 5Y es
Su regalo, no el tuyo, el que te ofrece visión.
2. Dios
es ciertamente tu fortaleza, y lo que Él da, es verdaderamente dado. 2Esto quiere decir que lo puedes recibir en cualquier momento o
lugar, donde quiera que estés y en cualquier circunstancia en la que te
encuentres. 3Tu paso por el tiempo y por el espacio no es al azar. 4No puedes sino estar en el lugar perfecto, en el momento perfecto. 5Tal es la fortaleza de Dios. 6Tales Sus
dones.
3. Hoy
llevaremos a cabo dos sesiones de práctica de tres a cinco minutos cada una; una
tan pronto como te despiertes, y la otra, lo más cerca posible de la hora de
irte a dormir. 2Es mejor, no obstante, esperar hasta que puedas
sentarte tranquilamente por tu cuenta en un momento en que te sientas listo,
que preocuparte de la hora en sÃ.
4. Da
comienzo a estas sesiones de práctica repitiendo la idea de hoy lentamente
mientras miras a tu alrededor. 2Luego cierra los ojos y repite la
idea otra vez, aún más despacio que antes. 3Después de eso,
trata de no pensar en nada, excepto en los pensamientos que se te ocurran
relacionados con la idea de hoy. 4Puedes pensar, por
ejemplo:
5La
visión tiene que ser posible. 6Dios
da verdaderamente,
o:
7Los
regalos que Dios me ha hecho tienen que ser mÃos porque Él me los
dio.
5. Cualquier
pensamiento que esté claramente relacionado con la idea de hoy es adecuado. 2De hecho, tal vez te asombre la cantidad de entendimiento
relacionado con el curso que algunos de tus pensamientos reflejan. 3Déjalos que te vengan sin censurarlos, a menos que notes que tu
mente está simplemente divagando y que es obvio que has permitido que se
infiltren pensamientos irrelevantes. 4Es posible también que llegue
un punto en el que parece que no te van a venir más pensamientos a la mente. 5De ocurrir tales interferencias, abre los ojos y repite el
pensamiento una vez más mientras miras lentamente a tu alrededor; después
ciérralos, repite la idea otra vez, y continúa buscando en tu mente pensamientos
afines.
6. Recuerda, no obstante, que en conexión con los ejercicios de hoy no es
apropiado que te esfuerces por encontrar pensamientos afines. 2Trata
sencillamente de hacerte a un lado y dejar que te vengan a la mente por su
cuenta. 3Si esto te resulta difÃcil, es mejor pasar la sesión de
práctica alternando entre repeticiones lentas de la idea con los ojos abiertos y
luego con los ojos cerrados, que esforzarte por encontrar pensamientos
adecuados.
7.
No hay lÃmite en el número de sesiones de práctica cortas que podrÃan resultarte
beneficiosas hoy. 2La idea de hoy es uno de los pasos iniciales en el
proceso de unificar tus pensamientos y de enseñarte que estás estudiando un
sistema de pensamiento unificado que no carece de nada que sea necesario, y
en el que no se incluye nada contradictorio o irrelevante.
8. Cuanto
más a menudo repitas la idea de hoy durante el transcurso del dÃa, más a
menudo estarás recordando que el objetivo del curso es importante para ti y que
no lo has olvidado.
12 DE
FEBRERO
II. La Voz que
habla por Dios
1.
Curar no es crear; es reparar. 2El EspÃritu Santo fomenta la curación
mirando más allá de ella hacia lo que los Hijos de Dios eran antes de que la
curación fuese necesaria, y hacia lo que serán una vez que hayan sanado. 3Esta alteración de la secuencia temporal deberÃa resultarte
familiar, ya que es muy similar al cambio que el milagro produce en la
percepción que se tiene del tiempo. 4El EspÃritu Santo es la motivación para alcanzar la mentalidad milagrosa; la decisión de
subsanar la separación renunciando a ella. 5Tu voluntad se encuentra
todavÃa en ti porque Dios la ubicó en tu mente, y aunque puedes mantenerla
dormida, no puedes destruirla. 6Dios Mismo mantiene tu voluntad viva
al transmitirla desde Su Mente a la tuya mientras perdure el tiempo. 7El milagro mismo es un reflejo de esta unión de voluntades entre
Padre e Hijo.
2. El EspÃritu
Santo es el espÃritu del júbilo. 2Es la Llamada a retornar con
la que Dios bendijo las mentes de Sus Hijos separados. 3Ésa es la
vocación de la mente. 4Antes de la separación la mente no tenÃa
ninguna vocación, ya que antes de eso simplemente era, y no habrÃa podido
entender la llamada al recto pensar. 5El EspÃritu Santo es la
Respuesta de Dios a la separación; el medio a través del cual la Expiación cura
hasta que la mente en su totalidad se reincorpore al proceso de
creación.
3. Tanto la
separación como el principio que gobierna la Expiación dieron comienzo
simultáneamente. 2Cuando
el ego fue engendrado, Dios puso en la mente la llamada al júbilo. 3Esta llamada es tan poderosa que el ego siempre se desvanece ante su
sonido. 4Por eso es por lo que tienes que elegir escuchar una de las
dos voces que hay dentro de ti. 5Una la inventaste tú, y no forma
parte de Dios. 6La otra te la dio Dios, Quien sólo te pide que la
escuches. 7El EspÃritu Santo se encuentra en ti en un sentido muy
literal. 8Suya es la Voz que te llama a retornar a donde estabas
antes y a donde estarás de nuevo. 9Aun en este mundo es posible oÃr
sólo esa Voz y ninguna otra. 10Ello requiere esfuerzo, asà como
un gran deseo de aprender. 11Ésa es la última lección que yo aprendÃ, y los Hijos de Dios gozan
de la misma igualdad como alumnos que como Hijos.
4. Tú eres el Reino de los Cielos, pero
permitiste que la creencia en la oscuridad se infiltrase en tu mente, por lo que
ahora necesitas una nueva luz. 2El EspÃritu Santo es el resplandor al
que debes permitir que desvanezca la idea de la oscuridad. 3Suya es
la gloria ante la cual la disociación desaparece y el Reino de los Cielos pasa a
ocupar el lugar que le corresponde: 4Antes de la separación no tenÃas
necesidad de dirección, 5pues disponÃas de conocimiento, tal como
dispondrás de él de nuevo, pero como no dispones de él
ahora.
5. Dios no
guÃa porque la único que puede hacer es compartir Su perfecto conocimiento. 2Guiar entraña evaluación, ya que implica que hay una manera correcta
de proceder y otra incorrecta, una que se debe escoger y otra que se debe
evitar. 3Al escoger una, renuncias a la otra. 4Elegir al
EspÃritu Santo es elegir a Dios. 5Dios no está dentro ti en un
sentido literal, más bien, tú formas parte de Él. 6Cuando elegiste
abandonarlo te dio una Voz para que hablase por Él, pues ya no podÃa compartir
Su conocimiento contigo libremente. 7La comunicación directa se
interrumpió al tú inventar otra voz.
6. El EspÃritu
Santo te insta tanto a recordar como a olvidar. 2Has elegido estar en
un estado de oposición en el que los opuestos son posibles. 3Como
resultado de ello, hay ciertas decisiones que tienes que tomar. 4En
el estado de santidad la voluntad es libre, de modo que su poder creativo es
ilimitado y elegir no tiene sentido. 5El poder de elegir es el mismo
poder que el de crear, pero su aplicación es diferente. 6Elegir
implica que la mente está dividida. 7El EspÃritu Santo es una de
las alternativas que puedes elegir. 8Dios no dejó a Sus Hijos
desconsolados a pesar de que ellos decidieron abandonarlo. 9La voz
que ellos pusieron en sus mentes no era la Voz de Su Voluntad, en favor de la
cual habla el EspÃritu Santo.
7. La Voz del
EspÃritu Santo no da órdenes porque es incapaz de ser arrogante. 2No
exige nada porque su deseo no es controlar. 3No vence porque no
ataca. 4Su Voz es simplemente un recordatorio. 5Es
apremiante únicamente por razón de lo que te recuerda. 6Le ofrece a
tu mente el otro camino, permaneciendo serena aun en medio de cualquier
confusión a que puedas dar lugar. 7La Voz que habla por Dios es
siempre serena porque habla de paz. 8La paz es más poderosa que la
guerra porque sana. 9La guerra es división, no expansión. 10Nadie gana en la batalla. 11¿Qué saca un hombre con
ganar el mundo entero si con ello pierde su propia alma? 12Si le prestas oÃdos a la voz que no debes,
pierdes de vista a tu alma. 13En realidad no puedes perderla, pero puedes no conocerla. 14Por lo tanto, te parecerá que la has "perdido" hasta que elijas
correctamente.
8. El EspÃritu
Santo es tu GuÃa a la hora de elegir. 2Reside en la parte de tu mente
que siempre habla en favor de la elección correcta porque habla por Dios. 3Él es el último nexo de comunicación que te queda con Dios,
comunicación que puedes interrumpir, pero no destruir. 4El
EspÃritu Santo es el vehÃculo mediante el cual la Voluntad de Dios se cumple asÃ
en la tierra como en el Cielo. 5Tanto el Cielo como la tierra están
en ti porque la llamada de ambos está en tu mente. 6La Voz de Dios
procede de los altares que le has erigido a Él. 7Estos altares no son
objetos, son devociones. 8Sin embargo, ahora tienes otras devociones. 9Tu devoción dividida te ha dado dos voces, y ahora tienes que elegir
en cuál de los dos altares quieres servir. 10La llamada que contestas
ahora es una evaluación porque se trata de una decisión. 11La
decisión es muy simple. 12Se toma sobre la base de qué llamada es más
importante para ti.
9. Mi mente
será siempre como la tuya porque fuimos creados iguales. 2Fue sólo la
decisión que tomé lo que me dio plena potestad tanto en el Cielo como en la
tierra. 3El único regalo que te puedo hacer es ayudarte a tomar la
misma decisión. 4Inherente a esta decisión es la decisión de
compartirla, pues la decisión en sà es la decisión de compartir. 5Se toma mediante el acto de dar, y es
por lo tanto, la. única alternativa que se asemeja a la verdadera
creación. 6Yo soy tu modelo a la hora de tomar decisiones. 7Al
decidirme por Dios te mostré que es posible tomar esta decisión y que tú la
puedes tomar.
10. Te he
asegurado que la Mente que decidió por mà se encuentra también en ti, y que
puedes permitirle que te transforme, tal como me transformó a mÃ. 2Esta Mente es inequÃvoca porque sólo oye una Voz y contesta de una
sola manera. 3Tú eres la luz del mundo junto conmigo. 4El
descanso no se deriva de dormir sino de despertar. 5El EspÃritu Santo
es la llamada a despertar y a regocijarse. 6El mundo está muy cansado
porque es la idea del cansancio. 7Nuestra jubilosa tarea es la de
despertarlo a la Llamada a Dios. 8Todos responderán a la Llamada del
EspÃritu Santo, ya que, de lo contrario, la Filiación no serÃa una. 9¿Qué mejor vocación puede haber para cualquier parte del Reino que
la de restituirlo a la perfecta integración que le devuelve la plenitud? 10Escucha sólo esto a través del EspÃritu Santo en ti, y enseña a tus
hermanos a escuchar tal como yo te estoy enseñando a
ti.
11. Cuando te
sientas tentado por la voz falsa, recurre a mà para que te recuerde cómo sanar
compartiendo mi decisión, haciéndola asà aún más firme. 2Al compartir
este objetivo, aumentaremos su poder para atraer a toda la Filiación y para
restituirla nuevamente a la unicidad* en la que fue
creada. 3Recuerda que "yugo" quiere decir “uniónâ€, y “cargaâ€
significa “mensajeâ€. 4Reformulemos la frase "Mi yugo es llevadero y
mi carga ligera" de esta forma: "Unámonos, pues mi mensaje es la
Luz".
12. Te he
pedido encarecidamente que te comportes tal como yo me comporté, pero para eso
tenemos que responder a la misma Mente. 2Esa Mente es el EspÃritu
Santo, Cuya Voluntad dispone siempre en favor de Dios. 3El EspÃritu
Santo, te enseña cómo tenerme a mà de modelo para tu pensamiento, y,
consecuentemente, a comportarte como yo. 4El poder de nuestra
motivación conjunta está más allá de lo que se puede creer, pero no más allá de
lo que se puede lograr. 5Lo que juntos podemos lograr es
ilimitado porque la Llamada a Dios es la llamada a lo ilimitado. 6Hijo de Dios, mi mensaje es para ti, para que lo oigas y se lo
transmitas a otros a medida que respondes al EspÃritu Santo en
ti.
LECCIÓN
43
Dios
es mi Fuente. No puedo ver separado de Él.
1. La
percepción no es un atributo de Dios. 2El ámbito de Dios es el del
conocimiento. 3Sin embargo, Él ha creado al EspÃritu Santo para que
sirva de Mediador entre la percepción y el conocimiento. 4Sin este
vÃnculo con Dios, la percepción
habrÃa reemplazado al conocimiento en tu mente para siempre. 5Gracias
a este vÃnculo con Dios, la percepción se transformará y se purificará en tal
medida que te conducirá al conocimiento. 6Ésa es su función tal como
la ve el EspÃritu Santo. 7Por lo tanto, ésa es en verdad su
función.
2. En
Dios no puedes ver. 2La percepción no tiene ninguna función en
Dios, y no existe. 3Pero en la salvación, que es el proceso de
erradicar lo que nunca fue, la percepción tiene un propósito sumamente
importante. 4Habiéndola inventado el Hijo de Dios para un propósito
no santo, tiene que convertirse ahora en el medio a través del cual se le
restaura su santidad en su conciencia. 5La percepción no tiene significado. 6Sin embargo, el
EspÃritu Santo le otorga un significado muy parecido al de Dios. 7Una
percepción que ha sanado se convierte en el medio por el que el Hijo
de Dios perdona a su hermano, y, por ende, se perdona
a sà mismo.
3.
No puedes ver separado de Dios porque no puedes estar separado de Dios. 2Todo lo que haces, lo haces en Él, porque todo lo que piensas, lo
piensas con Su Mente. 3Si la visión es real, y es real en la medida
en que comparte el propósito del EspÃritu Santo, entonces no puedes ver separado
de Dios.
4.
Hoy son necesarias tres sesiones de práctica de cinco minutos cada una. 2La primera debe hacerse lo más temprano
que puedas; la segunda lo más tarde posible, y la tercera en el momento más
oportuno y adecuado que las circunstancias y la buena
disposición permitan. 3Al comienzo de estas sesiones repite la
idea de hoy para tus adentros con los ojos cerrados. 4Luego mira a tú
alrededor brevemente, aplicando la idea especÃficamente a lo que veas. 5Cuatro o cinco objetos durante esta fase de la sesión de práctica
serán suficientes. 6PodrÃas decir, por ejemplo:
7Dios es
mi Fuente. 8No puedo ver este escritorio separado de
Él.
9Dios es
mi Fuente. 10No puedo ver ese cuadro separado de
Él.
5. Si bien esta parte del ejercicio debe ser
relativamente corta, asegúrate, en esta fase de la práctica, de seleccionar los
objetos tan al azar como sea posible, sin controlar su inclusión o
exclusión. 2Para la segunda fase, la más larga, cierra los ojos,
repite la idea de hoy nuevamente, y luego deja que cualquier pensamiento
pertinente que se te ocurra sea una aportación a la idea de hoy en tu propio
estilo particular. 3Pensamientos tales
como:
4Veo
a través de los ojos del perdón.
5Veo
el mundo como un lugar bendito.
6El
mundo me puede mostrar quién soy.
7Veo
mis propios pensamientos, que son como los de Dios.
8Cualquier
pensamiento que en mayor o menor medida esté directamente relacionado con
la idea de hoy es adecuado. 9Los pensamientos no tienen que tener una
relación obvia con la idea, pero tampoco deben oponerse a
ella.
6. Si ves que tu mente se distrae o si comienzas a
notar la presencia de pensamientos que están en clara oposición a la idea
de hoy, o si te resulta imposible pensar en algo, abre los ojos, repite la
primera fase del ejercicio, y luego intenta de nuevo la segunda. 2No
dejes transcurrir grandes lapsos de tiempo en los que te enfrascas en
pensamientos irrelevantes. 3Para evitar eso, vuelve a la primera fase
del ejercicio cuantas veces sea necesario.
7. Al aplicar la idea de hoy durante las sesiones de
práctica más cortas, la forma de la idea puede variar de acuerdo con las
circunstancias y situaciones en las que te encuentres en el transcurso
del dÃa. 2 Cuando estés con otra persona, por ejemplo, trata de
acordarte de decirle silenciosamente:
3Dios
es mi Fuente. 4No
puedo verte separado de Él.
5Esta
variación puede aplicarse por igual tanto a desconocidos como a aquellas
personas con las que crees tener una relación Ãntima. 6De hecho,
evita a toda costa hacer distinciones de esta clase.
8. La
idea de hoy también debe aplicarse en el transcurso del dÃa a las diversas
situaciones y acontecimientos que puedan presentarse, especialmente a
aquellos que de
alguna forma parezcan afligirte. 2A tal fin, aplica la idea de esta
manera:
3Dios
es mi Fuente. 4No
puedo ver esto separado de Él.
9. Si
en ese momento no se presenta en tu conciencia ningún sujeto en particular,
repite simplemente la idea en su forma original. 2Trata de no
dejar pasar grandes lapsos de tiempo sin recordar la idea de hoy y, por
ende, sin recordar tu función.
13
DE FEBRERO
III. El GuÃa a
la salvación
1. La manera
de reconocer a tu hermano es reconociendo al EspÃritu Santo en él. 2He dicho ya que el EspÃritu Santo es el puente para la transferencia
de la percepción al conocimiento, de modo que podemos usar los términos como si
en verdad estuviesen relacionados, pues en Su Mente lo están. 3Esta
relación no puede por menos que estar en Su Mente porque, de no ser asÃ, la
separación entre las dos formas de pensar no se podrÃa subsanar. 4El EspÃritu Santo forma parte de la SantÃsima Trinidad porque Su
Mente es parcialmente tuya y también parcialmente de Dios. 5Esto
necesita aclararse, no con palabras sino mediante la
experiencia.
2. El EspÃritu
Santo es la idea de la curación. 2AI ser un pensamiento, la idea
se expande a medida que se comparte. 3Al ser la Llamada a Dios, es
asimismo la idea de Dios.4Puesto que tú formas parte de Dios, es también la idea
de lo que tú eres, asà como de lo que son todas Sus creaciones. 5La
idea del EspÃritu Santo comparte la propiedad de otras ideas porque
obedece las leyes del Universo del que forma parte. 6Se refuerza al
compartirse. 7Se expande en ti a medida que se la ofreces a tu
hermano. 8Tu hermano no tiene que ser consciente del EspÃritu
Santo en él o en ti para que se produzca este milagro. 9Puede que él
se haya desentendido de la Llamada a Dios, tal como tú lo hiciste. 10Este desentendimiento se subsana en ambos a medida que tomas
conciencia de la Llamada a Dios en él, reconociendo de esta forma su
existencia.
3. Existen dos
formas diametralmente opuestas de ver a tu hermano. 2Ambas
tienen que encontrarse en tu mente porque tú eres el perceptor. 3Tienen que encontrarse también en la suya, puesto que lo estás
percibiendo a él. 4Mira a tu hermano a través del EspÃritu Santo en
su mente, y reconocerás al EspÃritu Santo en la tuya. 5Lo que
reconoces en tu hermano lo reconoces en ti, y lo que compartes, lo
refuerzas.
4. La Voz del
EspÃritu Santo en ti es débil. 2Por eso es por lo que debes
compartirla. 3Tiene que hacerse más fuerte antes de que puedas oÃrla. 4Es imposible que la oigas dentro de ti mientras siga siendo tan
débil en tu mente. 5No es que de por sà sea débil, sino que está
limitada por tu renuencia a oÃrla. 6Si cometes el error de buscar al
EspÃritu Santo únicamente en ti, tus pensamientos te asustarán, ya que al
adoptar el punto de vista del ego, estarás emprendiendo un viaje que le es ajeno
al ego utilizándolo a él de guÃa. 7Esto no puede sino producir
miedo.
5. Las demoras
pertenecen al ámbito del ego porque el tiempo es un concepto suyo. 2En la eternidad, tanto el tiempo como las demoras carecen de
sentido. 3He dicho anteriormente que el EspÃritu Santo es la
Respuesta de Dios al ego. 4Todo lo que el EspÃritu Santo
te recuerda está en directa oposición a las nociones del ego, pues las
percepciones verdaderas y las falsas se oponen entre sÃ. 5La tarea
del EspÃritu Santo es deshacer lo que el ego ha hecho. 6Lo deshace en
el mismo nivel en que el ego opera, pues, de otro modo, la mente serÃa incapaz
de comprender el cambio.
6. He
subrayado repetidamente que uno de los niveles de la mente no es
comprensible para el otro. 2Lo mismo ocurre con el ego y el EspÃritu
Santo, con el tiempo y la eternidad. 3La eternidad es una idea de
Dios, por lo tanto, el EspÃritu Santo la comprende perfectamente. 4El
tiempo es una creencia del ego, por lo tanto, la mente inferior -el dominio del
ego- la acepta sin reservas. 5El único aspecto del tiempo que es
eterno es el ahora.
7. El EspÃritu
Santo es el mediador entre las interpretaciones del ego y el conocimiento del
espÃritu. 2Su capacidad para utilizar sÃmbolos le permite actuar con
las creencias del ego en el propio lenguaje de éste. 3Su capacidad
para mirar más allá de los sÃmbolos hacia la eternidad le permite entender las
leyes de Dios, en nombre de las cuales habla. 4Puede, por
consiguiente, llevar a cabo la función de reinterpretar lo que el ego forja, no
mediante la destrucción, sino mediante el entendimiento. 5El
entendimiento es luz, y la luz conduce al conocimiento. 6El EspÃritu
Santo se encuentra en la luz porque Él está en ti que eres luz, pero tú
desconoces esto. 7La tarea del EspÃritu Santo consiste, pues, en
reinterpretarte a ti en nombre de Dios.
8. Tú no
puedes comprenderte a ti mismo separado de los demás. 2Ello se debe a
que tú, separado del legÃtimo lugar que ocupas en la Filiación, no significas
nada, y el legÃtimo lugar de la Filiación es Dios. 3Ésa es tu vida,
tu eternidad y tu Ser. 4Esto es lo que el EspÃritu Santo te recuerda. 5Esto es lo que Él ve. 6Esta visión atemoriza al ego
por ser tan serena. 7La paz es el mayor enemigo del ego porque, de
acuerdo con su interpretación de la realidad, la guerra es la garantÃa de su
propia supervivencia. 8El ego se hace más fuerte en la lucha. 9Si crees que hay lucha, reaccionarás con saña porque la idea de
peligro se habrá adentrado en tu mente. 10Dicha idea es un
llamamiento al ego. 11El EspÃritu Santo está tan pendiente como el
ego de cualquier señal de peligro, oponiéndose a éste con todas Sus fuerzas de
la misma forma en que el ego le da la bienvenida. 12El EspÃritu Santo contrarresta esa acogida dándole la bienvenida a la paz. 13 La eternidad y la paz están tan estrechamente relacionadas como lo
están el tiempo y la guerra.
9. La
percepción deriva significado de las relaciones. 2Aquellas que
aceptas constituyen los cimientos de tus creencias. 3La
separación es simplemente otro término para referirse a una mente
dividida. 4El ego es el sÃmbolo de la separación, tal como el
EspÃritu Santo es el sÃmbolo de la paz. 5Lo que percibes en otros lo
refuerzas en ti. 6Puedes permitir que tu mente perciba
falsamente, pero el EspÃritu Santo le permite reinterpretar sus propias
percepciones falsas.
10. El
EspÃritu Santo es el maestro perfecto. 2Se vale únicamente de lo que
tu mente ya comprende para enseñarte que tú no lo comprendes. 3El
EspÃritu Santo puede tratar con un alumno reacio sin oponerse a su mente
porque parte de ella está todavÃa de parte de Dios. 4A pesar de los
intentos del ego por ocultarla, esa parte es todavÃa mucho más poderosa que el
ego, si bien éste no la reconoce. 5El EspÃritu Santo la reconoce
perfectamente porque se trata de Su Propia morada: el lugar de la mente donde Él
se siente a gusto. 6Tú también te sientes a gusto ahà porque es un
lugar de paz, y la paz es de Dios. 7Tú, que formas parte de Dios, no
te sientes a gusto salvo en Su paz. 8Si la paz es eterna, sólo te
puedes sentir a gusto en la eternidad.
11. El ego
construyó el mundo tal como lo percibe, pero el EspÃritu Santo -el reintérprete
de lo que el ego construyó- ve el mundo como un recurso de enseñanza para
llevarte a tu hogar. 2El EspÃritu, Santo tiene que percibir el
tiempo y re-interpretarlo como eterno. 3Tiene que llevar a cabo Su
labor mediante el uso de opuestos porque tiene que operar para una mente y con
una mente que está en oposición. 4Haz todas las correcciones que
tengas que hacer, procura aprender y mantén una actitud receptiva con
respecto al aprendizaje. 5Tú no creaste la verdad, pero la
verdad puede todavÃa hacerte libre. 6 Contempla todo tal como el
EspÃritu Santo lo contempla, y entiende todo tal como Él lo entiende. 7Su entendimiento evoca a Dios en memoria mÃa. 8El
EspÃritu Santo está siempre en comunión con Dios, y forma parte de ti. 9Él es tu GuÃa a la salvación porque recuerda lo pasado y lo que ha
de venir, y lo trae al presente. 10Él mantiene ese regocijo en tu
mente con gran ternura, y sólo te pide que lo incrementes compartiéndolo en
Nombre de Dios de modo que Su júbilo se incremente en
ti.
LECCIÓN
44
Dios
es la luz en la que veo.
1. Hoy continuamos con la idea de ayer, agregándole
otra dimensión. 2No puedes ver en la oscuridad, y no puedes
fabricar luz. 3Puedes fabricar oscuridad y luego pensar que ves en
ella, pero la luz refleja vida, y es, por lo tanto, un aspecto de la creación. 4La creación y la oscuridad no pueden coexistir, pero la luz y la
vida son inseparables, pues no son sino diferentes aspectos de la
creación.
2. Para poder ver, tienes que reconocer que la luz se
encuentra en tu interior y no afuera. 2No puedes ver fuera de ti, ni
tampoco se encuentra fuera de ti el equipo que necesitas para poder ver. 3Una parte esencial de ese equipo es la luz que hace posible el que
puedas ver. 4Esa luz está siempre contigo, haciendo que la visión sea
posible en toda circunstancia.
3. Hoy vamos a intentar llegar hasta esa luz. 2Para tal fin, utilizaremos una forma de ejercicio que ya se
sugirió anteriormente, y que vamos a utilizar cada vez más. 3Dicha
forma de ejercicio es especialmente difÃcil para la mente indisciplinada y
representa uno de los objetivos principales del entrenamiento mental. 4Requiere precisamente lo que le falta a la mente sin entrenar. 5Con todo, si has de ver, dicho entrenamiento tiene que tener
lugar.
4. Lleva a cabo como mÃnimo tres sesiones de práctica
hoy, cada una de tres a cinco minutos de duración. 2Recomendamos
enfáticamente que les dediques más tiempo, pero únicamente si notas que el
tiempo pasa sin que experimentes ninguna sensación de tensión o muy poca. 3La forma de práctica que vamos a utilizar hoy es la más natural y
fácil del mundo para la mente entrenada, tal como parece ser la más antinatural
y difÃcil para la mente sin entrenar.
5. Tu mente ya no está completamente sin entrenar. 2Estás bastante listo para aprender la forma de ejercicio que
vamos a utilizar hoy, pero es posible que te topes con una gran
resistencia. 3La razón es muy simple. 4Al practicar de
esta manera, te desprendes de todo lo que ahora crees y de todos los
pensamientos que has inventado. 5Propiamente dicho, esto constituye
tu liberación del infierno. 6Sin embargo, si se percibe a través de
los ojos del ego, es una pérdida de identidad y un descenso al
infierno.
6. Si te puedes apartar del ego, aunque sólo sea un
poco, no tendrás dificultad alguna en reconocer que su oposición y sus
miedos no significan nada. 2Tal vez te resulte útil recordarte a ti
mismo de vez en cuando, que alcanzar la luz es escapar de la oscuridad,
independientemente de lo que creas al contrario. 3Dios es la luz en
la que ves. 4Estás intentando llegar a
Él.
7. Da comienzo a la sesión de práctica repitiendo la
idea de hoy con los ojos abiertos, luego ciérralos lentamente mientras repites
la idea varias veces más. 2Trata entonces de sumergirte en tu mente,
abandonando cualquier clase de interferencia e intrusión a medida que te
sumerges serenamente más allá de ellas. 3No hay nada, excepto tú, que
pueda impedirle a tu mente hacer esto. 4Tu mente está sencillamente
siguiendo su curso natural. 5Trata de observar los pensamientos que
te vengan sin involucrarte con ninguno de ellos, y pásalos de largo
tranquilamente.
8. Si bien no se recomienda ningún enfoque en
particular para esta forma de ejercicio, sà es necesario que te des cuenta de
cuán importante es lo que estás haciendo, el inestimable valor que ello tiene
para ti, asà como que seas consciente de que estás intentando hacer algo
muy sagrado. 2La salvación es el más feliz de todos tus logros. 3Es asimismo el único que tiene sentido porque es el único que tiene
verdadera utilidad para ti.
9. Si experimentas cualquier clase de resistencia,
haz una pausa lo suficientemente larga como para poder repetir la idea de hoy
con los ojos cerrados, a no ser que notes que tienes miedo. 2En ese
caso es probable que abrir los ojos brevemente te haga sentir más tranquilo. 3Trata, sin embargo, de reanudar los ejercicios con los ojos cerrados
tan pronto como puedas.
10. Si estás haciendo los ejercicios
correctamente, deberÃas experimentar una cierta sensación de relajación, e
incluso sentir que te estás aproximando a la luz o de hecho adentrándote en
ella. 2Trata de pensar en la luz, sin forma y sin lÃmites, según
pasas de largo los pensamientos de este mundo. 3Y no te olvides de
que no te pueden atar a él a no ser que tú les des el poder de
hacerlo.
11. Durante el transcurso del dÃa, repite la idea a
menudo con los ojos abiertos o cerrados, como mejor te parezca en su momento. 2Pero no te olvides de repetirla. 3Sobre todo, decÃdete
hoy a no olvidarte.
14 DE
FEBRERO
IV. Enseñanza
y curación
1. Lo que el
miedo ha ocultado sigue siendo parte de ti. 2Unirse a la Expiación es
la manera de escapar del miedo. 3El EspÃritu Santo te ayudará a
reinterpretar todo lo que percibes como temible, y te enseñará que sólo lo que
es amoroso es cierto. 4La verdad está más allá de tu capacidad para
destruir; aceptarla, en cambio, está enteramente a tu alcance. 5Te pertenece porque, al ser tú una extensión de Dios, la creaste
junto con Él. 6Es tuya porque forma parte de ti, tal como tú formas
parte de Dios porque El te creó. 7Nada que sea bueno se puede perder,
pues procede del EspÃritu Santo, la Voz que habla en favor de la creación. 8Nada que no sea bueno fue creado jamás, y, por lo tanto, no puede
ser protegido. 9La Expiación garantiza la seguridad del Reino, y
la unión de la Filiación lo protege. 10El ego no puede prevalecer
contra el Reino porque la Filiación está unida. 11En presencia de
aquellos que oyen la exhortación del EspÃritu Santo a ser uno, el ego se
desvanece y queda des-hecho.
2. Lo que el
ego forja se lo guarda para sÃ, y, por lo tanto, carece de fuerza. 2Su existencia no se puede compartir. 3No muere,
simplemente nunca nació. 4El nacimiento fÃsico no es un
comienzo, es una continuación. 5Todo lo que continúa ha nacido ya. 6Aumentará a medida que estés cada vez más dispuesto a
devolverle a la parte superior de tu mente la parte que no está sana,
devolviéndole de este modo tu mente indivisa a la creación. 7Yo
he venido a sentar las bases para que tus propios pensamientos puedan hacerte
verdaderamente libre. 8Has cargado con un fardo de ideas que no se
pueden compartir y que son demasiado endebles como para poder expandirse. aMas una vez que las concebiste no supiste cómo erradicarlas. 9Tú no puedes cancelar tus propios errores pasados por tu cuenta. 10No desaparecerán de tu mente sin la Expiación, remedio éste que no
es obra tuya. 11La Expiación debe entenderse exclusivamente como un
simple acto de compartir. 12Eso es lo que quise decir cuando
afirmé que incluso en este mundo es posible escuchar una sola Voz. 13Si formas parte de Dios y la Filiación es una, no puedes estar
limitado al ser que el ego ve.
3. Cada
pensamiento amoroso que cualquier parte de la Filiación abriga es patrimonio de
todas sus partes. 2Se puede compartir porque es amoroso. 3Dios crea
compartiendo, y asà es como tú creas también. 4El ego puede mantenerte exiliado
del Reino, pero en el Reino en sà el ego no tiene ningún poder. 5Las
ideas del espÃritu no abandonan la mente que las piensa, ni tampoco pueden
entrar en conflicto entre sÃ. 6 Las ideas del ego, en cambio, pueden
entrar en conflicto porque ocurren en diferentes niveles y también porque
incluyen pensamientos que incluso en el mismo nivel están en franca oposición. 7Es imposible compartir
pensamientos que se oponen entre sÃ. 8Sólo puedes compartir
los pensamientos que proceden de Dios, los cuales Él conserva para ti. 9El Reino de los Cielos se compone de pensamientos de esa clase. 10Todos los demás permanecerán contigo hasta que el EspÃritu Santo
los haya reinterpretado a la luz del Reino, haciendo que sean también
dignos de ser compartidos. 11Cuando se hayan purificado lo
suficiente Él te permitirá compartirlos. 12La decisión de
compartirlos es lo que los
purifica.
4. Yo oà una
sola Voz porque comprendà que era imposible que pudiese expiar únicamente para
mà mismo. 2Escuchar una sola Voz implica que has decidido compartirla
para asà poderla oÃr tú mismo. 3La Mente que estaba en mà se siente
todavÃa irresistiblemente atraÃda hacia todas las mentes creadas por Dios,
porque la Plenitud de Dios es la plenitud de Su Hijo. 4Nada puede
hacerte daño, y no debes mostrarle a tu hermano nada que no sea tu plenitud. 5Muéstrale que él no puede hacerte daño y que no le guardas rencor,
pues, de lo contrario, te estarás guardando rencor a ti mismo. 6Ese es el significado de: “Ofrécele también la otra
mejillaâ€.
5. Se puede
enseñar de muchas maneras, pero ante todo con el ejemplo. 2Enseñar
debe ser curativo, ya que consiste en compartir ideas y en el reconocimiento de
que compartir ideas es reforzarlas. 3No puedo olvidar la
necesidad que tengo de enseñar lo que he aprendido, la cual surgió en mà precisamente por haberlo aprendido. 4Te exhorto a que enseñes lo que has aprendido porque al hacerlo
podrás contar con ello. 5Haz que sea algo con lo que puedes
contar en mi nombre porque mi nombre es el Nombre del Hijo de Dios. 6Lo que aprendà te lo doy libremente, y la Mente que estaba en mà se
regocija cuando eliges escucharla.
6. El EspÃritu
Santo expÃa en todos nosotros des-haciendo y de esta manera te libera de la
carga que le has impuesto a tu mente. 2Al seguir al EspÃritu Santo se
te conduce de regreso a Dios, que es donde te corresponde estar. aMas
¿cómo podrÃas encontrar el camino que conduce a Él sino llevando a tu hermano
contigo? 3Mi papel en la Expiación no concluirá hasta que no te unas
a ella y se la ofrezcas a otros. 4Lo que enseñes es lo que
aprenderás. 5Nunca te dejaré desamparado ni te abandonaré porque
hacer eso serÃa abandonarme a mà mismo y abandonar a Dios que me creó. 6Abandonas a Dios y te abandonas a ti mismo cuando abandonas a
cualquiera de tus hermanos. 7Tienes que aprender a verlos tal
como son, y entender que le pertenecen a Dios al igual que tú. 8¿De
qué mejor manera puedes tratar a tu hermano que dándole a Dios lo que es de
Dios?
7. La
Expiación te confiere el poder de una mente que ha sanado, pero el poder de
crear es de Dios. 2Por lo tanto, aquellos que han sido perdonados
deben dedicarse en primer lugar a curar, pues al haber aceptado la idea de la
curación, deben compartirla para asà conservarla. 3El poder de la
creación en su totalidad no se puede expresar si una sola de las ideas de Dios
se encuentra excluida del Reino. 4La voluntad conjunta de la
Filiación es el único creador que puede crear como el Padre, ya que sólo lo que
es Ãntegro puede pensar Ãntegramente, y al pensamiento de Dios no le falta nada. 5Cualquier pensamiento que tengas que no sea a través del EspÃritu Santo no es Ãntegro.
8. ¿Cómo es
posible que tú que eres tan santo puedas sufrir? 2Todo tu pasado,
excepto su belleza, ha desaparecido, y no queda ni rastro de él, salvo una
bendición. 3He salvaguardado todas tus bondades y cada pensamiento
amoroso que jamás hayas abrigado. 4Los he purificado de los
errores que ocultaban su luz, y los he conservado para ti en su perfecta
luminiscencia. 5Se encuentran más allá de la destrucción y de la
culpabilidad. 6Procedieron del EspÃritu Santo en ti, y sabemos que lo
que Dios crea es eterno. 7Puedes ciertamente partir en paz porque te
he amado como me amé a mà mismo. 8Mi bendición va contigo para que la
extiendas. 9Consérvala y compártela, para que sea siempre nuestra. 10Pongo la paz de Dios en tus manos y en tu corazón para que la
conserves y la compartas. 11El corazón la puede conservar debido a su
pureza y las manos la pueden ofrecer debido a su fuerza. 12No podemos
perder. 13Mi juicio es tan poderoso como la sabidurÃa de Dios, en
Cuyo Corazón y Manos radica nuestra existencia. 14Sus sosegadas
criaturas son Sus Hijos benditos. 15Los Pensamientos de Dios están
contigo.
LECCIÓN
45
Dios
es la Mente con la que pienso.
1. La idea de hoy es la llave que te dará acceso a
tus pensamientos reales, 2los cuales no tienen nada que ver con lo
que piensas que piensas, de la misma manera en que nada de lo que piensas que
ves guarda relación alguna con la visión. 3No existe ninguna
relación entre lo que es real y lo que tú piensas que es real. 4Ni uno solo de los que según tú son tus pensamientos reales se
parece en modo alguno a tus pensamientos reales. 5Nada de lo que
piensas que ves guarda semejanza alguna con lo que la visión te
mostrará.
2.
Piensas con la Mente de Dios. 2Por lo tanto, compartes tus
pensamientos con Él, de la misma forma en que Él comparte los Suyos
contigo. 3Son los mismos pensamientos porque los piensa la misma
Mente. 4Compartir es hacer de manera semejante o hacer lo mismo. 5Los pensamientos que piensas con la Mente de Dios no abandonan tu
mente porque los pensamientos no abandonan su fuente. 6Por
consiguiente, tus pensamientos están en la Mente de Dios, al igual que tú. 7Están en tu mente también, donde Él está. 8Tal como tú
eres parte de Su Mente, asà también tus pensamientos son parte de Su
Mente.
3. ¿Dónde
están, pues, tus pensamientos reales? 2Hoy intentaremos llegar a
ellos. 3Tendremos que buscarlos en tu mente porque ahà es donde se
encuentran. 4Aún tienen que estar ahÃ, ya que no pueden haber
abandonado su fuente. 5Lo que la Mente de Dios ha pensado es eterno,
al ser parte de la creación.
4. Nuestras
tres sesiones de práctica de hoy, de cinco minutos cada una, seguirán el mismo
modelo general que usamos al aplicar la idea de ayer. 2Intentaremos abandonar lo irreal y buscar lo real. 3Negaremos el mundo en favor de la verdad. 4No
permitiremos que los pensamientos del mundo nos detengan. 5No
dejaremos que las creencias del mundo nos digan que lo que Dios quiere que
hagamos es imposible. 6En lugar de ello, trataremos de reconocer que
sólo aquello que Dios quiere que hagamos es posible.
5. Trataremos
asimismo de comprender que sólo lo que Dios quiere que hagamos es lo que
nosotros queremos hacer. 2Y también trataremos de recordar que
no podemos fracasar al hacer lo que Él quiere que hagamos. 3Tenemos
hoy todas las razones del mundo para sentirnos seguros de que vamos a triunfar, 4pues ésa es la Voluntad de Dios.
6. Comienza
los ejercicios de hoy repitiendo la idea para tus adentros, al mismo tiempo
que cierras los ojos. 2Luego dedica unos cuantos minutos a pensar en
ideas afines que procedan de ti, mientras mantienes la idea presente en tu
mente. 3Una vez que hayas añadido cuatro o cinco de tus pensamientos
a la idea, repite ésta otra vez mientras te dices a ti mismo
suavemente:
4Mis pensamientos
reales están en mi mente.
5Me
gustarÃa encontrarlos.
6Trata
luego de ir más allá de todos los pensamientos irreales que cubren la verdad en
tu mente y de llegar a lo eterno.
7. Debajo
de todos los pensamientos insensatos e ideas descabelladas con las que has
abarrotado tu mente, se encuentran los pensamientos que pensaste con Dios
en el principio. 2Están ahà en tu mente, ahora mismo, completamente
inalterados. 3Siempre estarán en tu mente, tal como siempre lo
han estado. 4Todo lo que has pensado desde entonces cambiará, pero
los cimientos sobre los que eso descansa son absolutamente
inmutables.
8.
Hacia esos cimientos es adonde los ejercicios de hoy apuntan. 2Ahà es
donde tu mente está unida a la Mente de Dios. 3Ahà es donde tus
pensamientos son uno con los Suyos. 4Para este tipo de práctica sólo
se necesita una cosa: que tu actitud hacia ella sea la misma que tendrÃas ante
un altar consagrado en el Cielo a Dios el Padre y a Dios el Hijo. 5Pues tal es el lugar al que estás intentando llegar. 6Probablemente no puedes darte cuenta todavÃa de cuán alto estás
intentando elevarte. 7Sin embargo, aun con el poco entendimiento que
has adquirido hasta la fecha, deberÃas ser capaz de recordarte a ti mismo que
esto no es un juego fútil, sino un ejercicio de santidad y un intento de
alcanzar el Reino de los Cielos.
9. En las sesiones de práctica cortas de hoy, trata
de recordar cuán importante es para ti comprender la santidad de la mente que
piensa con Dios. 2Mientras repites la idea a lo largo del dÃa, dedica
uno o dos minutos a apreciar la santidad de tu mente. 3Deja a un
lado, aunque sea brevemente, todos los pensamientos que son indignos de Aquel de
Quien eres anfitrión. 4Y dale gracias por los pensamientos que Él
está pensando contigo.
15 DE
FEBRERO
V. El uso que
el ego hace de la culpabilidad
1. Tal vez
algunos de nuestros conceptos se vuelvan más claros y significativos para ti si
aclaramos el uso que el ego hace de la culpabilidad. 2El ego tiene un
propósito, al igual que el EspÃritu Santo. 3El propósito del ego es
infundir miedo porque sólo los que tienen miedo pueden ser egoÃstas. 4La lógica del ego es tan impecable como la del EspÃritu Santo, ya
que tu mente tiene a su disposición los medios para ponerse de parte del Cielo o
de la tierra, según elija. 5Pero una vez más, recuerda que ambos se
encuentran en ti.
2. En el Cielo
no hay culpabilidad porque el Reino se alcanza por medio de la Expiación, la
cual te libera para que puedas crear. 2La palabra "crear" es
apropiada en este contexto porque una vez que el EspÃritu Santo deshace lo que
tú has hecho, se restaura el residuo bendito y, por consiguiente, éste continúa creando. 3Lo que es verdaderamente bendito es incapaz de producir culpabilidad
y sólo puede producir dicha. 4Esto hace que sea invulnerable al ego
porque su paz es inexpugnable. 5Lo verdaderamente bendito no es
susceptible de ser alterado debido a la plenitud de la que goza. 6La
culpabilidad siempre altera. 7Todo lo que genera miedo produce disensión porque obedece las
leyes de la división. 8Si el ego es el sÃmbolo de la separación, es
también el sÃmbolo de la culpabilidad. 9La culpabilidad es más
que simplemente algo ajeno a Dios. 10Es el sÃmbolo del ataque contra
Dios. 11Este concepto no tiene ningún sentido, excepto para el ego,
pero no subestimes el poder que el ego le aporta al creer en él. 12Esta es la creencia de donde procede toda
culpabilidad.
3. El ego es
la parte de la mente que cree en la división. 2¿Cómo iba a poder una
parte de Dios separarse de Él sin creer que lo está atacando?. 3Hablamos anteriormente del problema de la autoridad y dijimos
que se basa en el concepto de que es posible usurpar el poder de Dios. 4El ego cree que eso es lo que tú hiciste porque cree que tú eres él. Si te identificas con el ego,
no podrás sino percibirte a ti mismo como culpable. 6Siempre que le
hagas caso al ego experimentarás culpabilidad y temerás ser castigado. 7El ego es literalmente un pensamiento atemorizante. 8Por
muy ridÃcula que sea para una mente sana la idea de atacar a Dios, nunca olvides
que el ego es demente. 9Representa un sistema de conceptos ilusorios
y habla en su nombre. 10Hacerle caso a la voz del ego significa que
crees que es posible atacar a Dios, y que has arrancado una parte de Él y te has
apoderado de ella. 11De ahà procede el miedo a las represalias
externas, ya que el sentimiento de culpabilidad es tan intenso que tiene que ser
proyectado.
4. Todo lo que
aceptas en tu mente se vuelve real para ti. 2Es tu aceptación lo que
le confiere realidad. 3El permitirle la entrada al ego en tu mente y
entronarlo allÃ, es lo que lo convierte en tu realidad. 4Eso se debe
a que la mente es capaz de crear realidad o de fabricar ilusiones. 5Dije anteriormente que tienes que aprender a pensar con Dios. 6Pensar con Él es pensar como Él, 7lo cual produce
dicha -y no culpabilidad porque es algo natural. 8La
culpabilidad es un signo inequÃvoco de que tu pensamiento no es natural. 9El pensamiento que no es natural va siempre acompañado de
culpabilidad porque es la creencia en el pecado. 10El ego no
percibe el pecado como una falta de amor, sino como un decidido acto de
agresión. 11Esto es necesario para su supervivencia porque, tan
pronto como consideres que el pecado es una insuficiencia, tratarás automáticamente de remediar la situación. 12Y lo lograrás. 13Para el ego eso es la perdición, pero
tú tienes que aprender a verlo como tu emancipación.
5. La mente
que está libre de culpa no puede sufrir. 2Al estar sana, sana a su
vez al cuerpo porque ella misma ha
sanado. 3Las enfermedades son inconcebibles para la mente sana, ya
que no puede concebir atacar a nada ni a nadie. 4Dije antes que la
enfermedad es una forma de magia. 5Quizá serÃa mejor decir que
es una forma de solución mágica. 6El ego cree que castigándose a sÃ
mismo mitigará el castigo de Dios. 7Mas incluso en esto es
arrogante. 8Le atribuye a Dios la intención de castigar, y luego
adopta esa intención como su propia prerrogativa. 9El ego trata de
usurpar todas las funciones de Dios tal como las percibe porque
reconoce que sólo se puede confiar, en una lealtad
absoluta.
6. El ego no
puede oponerse a las leyes de Dios de la misma manera en que tú tampoco puedes
hacerlo, pero puede interpretarlas de acuerdo con lo que desea, al igual
que tú. 2Por eso es preciso que contestes la pregunta: "¿Qué es lo
que quiero?" 3La contestas cada minuto y cada segundo, y cada
decisión que tomas es un juicio que no puede por menos que tener consecuencias. 4Y éstas continuarán repitiéndose automáticamente hasta que tomes
otra decisión. 5Recuerda, no obstante, que .las alternativas en sÃ
son inalterables. 6El EspÃritu Santo, al igual que el ego, es una
elección que uno hace. 7Ambos constituyen las únicas alternativas que
la mente puede aceptar y obedecer. 8El EspÃritu Santo y el ego son
las únicas opciones que tienes. 9Dios creó Una de ellas, y, por lo
tanto, no puedes deshacerla. 10La otra la inventaste tú, y, por lo
tanto, sà puedes. 11Sólo lo que Dios crea es irreversible e
inmutable. 12Lo que tú has fabricado siempre se puede cambiar
porque cuando no piensas como Dios, en realidad no estás pensando en absoluto. 13Las ideas ilusorias no son pensamientos reales, si bien puedes
creer en ellas. 14Pero eso es un error. 15La función del
pensamiento procede de Dios y reside en Dios. 16Puesto que
formas parte de Su Pensamiento, no puedes pensar separado de El.
7. El
pensamiento irracional es pensamiento desordenado. 2Dios Mismo pone
orden en tu pensamiento porque tu pensamiento fue creado por Él. 3Los
sentimientos de culpabilidad son siempre señal de que desconoces esto. 4Muestran asimismo que crees que puedes pensar separado de Dios, y
que deseas hacerlo. 5Todo pensamiento desordenado va acompañado
de culpabilidad desde su concepción, y mantiene su continuidad gracias a ella. 6La culpabilidad es ineludible para aquellos que creen que son
ellos los que ordenan sus propios pensamientos, y que, por lo tanto, tienen que
obedecer sus dictados. 7Eso les hace sentirse responsables de sus
errores sin darse cuenta de que, al aceptar esta responsabilidad, están
reaccionando de manera irresponsable. 8Si la única
responsabilidad del obrador de milagros es aceptar la Expiación para sÃ
mismo, y te aseguro yo que asà es, la responsabilidad por lo que debe ser expiado no puede
entonces recaer sobre ti. 9Este dilema no puede ser resuelto, excepto
aceptando la solución del des-hacimiento. 10Tú serias responsable de los efectos de
tu manera equivocada de pensar si ésta no se pudiera deshacer. 11El propósito de la Expiación es conservar del pasado únicamente
aquello que ha sido purificado: 12Si aceptas el remedio para el
pensamiento desordenado, remedio cuya eficacia es indudable, ¿cómo iban a
seguir estando presente sus sÃntomas?
8. La continua
decisión de permanecer separado es la única razón posible de que siga habiendo
sentimientos de culpabilidad. 2Hemos dicho esto antes, pero no
subrayamos los resultados destructivos de tal decisión. 3Cualquier decisión de la mente afecta tanto al comportamiento como a
la experiencia. 4Lo que tú deseas, esperas que tenga lugar. 5Esto no es algo ilusorio. 6Tu mente ciertamente forja tu futuro, y se
lo devolverá a la creación plena en
cualquier momento si primero acepta la Expiación. 7Retornará
asimismo a la creación plena en el instante en que haya hecho eso. 8Al haber renunciado a su pensamiento desordenado, la correcta
ordenación del pensamiento se hace evidente.
LECCIÓN
46
Dios
es el Amor en el que perdono.
1. Dios no perdona porque nunca ha condenado. 2Y primero tiene que haber condenación para que
el perdón sea necesario. 3El perdón es la mayor necesidad de
este mundo, y esto se debe a que es un mundo de ilusiones. 4Aquellos
que perdonan se liberan a sà mismos de las ilusiones, mientras que los que se
ruegan a hacerlo se atan a ellas. 5De la misma manera en que sólo te
condenas a ti mismo, de igual modo, sólo te perdonas a ti
mismo.
2. Pero si bien Dios no perdona, Su Amor es, no obstante, la base del perdón. 2El miedo condena y el amor perdona. 3El perdón, pues,
des-hace lo que el miedo ha producido, y lleva de nuevo a la mente a la
conciencia de Dios. 4Por esta razón, al perdón puede llamársele
verdaderamente salvación. 5Es el medio a través del cual desaparecen
las ilusiones.
3. Los ejercicios de hoy requieren por lo menos tres sesiones de práctica de cinco
minutos completos, y el mayor número posible de las más cortas. 2Como
de costumbre, comienza las sesiones de práctica más largas repitiendo la idea de
hoy para tus adentros. 3Cierra los ojos
mientras lo haces, y dedica un minuto o dos a explorar tu mente en busca de
aquellas personas a quienes no has perdonado. 4No importa en qué
medida no las hayas perdonado. 5O las
has perdonado completamente o no las has perdonado en
absoluto.
4. Si estás haciendo los ejercicios correctamente no deberÃas tener ninguna dificultad
en encontrar un buen número de personas a quienes no has perdonado. 2En general, se puede asumir correctamente que cualquier persona
que no te caiga bien es un sujeto adecuado. 3Menciona cada una de
ellas por su nombre, y di:
4[Nombre], Dios
es el Amor en el que te perdono.
5.
El propósito de la primera fase de las sesiones de práctica de hoy es colocarte en
una posición desde la que puedes perdonarte a ti mismo. 2Después que
hayas aplicado la idea a todas las personas que te hayan venido a la mente,
di para tus adentros:
3Dios es el Amor en el
que me perdono a mà mismo.
4Dedica
luego el resto de la sesión a añadir ideas afines tales
como:
5Dios es el Amor con el que me amo a mÃ
mismo.
6Dios es el Amor en el
que me alzo bendecido.
6.
El modelo a seguir en cada aplicación puede variar considerablemente, pero no
se debe perder de vista la idea central. 2PodrÃas decir, por
ejemplo:
3No puedo ser
culpable porque soy un Hijo de Dios.
4Ya he sido
perdonado.
5El miedo no tiene
cabida en una mente que Dios ama.
6No tengo
necesidad de atacar porque el amor me ha perdonado.
7La
sesión de práctica debe terminar, no obstante, con una repetición de la
idea de hoy en su forma original.
7.
Las sesiones de práctica más cortas pueden consistir ya sea en una repetición de la
idea de hoy en su forma original, o en una afÃn, según prefieras. 2Asegúrate, no obstante, de aplicar la idea de manera más concreta si
surge la necesidad. 3Esto será necesario en cualquier momento
del dÃa en el que te percates de cualquier reacción negativa hacia alguien,
tanto si esa persona está presente como si no. 4En tal caso, dile
silenciosamente:
5Dios es el Amor en el
que te perdono.
LECCIÓN
47
Dios
es la fortaleza en la que confÃo.
1.
Si sólo confÃas en tus propias fuerzas, tienes todas las razones del mundo para
sentirte aprensivo, ansioso y atemorizado. 2¿Qué puedes predecir o
controlar? 3¿Qué hay en ti con lo que puedas contar? 4¿Qué
te podrÃa capacitar para ser consciente de todas las facetas de un problema, y
de resolverlos de tal manera que de ello sólo resultase lo bueno? 5¿Qué hay en ti que te permita poder reconocer la solución correcta,
y garantizar su consecución?
2. Por ti mismo no puedes hacer ninguna de esas cosas. 2Creer que puedes es
poner tu confianza en algo que no es digno de ella, y justificar el miedo, la
ansiedad, la depresión, la ira y el pesar. 3¿Quién puede depositar su
fe en la debilidad y sentirse seguro? 4Por otra parte, ¿quién puede
depositar su fe en la fortaleza y sentirse débil?
3. Dios es tu seguridad en toda circunstancia. 2Su Voz habla por Él en toda
situación y en todos los aspectos de cada situación, diciéndote exactamente
qué es lo que tienes que hacer para invocar Su fortaleza
y Su protección. 3En esto no hay excepciones porque en Dios no hay
excepciones. 4Y la Voz que habla por Él piensa como
Él.
4. Hoy
trataremos de llegar más allá de tu debilidad hasta la Fuente de la verdadera fortaleza. 2Son necesarias hoy cuatro sesiones de práctica de cinco minutos
cada una, aunque se te exhorta a que hagas más y a que les dediques más tiempo. 3Cierra los ojos y comienza como de costumbre repitiendo la idea de
hoy. 4Luego dedica un minuto o dos a buscar situaciones en tu vida
que hayas revestido de temor, y desecha cada una de ellas diciéndote a ti
mismo:
5Dios
es la fortaleza en la que confÃo.
5. Trata ahora de deslizarte más allá de todas las preocupaciones relacionadas con tu
propia sensación de insuficiencia. 2Es obvio
que cualquier situación que te causa inquietud está asociada con sentimientos de
insuficiencia, pues, de lo contrario, creerÃas que puedes lidiar con la
situación con éxito. 3Confiando en ti mismo no es la manera de
adquirir confianza. 4Mas la fortaleza de Dios en ti tiene éxito en
todo.
6. Reconocer tu propia debilidad es un paso necesario para la corrección de tus errores, pero
no es suficiente para darte la confianza que necesitas, y a la que tienes
derecho. 2Debes adquirir asimismo la conciencia de que confiar en tu
verdadera fortaleza está plenamente justificado en relación con todo y en toda
circunstancia.
7. En
la última fase de cada sesión de práctica, trata de llegar muy hondo dentro de tu
mente a un lugar de verdadera seguridad. 2Reconocerás que has
llegado cuando sientas una profunda sensación de paz, por muy breve que sea. 3Despréndete de todas las trivialidades que bullen y burbujean en la
superficie de tu mente, y sumérgete por debajo de ellas hasta llegar al Reino de
los Cielos. 4Hay un lugar en ti donde hay perfecta paz. 5Hay un lugar en ti en el que nada es imposible. 6Hay un
lugar en ti donde mora la fortaleza de Dios.
8.
Repite la idea frecuentemente en el transcurso del dÃa. 2Úsala como
respuesta a cualquier cosa que te perturbe. 3Recuerda que tienes
derecho a la paz porque estás depositando tu confianza en la fortaleza de
Dios.
LECCIÓN
48
No
hay nada que temer.
1. La idea de hoy afirma simplemente un hecho. 2No es un hecho para los que creen en ilusiones, mas las ilusiones no
son hechos. 3En realidad no hay nada que temer. 4Esto es
algo muy fácil de reconocer. 5Pero a los que quieren que las
ilusiones sean verdad les es muy difÃcil
reconocerlo.
2. Las sesiones de práctica de hoy serán muy cortas,
muy simples y muy frecuentes. 2Repite sencillamente la idea tan a
menudo como puedas. 3Puedes hacerlo con los ojos abiertos en
cualquier momento o situación. 4Recomendamos enérgicamente, no
obstante, que siempre que puedas cierres los ojos durante
aproximadamente un minuto y repitas la idea lentamente para tus adentros
varias veces. 5Es especialmente importante también que la uses de
inmediato si observas que algo perturba tu paz mental. 3. La presencia del miedo es señal inequÃvoca de que
estás confiando en tu propia fortaleza. 2La conciencia de que no
hay nada que temer indica que en algún lugar de tu mente, aunque no
necesariamente en un lugar que puedas reconocer, has recordado a Dios y has
dejado que Su fortaleza ocupe el lugar de tu debilidad. 3En el
instante en que estés dispuesto a hacer eso, ciertamente no habrá nada que
temer.
18 DE
FEBRERO
VI. El tiempo
y la eternidad
1. Dios en Su
conocimiento no está esperando, pero a Su Reino le falta algo mientras tú esperes. 2Todos los Hijos
de Dios están esperando tu retorno, tal como tú estás esperando el suyo. 3En la eternidad las demoras no importan, pero en el tiempo son
ciertamente trágicas. 4Has elegido estar en el tiempo en vez de en la
eternidad, y, por consiguiente, crees estar en el tiempo. 5Sin
embargo, tu elección es a la vez libre y modificable. 6No te
corresponde estar en el tiempo. 7Te corresponde estar únicamente en
la eternidad, donde Dios Mismo te ubicó para siempre.
2. Los
sentimientos de culpabilidad son los que perpetúan el tiempo. 2Inducen miedo a las represalias o al abandono, garantizando asÃ
que el futuro sea igual que el pasado. 3En esto consiste la
continuidad del ego, 4la cual le proporciona una falsa sensación de
seguridad al creer que tú no puedes escaparte de ella. 5Pero no sólo
puedes, sino que tienes que hacerlo. 6Dios te ofrece a cambio la
continuidad de la eternidad. 7Cuando te decidas a hacer este
intercambio, reemplazarás simultáneamente la culpabilidad por la dicha, la
crueldad por el amor y el dolor por la paz. 8Mi papel consiste
únicamente en desatar las cadenas que aprisionan tu voluntad y liberarla. 9Tu ego no puede aceptar esta libertad, y se opondrá a ella siempre
que pueda y en cualquier forma que pueda. 10Y puesto que tú eres su
hacedor, reconoces lo que él puede hacer, pues le conferiste el poder de
hacerlo.
3. Acuérdate
siempre del Reino, y recuerda que tú que formas parte de él, jamás te puedes
perder. 2La Mente que estaba en mà está en ti, pues Dios crea con absoluta
imparcialidad. 3Deja que el EspÃritu Santo te recuerde siempre Su
imparcialidad, y déjame enseñarte cómo compartirla con tus hermanos. 4¿De qué otra manera sino se te puede brindar la oportunidad de
reivindicarla para ti mismo? 5Ambas voces hablan simultáneamente en
favor de diferentes interpretaciones de una misma cosa, o casi
simultáneamente, pues el ego siempre habla primero. 6Las
interpretaciones que representan la otra alternativa no se hicieron
necesarias hasta que se concibió la primera de ellas.
4. El ego
dicta sentencia y el EspÃritu Santo revoca sus decisiones, en forma similar a
como en este mundo un tribunal supremo tiene la potestad de revocar las
decisiones de un tribunal inferior. 2Las decisiones del ego son
siempre erróneas porque están basadas en el error para cuya defensa, se
tomaron. 3El ego no interpreta correctamente nada de lo que percibe. 4No sólo cita las Escrituras para defender su causa, sino que incluso
las interpreta como testigos a su favor. 5A juicio del ego, la Biblia es algo temible. 6Al percibirla como algo temible la interpreta con miedo. 7Al sentir miedo, no apelas al Tribunal Supremo porque crees que
también fallarÃa en tu contra.
5. Existen
muchos ejemplos que muestran la forma en que las interpretaciones del ego son
engañosas, pero con unos pocos bastará para mostrar cómo el EspÃritu Santo
puede reinterpretarlas bajo Su Propia Luz.
6. Para el
EspÃritu Santo, "Lo que el hombre sembrare, eso cosechará" quiere decir que
lo que consideres digno de ser cultivado lo cultivarás en ti mismo. 2Considerar que algo es valioso es lo que lo hace valioso para,
ti.
7. "MÃa es la venganza, dice el Señor", puede reinterpretarse fácilmente
si recuerdas que las ideas se expanden sólo al compartirse. 2La
aseveración subraya el hecho de que la venganza no se puede compartir. 3Dásela, por lo tanto, al EspÃritu Santo, Quien te librará de ella;
puesto que no le corresponde estar en tu mente, la cual forma parte de
Dios.
8. De acuerdo
con la interpretación del ego, "Castigaré los pecados de los padres hasta
la tercera y cuarta generación" es una aseveración especialmente cruel. 2Se convierte simplemente en un intento por parte del ego
de garantizar su propia supervivencia. 3Para el EspÃritu Santo, la
frase significa que en las generaciones posteriores Él todavÃa podrá
reinterpretar lo que las generaciones previas habÃan entendido mal,
anulando asà la capacidad de dichos pensamientos para suscitar
miedo.
9. "Los impÃos
perecerán" se convierte en una declaración de Expiación, si se entiende la
palabra "perecerán" con el significado de "serán des-hechos". 2Todos los pensamientos no amorosos tienen que ser des-hechos,
palabra ésta que el ego ni siquiera puede entender. 3Para el ego,
deshacer significa destruir. 4El ego no será destruido porque forma
parte de tu pensamiento, pero como no es creativo, y es, por consiguiente,
incapaz de compartir, será reinterpretado de otra manera para asà liberarte del
miedo. 5La parte de la mente que le diste al ego regresará
simplemente al Reino, donde a toda ella le corresponde estar. 6Puedes
demorar la compleción del Reino, pero no puedes introducir el concepto de miedo
en él.
10. No tienes
por qué temer que el Tribunal Supremo te vaya a condenar. 2Éste
simplemente declarará sin lugar el caso contra ti. 3No puede haber
caso contra un Hijo de Dios, y todo testigo que da fe de la culpabilidad de las
creaciones de Dios está levantando falso testimonio contra Dios Mismo. 4Apela jubilosamente todo lo que creas al Propio Tribunal Supremo de
Dios, ya que éste habla por Él, y, por consiguiente, lo que afirma es la verdad. 5Declarará sin lugar el caso contra ti, no importa cuán
cuidadosamente lo hayas preparado. 6Lo podrás haber planeado a prueba
de todo, pero no está a prueba de Dios. 7El EspÃritu Santo no le dará
audiencia, pues El sólo puede dar testimonio de la verdad. 8Su
veredicto será siempre: "Tuyo es el Reino", porque el EspÃritu Santo te fue dado
para recordarte lo que eres.
11. Cuando
dije: "Yo he venido como una luz al mundo", lo que quise decir fue que vine a
compartir la luz contigo. 2Recuerda mi referencia al espejo tenebroso
del ego, y recuerda también que dije: "No mires ahÃ". 3TodavÃa sigue
siendo cierto que es a ti a quien le corresponde decidir dónde has de buscar
para encontrarte a ti mismo. 4La paciencia que tengas con tu
hermano es la misma paciencia que tendrás contigo mismo. 5¿No es
acaso digno un Hijo de Dios de que se tenga paciencia con él? 6He
tenido infinita paciencia contigo porque mi voluntad es la Voluntad de nuestro
Padre, de Quien aprendà lo que es la paciencia infinita. 7Su Voz
estaba en mà tal como está en ti, exhortándonos a tener paciencia con la
Filiación en Nombre de su Creador.
12. Ahora
debes aprender que sólo la paciencia infinita produce resultados inmediatos. 2Asà es como el tiempo se intercambia por la eternidad. 3La paciencia infinita recurre al amor infinito, y, al producir
resultados ahora hace que el tiempo
se haga innecesario. 4Hemos dicho repetidamente que el tiempo es un
recurso de aprendizaje que será abolido cuando ya no sea necesario. 5El EspÃritu Santo, que habla en favor de Dios en el tiempo,
sabe también que el tiempo no tiene sentido. 6Él te recuerda esto en
todo momento porque Su función especial consiste en conducirte de regreso a la
eternidad y permanecer allà para bendecir tus creaciones. 7El es
la única bendición que realmente puedes dar, pues es verdaderamente bendito. 8Puesto que Dios te dio el EspÃritu Santo libremente, tienes que
darlo tal como lo recibiste.
LECCIÓN
49
La
Voz de Dios me habla durante todo el dÃa.
1. Es muy posible escuchar la Voz de Dios durante
todo el dÃa sin que ello interrumpa para nada tus actividades normales. 2La parte de tu mente donde reside la verdad está en constante
comunicación con Dios, tanto si eres consciente de ello como si no. 3Es la otra parte de tu mente la que opera en el mundo y la que
obedece sus leyes. 4Ésa es la parte que está constantemente
distraÃda, y que es desorganizada y sumamente
insegura.
2. La parte que está escuchando a la Voz de Dios es serena, está en continuo reposo y
llena de absoluta seguridad. 2Es la única parte que realmente existe. 3La otra es una loca ilusión, frenética y perturbada, aunque
desprovista de toda realidad. 4Trata hoy de no prestarle oÃdos. 5Trata de identificarte con la parte de tu mente donde la quietud y
la paz reinan para siempre. 6Trata de oÃr la Voz de Dios llamándote
amorosamente recordándote que tu Creador no se ha olvidado de Su
Hijo.
3. Hoy necesitaremos por lo menos cuatro sesiones de
práctica de cinco minutos cada una, e incluso más si es posible. 2De
hecho, trataremos de oÃr la Voz de Dios recordándote a Dios y a tu Ser. 3Abordaremos el más santo y gozoso de todos los pensamientos llenos
de confianza, sabiendo que al hacer esto estamos uniendo nuestra voluntad a la
Voluntad de Dios. 4Él quiere que oigas Su Voz. 5Te la dio
para que la oyeses.
4. Escucha en profundo silencio. 2Permanece muy quedo y abre tu mente. 3Ve más allá de
todos los chillidos estridentes e imaginaciones enfermizas que encubren tus
verdaderos pensamientos y empañan tu eterno vÃnculo con Dios: 4Sumérgete profundamente en la paz que te espera más allá de los
frenéticos y tumultuosos pensamientos, sonidos e imágenes de este mundo demente. 5No vives aquÃ. 6Estamos tratando de llegar a tu verdadero
hogar. 7Estamos tratando de llegar al lugar donde eres verdaderamente
bienvenido. 8Estamos tratando de llegar a
Dios.
5. No te olvides de repetir la idea de hoy
frecuentemente. 2Hazlo con los ojos abiertos cuando sea necesario,
pero ciérralos siempre que sea posible. 3Y asegúrate de sentarte
quedamente y de repetir la idea cada vez que puedas, cerrando los ojos al mundo,
y comprendiendo que estás invitando a la Voz de Dios a que te
hable.
19 DE
FEBRERO
VII. La
decisión en favor de Dios
1. ¿Crees
realmente que puedes fabricar una voz que pueda ahogar a la de Dios? 2¿Crees realmente que puedes inventar un sistema de pensamiento
que te pueda separar de Él? 3¿Crees realmente que puedes
encargarte de tu seguridad y de tu dicha mejor que Él? 4No tienes que ser ni
cuidadoso ni descuidado, necesitas simplemente echar sobre Sus Hombros toda
angustia, pues Él cuida de ti. 5Él cuida de ti porque te
ama. 6Su Voz te recuerda
continuamente que tienes motivos para sentirte esperanzado debido a que
estás a Su cuidado. 7No
puedes elegir excluirte de Su cuidado porque ésa no es Su Voluntad, pero puedes
elegir aceptar Su cuidado y usar el poder infinito de éste en beneficio de todos
los que Él creó mediante él.
2. Han sido
muchos los sanadores que no se curaron a sà mismos. 2No movieron
montañas con su fe porque su fe no era absoluta. 3Algunos de ellos
ocasionalmente curaron enfermos, mas no resucitaron a ningún muerto. 4A menos que el sanador se
cure a sà mismo, no podrá creer que no hay grados de dificultad en los milagros. 5No habrá aprendido que
toda mente que Dios haya creado es igualmente digna de ser sanada porque El la creó Ãntegra. 6Se te pide simplemente que le devuelvas a Dios tu mente tal como Él
la creó. 7Dios te pide
únicamente lo que Él te dio, sabiendo que mediante esa entrega sanarás. 8La cordura no es otra cosa
que plenitud, y la cordura de tus hermanos es también la
tuya.
3. ¿Por qué
prestarle atención a las continuas y dementes exigencias que crees que se
te hacen, cuando puedes saber que la Voz que habla por Dios se encuentra en ti? 2Dios te encomendó Su EspÃritu, y te pide que tú le encomiendes el
tuyo. 3Su Voluntad dispone
que éste permanezca en perfecta paz porque tú eres de una misma mente y de un
mismo espÃritu con El. 4El
último recurso desesperado del ego en defensa de su propia existencia es
excluirte de la Expiación. 5Ello refleja a la vez la necesidad del
ego de mantenerse separado, y el hecho de que tú estás dispuesto a ponerte de
parte de la separación por la que él aboga. 6El hecho de que estés
dispuesto a ello significa que no quieres sanar.
4. Pero ha
llegado el momento. 2No se te ha pedido que elabores el plan de la
salvación porque, como ya te dije anteriormente, el remedio no pudo haber sido
obra tuya. 3Dios Mismo te
dio la Corrección perfecta para todo lo que has inventado que no esté de acuerdo
con Su santa Voluntad. 4Te
estoy haciendo perfectamente explÃcito Su plan, y te diré también cuál es
tu papel en él y cuán urgente es que lo lleves a cabo. 5Dios se
lamenta ante el "sacrificio" de Sus Hijos que creen que Él se olvidó de
ellos.
5. Siempre que
no te sientes completamente dichoso es porque has reaccionado sin amor ante una
de las creaciones de Dios. 2Al percibir eso como un pecado te pones a la defensiva porque
prevés un ataque. 3Tú
eres el que toma la decisión de reaccionar de esa manera, y, por
lo tanto, la puedes revocar. 4No puedes revocarla
arrepintiéndote en el sentido usual de la palabra porque eso implicarÃa
culpabilidad. 5Si sucumbes al sentimiento de culpabilidad,
reforzarás el error en vez de permitir que sea des-hecho.
6. Tomar esta
decisión no puede ser algo difÃcil. 2Esto es obvio, si te percatas de
que si no te sientes completamente dichoso es porque tú mismo asà lo has
decidido. 3Por lo tanto,
el primer paso en el proceso de des-hacimiento es reconocer que decidiste
equivocadamente a sabiendas, pero que con igual empeño puedes decidir
de otra manera. 4Sé muy
firme contigo mismo con respecto a esto, y mantente plenamente consciente de que
el proceso de des-hacimiento, que no procede de ti, se encuentra no
obstante en ti porque Dios lo puso ahÃ. 5Tu papel consiste
simplemente en hacer que tu pensamiento retorne al punto en que se cometió el
error, y en entregárselo allà a la Expiación en paz. 6Repite para tus
adentros lo que sigue a continuación tan sinceramente como puedas,
recordando que el EspÃritu Santo responderá de lleno a tu más leve
invitación:
7Debo haber
decidido equivocadamente porque no estoy en paz.
8Yo mismo tomé
esa decisión, por lo tanto, puedo tomar otra.
9Quiero tomar
otra decisión porque deseo estar en paz.
10No me siento
culpable porque el EspÃritu Santo, si se lo permito anulará todas las consecuencias de mi
decisión equivocada.
11Elijo
permitÃrselo, al dejar que Él decida en favor de Dios por
mÃ.
LECCIÓN
50
El
Amor de Dios es mi sustento.
1. He
aquà la respuesta a cualquier problema que se te presente, hoy, mañana o a lo
largo del tiempo. 2Crees que lo que te sustenta en este mundo es todo
menos Dios. 3Has depositado tu fe en los sÃmbolos más triviales y
absurdos: en pÃldoras, dinero, ropa "protectora", influencia, prestigio,
caer bien, estar "bien" relacionado y en una lista interminable de cosas huecas
y sin fundamento a las que dotas de poderes mágicos.
2. Todas
esas cosas son tus sustitutos del Amor de Dios. 2Todas esas cosas se
atesoran para asegurar la identificación con el cuerpo. 3Son himnos
de alabanza al ego. 4No deposites tu fe en lo que no tiene valor. 5No te
sustentará.
3. Sólo
el Amor de Dios te protegerá en toda circunstancia. 2Te rescatará de
toda tribulación y te elevará por encima de todos los peligros que percibes en
este mundo a un ambiente de paz y seguridad perfectas. 3Te
llevará a un estado mental que no puede verse amenazado ni perturbado por nada,
y en el que nada puede interrumpir la eterna calma del Hijo de
Dios.
4. No
deposites tu fe en ilusiones. 2Te fallarán. 3Deposita toda
tu fe en el Amor de Dios en ti: eterno, inmutable y por siempre
indefectible. 4Ésta es la respuesta a todo problema que se te
presente hoy. 5Por medio del Amor de Dios en ti puedes resolver toda
aparente dificultad sin esfuerzo alguno y con absoluta confianza. 6Dite esto a ti mismo con frecuencia hoy. 7Es una
declaración de que te has liberado de la creencia en Ãdolos. 8Es tu
reconocimiento de la verdad acerca de ti.
5. Durante
diez minutos dos veces al dÃa, una por la mañana y otra por la noche, deja que
la idea de hoy se adentre muy hondo en tu conciencia. 2RepÃtela,
reflexiona sobre ella, deja que pensamientos afines vengan a ayudarte a
reconocer su verdad, y permite que la paz se extienda sobre ti como un
manto de protección y seguridad. 3 No permitas que ningún pensamiento
vano o necio venga a perturbar la santa mente del Hijo de Dios. 4Tal
es el Reino de los Cielos. 5Tal es el lugar de descanso donde tu
Padre te ubicó eternamente.
20 DE
FEBRERO
CapÃtulo
6
LAS LECCIONES
DEL AMOR
Introducción
1. La relación
que existe entre la ira y el ataque es obvia, pero la relación que existe entre la ira y el miedo no es siempre tan evidente. 2La ira siempre entraña la proyección de la separación, lo cual
tenemos que aceptar, en última instancia, como nuestra propia
responsabilidad, en vez de culpar a otros por ello. 3No te puedes
enfadar a no ser que creas que has sido atacado, que está justificado
contraatacar y que no eres responsable de ello en absoluto. 4Dadas
estas tres premisas completamente irracionales, se tiene que llegar a la
conclusión, igualmente irracional, de que un hermano merece ataque en vez de
amor. 5¿Qué se puede esperar de premisas dementes; sino
conclusiones dementes? 6La manera de desvanecer una conclusión
demente es analizando la cordura de las premisas sobre las que descansa. 7Tú no puedes ser atacado,
el ataque no tiene justificación y tú eres responsable de lo que
crees.
2. Se te ha
pedido que me tomes como modelo para tu aprendizaje, ya que un ejemplo
extremo es un recurso de aprendizaje sumamente útil. 2Todo el mundo
enseña, y enseña continuamente. 3Asumes inevitablemente esta
responsabilidad en el momento en que aceptas cualquier premisa, y nadie puede
organizar su vida sin un sistema de creencias. 4Una vez que has
desarrollado un sistema de pensamiento, sea cual fuere su clase, riges tu vida
de acuerdo con él y lo enseñas. 5Tu capacidad para ser fiel a un
sistema de pensamiento podrá estar mal situada, pero aun asà es una forma de fe
y se puede canalizar en otra dirección.
I. El mensaje
de la crucifixión
1. Para los
efectos del aprendizaje, examinemos de nuevo la crucifixión. 2No
hice hincapié en ella anteriormente debido a las temibles connotaciones que
quizá tengas asociadas con ella. 3Lo único que se ha subrayado hasta
ahora es que no fue una forma de castigo. 4No obstante, no se puede
explicar nada utilizando exclusivamente términos negativos. 5Existe una interpretación constructiva de la crucifixión que
está totalmente desprovista de miedo y que, por lo tanto, si se entiende
debidamente, es totalmente benévola en cuanto a lo que
enseña.
2. La crucifixión
no es más que un ejemplo extremo. 2Su valor, al igual que el valor de
cualquier otro recurso de enseñanza, reside únicamente en la clase de
aprendizaje que facilitar 3Se puede entender -y se ha entendido-
incorrectamente. 4Ello se debe únicamente al hecho de que los
temerosos tienden a percibir con miedo. 5Ya te dije que siempre
puedes recurrir a mà para compartir mi decisión, y de ese modo hacerla más
firme. 6Te dije también que la crucifixión fue la última jornada
inútil que la Filiación tuvo que emprender, y que para todo aquel que la
entienda representa la manera de liberarse del miedo. 7Aunque antes
sólo hice hincapié en la resurrección, no aclaré entonces el propósito de
la crucifixión y la manera en que ésta, de hecho, condujo a la
resurrección. 8Ese propósito, no obstante, tiene una aportación
muy concreta que hacer. a tu propia vida, y si lo examinas sin miedo, te ayudará
a comprender tu propio papel como maestro.
3. Es probable
que hayas estado reaccionando durante muchos años como si te estuviesen
crucificando. 2Ésta es una marcada tendencia de los que creen estar
separados, que siempre se niegan a examinar lo que se han hecho a sÃ
mismos. 3La proyección implica ira, la ira alienta la agresión y la
agresión fomenta el miedo. 4El verdadero significado de la
crucifixión radica en la aparente intensidad de la agresión cometida por algunos de los Hijos de Dios contra
otro. 5Esto, por supuesto, es imposible, y se tiene que entender
cabalmente que es imposible. 6De lo contrario, yo no puedo servir de modelo para el
aprendizaje.
4. En última
instancia, sólo el cuerpo puede ser agredido. 2No cabe duda de que un
cuerpo puede agredir a otro, y puede incluso destruirlo. 3Sin
embargo, si la destrucción en sà es imposible, cualquier cosa que pueda ser
destruida no es real. 4Su destrucción, por lo tanto, no
justifica tu ira. 5En la medida en que creas que la justifica,
estarás aceptando premisas falsas y enseñándoselas a otros. 6El
mensaje de la crucifixión fue precisamente enseñar que no es necesario percibir
ninguna forma de ataque en la persecución, pues no puedes ser perseguido. 7Si
reaccionas con ira, tienes que estar equiparándote con lo destructible, y, por
lo tanto, viéndote a ti mismo de forma demente.
5. He dejado
perfectamente claro que soy como tú y que tú eres como yo, pero nuestra igualdad
fundamental sólo puede demostrarse mediante una decisión conjunta. 2Eres libre, si asà lo eliges, de percibirte a ti mismo como si te
estuvieran persiguiendo. 3Mas cuando eliges reaccionar de esa manera,
deberÃas recordar que yo fui perseguido de acuerdo con el pensar del mundo, y
que no compartà esa interpretación. 4Y puesto que no la compartÃ, no
la reforcé. 5OfrecÃ, consecuentemente, una interpretación diferente
del ataque, que deseo compartir contigo. 6Si la crees, me
ayudarás a enseñarla.
6. Como ya
dije anteriormente: "Lo que enseñes es lo que aprenderás". 2Si
reaccionas como si te estuvieran persiguiendo, estarás enseñando persecución. 3No es ésta la lección que el Hijo de Dios debe enseñar si es que ha
de alcanzar su propia salvación. 4Enseña más bien tu perfecta
inmunidad, que es la verdad acerca de ti, y date cuenta de que no puede ser atacada. 5No trates de
protegerla, pues, de lo contrario, creerás que es susceptible de ser atacada. 6No se te pide ser crucificado, lo cual fue parte de lo que yo aporté
como maestro. 7Se te pide únicamente que sigas mi ejemplo cuando te
asalten tentaciones mucho menos extremas de percibir falsamente, y que no las
aceptes como falsas justificaciones para desatar tu ira. 8No
puede haber justificación para lo injustificable. 9No creas que la
hay, ni enseñes que la hay. 10Recuerda siempre que enseñas lo que
crees. 11Cree lo mismo que yo, y llegaremos a ser maestros de igual
calibre.
7. Tu
resurrección es tu redespertar. 2Yo soy el modelo del
renacimiento, pero el renacimiento en sà no es más que el despuntar en la
mente de lo que ya se encuentra en ella. 3Dios Mismo lo puso allÃ, y,
por lo tanto, es cierto para siempre. 4Yo creà en ello, y, por
consiguiente, lo acepté como la verdad. 5Ayúdame a enseñárselo a
nuestros hermanos en nombre del Reino de Dios, pero cree primero que es
verdad, pues, de lo contrario, enseñarás mal. 6Mis hermanos se
quedaron dormidos durante la supuesta "agonÃa del huerto", pero yo no pude
haberme indignado con ellos porque sabÃa que no podÃa ser abandonado.
PRIMER
REPASO
Introducción
1.
Hoy comenzaremos una serie de sesiones de repaso. 2Cada una de ellas
abarcará cinco de las ideas ya presentadas; comenzando con la primera y
terminando con la quincuagésima. 3A cada idea le sigue un breve
comentario que debes tener en cuenta al hacer tu repaso. 4Durante las
sesiones de práctica, los ejercicios deben llevarse a cabo de la siguiente
manera:
2. Comienza
el dÃa leyendo las cinco ideas, incluyendo los comentarios. 2De
ahà en adelante no es necesario seguir un orden determinado al repasarlas,
aunque se debe practicar con cada una de ellas por lo menos una vez. 3Dedica dos minutos o más a cada sesión de práctica, pensando en la
idea y en los comentarios que le siguen después que los hayas leÃdo. 4Haz esto tan a menudo como te sea posible durante el dÃa. 5Si una
de las cinco ideas te atrae más que las otras, concéntrate en ella. 6Sin embargo, asegúrate de repasarlas todas una vez más al final del
dÃa.
3. No
es necesario abarcar, ni literal ni concienzudamente, los comentarios que siguen
a cada idea en las sesiones de práctica. 2Trata, más bien, de poner
de relieve el punto central y de pensar en dicho comentario como parte de tu
repaso de la idea en cuestión. 3Después de leer la idea y sus
comentarios, los ejercicios deben hacerse, a ser posible, con los ojos cerrados
y cuando estés solo en un lugar tranquilo.
4. Hacemos
hincapié en este procedimiento para las sesiones de práctica debido a la etapa
de aprendizaje en la que te encuentras. 2Es necesario, sin embargo,
que aprendas que no necesitas ningún ambiente especial donde aplicar lo que
has aprendido. 3Tendrás más necesidad de tu aprendizaje en
aquellas situaciones que parecen desagradables que en las que aparentan ser
apacibles y serenas. 4El propósito de tu aprendizaje es capacitarte
para que la quietud te acompañe donde quiera que vayas, y para que cures toda
aflicción e inquietud. 5Esto no se consigue evadiendo tales
situaciones y buscando un refugio donde poder aislarte.
5. Ya
aprenderás que la paz forma parte de ti y que sólo requiere que estés presente
para que ella envuelva cualquier situación en la que te encuentres. 2Y finalmente aprenderás que no hay lÃmite con
respecto a dónde tú estás, de modo que tu paz está en todas partes, al igual que
tú.
6. Notarás
que, para los efectos de este repaso, algunas de las ideas no se presentan en su
forma original. 2Úsalas tal como se presentan aquÃ. 3No es
necesario volver a las lecciones originales, ni aplicar las ideas tal como se
sugirió entonces. 4En lo que ahora estamos haciendo hincapié es en la
relación que existe entre las primeras cincuenta ideas que hemos presentado
hasta el momento y en la cohesión del sistema de pensamiento hacia el cual te
están conduciendo.
El
repaso de hoy abarca las siguientes ideas:
1.
(1) Nada
de lo que veo significa riada.
2La
razón de que esto sea asà es que veo lo que no es nada y lo que no es nada no
tiene significado. 3Es necesario que reconozca esto, para poder
aprender a ver. 4Lo que ahora creo ver ocupa el lugar de la visión. 5Tengo que desprenderme de ello dándome cuenta de que no significa
nada, para que de este modo la visión pueda ocupar el lugar que le
corresponde.
2.
(2) Le
he dado a todo lo que veo todo el significado que tiene para
mÃ.
2He
juzgado todo lo que veo, y eso, y sólo eso, es lo que veo. 3Eso no es
visión. 4Es meramente una ilusión de realidad porque he juzgado sin
tomar en cuenta la realidad. 5Estoy dispuesto a reconocer la
falta de validez de mis juicios porque quiero ver. 6Mis juicios me
han hecho daño, y no quiero ver basándome en ellos.
3.
(3) No
entiendo nada de lo que veo.
2¿Cómo
puedo entender lo que veo si lo he juzgado erróneamente? 3Lo que
veo es la proyección de mis propios errores de pensamiento. 4No
entiendo lo que veo porque no es comprensible. 5No tiene
sentido tratar de entenderlo. 6Pero sà tiene sentido que me desprenda
de ello y dé cabida a lo que se puede ver, entender y amar. 7Puedo
intercambiar lo que ahora veo por ésto, sólo con estar dispuesto a ello. 8¿No es ésta una mejor elección que la que hice
antes?
4. (4) Estos pensamientos no significan
nada.
2Los
pensamientos de los que soy consciente no significan nada porque estoy tratando
de pensar sin Dios. 3 Lo que yo llamo "mis" pensamientos no
son mis pensamientos reales en absoluto. 4Mis pensamientos reales son los pensamientos que pienso con Dios. 5No soy consciente de ellos porque he inventado mis pensamientos para que ocupasen su lugar. 6Estoy dispuesto a reconocer que mis pensamientos no significan nada
y a abandonarlos. 7 Elijo reemplazarlos por los que ellos tuvieron
como propósito reemplazar. 8Mis pensamientos no significan nada,
sin embargo, toda la creación descansa en los pensamientos que pienso con
Dios.
5. (5) Nunca estoy disgustado por la razón que
creo.
2Nunca
estoy disgustado por la razón que creo porque estoy tratando constantemente de
justificar mis pensamientos. 3Estoy tratando constantemente de
hacer que sean verdad. 4 Hago de todas las cosas mi enemigo de modo que mi ira esté justificada y mis
ataques sean merecidos. 5No me he dado cuenta del mal uso que he
hecho de todo lo que veo asignándole ese papel. 6 He hecho esto para
defender un sistema de pensamiento que me ha hecho daño y que ya no deseo. 7Estoy dispuesto a abandonarlo.
21 DE
FEBRERO
8. Lamento
cuando mis hermanos no comparten mi decisión de oÃr solamente una Voz, pues eso
los debilita como maestros y como alumnos. 2Con todo, sé que no
pueden realmente traicionarse a sà mismos ni traicionarme a mÃ, y que sobre
ellos es donde todavÃa tengo que edificar mi iglesia. 3No hay ninguna
otra alternativa al respecto porque únicamente tú puedes ser la roca de la
iglesia de Dios. 4Ãllà donde hay un altar hay una iglesia, y la
presencia del altar es lo que hace que la iglesia sea santa. 5La
iglesia que no inspira amor, tiene un altar oculto que no está sirviendo al
propósito para el que Dios lo destinó. 6Tengo que edificar Su
iglesia sobre ti porque quienes me aceptan como modelo son
literalmente mis discÃpulos. 7Los discÃpulos son seguidores,
y si el modelo que siguen ha
elegido evitarles dolor en relación con todo, serÃan ciertamente insensatos si
no lo siguiesen.
9. ElegÃ, por
tu bien y por el mÃo, demostrar que el ataque más atroz, a juicio del ego, es
irrelevante. 2Tal como el mundo juzga estas cosas, mas no como Dios
sabe que son, fui traicionado, abandonado, golpeado, atormentado y,
finalmente, asesinado. 3Está claro que ello se debió únicamente a las
proyecciones de otros sobre mÃ, ya que yo no le habÃa hecho daño a nadie y habÃa
curado a muchos.
10. Seguimos
gozando de perfecta igualdad como alumnos, aunque no es necesario que
tengamos las mismas experiencias. 2El EspÃritu Santo se regocija
cuando puedes aprender de las mÃas y valerte de ellas para volver a despertar. 3Ése es su único propósito y ésa es la única manera en que yo
puedo ser percibido como el camino, la verdad y la vida. 4OÃr una
sola voz nunca implica sacrificio. 4Por el contrario, si eres capaz
de oÃr al EspÃritu Santo en otros, puedes aprender de sus experiencias y
beneficiarte de ellas sin tener que experimentarlas directamente tú mismo. 6Eso se debe a que el EspÃritu Santo es uno, y todo aquel que le
escucha es conducido inevitablemente a demostrar Su camino para
todos.
11. Nadie te
está persiguiendo, del mismo modo en que nadie me persiguió a mÃ. 2No
se te pide que repitas mis experiencias, pues el EspÃritu Santo, a Quien
compartimos, hace que eso sea innecesario. 3Para valerte de mis
experiencias de manera constructiva, no obstante, tienes aún que seguir mi
ejemplo con respecto a cómo percibirlas. 4Mis hermanos, que son
también tus hermanos, están constantemente justificando lo injustificable. 5La única lección que tengo que enseñar, puesto que la aprendÃ, es
que ninguna percepción que esté en desacuerdo con el juicio del EspÃritu
Santo está jamás justificada. 6Mi función consistió en mostrar que
esto es verdad en un caso extremo, simplemente para que pudiese servir como
un instrumento de enseñanza ejemplar para aquellos que, en situaciones no tan
extremas, sienten la tentación de abandonarse a la ira y al ataque. 7Mi voluntad, junto con la de Dios, es que ninguno de Sus Hijos
sufra.
12. La
crucifixión no puede ser compartida porque es el sÃmbolo de la proyección, pero
la resurrección es el sÃmbolo del compartir, ya que para que la Filiación
pueda conocer su plenitud, es necesario que cada uno de los Hijos de Dios
experimente un redespertar. 2Sólo esto es
conocimiento.
13. El mensaje
de la crucifixión es inequÃvoco:
2Enseña
solamente amor, pues eso es lo que eres.
14. Si
interpretas la crucifixión de cualquier otra forma, la estarás usando como un
arma de ataque en vez de como la llamada a la paz para la que se concibió. 2Con frecuencia, los Apóstoles la interpretaron erróneamente, por la
misma razón que otros lo hacen. 3Su propio amor imperfecto les hizo
ser vulnerables a la proyección, y, como resultado de su propio miedo, hablaron
de la "ira de Dios" .como el arma de represalia de Éste. 4No pudieron
hablar de la crucifixión enteramente sin ira porque sus propios sentimientos de
culpabilidad habÃan hecho que se sintiesen
indignados.
15. Éstos son
algunos de los ejemplos de pensamiento tergiversado del Nuevo Testamento,
si bien su evangelio es, en realidad, únicamente el mensaje del amor. 2Si los Apóstoles no se hubieran sentido culpables, nunca me habrÃan
podido atribuir expresiones tales como: "No he venido a sembrar paz, sino
espadas". 3Esto está en clara oposición a todas mis enseñanzas. 4De haberme entendido realmente, no podrÃan haber descrito tampoco mi
reacción a Judas como lo hicieron. 5Yo no pude haber dicho:
"¿Traicionas al Hijo del Hombre con un beso?" a no ser que hubiese creÃdo en la
traición. 6El mensaje de la crucifixión fue precisamente que yo no
creÃa en la traición. 7El "castigo" que se dijo infligà a Judas fue
un error similar. 8Judas era mi hermano y un Hijo de Dios, tan
miembro de la Filiación como yo. 9¿Cómo iba a condenarlo cuando
estaba listo para probar que condenar es imposible?
16. Cuando
leas las enseñanzas de los Apóstoles, recuerda que les dije que habÃa muchas
cosas que ellos no entenderÃan hasta más tarde porque en aquel entonces aún no
estaban completamente listos para seguirme. 2No quiero que dejes que
se infiltre ningún vestigio de miedo en el sistema de pensamiento hacia el que
te estoy guiando. 3No ando en busca de mártires sino de maestros. 4Nadie es castigado por sus pecados, y los Hijos de Dios no son
pecadores. 5Cualquier concepto de castigo significa que estás
proyectando la responsabilidad de la culpa sobre otro, y ello refuerza la idea
de que está justificado culpar. 6El resultado es una lección acerca
de cómo culpar, pues todo comportamiento enseña las creencias que lo motivan. 7La crucifixión fue el resultado de dos sistemas de pensamiento
claramente opuestos entre sÃ: el sÃmbolo perfecto del "conflicto" entre el ego y
el Hijo de Dios. 8Este conflicto parece ser igualmente real ahora, y
lo que enseña tiene que aprenderse ahora tal como se tuvo que aprender
entonces.
17. Yo no
necesito gratitud, pero tú necesitas desarrollar tu mermada capacidad de
estar agradecido, o no podrás apreciar a Dios. 2Él no necesita que lo
aprecies, pero tú sÃ. 3No
se puede amar lo que no se aprecia, pues el miedo hace que sea imposible
apreciar nada. 4Cuando tienes miedo de lo que eres no lo
aprecias, y, por lo tanto, lo rechazas. 5Como resultado de ello,
enseñas rechazo.
18. El poder
de los Hijos de Dios está presente todo el tiempo porque fueron creados para ser
creadores. 2La influencia que ejercen unos sobre otros es ilimitada,
y tiene que usarse para su salvación conjunta. 3Cada uno de ellos
tiene que aprender a enseñar que ninguna forma de rechazo tiene sentido. 4La separación es la noción del rechazo. 5Mientras sigas
enseñando esto lo seguirás creyendo. 6No es asà como Dios
piensa, y tú tienes que pensar como Él si es que has de volver a
conocerlo.
19. Recuerda
que el EspÃritu Santo es el vÃnculo de comunicación entre Dios el Padre y Sus
Hijos separados. 2 Si escuchases Su Voz sabrÃas que tú no puedes
herir ni ser herido, y que son muchos los que necesitan tu bendición para poder
oÃr esto por sà mismos. 3Cuando sólo percibas esa necesidad en ellos,
y no respondas a ninguna otra, habrás aprendido de mà y estarás tan deseoso de
compartir lo que has aprendido como lo estoy yo.
El
repaso de hoy abarca las siguientes ideas:
1. (6) Estoy disgustado porque veo algo que no está
ahÃ.
2La
realidad no es nunca atemorizante. 3Es imposible que pudiese
disgustarme. 4La realidad sólo brinda perfecta paz. 5Cuando estoy disgustado es porque he reemplazado- la realidad con
ilusiones que yo mismo he fabricado. 6Las ilusiones me causan
disgusto porque al haberles conferido realidad, veo la realidad como una
ilusión. 7Nada en la creación de Dios se ve afectado en modo alguno
por mi confusión. 8Siempre estoy disgustado por
nada.
2. (7) Sólo veo el pasado.
2Cuando
miro a mi alrededor, condeno el mundo que veo. 3A eso es a lo que yo
llamo ver. 4Uso el pasado en contra de todo el mundo y de todas las
cosas, convirtiéndolos asà en mis enemigos. 5Cuando me haya perdonado
a mà mismo y haya recordado Quién soy, bendeciré a todo el mundo y a todo cuanto
vea. 6No habrá pasado, y, por lo tanto, tampoco enemigos. 7Y contemplaré con amor todo aquello que antes no podÃa
ver.
3. (8) Mi mente está absorbida con pensamientos del
pasado.
2Veo
únicamente mis propios pensamientos, y mi mente está absorbida con el pasado. 3¿Qué es lo que puedo ver, entonces, tal como es? 4PermÃtaseme recordar que me fijo en el pasado para prevenir que el
presente alboree en mi mente. 5PermÃtaseme entender que estoy
tratando de usar el tiempo en contra de Dios. 6PermÃtaseme aprender a
dejar atrás el pasado, dándome cuenta de que al hacer eso no estoy renunciando a
nada.
4.
(9) No veo nada tal como es ahora.
2Si
no veo nada tal como es ahora, ciertamente se puede decir que no veo nada. 3Solamente puedo ver lo que está aquà ahora. 4La elección
no es entre si ver el pasado o el presente; la elección
es sencillamente entre ver o no ver. 5Lo que he elegido ver me ha
costado la visión. 6Ahora quiero elegir de nuevo, para poder
ver.
5.
(10) Mis pensamientos no significan nada.
2No
tengo pensamientos privados. 3Sin embargo, es únicamente de mis
pensamientos privados de los que soy consciente. 4¿Qué significado
pueden tener dichos pensamientos? 5No existen, de modo que no
significan nada. 6No obstante, mi mente es parte de la creación y
parte de su Creador. 7¿No serÃa acaso preferible que me uniese al
pensamiento del universo en vez de oscurecer todo aquello que realmente me
pertenece con mis mÃseros
e insignificantes pensamientos "privados"?
22 DE
FEBRERO
II. La
alternativa a la proyección
1. Cualquier
división en la mente conlleva por fuerza el rechazo de una parte de ella misma,
y eso es lo que es la creencia en la
separación. 2La plenitud de Dios, que constituye Su paz, no puede ser
apreciada salvo por una mente Ãntegra que reconozca la plenitud de la creación
de Dios. 3Mediante ese reconocimiento, dicha mente conoce a su
Creador. 4Exclusión y separación son sinónimos, al igual que
separación y disociación. 5Dijimos anteriormente que la
separación fue y sigue siendo un acto de disociación, y que una vez que
tiene lugar, la proyección se convierte en su defensa principal, o, en otras
palabras, el mecanismo que la mantiene vigente. 6La razón de ello, no
obstante, puede que no sea tan obvia como piensas.
2. Repudias lo
que proyectas, por lo tanto, no crees que forma parte de ti. 2Te
excluyes a ti mismo al juzgar que eres diferente de aquel sobre el que
proyectas. 3Puesto que también has juzgado contra lo que proyectas,
continúas atacándolo porque continúas manteniéndolo separado dé ti. 4Al hacer esto de manera inconsciente, tratas de mantener fuera
de tu conciencia el hecho de que te has atacado a ti mismo, y asà te imaginas
que te has puesto a salvo.
3. La
proyección, sin embargo, siempre te hará daño. 2La proyección
refuerza tu creencia de que tu propia mente está dividida, creencia ésta cuyo
único propósito es mantener vigente la separación. 3La
proyección no es más que un mecanismo del ego para hacerte sentir diferente de
tus hermanos y separado de ellos. 4El ego justifica esto basándose en
el hecho de que ello te hace parecer "mejor" que tus hermanos, y de esta
manera empaña tu igualdad con ellos todavÃa más. 5La proyección
y el ataque están inevitablemente relacionados, ya que la proyección es siempre
un medio para justificar el ataque. 6Sin proyección no puede haber
ira. 7 El ego utiliza la proyección con el solo propósito de destruir
la percepción que tienes de ti mismo y de tus hermanos. 8El proceso
comienza excluyendo algo que existe en ti, pero que repudias, y conduce
directamente a que te excluyas a ti mismo de tus hermanos.
4. Hemos
aprendido, no obstante, que hay una
alternativa a la proyección. 2Todas las capacidades del ego se pueden
emplear para un propósito mejor, ya que sus capacidades las dirige la mente, que
dispone de una Voz mejor. 3El EspÃritu Santo extiende y el ego
proyecta. 4Del mismo modo en que los objetivos de ambos son opuestos,
asà también lo son sus resultados.
5. El EspÃritu
Santo comienza percibiendo tu perfección. 2Como sabe que
esa perfección es algo que todos comparten, la reconoce en otros, y asà la
refuerza tanto en ti como en ellos. 3En vez de ira, esto suscita amor
tanto en ellos como en ti porque establece el estado de inclusión. 4Puesto que percibe igualdad, el EspÃritu Santo percibe en todos las
mismas necesidades. 5Esto invita automáticamente a la Expiación
porque la Expiación es la necesidad universal de este mundo. 6Percibirte a ti mismo de esta manera es la única forma de hallar
felicidad en el mundo. 7Eso se debe a que es el reconocimiento de que
tú no estás en este mundo, pues el mundo es un lugar
infeliz.
6. ¿De qué
otra forma puedes encontrar dicha en un lugar desdichado, excepto dándote cuenta
de que no estás en él? 2Tú no puedes estar donde Dios no te
ubicó, y Dios te creó como parte de Él. 3Eso es al mismo tiempo donde
estás y lo que eres. 4Esto es alga completamente inalterable. 5Es inclusión total. 6No puedes cambiarlo ahora ni
nunca.. 7Es verdad para siempre. 8No es una creencia, sino
un Hecho. 9Todo lo que Dios creó es tan verdadero como Él. 10La verdad de ello radica solamente en su perfecta inclusión en
Aquel que es el único que es perfecto. 11Negar esto es negarte a ti
mismo y negarlo a Él, puesto que es imposible aceptar a uno sin el
otro.
7. La perfecta
igualdad que el EspÃritu Santo percibe es el reflejo de la perfecta
igualdad-del conocimiento de Dios. 2La percepción del ego
no tiene equivalente en Dios, pero el EspÃritu Santo sigue siendo el puente
entre la percepción y el conocimiento. 3Al permitirte usar la
percepción de forma que refleje el conocimiento, éste finalmente podrá ser
recordado. 4El ego preferirÃa creer que es imposible que ese recuerdo
alboree en tu mente, sin embargo, es tu percepción lo que el EspÃritu Santo
guÃa. 5Tu percepción acabará allà donde comenzó. 6Todo
converge en Dios porque todo fue creado por Él y en Él.
8. Dios creó a
Sus Hijos extendiendo Su Pensamiento y conservando las extensiones de Su
Pensamiento en Su Mente. 2Todos Sus Pensamientos están, por lo tanto,
perfectamente unidos dentro de sà mismos y entre sÃ. 3El
EspÃritu Santo te capacita para poder percibir esta plenitud ahora. 4Dios te creó para que
creases. 5No puedes extender Su Reino hasta que no conozcas la
plenitud de éste.
9. Los
pensamientos se originan en la mente del pensador, y desde ahà se extienden
hacia afuera. 2Esto es tan cierto del Pensamiento de Dios como
del tuyo. 3Puesto que tu mente está dividida, puedes percibir y
también pensar. 4No obstante, la percepción no puede eludir las leyes
básicas de la mente. 5Percibes desde tu mente y proyectas tus
percepciones al exterior. 6Aunque la percepción es irreal, el
EspÃritu Santo puede usarla provechosamente por el .hecho de que tú la
concebiste. 7Él puede inspirar cualquier percepción y
canalizarla hacia Dios. 8Esta convergencia parece encontrarse en un
futuro lejano sólo porque tu mente no está en perfecta armonÃa con esta idea y,
consecuentemente, no la desea ahora.
10. El
EspÃritu Santo hace uso del tiempo, pero no cree en, él. 2Puesto que
Él procede de Dios, usa todo para el bien, pero no cree en lo que no es verdad. 3Puesto que se encuentra en tu mente, ésta sólo puede creer lo que es
verdad. 4El EspÃritu Santo puede hablar únicamente en favor de eso
porque habla en favor de Dios. 5Te insta a que le devuelvas toda tu mente a Dios, ya que en realidad
tu mente nunca se separó de Él. 6Si nunca se separó de Él, sólo
tienes que percibirla tal como es para que retorne a Él. 7Tener plena
conciencia de la Expiación es, por lo tanto, reconocer que la separación nunca tuvo lugar. 8El ego no puede prevalecer contra esto porque ello es una
afirmación explÃcita de que él nunca existió.
11. El ego
puede aceptar la idea de que es necesario retornar porque puede, con gran
facilidad, hacer que ello parezca difÃcil. 2Sin embargo, el EspÃritu
Santo te dice que incluso el retorno es innecesario porque lo que nunca
ocurrió no puede ser difÃcil. 3Mas tú puedes hacer que la idea de retornar sea a la
vez necesaria y difÃcil. 4Con todo, está muy claro que los que
son perfectos no tienen necesidad de nada, y tú no puedes experimentar la
perfección como algo difÃcil de alcanzar, puesto que eso es lo que eres. 5Asà es como tienes que percibir las creaciones de Dios, de modo que
todas tus percepciones estén en lÃnea con la única manera de ver del EspÃritu
Santo. 6Esta lÃnea es la lÃnea directa de comunicación con Dios, y le
permite a tu mente converger con la Suya. 7Nada está en conflicto en
esta percepción, ya que significa que toda percepción está guiada por el
EspÃritu Santo, cuya Mente está fija en Dios. 8Sólo el EspÃritu Santo
puede resolver conflictos porque sólo el EspÃritu Santo está libre de
conflictos. 9Él percibe únicamente lo que es verdad en tu mente,
y lo extiende sólo a lo que es verdad en otras mentes.
12. La
diferencia entre la proyección del ego y la extensión del EspÃritu Santo es muy
simple. 2El ego proyecta para excluir, y, por lo tanto, para engañar. 3El EspÃritu Santo extiende al reconocerse a Sà Mismo en cada mente,
y de esta manera las percibe a todas como una sola. 4Nada esta en
conflicto en esta percepción porque lo que el EspÃritu Santo percibe es todo
igual. 5Dondequiera que mira se ve a Sà Mismo y, puesto que está
unido, siempre ofrece el Reino en su totalidad. 6Éste es el único
mensaje que Dios le dio, en favor del cual tiene que hablar porque eso es lo que
Él es. 7La paz de Dios reside en ese mensaje, y, por consiguiente, la
paz de Dios reside en ti. 8La gran paz del Reino refulge en tu mente
para siempre, pero tiene que irradiar desde ti hacia afuera para que tomes
conciencia de ella.
13. El
EspÃritu Santo te fue dado con perfecta imparcialidad, y a menos que lo
reconozcas imparcialmente no podrás reconocerlo en absoluto. 2El ego
es legión, pero el EspÃritu Santo es uno. 3No hay tinieblas en
ninguna parte del Reino, y tu papel sólo consiste en impedir que las tinieblas
moren en tu mente. 4Ésta armonÃa con la luz es ilimitada porque está
en armonÃa con la luz del mundo. 5Cada uno de nosotros es la luz del
mundo, y al unir nuestras mentes en esa luz proclamamos el Reino de Dios juntos
y cual uno solo.
Hoy
repasaremos lo siguiente:
1.
(11) Mis pensamientos sin significado me están mostrando un mundo sin significado.
2Dado
que los pensamientos de que soy consciente no significan nada, el mundo que los
refleja no puede tener significado. 3Lo que da lugar a este mundo es
algo demente, como lo es también el resultado de ello. 4La realidad
no es demente, y yo tengo pensamientos reales asà como dementes. 5Por lo tanto, puedo ver un mundo
real, si recurro a mis pensamientos reales como guÃa para
ver.
2.
(12) Estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene
significado.
2Los
pensamientos dementes perturban. 3Dan lugar a un mundo en el que no
hay orden de ninguna clase. 4Sólo el caos puede regir en un mundo que
representa una manera de pensar caótica, y el caos es la ausencia total de
leyes. 5No puedo vivir en paz en un mundo asÃ. 6Estoy
agradecido de que este mundo no sea real, y de que no necesito verlo en
absoluto, a menos que yo mismo elija otorgarle valor. 7Elijo no
otorgarle valor a lo que es completamente demente y no tiene
significado.
3.
(13) Un mundo sin significado engendra temor.
2Lo
que es totalmente demente engendra temor porque no se puede contar con ello en
absoluto, ni da pie a que se le tenga confianza. 3En la demencia no
hay nada en lo que se pueda confiar. 4No ofrece seguridad ni
esperanza. 5Pero un mundo asà no es real. 6Le he conferido
la ilusión de realidad y he sufrido por haber creÃdo en él. 7Elijo
ahora dejar de creer en él y depositar mi confianza en la realidad. 8Al elegir esto, me escaparé de todos los efectos del mundo del miedo
porque estaré reconociendo que no existe.
4.
(14) Dios
no creó un mundo sin significado.
2¿Cómo
puede ser que exista un mundo sin significado si Dios no lo creó? 3Él es
la Fuente de todo significado y todo lo que es real está en Su Mente. 4Está en mi mente
también porque Él lo creó conmigo. 5¿Por qué he de seguir sufriendo
por los efectos de mis pensamientos dementes cuando la perfección
de la creación es mi
hogar? 6Quiero recordar el poder de mi decisión y reconocer mi
verdadera morada.
5.
(15) Mis pensamientos son imágenes
que yo mismo he fabricado.
2Todo
lo que veo refleja mis pensamientos. 3Son mis pensamientos los que me
dicen dónde estoy y lo que soy. 4El hecho de que vea un mundo en el que hay
sufrimiento, en el que se puedan experimentar pérdidas y en el que se pueda
morir, me muestra que lo único que estoy viendo es la
representación de mis pensamientos dementes, y que no estoy permitiendo que mis
pensamientos reales viertan su benéfica luz sobre lo que veo. 5No obstante, el camino de Dios es seguro. 6Las imágenes que he fabricado no pueden prevalecer contra Él
porque no es mi voluntad que lo hagan. 7Mi voluntad es la Suya, y no
antepondré otros dioses a Él.
LECCIÓN
54
Éstas son las
ideas para el repaso de hoy:
1.
(16) No
tengo pensamientos neutros.
2Tener
pensamientos neutros es imposible porque todos los pensamientos tienen
poder. 3O bien dan lugar a un mundo falso o bien me conducen al mundo
real. 4Pero es imposible que no tengan efectos. 5Del
mismo modo en que el mundo que
veo procede de mis errores de pensamiento, asà también el mundo real se alzará
ante mis ojos cuando permita que mis errores sean corregidos. 6Mis pensamientos no pueden ser simultáneamente verdaderos y
falsos. 7Tienen que ser lo uno o lo otro. 8Lo que veo me
muestra si son verdaderos o falsos.
2.
(17) No
veo cosas neutras.
2Lo
que veo da testimonio de lo que pienso. 3Si no pensase no existirÃa,
ya que la vida es pensamiento. 4PermÃtaseme mirar al mundo que veo
como la representación de mi propio estado de ánimo. 5Sé que éste
puede cambiar. 6Y sé asimismo que el mundo que veo puede
cambiar también.
3.
(18) No
soy el único que experimenta los efectos de mi manera de
ver.
2Si no
tengo pensamientos privados, no puedo ver un mundo privado. 3Incluso la descabellada idea de la separación tuvo que compartirse
antes de que se pudiese convertir en la base del mundo que veo. 4Sin
embargo, cuando se compartió esa idea no se compartió nada. 5Puedo
invocar también mis pensamientos reales, los cuales comparto con todo el mundo. 6Asà como mis pensamientos de separación invocan pensamientos de
separación en otros, mis pensamientos reales despiertan en ellos sus
pensamientos reales. 7Y el mundo que mis pensamientos reales me
muestran alboreará en su visión asà como en la mÃa.
4.
(19) No
soy el único que experimenta los efectos de mis
pensamientos.
2No
soy el único en nada. 3Todo lo que pienso, digo o hago es una
enseñanza para todo el universo. 4Un Hijo de Dios no puede
pensar, hablar o actuar en vano. 5No puede ser el único en nada. 6Tengo, por lo tanto, el poder de cambiar a todas las mentes junto
con la mÃa porque mÃo es el poder de Dios.
5.
(20) Estoy
decidido a ver.
2Puesto
que reconozco que la naturaleza de mis pensamientos es que los comparto con todo
lo que existe, estoy decidido a ver. 3Veré los testigos que me
muestran que la manera de pensar del mundo ha cambiado. 4Veré la
prueba de que lo que se ha obrado por mediación mÃa ha permitido que el amor
reemplace al miedo, la risa a las lágrimas y la abundancia a las pérdidas. 5Quiero contemplar el mundo real, y dejar que me enseñe que mi
voluntad y la Voluntad de Dios son una.
El
repaso de hoy incluye lo
siguiente:
1. (21) Estoy decidido a verlas cosas de otra
manera.
2Lo
que ahora veo no son sino signos de enfermedad, desastre y muerte. 3Esto no puede ser lo que Dios creó para Su Hijo bien amado. 4El hecho en sà de que vea tales cosas demuestra que no entiendo a Dios. 5Por lo tanto,
tampoco entiendo a Su Hijo. 6Lo que veo me muestra que no sé quién
soy. 7Estoy decidido a ver los testigos de la verdad en mÃ, en vez de aquellos
que me muestran una ilusión de mà mismo.
2.
(22) Lo
que veo es una forma de venganza.
2El
mundo que veo no es en modo alguno la representación de pensamientos amorosos. 3Es un cuadro en el que todo se ve atacado por todo. 4Es cualquier
cosa menos un reflejo del Amor de Dios y del amor de Su Hijo. 5Son
mis propios pensamientos de ataque los que dan lugar a este cuadro. 6Mis pensamientos amorosos me librarán de esta percepción del
mundo y me brindarán la paz que Dios dispuso que yo
tuviese.
3.
(23) Puedo
escaparme de este mundo renunciando a los pensamientos de
ataque.
2En
esto, y sólo en esto, radica la salvación. 3Si no albergase
pensamientos de ataque no podrÃa ver un mundo de ataque. 4A
medida que el perdón permita que el amor retorne a mi conciencia, veré un mundo
de paz, seguridad y dicha. 5Y esto es lo que elijo ver, en lugar de
lo que ahora contemplo.
4.
(24) No
percibo lo que más me conviene.
2¿Cómo
podrÃa reconocer lo que más me conviene si no sé quién soy? 3Lo que
yo creo que más me convendrÃa no harÃa sino atarme aún más al mundo de las
ilusiones. 4Estoy dispuesto a seguir al GuÃa que Dios me ha dado para
descubrir qué es lo que más me conviene, reconociendo que no puedo percibirlo
por mi cuenta.
5.
(25) No
sé cuál es el propósito de nada.
2Para
mÃ, el propósito de todas las cosas es probar que las ilusiones que abrigo
con respecto a mà mismo son reales. 3Para eso es para lo que trato de
usar a todo el mundo y todas las cosas. 4Para eso es para lo que creo
que es el mundo. 5Por lo tanto, no reconozco su verdadero
propósito. 6El propósito que le he asignado ha dado lugar a una
imagen aterradora del mismo. 7Quiero que mi mente se vuelva receptiva
al verdadero propósito del mundo renunciando al que le he asignado, y descubrir
la verdad acerca de él.
25 DE
FEBRERO
III. La
renuncia al ataque
1. Como ya
hemos puesto de relieve, toda idea tiene su origen en la mente del que la
piensa. 2Lo que se extiende desde la mente,. por lo tanto, se
encuentra todavÃa en ella, y la mente se conoce a sà misma por lo que extiende. 3La palabra
"conoce" está usada correctamente aquà porque el EspÃritu Santo, mediante Su
percepción imparcial, guarda todavÃa el conocimiento a salvo en tu mente. 4Dado que Él nunca ataca, no obstaculiza la comunicación de Dios. 5Por lo tanto, el estado de ser nunca se ve amenazado. 6Tu
mente, que es semejante a la de Dios, jamás puede ser profanada. 7El ego nunca fue parte de ella, ni lo será jamás, pero a través del
ego puedes oÃr, enseñar y aprender lo que no es cierto. 8Te has
enseñado a ti mismo a creer que no eres lo que eres. 9No puedes
enseñar lo que no has aprendido, y lo que enseñas lo refuerzas en ti al
compartirlo. 10Cada lección que enseñas es una lección que tú mismo
estás aprendiendo.
2. Por eso es
por lo que debes enseñar solamente una lección. 2Si has de verte
libre de conflictos, tienes que aprender únicamente del EspÃritu Santo y enseñar
únicamente con Él. 3Tú eres únicamente amor, mas cuando lo
niegas haces de lo que eres algo que tienes que aprender a recordar. 4Dije anteriormente que el mensaje de la crucifixión fue:
"Enseña solamente amor, pues eso es lo que eres". 5Ésta es la única
lección que está perfectamente unificada porque es la única lección que es una sola. 6La única manera de aprenderla es enseñándola: 7" Lo que
enseñes es lo que aprenderás." 8Si esto es verdad, como en
efecto lo es, no olvides que lo que enseñas te enseña a ti. 9Y no
puedes sino creer en lo que proyectas o extiendes.
3. La única
seguridad radica en extender el EspÃritu Santo porque a medida que ves Su
mansedumbre en otros, tu propia mente se percibe a sà misma como totalmente
inofensiva. 2Una vez que puede aceptar esto completamente, no ve
necesidad alguna de protegerse. 3La protección de Dios alborea
entonces sobre ella, asegurándole que está perfectamente a salvo para siempre. 4Los que están perfectamente a salvo son completamente benévolos. 5Bendicen porque saben que son benditos. 6Desprovista de
ansiedad, la mente es totalmente benévola, y puesto que extiende
caridad, es también caritativa. 7La seguridad no es otra cosa
que la completa renuncia al ataque. 8Ninguna transigencia al respecto
es posible. 9Si enseñas ataque en cualquier forma que sea, lo habrás
aprendido, y ello no podrá sino causarte dolor. 10Con todo, ese
aprendizaje no es permanente, y puedes desaprenderlo dejándolo de
enseñar.
4. Puesto que
no puedes dejar de enseñar, tu
salvación radica en enseñar exactamente lo opuesto a lo que el ego cree. 2Asà es como aprenderás la verdad que te hará libre y que te
mantendrá libre a medida que otros la aprendan de ti. 3La única
manera de tener paz es enseñando paz. 4Al enseñarla, no puedes sino
aprenderla, pues no puedes enseñar aquello de lo que todavÃa te disocias. 5Sólo asà podrás recobrar el conocimiento que desechaste. 6Para poder compartir una idea tienes primero que disponer de ella.
Dicha idea despierta en tu mente mediante la convicción que nace de enseñarla. 8Aprendes todo lo que enseñas. 9Enseña solamente
amor, y. aprende que el amor es tuyo y que tú eres amor.
Nuestro
repaso de hoy abarca lo siguiente:
1.
(26) Mis
pensamientos de ataque atacan mi invulnerabilidad.
2¿Cómo
puedo saber quién soy cuando creo estar sometido a continuos ataques? 3El dolor, la enfermedad, la pérdida, la vejez y la muerte parecen
acecharme. 4Todas mis esperanzas, aspiraciones y planes parecen estar
a merced de un mundo que no puedo controlar. 5Sin embargo, la
seguridad perfecta y la plena realización constituyen mi verdadera
herencia. 6He tratado de despojarme de mi herencia a cambio del
mundo que veo. 7Pero Dios la ha salvaguardado para mÃ. 8Mis pensamientos reales me enseñarán lo que es mi
herencia.
2.
(27) Por
encima de todo quiero ver.
2Al reconocer
que lo que veo es un reflejo de lo que creo ser, me doy cuenta de que mi mayor
necesidad es la visión. 3El mundo que veo da testimonio de cuán
temerosa es la naturaleza de la imagen que he forjado de mà mismo. 4Si he de recordar quién soy, es esencial que abandone esta imagen de
mà mismo. 5A medida
que dicha imagen sea reemplazada por la verdad, se me concederá la visión. 6Y con esta visión contemplaré al mundo y a mÃ
mismo con caridad y con amor.
3.
(28) Por
encima de todo quiero ver de otra manera.
2El
mundo que veo mantiene en vigor la temerosa imagen que he forjado de mà mismo y
garantiza su continuidad. 3Mientras siga viendo el mundo tal como lo
veo ahora, la verdad no podrá alborear en mi conciencia. 4Dejaré
que la puerta que se encuentra detrás de este mundo se abra, para asà poder
mirar más allá de él al mundo que refleja el Amor de Dios.
4.
(29) Dios
está en todo lo que veo.
2Tras
cada imagen que he forjado, la verdad permanece inmutable. 3Tras
cada velo que he corrido sobre la faz del amor, su luz sigue brillando sin
menoscabo. 4Más allá de todos mis descabellados deseos se
encuentra mi voluntad, unida a la Voluntad de mi Padre. 5Dios sigue estando en todas partes y en todas las
cosas eternamente. 6Y nosotros, que somos parte de Él, habremos de
ver más allá de las apariencias, y reconocer la verdad que yace tras todas
ellas.
5.
(30) Dios
está en todo lo que veo porque Dios está en mi mente.
2En
mi propia mente, aunque oculto por mis desquiciados pensamientos de
separación y ataque, yace el conocimiento de que todo es uno eternamente. 3Yo no he perdido el conocimiento de Quién soy por el hecho de
haberlo olvidado. 4Ha sido salvaguardado para mà en la Mente de Dios,
Quien no ha abandonado Sus Pensamientos. 5Y yo, que me cuento
entre ellos, soy uno
con ellos y uno con Él.
26 DE
FEBRERO
IV. La única
Respuesta
1. Recuerda
que el EspÃritu Santo es la Respuesta, no la pregunta. 2El ego
siempre habla primero. 3Es caprichoso y no le desea el bien a su
hacedor. 4Cree, y con razón, que su hacedor puede dejar de brindarle
apoyo en cualquier momento. 5Si te desease el bien se alegrarÃa de
ello, tal como el EspÃritu Santo se alegrará cuando te haya conducido de vuelta
a tu hogar y ya no tengas necesidad de que Él te guÃe. 6El ego no se
considera a sà mismo parte de ti. 7En eso radica su error
fundamental, la base de todo su sistema de pensamiento.
2. Cuando Dios
te creó te hizo parte de Él. 2Por eso es por lo que el ataque no
tiene cabida dentro del Reino. 3Hiciste al ego sin amor, y, por
consiguiente, él no te ama. 4No puedes permanecer dentro del Reino
sin amor, y puesto que el Reino es amor, crees estar privado de él. 5Esto le permite al ego
considerarse a sà mismo algo separado y externo a su hacedor, y de ahà que hable
en representación de la parte de tu mente que cree que tú estás separado y que eres algo
externo a la mente de Dios.. 6El ego planteó entonces la primera
pregunta que jamás se hizo, pregunta que él jamás podrá contestar. 7La pregunta: "¿Qué eres?" representó el comienzo de la duda. 8Desde entonces el ego jamás ha contestado ninguna pregunta, aunque
ha hecho muchas. 9Las actividades más ingeniosas del ego no han hecho
más que enmarañar la pregunta, pues dispones de la respuesta y el ego te tiene
miedo.
3. No podrás
entender el conflicto hasta que entiendas plenamente el hecho fundamental
de que el ego no sabe nada. 2El EspÃritu Santo no es el que
habla primero, pero siempre contesta. 3Todo el mundo en uno u otro momento ha acudido a Él para de una
u otra forma obtener ayuda, y Él ha contestado. 4Puesto que el
EspÃritu Santo responde de verdad, responde para siempre, lo cual quiere decir
que todo el mundo dispone de la respuesta ahora mismo.
4. El ego no
puede oÃr al EspÃritu Santo, pero cree que parte de la mente que lo hizo está en
su contra. 2Interpreta esto como una justificación para atacar a su
hacedor. 3Cree que la mejor defensa es el ataque, y quiere que tú creas eso también. 4A no
ser que lo creyeses no te podrÃas poner de su parte, y el ego tiene gran
necesidad de aliados, aunque no de hermanos. 5Al percibir en tu
mente algo ajeno a sà mismo, el ego hace del cuerpo su aliado porque el cuerpo no forma parte de ti.. 6Esto hace del cuerpo el amigo del ego. 7Ésta
es una alianza claramente basada en la separación. 8Si te pones
de parte de esta alianza no podrás sino sentir miedo porque te estarás poniendo
de parte de una alianza basada en el miedo.
5. El ego se
vale del cuerpo para conspirar contra tu mente, y puesto que el ego se da cuenta
de que su "enemigo" puede acabar con él y con el cuerpo reconociendo simplemente
que no forman parte de él, él y el cuerpo se unen para llevar a cabo un
ataque conjunto. 2Tal vez sea ésta la más extraña de todas las
percepciones, si te detienes a considerar lo que ello realmente implica. 3El ego, que no es real, trata de persuadir a la mente, que sà es real, de que ella es su recurso de
aprendizaje, y, lo que es más, de que el cuerpo es más real que ella. 4 Nadie que esté en su mente recta podrÃa creer semejante cosa, y nadie que
está en su mente recta lo cree.
6. Escucha,.
pues, la única respuesta del EspÃritu Santo a todas las preguntas que el ego
plantea: eres una criatura de Dios, una parte de Su Reino de inestimable valor
que Él creó como parte de Sà Mismo. 2Eso es lo único que existe y lo
único que es real. 3Has elegido un sueño en el que has tenido
pesadillas, pero el sueño no es real y Dios te exhorta a despertar. 4Cuando le oigas no quedará ni rastro de tu sueño porque despertarás. 5Tus sueños contienen muchos de los sÃmbolos del ego y éstos te han
confundido. 6Eso se debe, no obstante, a que estabas dormido y no te
dabas cuenta de ello. 7Cuando despiertes, verás la verdad a tu
alrededor y dentro de ti, y ya no creerás en los sueños porque éstos dejarán de
ser reales para ti. 8El Reino, en cambio, y todo lo que allà has
creado, será sumamente real para ti porque es hermoso y
verdadero.
7. En el Reino
no hay ninguna duda acerca de lo que eres y de donde te encuentras. 2La duda no tiene cabida allà porque la primera pregunta jamás
se planteó. 3Al haber sido por fin completamente contestada, nunca existió. 4Sólo el Ser vive en el Reino, donde todo mora en
Dios con absoluta certeza. 5El tiempo dedicado a hacer preguntas
en el sueño, ha dado paso a la creación y a su eternidad. 6Tú gozas
de tanta certeza como Dios, pues eres tan real como Él, pero lo que antes gozaba
de absoluta certeza en tu mente ha pasado a ser ahora únicamente la capacidad
para gozar de ella.
8. Él origen de
las capacidades representó el principio de la incertidumbre porque las
capacidades son logros en potencia, pero todavÃa no son logros. 2Tus capacidades son inútiles
en presencia de los logros de Dios y de los tuyos propios. 3 Los
logros son resultados que ya se han alcanzado. 4Cuando son
perfectos, las capacidades dejan de tener sentido. 5Es curioso que lo
que es perfecto tenga ahora que ser perfeccionado. 6De hecho, eso es
imposible. 7Mas recuerda que cuando te pones a ti mismo en una
situación imposible crees que lo imposible es posible.
9. Debes
desarrollar tus capacidades antes de poder usarlas. 2Esto no es
cierto con respecto a nada que Dios creó, pero es la solución más benévola para
lo que tú has fabricado. 3En una situación imposible puedes
desarrollar tus capacidades hasta el punto en que ellas mismas te pueden liberar
de tal situación. 4Dispones de un GuÃa que te muestra cómo
desarrollarlas, pero no tienes otro jefe que tú mismo. 5Esto te pone
a cargo del Reino, con un GuÃa para encontrarlo y los medios para conservarlo. 6Tienes un modelo a seguir que reforzará tu mando y nunca lo
menoscabará en modo alguno. 7Por consiguiente, ocupas todavÃa el
lugar central en tu imaginada esclavitud, lo cual de por sà demuestra que no
eres un esclavo.
10. Te
encuentras en una situación imposible únicamente porque crees que es posible
estar en una situación asÃ. 2Te encontrarás en una situación
imposible si Dios te mostrase tu perfección, y a la vez te probase que estabas
equivocado. 3Esto demostrarÃa que los que son perfectos son incapaces
de cobrar conciencia de su propia perfección, y reforzarÃa la creencia de
que aquellos que lo tienen todo
necesitan ayuda y son, por lo tanto, desvalidos. 4Éste es el tipo de "razonamiento" en que el ego se
embarca. 5Dios, que sabe que Sus creaciones. son perfectas; no las humilla. 6 Eso serÃa
tan imposible como la noción del ego según la cual él ha humillado a
Dios.
11. Por eso es por lo que el EspÃritu
Santo jamás da órdenes. 2Dar órdenes implica desigualdad, y el
EspÃritu Santo demuestra que la desigualdad no existe. 3Ser fiel a
una premisa que se ha aceptado es una ley de la mente, y todo lo que Dios creó
es fiel a Sus leyes. 4Es posible también ser fiel a otras leyes, pero
no porque las leyes sean ciertas, sino porque tú las promulgaste. 5¿De qué te servirÃa que Dios te probase que has pensado de forma
demente? 6¿PodrÃa Dios perder Su propia certeza? 7He dicho
frecuentemente que eres lo que enseñas. 8¿QuerrÃas que Dios te
enseñase que has pecado? 9Si Él confrontase al ser que fabricaste con
la verdad que Él creó para ti, ¿cómo no ibas a tener miedo? 10En ese
caso dudarÃas de tu mente recta, que es el único lugar donde puedes encontrar la cordura que Él te
dio.
12. Dios no enseña, 2pues
enseñar implica una insuficiencia que
Dios sabe que no existe. 3Dios no está en
conflicto. 4El propósito de enseñar es producir cambios, pero Dios
sólo creó lo inmutable. 5La separación no fue una pérdida de la
perfección, sino una interrupción de
la comunicación. 6La voz del ego surgió entonces como una forma de
comunicación estridente y áspera. 7Esto no podÃa alterar la paz de
Dios, pero sà podÃa alterar la tuya. 8Dios no la acalló porque
erradicarla habrÃa sido atacarla. 9Habiendo sido cuestionado, Él no
cuestionó. 10Él simplemente dio la Respuesta. 11Su
Respuesta es tu Maestro.
Repasemos
hoy las siguientes ideas:
1.
(31) No
soy vÃctima del mundo que veo.
2¿Cómo
puedo ser la vÃctima de un mundo que podrÃa quedar completamente des-hecho si
asà lo eligiese? 3Mis cadenas están sueltas. 4Puedo
desprenderme de ellas sólo con desearlo. 5La puerta de la prisión
está abierta. 6Puedo marcharme en cualquier momento sólo con echar a
andar. 7Nada me retiene en este mundo. 8Sólo mi deseo de
permanecer aquà me mantiene prisionero. 9Quiero renunciar a mis
desquiciados deseos y caminar por fin hacia la luz del
sol.
2.
(32) He
inventado el mundo que veo.
2Yo
mismo erigà la prisión en la que creo encontrarme. 3Basta con que
reconozca esto y quedo libre. 4Me he engañado a mà mismo al creer que
era posible aprisionar al Hijo de Dios. 5He estado terriblemente
equivocado al creer esto, y ya no lo quiero seguir creyendo. 6El Hijo
de Dios no puede sino ser libre eternamente. 7 Es tal como Dios lo
creó y no lo que yo he querido hacer de él. 8El Hijo
de Dios se encuentra donde Dios quiere que esté y no donde yo quise mantenerlo
prisionero.
3.
(33) Hay
otra manera de ver el mundo.
2Dado
que el propósito del mundo no es el que yo le he asignado, tiene que haber otra
manera de verlo. 3Veo todo al revés y mis pensamientos son lo opuesto
a la verdad. 4Veo el mundo como una prisión para el Hijo de Dios. 5Debe ser, pues, que el mundo es realmente un lugar donde él puede
ser liberado. 6Quiero contemplar el mundo tal como es y verlo
como un lugar donde el Hijo de Dios encuentra su libertad.
4.
(34) PodrÃa
ver paz en lugar de esto.
2Cuando
vea el mundo como un lugar de libertad, me daré cuenta de que refleja las leyes
de Dios en lugar de las reglas que yo inventé para que él obedeciera. 3Comprenderé que es la paz, no la guerra, lo que mora en él. 4Y percibiré asimismo que la paz mora también
en los corazones de todos los que comparten este lugar
conmigo.
5.
(35) Mi
mente es parte de la de Dios. 2Soy muy santo.
3A
medida que comparto la paz del mundo con mis hermanos empiezo a comprender que
esa paz brota de lo más profundo de mà mismo. 4El mundo que contemplo
ha quedado iluminado con la luz de mi perdón y refleja dicho perdón de nuevo
sobre mÃ. 5En esta luz empiezo a ver lo que mis ilusiones acerca de
mà mismo ocultaban. 6Empiezo a comprender la santidad de toda cosa
viviente, incluyéndome a mà mismo, y su unidad
conmigo.
27 DE
FEBRERO
V. Las
lecciones del EspÃritu Santo
1. Como
cualquier buen maestro, el EspÃritu Santo sabe más de lo que tú sabes ahora, y
sólo te enseña para que llegues a ser igual que Él. 2Tú te enseñaste
mal a ti mismo al creer lo que no era cierto. 3No creÃste en tu
propia perfección. 4¿Iba acaso Dios a enseñarte que habÃas
fabricado una mente dividida, cuando Él sabe que tu mente es Ãntegra? 5Lo que Dios sà sabe es que Sus canales de comunicación no están
abiertos a Él, lo cual le impide impartirles Su gozo y, asÃ, saber que Sus
Hijos son completamente dichosos. 6El dar de Su gozo es un
proceso continuo, no en el tiempo sino en la eternidad. 7La extensión
de Dios, aunque no Su compleción, se obstruye cuando la Filiación no se
comunica con Él cual una sola. 8Asà que Dios pensó: "Mis Hijos
duermen y hay que despertarlos".
2. ¿Qué podrÃa
despertar más dulcemente a un niño que una tierna voz que no lo asusta sino que
simplemente le recuerda que la noche ya pasó y que la luz ha llegado? 2No se le dice que las pesadillas que lo estaban aterrorizando tanto
no eran reales, pues los niños creen en la magia. 3Simplemente se le
asegura que ahora está a salvo. 4Más tarde se le enseña a distinguir
la diferencia entre estar dormido y estar despierto, para que entienda que no
tiene que tener miedo de los sueños. 5Y asÃ, cuando vuelva a tener
pesadillas, él mismo invocará la luz para
desvanecerlas.
3. Un buen
maestro enseña mediante un enfoque positivo, no mediante uno negativo. 2No hace hincapié en lo que tienes que evitar para escapar de lo que
te puede hacer daño, sino en lo que tienes que aprender para ser feliz. 3Piensa en el miedo y en la confusión que un niño experimentarÃa si
le dijeran: "No hagas eso porque es muy peligroso y te puede hacer daño, pero si
haces esto otro, no te harás daño, estarás a salvo y no tendrás miedo". 4Definitivamente es mucho mejor usar tan solo tres palabras:
"¡Haz sólo esto!" 5Esta simple afirmación es perfectamente
inequÃvoca y muy fácil de entender y de
recordar.
4. El EspÃritu
Santo nunca hace una relación detallada de los errores porque Su intención
no es asustar a los niños, y los que carecen de sabidurÃa son niños. Siempre
responde, no obstante, a su llamada, y el hecho de que ellos puedan contar
con Él los hace sentirse más seguros. 3Los niños ciertamente
confunden las fantasÃas con la realidad, y se asustan porque no pueden
distinguir la diferencia que hay entre ellas. 4El EspÃritu Santo
no hace distinción alguna entre diferentes clases de sueños. 5Simplemente los hace desaparecer con Su luz. 6Su luz es
siempre la llamada a despertar, no importa lo que hayas estado soñando 7No hay nada duradero en los sueños, y el EspÃritu Santo, que refulge
con la Luz de Dios Mismo, sólo habla en nombre de lo que perdura
eternamente.
A. Para poder
tener, da todo a todos
1. Cuando tu
cuerpo, tu ego y tus sueños hayan desaparecido, sabrás que eres eterno. 2Tal vez pienses que esto se logra con la muerte, pero con
la muerte no se logra nada porque la muerte no es nada. 3Todo se
logra con la vida, y la vida forma parte del ámbito de la mente y se encuentra
en la mente. 4El cuerpo ni vive ni muere porque no puede contenerte a
ti que eres vida. 5Si compartimos la misma mente, tú puedes
superar la muerte puesto que yo la superé. 6La muerte es un intento
de resolver conflictos no tomando ninguna decisión. 7Al igual que
todas las demás soluciones imposibles que el ego propugna, ésta tampoco
resultará.
2. Dios no
creó el cuerpo porque el cuerpo es destructible, y, por consiguiente, no forma
parte del Reino. 2El cuerpo es el sÃmbolo de lo que crees ser. 3Es a todas luces un mecanismo de separación y, por lo tanto, no
existe. 4El EspÃritu Santo, como siempre, se vale de lo que tú has
hecho y lo transforma en un recurso de aprendizaje. 5Una vez
más, y como siempre, reinterpreta lo que el ego utiliza como un razonamiento en
favor de la separación, y lo convierte en una demostración contra ésta. 6Si la mente puede curar al cuerpo, pero el cuerpo no puede curar a
la mente, entonces la mente tiene que ser más fuerte que el cuerpo. 7Todo milagro es una demostración de esto.
3. He dicho
que el EspÃritu Santo es la motivación de los milagros. 2El
EspÃritu Santo te dice siempre que sólo la mente es real porque es lo único que
se puede compartir. 3El cuerpo es algo separado, y, por lo tanto, no
puede ser parte de ti. 4Ser de una sola mente tiene sentido, pero ser
de un solo cuerpo no tiene ningún sentido. 5De acuerdo con las leyes
de la mente, pues, el cuerpo no tiene ningún sentido.
4. Para el
EspÃritu Santo no hay grados de dificultad en los milagros. 2A
estas alturas, esto deberÃa resultarte ya bastante familiar, aunque no es algo
que todavÃa estés dispuesto a creer, 3Por lo tanto, ni lo entiendes
ni puedes hacer uso de ello. 4Es mucho lo que todavÃa nos queda por
hacer en favor del Reino como para pasar por alto este concepto tan crucial. 5Es realmente una de las piedras angulares del sistema de pensamiento
que enseño y que quiero que tú enseñes. 6No puedes obrar milagros sin
creer en él, ya que es una creencia en la perfecta igualdad. 7El único regalo
idéntico que se les puede ofrecer a los Hijos idénticos de Dios, es apreciarlos
completamente. 8Ni más ni menos. 9Sin una gama variable,
la idea de grados de dificultad carece de sentido, y no debe haber gama alguna
en lo que le ofreces a tu hermano.
5. El EspÃritu
Santo, que nos conduce a Dios, transforma la comunicación en el estado de
ser, de la misma manera en que en última instancia, transforma la percepción en
conocimiento. 2No pierdes lo que comunicas. 3El ego se
vale del cuerpo para atacar, para obtener placer y para vanagloriarse. 4La locura de esta percepción la convierte en algo verdaderamente
temible. 5El EspÃritu Santo ve el cuerpo solamente como un medio de
comunicación, y puesto que comunicar es compartir, comunicar se vuelve un acto
de comunión. 6Tal vez creas que el miedo -al igual que el amor-
se puede comunicar y que, por lo tanto, se puede compartir. 7Sin
embargo, esto no es tan real como pueda parecer a primera vista. 8Los
que comunican miedo están fomentando el ataque, y el ataque siempre
interrumpe la comunicación, haciendo que ésta sea imposible. 9Es
verdad que los egos se unen en alianzas temporales, pero siempre para ver
qué es lo que cada uno puede obtener para sà mismo. 10El EspÃritu
Santo comunica únicamente lo que cada uno puede darle a todos. 11Nunca te quita nada que te haya dado, pues Su deseo es que te
quedes con ello. 12Sus enseñanzas, por lo tanto, comienzan con esta
lección:
13Para poder
tener, da todo a todos.
6. Éste es un
paso preliminar básico, y el único que tienes que dar por tu cuenta. 2Ni siquiera es necesario que tú mismo lo completes, pero sÃ
es necesario que te encamines en esa dirección. 3Cuando
decides ir en esa dirección, te pones a ti mismo a cargo del viaje, función que
a ti y sólo a ti te corresponde desempeñar. 4Este paso tal vez
parezca agudizar el conflicto en vez de resolverlo, ya que representa el
paso inicial en el proceso de invertir tu percepción y de rectificarla
totalmente. 5Esto entra en conflicto con la percepción invertida que
todavÃa no has abandonado, ya que, de lo contrario, no habrÃa sido necesario un
cambio de dirección. 6Algunos se quedan en este paso durante
mucho tiempo, experimentando un agudo conflicto. 7En este punto puede
que incluso traten de aceptar el conflicto en vez de dar el siguiente paso hacia
su resolución. 8Puesto que han dado el primer paso, no obstante, se
les prestará ayuda. 9Pues una vez que hayan elegido lo que no
pueden completar solos, ya no estarán solos.
Hoy
vamos a repasar las siguientes ideas:
1.
(36) Mi
santidad envuelve todo lo que veo.
2De
mi santidad procede la percepción del mundo real. 3Habiendo
perdonado, ya no me considero culpable. 4Puedo aceptar la
inocencia que es la verdad con respecto a mà mismo. 5Cuando veo
el mundo con los ojos del entendimiento, sólo veo su santidad porque lo
único que puedo ver son los pensamientos que tengo acerca de mÃ
mismo.
2.
(37) Mi
santidad bendice al mundo.
2La
percepción de mi santidad no me bendice únicamente a mÃ. 3Todas las
personas y todo cuanto veo en su luz comparten la dicha que mi santidad me
brinda. 4No hay nada que esté excluido de esta dicha porque no hay
nada que no comparta mi santidad. 5A medida
que reconozca mi santidad, la santidad del mundo se alzará resplandeciente para
que todos la vean.
3.
(38) No
hay nada que mi santidad no pueda hacer.
2El poder curativo de mi santidad es ilimitado
porque su poder para salvar es ilimitado. 3¿De qué me tengo que
salvar, sino de las ilusiones? 4¿Y qué son las ilusiones sino falsas
ideas acerca de mÃ? 5Mi santidad las desvanece a todas al afirmar la
verdad de lo que soy. 6En presencia de mi santidad, la cual comparto
con Dios Mismo, todos los Ãdolos desaparecen.
4. (39) Mi santidad es mi salvación.
2Puesto
que mi santidad me absuelve de toda culpa, reconocer mi santidad es reconocer mi
salvación. 3Es también reconocer la salvación del mundo. 4Una vez que haya aceptado mi santidad, nada podrá atemorizarme. 5Y al no tener miedo, todos compartirán mi entendimiento, que es
el regalo que Dios me hizo a mà y al mundo.
5. (40) Soy bendito por ser un Hijo de Dios.
2En
esto reside mi derecho a lo bueno y sólo a lo bueno. 3Soy
bendito por ser un Hijo de Dios. 4Todo lo que es bueno me
pertenece porque asà lo dispuso Dios. 5Por ser Quien soy no puedo
sufrir pérdida alguna, ni privaciones ni dolor. 6Mi Padre me
sustenta, me protege y me dirige en todo. 7El cuidado que me prodiga
es infinito y eterno. 8Soy eternamente bendito por ser Su
Hijo.
28 DE
FEBRERO
B. Para tener
paz, enseña paz para asà aprender lo que es
1. Los que
creen en la separación tienen un miedo básico a las represalias y al abandono. 2Creen en el ataque y en el rechazo, de modo que eso es lo que
perciben, lo que enseñan y lo que aprenden. 3Estas ideas
descabelladas son claramente el resultado de la disociación y la proyección. 4Eres lo que enseñas, pero es evidente que puedes enseñar
incorrectamente, y, por consiguiente, te puedes enseñar mal a ti mismo. 5Muchos pensaron que yo les estaba atacando, aunque es evidente que
eso no era cierto. 6Un alumno desquiciado aprende lecciones extrañas. 7Lo que tienes que reconocer es que cuando no compartes un
sistema de pensamiento, lo debilitas. 8Los que creen en él perciben
eso como un ataque contra ellos. 9Esto se debe a que cada uno se
identifica con su propio sistema de pensamiento, y todo sistema de pensamiento
se centra en lo que uno cree ser. 10Si el núcleo del sistema de
pensamiento es cierto, lo único que puede extenderse desde él es la verdad. 11Pero si lo que se encuentra allà es una mentira, lo único que puede
proceder de él son engaños.
2. Los buenos
maestros se dan cuenta de que sólo los cambios fundamentales son duraderos, mas
no comienzan en ese nivel. 2Su primer objetivo -y el más importante-
es fortalecer en el estudiante el deseo de cambiar. 3Ese es
asimismo no sólo su último objetivo sino también su objetivo final. 4Lo único que el maestro tiene que hacer para garantizar el cambio es
estimular en el alumno su deseo de cambiar. 5Cambiar de motivación es
cambiar de mentalidad, y esto inevitablemente produce un cambio
fundamental, ya que la mente es fundamental.
3. El primer
paso en el proceso de inversión o des-nacimiento es el des-nacimiento del
concepto de "obtenerâ€Â°. 2La primera lección del EspÃritu
Santo es por consiguiente: "Para poder tener, da todo a todos". 3Dije
que es posible que esto agudice el conflicto temporalmente, y ahora podemos
aclarar este punto aún más.. 4A estas alturas, todavÃa no percibes la
igualdad que existe entre tener y ser. 5Hasta que no la percibas, tener te parecerá lo opuesto a dar. 6La primera lección, por
consiguiente, parece encerrar una contradicción, puesto que la está
aprendiendo una mente que está en conflicto. 7Esto quiere decir que
hay deseos conflictivos, y, asÃ, la lección no puede aprenderse de manera
consistente todavÃa. 8Lo que es más, la mente del alumno proyecta su
propio conflicto, y, por lo tanto, no percibe consistencia en las mentes de los
demás, lo cual le hace sospechar de la motivación de éstos. 9Ésa es
la verdadera razón de que, desde cualquier punto de vista, la primera
lección sea la más difÃcil de aprender. 10Puesto que aún eres
extremadamente consciente del ego en ti, mismo y respondes principalmente al ego
de los demás, se .te está enseñando a que reacciones ante ambos como si lo que
realmente crees no fuese verdad.
4. El ego
-operando a la inversa como de costumbre- percibe la primera lección como algo
demente. 2De hecho, ésa es su única alternativa, pues la otra
posibilidad, que serÃa mucho menos aceptable para él, es obviamente que él
es el que es demente. 3En esto, como en todo, los juicios del ego
están predeterminados por lo que él es. 4El cambio fundamental tendrá
lugar cuando el pensador cambie de mentalidad. 5Mientras tanto,
la progresiva claridad de la Voz del EspÃritu Santo hace que sea imposible que
el alumno no la oiga. 6Por algún tiempo, pues, recibirá mensajes
conflictivos y aceptará los dos.
5. La manera
de escapar del conflicto que surge de dos sistemas de pensamiento que se oponen
entre sà consiste claramente en escoger uno y abandonar el otro. 2Si
te identificas con tu sistema de pensamiento, lo cual es inevitable, y aceptas
dos sistemas de pensamiento que están en total desacuerdo, es imposible gozar de
paz mental. 3Si enseñas ambos sistemas, que es lo que probablemente
harás mientras los aceptes a los dos,
estarás enseñando conflicto y también aprendiéndolo. 4Sin
embargo, tú deseas la paz, pues, de lo contrario, no habrÃas invocado a la Voz
de la paz para que te ayudase. 5Su lección no es demente, pero el
conflicto sÃ.
6. Entre la
cordura y la demencia no puede haber conflictos 2Sólo una de ellas es
verdad y, por lo tanto, sólo una de ellas es real. 3El ego trata de
persuadirte de que es a ti a quien
le corresponde decidir cuál de ellas es verdad, mas el EspÃritu Santo te enseña
que la verdad fue creada por Dios, y tu decisión no puede alterarla en absoluto. 4A medida que empieces a comprender él sereno poder de la Voz del
EspÃritu Santo y Su perfecta consistencia, tu mente se dará cuenta de que estás
tratando de revocar una decisión que se tomó irrevocablemente por ti. 5Por eso sugerà anteriormente que te
recuerdes a ti mismo permitir que el
EspÃritu Santo decida en favor de Dios por ti.
7. No se te
pide que tomes decisiones descabelladas aunque tal vez pienses que eso es lo que
se te está pidiendo. 2Sin embargo; creer que es a ti a quien le
corresponde decidir lo que son las creaciones de Dios no puede sino ser una
locura. 3El EspÃritu Santo percibe el conflicto exactamente como es. 4Por consiguiente, Su segunda lección reza asÃ:
5Para tener
paz, enseña paz para asà aprender lo que es.
8. Éste es todavÃa un paso preliminar; puesto
que aún no has equiparado tener con ser. 2Es, no obstante, un paso más
avanzado que el primero, que en realidad no es sino el comienzo del proceso de
inversión del pensamiento. 3El segundo paso es una afirmación
categórica de lo que deseas. 4Es pues, un paso encaminado a liberarte
del conflicto, ya que significa que se han considerado las alternativas y se ha
elegido la más deseable. 5Con todo, la expresión "más deseable" aún
implica que lo deseable tiene diferentes grados. 6Por lo tanto,
aunque este paso es esencial para poder tomar la decisión fundamental, no
es obviamente el último. 7No se ha aceptado todavÃa la falta de
grados de dificultad en los milagros porque nada que se desee completamente puede ser difÃcil. 8Desear completamente es crear, y crear no puede ser difÃcil si se
tiene en cuenta que Dios Mismo té creó para que fueses un
creador.
9. El segundo
paso, por lo tanto, es todavÃa
perceptivo, si bien es un paso gigantesco hacia la percepción unificada que
refleja el conocimiento de Dios. 2Al dar este paso y seguir en esa
dirección, estarás avanzando hacia el centro de tu sistema de pensamiento, donde
tendrá lugar el cambio fundamental. 3En el segundo paso el progreso es intermitente, pero el segundo paso es más fácil qué el primero
porque es el que le sigue. 4Darse cuenta de que este paso no puede sino seguir al primero es señal
de una creciente conciencia de que el EspÃritu Santo te guiará en tu
camino.
Éstas
son las ideas a repasar hoy:
1. (41) Dios va conmigo dondequiera que yo
voy.
2¿Cómo
puedo estar solo cuando Dios está siempre conmigo? 3¿Cómo puedo dudar
o sentirme inseguro cuando en Él mora la perfecta certeza? 4¿Cómo
puede haber algo que me pueda perturbar cuando Él mora en mà en paz
absoluta? 5¿Cómo puedo sufrir cuando el amor y la dicha me rodean por
mediación Suya? 6No he de abrigar ninguna ilusión con respecto a mÃ
mismo. 7Soy perfecto porque Dios va conmigo dondequiera que yo voy.
2. (42) Dios es mi fortaleza. 2La visión es Su
regalo.
3Hoy
no recurriré a mis propios ojos para ver. 4Quiero estar
dispuesto a dejar de lado la lamentable ilusión de que puedo ver, e
intercambiarla por la visión que Dios me da. 5La visión de Cristo es
Su regalo y Él me lo ha dado. 6Hoy me valdré de este regalo de tal
forma que este dÃa me ayude a comprender la eternidad.
3. (43) Dios es mi Fuente. 2No puedo ver
separado de Él.
3Puedo
ver lo que Dios quiere que vea. 4No puedo ver nada más. 5Más allá de Su Voluntad sólo hay ilusiones. 6Son éstas
las que elijo cuando pienso que puedo ver separado de Él. 7Son éstas
las que elijo cuando trato de ver con los ojos del cuerpo. 8No
obstante, se me ha dado la visión de Cristo para reemplazarlos. 9A
través de esta visión es como elijo ver.
4.
(44) Dios
es la luz en la que veo.
2No
puedo ver en la oscuridad. 3Dios es la única luz. 4Por lo
tanto, si he de ver, tiene que ser
por medio de Él. 5He tratado de definir lo que es ver y me he
equivocado. 6Ahora se me concede poder entender que Dios es la
luz en la que veo. 7Le daré la bienvenida a la visión y al mundo
feliz que me
mostrará.
5.
(45) Dios es la Mente con la
que pienso.
2No
tengo pensamientos que no comparta con Dios. 3No tengo pensamientos
aparte de los Suyos porque no tengo otra mente que la Suya. 4Puesto
que soy parte de Su Mente mis pensamientos son Suyos, y Sus Pensamientos
son mÃos.
29 DE
FEBRERO
C. Mantente
alerta sólo en favor de Dios y de Su Reino
1. Hemos dicho
anteriormente que el EspÃritu Santo evalúa, y tiene que hacerlo. 2El
EspÃritu Santo separa lo verdadero de lo falso en tu mente, y te enseña a juzgar
cada pensamiento que dejas que se adentre en ella a la luz de lo que Dios puso
allÃ. 3El EspÃritu Santo, con vistas a reforzar el Reino en ti, 4conserva lo que está de acuerdo con esa luz, y acepta y purifica lo
que está parcialmente de acuerdo con el Reino. 5Mas lo que está en
completo desacuerdo lo rechaza juzgando contra ello. 6Asà es como Él
mantiene la perfecta consistencia del Reino y su perfecta unificación. 7Recuerda, no obstante, que lo que el EspÃritu Santo rechaza el ego
lo acepta. 8Ello se debe a que ambos están en completo desacuerdo en
relación con todo, dado que están en completo desacuerdo con respecto
a lo que tú eres. 9Las creencias del ego en torno a esta cuestión tan
fundamental varÃan considerablemente, y ésta es la razón de que él suscite
diferentes estados de ánimo. 10El EspÃritu Santo nunca varÃa en este
punto, y, por lo tanto, el único estado de ánimo que genera es uno de dicha. 11Él protege dicho estado rechazando todo lo que no lo fomenta, y
asÃ, sólo Él puede mantenerte en un estado, de perfecta
dicha.
2. El EspÃritu Santo no te enseña a juzgar a otros porque no quiere que
enseñes nada que sea erróneo, y que, de este modo, tú mismo lo aprendas. 2No serÃa consistente si te permitiera reforzar lo que debes aprender
a evitar. 3En la mente del pensador, por lo tanto, el EspÃritu Santo
es enjuiciador, pero sólo a fin de
unificar la mente de modo que pueda percibir sin emitir juicios. 4Esto le permite a la mente enseñar sin emitir juicios y, por
consiguiente, aprender a estar libre de
ellos. 5Esta rectificación es necesaria sólo en tu mente, a fin
de que dejes de proyectar en lugar de extender. 6Dios Mismo ha
establecido lo que puedes extender con perfecta seguridad. 7Por lo
tanto, la tercera lección del EspÃritu Santo reza asÃ:
8Mantente alerta sólo en favor de Dios y de Su Reino.
3. Éste es uno
de los pasos más importantes para que se produzca un cambio fundamental. 2No obstante, todavÃa contiene un aspecto del proceso de inversión
del pensamiento, ya que implica que hay algo contra lo que debes mantenerte alerta. 3Este paso representa un gran avance con respecto a la primera
lección, que es meramente el principio del proceso de inversión del
pensamiento, y también con respecto a la segunda, que es esencialmente
la identificación de lo que es más deseable: 4Este paso, que es la
conclusión lógica del segundo tal como el segundo lo es del primero, subraya la
dicotomÃa que existe entre lo deseable y lo indeseable. 5Por lo
tanto, hace que la elección final sea inevitable.
4. Mientras
que el primer paso parece agudizar el conflicto y el segundo puede, hasta cierto
punto, aún entrañar conflicto, el tercer paso requiere un constante estado
de alerta contra el conflicto. 2Ya he dicho que puedes estar tan
alerta contra el ego como a su favor. 3La última lección enseña no
sólo que puedes sino que tienes que estar alerta. 4No se ocupa de la cuestión de los grados de
dificultad, sino del hecho de que tu primera prioridad debe ser mantenerte
alerta. 5Esta lección es inequÃvoca, pues enseña que nunca se deben
hacer excepciones, aunque no niega que la tentación de hacerlas se presentará. 6Aquà pues, es donde se te pide que, a pesar del caos, seas
consistente. 7Mas la consistencia y el caos no pueden coexistir por
mucho tiempo, puesto que se excluyen mutuamente. 8No obstante,
mientras tengas que estar alerta contra algo, no estarás reconociendo esta mutua
exclusión, y seguirás creyendo que puedes elegir la consistencia o el caos. 9Al enseñarte cuál debes elegir, el EspÃritu Santo acabará por
enseñarte que no tienes que elegir en absoluto. 10Esto finalmente
liberará a tu mente de tener que elegir, y la encaminará hacia la creación
dentro del Reino.
5. Elegir a
través del EspÃritu Santo te conducirá al Reino. 2Creas mediante tu
verdadero ser, pero tienes que aprender a recordar lo que eres 3La
forma de recordarlo es inherente al tercer paso, que conecta las lecciones
implÃcitas en los otros dos, y va más allá de ellos hacia una verdadera
integración. 4Si permites que en tu mente haya tan sólo lo que Dios
puso en ella, la estarás reconociendo tal como Dios la creó. 5Por lo
tanto, la estarás aceptando tal como es. 6Puesto que tu mente es
Ãntegra, estarás enseñando paz porque creerás en ella. 7Dios será de todos modos el que dará el paso
final por ti, pero cuando llegues al tercer paso, el EspÃritu Santo ya te habrá
preparado para Dios. 8Te está preparando para la conversión de tener a ser en virtud de la naturaleza
misma de los pasos que tienes que dar con Él.
6. Aprendes
primero que tener se basa en dar, y
no en obtener. 2Luego aprendes que aprendes lo que enseñas, y que
quieres aprender a estar en paz. 3Ésta es la condición necesaria para
poder identificarte con el Reino, puesto que es la condición del Reino. 4Has creÃdo estar
fuera del Reino, y, como consecuencia de ello, te has excluido a ti mismo de él
en tu pensamiento. 5Es esencial, por lo tanto, enseñarte que no
puedes sino estar incluido en el Reino, y que lo único que debes excluir es la
creencia de que no estás incluido en él.
7. El tercer
paso, por consiguiente, es un paso de protección para tu mente, pues te permite
identificarte sólo con el centro, donde Dios erigió el altar a Sà Mismo. 2Los altares son creencias, pero Dios y Sus creaciones
están más allá de toda creencia, ya que están más allá de cualquier duda. 3La Voz que habla en favor de Dios lo hace únicamente en nombre de
las creencias que están más allá de toda duda, lo cual te prepara para llegar a estar libre de dudas, mientras tu
creencia en Dios y Su Reino se vea asaltada por cualquier duda, lo que Él
ha logrado perfectamente no será evidente para ti. 5Por eso es por lo
que debes mantenerte alerta en favor de Dios. 6El ego habla contra Su
creación, y, por lo tanto, engendra dudas. 7No podrás ir más allá de
las creencias hasta que no creas plenamente.
8. Enseñar a
toda la Filiación sin hacer excepciones demuestra que percibes su plenitud y que
has aprendido que es una. 2Ahora tienes que estar alerta para
mantener su unicidad* en tu mente
porque si dejas que te asalte la duda, perderás la conciencia de su
plenitud y serás incapaz de enseñarla. 3La plenitud del Reino no
depende de tu percepción, pero tu conciencia de su plenitud sÃ. 4Sólo
tu conciencia necesita protección, puesto que el estado de ser no puede ser
atacado. 5No obstante, no podrás experimentar una auténtica sensación
de que existes mientras sigas teniendo dudas con respecto a lo que eres. 6Por eso es por lo que es esencial que te mantengas alerta. 7No permitas que entre en tu
mente ninguna duda acerca de tu existencia o, de lo contrario, no podrás
saber con certeza lo que eres. 8La certeza es el regalo que Dios te
hace. 9La verdad no requiere vigilancia, pero las ilusiones
sÃ.
9. La verdad
está exenta de ilusiones y, por lo tanto, mora dentro del Reino. 2Todo lo que está
fuera del Reino es ilusorio. 3Cuando desechaste la verdad te
percibiste a ti mismo como desprovisto de ella. 4Al concebir otro
reino al que atribuiste valor, no mantuviste en tu mente sólo el Reino de Dios,
y, de esta manera, excluiste parte de tu mente de él. 5Lo que
inventaste ha aprisionado tu voluntad, y ha hecho enfermar a tu mente, que ahora
tiene que ser sanada. 6Mantenerse alerta contra esta enfermedad es la
manera de sanarla. 7Una vez que tu mente haya sanado, irradiar salud,
y, de este modo, enseñará lo que es la curación. 8Esto te consagrará
como un maestro que enseña lo mismo que yo. 9Yo tuve que mantenerme
tan alerta como tú tienes que hacerlo ahora, y aquellos que eligen
enseñar lo mismo tienen que estar de acuerdo con respecto a lo que
creen.
10. El tercer
paso, por lo tanto, es una afirmación de lo que quieres creer, y requiere que
estés dispuesto a abandonar todo lo demás. 2Si sigues al EspÃritu
Santo, Él te capacitará para que des este paso. 3Tu vigilancia es
señal de que quieres que Él te guÃe. 4La vigilancia requiere esfuerzo, pero sólo hasta que aprendas que el
esfuerzo en sà es innecesario. 5Has realizado enormes esfuerzos por
conservar lo que inventaste porque no es verdad. 6Por lo tanto,
ahora tienes que canalizar todos tus esfuerzos contra ello 7Sólo esto puede eliminar la necesidad de
tener que esforzarte, e invocar al Ser que tienes y que eres. 8Este reconocimiento no
requiere ningún esfuerzo por tu parte, puesto que ya es verdad, ni tampoco
necesita protección. 9Descansa en la perfecta seguridad de Dios. 10Por lo tanto, la inclusión es total y la creación no tiene
lÃmites.
Éstas
son las ideas para el repaso de hoy:
1.
(46) Dios
es el Amor en el que perdono.
2Dios
no perdona porque jamás ha condenado. 3Los que están libres de culpa
no pueden culpar, y aquellos que han aceptado su inocencia no ven nada que
tengan que perdonar. 4Con todo, el perdón es el medio por el cual
reconoceré mi inocencia. 5Es el reflejo del Amor de Dios en la
tierra. 6Y me llevará tan cerca del Cielo que el Amor de Dios podrá
tenderme la mano y elevarme hasta Él.
2.
(47) Dios
es la fortaleza en la que confÃo.
2No
es con mi propia fortaleza con la que perdono. 3Es con la fortaleza
de Dios en mÃ, la cual recuerdo al perdonar. 4A medida que comienzo a
ver, reconozco Su reflejo en la tierra. 5Perdono todas las cosas
porque siento Su fortaleza avivarse en mÃ. 6Y empiezo a recordar el
Amor que decidà olvidar, pero que nunca se olvidó de mÃ.
3.
(48) No
hay nada que temer.
2¡Cuán
seguro me parecerá el mundo cuando lo pueda ver! 3No se parecerá en
nada a lo que ahora me imagino ver. 4Todo el mundo y todo cuanto vea
se inclinará ante mà para bendecirme. 5Reconoceré en todos a mi Amigo
más querido. 6¿Qué puedo temer en un mundo al que he perdonado y que
a su vez me ha perdonado a mÃ?
4.
(49) La
Voz de Dios me habla durante todo el dÃa.
2No
hay un solo momento en el que la Voz de Dios deje de apelar a mi perdón para
salvarme. 3No hay un solo momento en el que Su Voz deje de dirigir
mis pensamientos, guiar mis actos y conducir mis pasos. 4Me
dirijo firmemente hacia la verdad. 5No hay ningún otro lugar adonde
pueda ir porque la Voz de Dios es la única voz y el único guÃa que se le dio a
Su Hijo.
5.
(50) El
Amor de Dios es mi sustento.
2Cuando
escucho la Voz de Dios, Su Amor me sustenta. 3Cuando abro los ojos, Su Amor alumbra al mundo para que lo pueda
ver. 4Cuando perdono, Su Amor me recuerda que Su Hijo es
impecable. 5Y cuando contemplo al mundo con la visión que Él me
dio, recuerdo que yo soy Su Hijo.
Yo
soy la luz del mundo.
1. ¿Quién
es la luz del mundo sino el Hijo de Dios? 2Por lo tanto, esto no es
más que una afirmación de la verdad acerca de ti. 3Es lo opuesto a
una afirmación de orgullo, de arrogancia o de autoengaño. 4 No
describe el concepto de ti mismo que tú has forjado. 5No se refiere a
ninguna de las caracterÃsticas con las que has dotado a tus Ãdolos. 6Se refiere a ti tal como fuiste creado, por Dios. 7Expresa simplemente la verdad.
2. Para
el ego la idea de hoy es el epÃtome de la auto-glorificación. 2Pero el ego no sabe lo que es la humildad y la confunde con la
auto-degradación. 3La humildad consiste en aceptar el papel que te corresponde en la salvación y en no aceptar ningún otro. 4 No es humildad insistir que no puedes ser la luz del mundo si ésa
es la función que Dios Mismo te asignó. 5Es sólo la arrogancia la que
afirmarÃa que ésa no puede ser tu función, y la arrogancia es siempre cosa del
ego.
3. La
verdadera humildad requiere que aceptes la idea de hoy porque es la Voz de Dios
la que te dice que es verdad. 2Éste es uno de los primeros pasos en
el proceso de aceptar tu verdadera función en la tierra. 3Es un paso
gigantesco que te conducirá al lugar que te corresponde ocupar en la salvación. 4Es una aseveración categórica de tu derecho a la salvación y un
reconocimiento del poder que se te ha otorgado para salvar a
otros.
4. Debes
reflexionar hoy acerca de esta idea tan a menudo como puedas. 2Es la
respuesta perfecta a todas las ilusiones y, por ende, a toda tentación. 3La idea de hoy lleva todas las imágenes que tú has forjado de ti
mismo ante la verdad y te ayuda a seguir adelante en paz, sin agobios y
seguro de tu propósito.
5. Hoy
se deben llevar a cabo tantas sesiones de práctica como sea posible, aunque no
es necesario que ninguna exceda uno o dos minutos de duración. 2 Debes empezar cada sesión de práctica diciéndote a ti
mismo:
3 Yo
soy la luz del mundo.
4Ésa
es mi única función.
5Por
eso es por lo que estoy aquÃ.
6Piensa
entonces en estas afirmaciones por unos breves momentos, preferiblemente con los
ojos cerrados si las circunstancias lo permiten. 7Deja que te vengan
a la mente unas cuantos pensamientos afines y, si observas que tu mente se
aparta del tema central, repite la idea de hoy para tus
adentros.
6. Asegúrate
de comenzar y finalizar el dÃa con una sesión de práctica. 2De este
modo, te despertarás reconociendo la verdad acerca de ti mismo, la reforzarás a
lo largo del dÃa y te irás a dormir re-afirmando tu función y el único propósito
que tienes aquÃ. 3Estas dos sesiones de práctica pueden ser más
largas que las demás si te resultan útiles y deseas
extenderlas.
7. La
idea de hoy va mucho más allá de la mezquina opinión que el ego tiene de ti y de
tu propósito. 2Como portador
de la salvación que eres, esto es obviamente necesario. 3Éste es
el primero de una serie de pasos gigantescos que vamos a dar durante las
próximas semanas. 4Trata de empezar hoy a sentar las bases para estos
avances. 5Tú eres
la luz del mundo. 6Dios ha edificado Su plan para la salvación de Su
Hijo sobre ti.
LECCIÓN
62
Perdonar
es mi función por ser la luz del mundo.
1. Tu
perdón es lo que lleva a este mundo de tinieblas a la luz. 2Tu perdón
es lo que te permite reconocer la luz en la que ves. 3El perdón es la
demostración de que tú eres la luz del mundo. 4Mediante tu perdón
vuelves a recordar la verdad acerca de ti. 5En tu perdón, por lo
tanto, reside tu salvación.
2. Las
ilusiones que tienes acerca de ti y acerca del mundo son una y la misma. 2Por eso es por lo que todo perdón es un regalo que te haces a ti
mismo. 3Tu meta es descubrir quién eres, al haber negado tu Identidad
atacando a la creación y a su Creador. 4Ahora estás aprendiendo a
recordar la verdad. 5Para ello, el ataque tiene que ser reemplazado
por el perdón, de manera que los pensamientos de vida puedan reemplazar a
los pensamientos de muerte.
3. Recuerda
que en todo ataque apelas a tu propia debilidad, mientras que cada vez que
perdonas apelas a la fortaleza de Cristo en ti. 2¿Te vas dando
cuenta, pues, de lo que el perdón hará por ti? 3Eliminará de tu mente
toda sensación de debilidad, de tensión y de fatiga. 4Arrasará con
todo vestigio de temor, culpabilidad y dolor. 5Reinstaurará en tu
conciencia la invulnerabilidad y el poder que Dios le confirió a Su
Hijo.
4. Regocijémonos
de poder comenzar y concluir este dÃa practicando la idea de hoy, y de
usarla tan frecuentemente como nos sea posible en el transcurso del dÃa. 2Ello te ayudará a que pases un dÃa tan feliz como Dios Mismo quiere
que tú seas. 3Y ayudará a aquellos que te rodean, asà como a aquellos
que parecen encontrarse lejos en el espacio y en el tiempo, a compartir
esta felicidad contigo.
5. Tan
a menudo como puedas hoy, con los ojos cerrados a ser posible, repite para tus
adentros:
2Perdonar
es mi función por ser la luz del mundo.
3Cumpliré
mi función para asà poder ser feliz.
4Dedica
entonces uno o dos minutos a reflexionar sobre tu función, y la felicidad y
liberación que te brindará. 5Deja que pensamientos afines acudan
a ti libremente, pues tu corazón reconocerá estas palabras, y en tu mente se
encuentra la conciencia de que son verdad. 6Si te distraes, repite la
idea y añade:
7Deseo recordar
esto porque quiero ser feliz.